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Capitulo O15

Molestia, molesto, enfurecido y irreconocible.

Entró a su apartamento con el enojo a flor de piel. La puerta se cerró detrás de él y el mundo cambió.

Golpeó, arrojó, rompió todo lo que había en su paso. Sus manos pasaban por su rostro, sentía frustración de todo. Se estaba frustrando de pensar todo el tiempo en su alrededor. Creyó que todo estaba bien y ahora todo era caos.

Caos. Caos como la mente que poseía, mejor se tranquilizó, solo unos minutos hasta que volvió arrojar todo al suelo. Se quitó la chaqueta y la tiró al suelo mientras caminaba hasta su habitación a pasos rápidos.

Maldijo una, otra y otra vez. Maldijo ese nombre en el primer momento que lo escuchó.

Su cuerpo comenzó a doler como su cabeza, sus manos dolían de tanto romper cosas que no tenían la culpa pero el desahogo es lo único que le hacía hacer eso junto con la molestia.

¿Quien era ahora mismo? No se reconocía a de esta forma.

Todo este momento de furia se calmó cuando de un momento a otro se encontraba ahora sumergido en la bañera. Su cuerpo se comenzaba a poner rojo, más bien, su piel era víctima de sus manos que intentaban limpiar hasta lo que no existía. Todos sus tatuajes tomaban un color rosado por el nivel de violencia con el que limpiaba su piel con solo sus manos.

Se sentía extremadamente asqueado de el mismo. La suciedad inexistente atacaba su piel, se encaminaba por todo el cuerpo y en buscaba su mente para acabarla cuando siempre escapó de los malos pensamientos y sucios.

Tomó un poco de agua entre sus manos y se lavó el rostro, una y otra vez. Sintiéndose sucio pero no tan sucio porque no era físicamente, sino psicologicamente.

Jaló de su cabello como si tuviera la culpa de todo, por suerte, nunca se dañó pero si dolía un poco.

Soltó gritos desgarradores cuando su piel le pedía que por favor se detenga. Limpiar, limpiar y limpiar su piel no era la cura.

Lavó su rostro con fuerza, golpeó el agua, gritó, odiaba su reflejo en el agua, la volvía a golpear y luego se jalaba el bello cabello azabache.

La culpa no es físicamente.

Es como si subconsciente peleaba con él intentando ayudar a encontrar la racionalidad y dejar el dolor atrás.

Cansado de pelear con él mismo todo el tiempo, sus ojos dolían cuando cada lágrima se escapaba de ellos  y dolorosamente quemaban las mejillas al llevar ira en ellas.

Lágrimas de ira, dolor, desastre y angustia.

La misma angustia que le cerró la garganta y dolor era lo que sentía cuando tragaba saliva. Rodeó su propio cuello con una mano y lo apretó. Esa maldita bola de angustia que se formaba allí le molestaba pero sus ojos rojos y oscuros no demostraban tristeza, si no, dolor de un alma que era atormentada por la misma mente.

Soltó su cuello cuando el aire era escaso y su visión se aclaró cuando dos lágrimas de cada ojo se escaparon.

Estaba llorando mientras se dejaba llevar por el frío baño que su cuerpo sentía injustamente. Parecía haberse desmayado allí mismo cuando dejó de luchar y quedó quieto en su lugar.

Quizás debía dormir allí mismo, sus ojos estaban cediendo al sueño después de un cansancio mental en tan poco tiempo. Era la única forma de sentirse tranquilo si dormía en un lugar asi. Creyó que podía darse por vencido pero jamás imaginó que alguien más lo iba a salvar esa noche de allí con toda la fuerza que tenía.

Los gritos de desesperación nunca fueron escuchados por sus oídos cuando su conciencia caminaba en una delgada linea entre la inconsciencia y la realidad que esa joven intentaba atraerlo.

Su cuerpo era jalado, abrazado, consolado en brazos femeninos que estaban acompañados de sollozos y gritos desesperados que mencionaban su nombre en cada uno de ellos.

