Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo O18

El rubio seguía sus pasos por el pasillo largo hacia las duchas del sitio de carreras y cuando ambos se encontraban dentro de estas, Jungkook cerró las puertas detrás de Jimin para solo observarlo mejor.

Apoyo su espalda sobre la puerta con seguro y espero que Park se dirá la vuelta para observarlo.

Necesitaba una explicación.

—¿Por qué de esta manera? ¿Por qué nunca has sido parte del público? Sabes que puedes morir aquí, mi vida es un riesgo pero puedo cuidarme solo de lo que está mal.

El tono de ese hombre mecánico podía percibirse algo molesto pero su preocupación le ganaba demasiado más mientras su mirada demostraba algo de triste pero más impotencia.

No tenía palabras para Jeon.

Jimin solo negó mientras sus labios intentan decir algo pero solo permanecían abiertos, con la esperanza de poder decir lo que tenía en mente pero su mirada se sentía hipnotizada por un hombre que tan solo alborotó su vida normal y lo volvió el masoquista sin remedio.

Amaba como con Jeon era el hombre que no debía esconder.

No importa cuando debían alejarse por su bien o si el contrato estaba roto.

Park siempre sabía cómo encontrar a Jungkook.

Y Jungkook se dejaría encontrar por ese rubio que le hizo ver el placer como algo más que un deleite del cuerpo.

Intentó decir algo pero ese azabache de acercaba su cuerpo con pasos lentos mientras su mirada era tan atrapante que sus palabras no quería salir de sus gruesos belfos.

—¿Por qué estás aquí, Park? No quería que esto ocurra, sin embargo, siempre me encuentras. No hay contrato entre nosotros pero aún así no puedes dejarme solo.

—Tu me acabas de invitar aquí-

Pero su palabras ahora tenían una razón para no salir cuando el dedo índice de jungkook se posó sobre sus belfos, sellando cada palabra y su «Shh» le obligó guardar silencio.

Los labios finos de ese hombre se aproximaban a su mejilla izquierda y rozaban la piel como un tacto caliente que ardía pero no dañaba absolutamente nada pero si era una caricia.

Su estómago se sentía extraño.

¿Son estas las famosas mariposas de un estómago extraño? Pensó Park.

—Solo quería que me observarás pero jamás he querido el peligro para ti.

—No he estoy herido. —Las palabras de ambos ahora podía chocar contra labios contrarios. El uno al otro podían sentir el cálido aliento del otro.— Pero tengo que decirte... Es por esa misma razón por la que elegí experimentar esto antes de que supieras lo que debo confesarte.

Jungkook tragó duro y observó a su alrededor para luego tener la idea de obtener está conversación en otro lugar mejor.

[...]

Su vehículo se apagó como todo su motor y las luces de este también.

Suspiró un poco cuando la única visión era la oscura, sombría y repleta de neblina de una carretera donde ambos se encontraban dentro del vehículo, sentados en silencio cuando el motor dejó que ambos puedan escucharse mutuamente.

—Y... ¿Que es lo que debes decirme?

Jungkook debía romper el silencio, ya que un Jimin silencioso se encontraba en el asiento de copiloto con su mirada en el azabache sin decir una palabra.

—Supongo que no será algo que deba ser feliz ¿Verdad?

El mecánico se giró un poco hacia él con su mirada dulce y sonrió de la misma manera. Su mano delgada se extendió hacia Jimin solo para correr un mechón pequeño que caía en su frente.

Park se sintió tímido pero protegido pero su pequeña sonrisa se borró cuando estaba aquí solo para algo que su padre solo quería.

—Lo siento, Jungkook.

Fue frío, como el gesto de su mano alejando la del azabache de su cabello. El mismo gesto que confundió a Jungkook en ese instante y lo hizo fruncir el ceño hacia Jimin.

—¿Por qué?

—Porque esto no es lo que debe seguir.

—Pero estás aquí... conmigo, juntos.

Pero Park solo hizo que Jungkook alejara su mano y eso le dolió en lo profundo pero sus palabras podían doler más cuando su mente le pedía que no lo hiciera pero sus ojos reflejaban a Jungkook el espejo de sufrimiento que no quería pero debía pasar por el.

Ojos como el océano con olas que se mueven poco a poco hasta volverse violento. Lágrimas que son las olas de sus ojos que dejan caer sin reprimir.