Está frío por el agua pero a esa joven no le importaba ahora sí se mojaba o si sentía el mismo frío.

Ella creyó que perdería a su querido hermano cuando sus ojos bonitos se comenzaban a cerrar junto a una sonrisa leve que se borraba pero antes los labios que la formaban le susurraba.

«Estoy bien, Han, déjame ir.»

Creyó que moriría pero solo alucinaba con la muerte que hacía que el corazón de Han duela demasiado mientras sus lágrimas lograban volver borrosa su visión de como sus delgadas manos acariciaban el rostro de su hermano algo ido de la realidad.

—No te puedes ir, No te irás porque aún no puedes morir. No puedes morirte aún, no puedes dejarme, somos dos contra este mundo. No pienses en eso, Jeon ¡Nunca!

Por más que tomara el rostro del contrario entre sus manos y su voz le hablará, no había otra manera de quitar la leve sonrisa del azabache de su rostro. Solo queria que ella no se preocupará con su sonrisa pero dentro alucinaba con la muerte y dejarla sola en el mundo.

—No se te ocurra déjame sola... —Su pequeño hilo de voz solo hizo a jungkook llorar poco a poco con la poca conciencia que tenía.

Pero aún más lloro cuando Han, después de tanto tiempo en el que eran niños. Pegó su frente a la del azabache y luego la frotó contra está en una señal de cariño de hermanos que solo ellos entendían mientras sus manos no dejaban de acariciar el rostro del mismo.

Se alejó cuando sintió como su hermano la miraba fijamente y luego se asombró sus últimos movimientos.

Jungkook solo dejó escapar la última lágrima al mismo tiempo que sus delgados dedos acariciaban la mejilla suave de su querida hermana y luego se desvaneció lentamente hasta ser solo un cuerpo inconsciente.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐒𝐞𝐱

Corrió por los pasillos del hospital hasta que sus ojos se encontraron con Han, quien se puso de pie tan pronto lo vio.

Su rostro estaba cubierto de maquillaje corrido en sus ojos hinchados y rojos de tanto llorar.

Tan pronto supo que sucedía, la abrazó fuertemente mientras pensaba en su hermano.

—Jimin, lo siento eras al único que podía llamar, además de que se que eres cercano a él. —Su semblante se escondía en su pecho mientras su lágrimas comenzaron a caer por su mejillas.

—Dime que sucedió, sabes que puedes decírmelo.

Ella se alejó de él con la mirada triste. Algo no estaba bien.

—El doctor dijo que su piel está herida, sufrió un desmayo en mis brazos y luego no recuerdo llegar tan rápido aquí. Solo a la ambulancia en el lugar y..

Sus sollozos entre medio de su confesión solo le generaba una bola en la garganta a Jimin. No era era muy sensible pero si lo era demasiado con las personas importantes en su vida. Algo que era muy difícil para Jimin pero Jungkook fue la excepción y se volvió la persona más importante de forma rápida.

No supo en que momento comenzó a sentir afecto tan de repente en un momento como este. Uno siempre valora poco y normal a alguien hasta que está a punto de perderlo.

—¿Puedo verlo?

Han asintió, tomó su brazo suavemente y caminaron juntos hasta la habitación de Jeon, dónde se encontraba con sus ojos cerrados pero tranquilo, mucho más tranquilo que la noche de ayer.

Descansaba en una camilla blanca, su cuerpo estaba cubierto de sabanas finas blancas, y su rostro solo expresaba tranquilidad en su sueño.

La medicina hizo efecto tan rápido que logró caer en el sueño, olvidando toda su molestia y frustración.

Jimin se acercó a el lentamente, su mano se extendió hasta su mejilla y la acarició. Luego tomó su rostro mientras depositaba un pequeño beso en su frente. Por alguna razón, sentía que le estaba devolviendo algo que él mismo le dió pero sentía esa sensación de dárselo también.

Sus ojos se abrieron lento pero seguros, su sonrisa era algo forzada porque el sueño aún lo abrazaba pero entendía que sucedía, esta habitación no era la