El azabache intenta limpiar sus lágrimas con sus pulgares cuando le toma el rostro entre ambas manos y su preocupación se aumenta cuando la angustia de la garganta de Park se escucha perfectamente y contagia a Jungkook con su sentimiento de tristeza.

—Aun no me has dicho lo que debes confesarme. No le gusta verte de esta manera.

Pero debía negarse a los brazos del mecánico cuando fue atraído a su cuerpo y fue abrazado fuertemente mientras sentía un beso cálido en su cabeza como si todo estuviera bien pero nada estaba bien.

—No puedo.

Jungkook tragó duro cuando lo escuchó pero aún acarició su espalda para que no se preocupará de lo que deba decir. Él era un hombre fuerte emocionalmente en este momento.

—Puedes hacerlo.

Pero el silencio fue el que le dió valor para decir lo que debía y no sintió miedo por decirlo cuando la imagen de su padre estaba en su mente.

Dile lo que debés decirle, Park Jimin, ese hombre no es lo debes obtener en tu vida, esta conversación se acaba aquí. Fue lo que su mente le recordaba con la voz de su padre resonando en esta como si fuera una tortura.

Tomó valor y destruyó lo que estaba destruido desde hace mucho tiempo sin importar que tarde o temprano iba a desear volver a sus brazos en un futuro.

—Lo siento, Jeon. Tú y yo somos tan iguales pero no debemos estar aquí, tú no eres el hombre que yo deseo y no eres el hombre que debo desea jamás. Eres un mal ejemplo para mí y un mal hombre en la ciudad. Tu vida en riesgos y yo solo debo estar a salvo.

—Ji-

—No pienses en mi mañana, ya no quiero verte, tú y yo no debemos estar juntos. ¿No puedes entender cuando quiero irme de tu lado? Romper el contrato me ha ayudado a saber que tú no eres quien deseo. Solo eres un juego en mi vida.

Sus brazos eran fríos cuando el calor de Jimin se alejó de estos y un espacio quedó entre estos mismos mientras sus ojos observaron a un rubio con un rostro serio.

—No entiendo. Creí que todo era mejor cuando tú estabas conmigo ¿No es así?

—Jamás fue así.

No dejaría que Park se bajara del vehículo como intentaba hacerlo. Lo tomó del brazo y jaló de el hacia adentro cuando la puerta del copiloto le demostraba el camino al rubio frío que era ahora mismo.

—No es esto algo de tí. ¿Es por tu padre?

Los ojos de Jimin lograron demostrar otro océano en sus ojos bellos y las olas que caían se ellos eran tan solo lágrimas intoxicadas de tristeza, sufrimiento y injusticia.

No quería ver a los ojos al mecánico y por eso mismo evitaba encontrase con su mirada preocupada. La carretera oscura era mucho mejor para no dejarse desmoronarse en lágrimas.

Es por eso que debía acabar con lo que había comenzado antes de que sea demasiado tarde y se rehúse a huir lejos.

Se safo del agarre de Jungkook y rápidamente su voz se volvió en un tono falso de molestia hacia el azabache.

—¡Voy a casarme! ¿No lo entiendes? ¡No eres el hombre que deseo! ¡Jamás sabrás que es casarse! Tu vida es un descontrol. Te envidio.

Tenía que tomar de nuevo su brazo para no dejarlo ir. Se abalanzó contra Jimin tomando su brazo pero el rubio luchaba para irse.

Pero Jungkook estaba demasiado molesto y celoso pero también la tristeza de no ser respondido como quería.

—¡¿Quien ese hombre que debe casarse contigo?! Dime su nombre, tráelo aquí, demuéstrame su rostro. Estoy celoso de él.

—No es alguien que no conozcas. Piensa en tus enemigos Jeon.

Pero Jeon no se daría por vencido, solo volvió a jalar a Park hacia dentro del vehículo y como pudo cerró la puerta del copiloto con la esperanza de que todo pueda ser mejor si era posible que fuera escuchado por el rubio ahora mismo. Era su turno.

—Se que mis enemigos son muchos pero ninguno se compara cuando hablo de mi yo.

Sus rostros estaban tan cerca pero Jimin no podía pensar en otra cosa que llorar por tantas emociones que atacaban su mente como todo su cuerpo. Solo se mantuvo en silencio y escuchó con atención.

Jeon lo observó a los ojos, en esos ojos que eran el espejo para un hombre como él. Destrozado y dejado.

Nadie quiere un hombre herido emocionalmente y destruido como un juguete. Pero se había equivocado.

Jimin fue el único hombre que lo hizo verse de otra manera y estaba celoso de dejarlo ir con un hombre que no sabía quién era.

Por primera vez, se había sentido aceptado por alguien sin importar su apariencia, forma de ser o en lo que posiblemente ilegal sea su persona por tantas carreras peligrosas que rodeaban su vida día a día.

Y sin una familia completa como Park. Solo una hermana y su sobrina.

Solo podía estar feliz por Jimin al verlo como su familia era tan completa y Jeon se sentía feliz cuando observaba una familia perfecta porque sabía que jamás podría tenerla pero aún así, se alegraba por los demás.

Tragó duro y observó sus ojos mientras sus belfos finos comenzaron a decir la verdad que ese espejo en sus ojos contrarios le decían.

—Hay algo en ti que me deja ser quien soy y cuando lo oculto no se arrepiente de salir. Escapar de esto es doloroso porque se que jamás encontraría una persona que pueda dejarme ser verdaderamente.

—Jungkook..

Las manos de Jimin podían acariciar el rostro del azabache entre sus manos mientras podía sentir como emoción de el mismo se aproximaba en su tono y pronto se demostraría en sus ojos se veían algo tristes.

—Park ¿Realmente soy un sádico? Realmente si lo soy.

El rubio intento entender pero sus ojos solo conectaban con los contrarios y se olvidaba de todo el mal que estaba pasando pero las palabras de Jeon era importantes.

—¿Un sádico?

—Mis ojos son oscuros cuando se observo y mi sadismo no puede detenerse. No puedo detenerme a mi mismo cuando me vuelvo lo que fui en el pasado y por eso debo huir de todo. Ser sádico me daña si te hago daño. El dolor y sufrimiento de las personas me excita demasiado pero no quiero nunca hacerte daño. Siempre me he prometido ser precavido contigo pero realmente me duele no detenerme.

Jimin negó sin creer lo que sus oídos captaron por segundos. Soltó el rostro de Jungkook y se alejó un poco pero no demasiado cuando no tenía a dónde ir.

—Realmente eso...

—Es horrible, lo sé.

Pero el rubio solo negó y abrió la puerta de copiloto con su mirada sobre el mecánico que sonría forzadamente mientras que pensaba que ya no tenía motivos para detenerlo ahora.

Aunque antes de que el hombre millonario se alejara de él le dijo algo que era verdad y que todo conectaba mejor ahora.

—Es por eso que has roto el contrato conmigo, tienes miedo de dañarme y yo tengo miedo de dañarte a tí. Estamos a mano.

—Pero no creo que estes del todo correcto. Solo un poco.

—Quizá pero se que no eres malo como tú te ves en el espejo. En fin, solo quiero que sepas que mi boda será pronto y su nombre... es Jack.

Su espalda era como una pared a sus emociones incontrolables cuando lo vio bajarse rápidamente y el ruido de la puerta sonó demasiado fuerte como el golpe del puño del azabache contra el volante de su vehículo.

Solo podía cubrir sus labios con otra mano mientras sus ojos miraban por el espejo retrovisor como Jimin caminaba por la carretera oscura y era seguro que alguien vendría por él.

Y no se equivocó cuando las luces de un vehículo se encendieron a la distancia y el vehículo desconocido se acercó a Jimin, permitiéndole subir para luego desaparecer de la carretera.

Su hombre se había ido con alguien con quién no había visto pero si vio la mirada de Jimin hacia su vehículo negro y luego lo vio subirse lentamente al vehículo.

Es lo único que recordaba ahora mientras sentía como sus cálidas lágrimas caían por sus mejillas hasta su mentón y luego caían sobre su uniforme de carrera negro.

Golpeó una y otra vez el volante del vehículo sintiéndose impotente por dejar ir lo único que lo hacía sentir un hombre amado.

Pero debía evitar que Park se casará con Jack. No era lo mejor para él cuando hablaba se un hombre que deseaba.

Jeon era el hombre que deseaba, Jimin podía pensar en él en todo el camino hacia su mansión en esa carretera silenciosa y fría en un vehículo donde su conductor era Jack, quien sonreía por lo ocurrido aunque Jimin parecía molestarle su rostro cuando lo observaba de reojo.

Este no era el final de un amor entre dos hombre que se sentían iguales y amados por como eran. Es mejor dicho, el comienzo de la historia que deben cambiar juntos.

Jungkook no se iba a rendir ante eso y lograría salvar a Jimin cada vez más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro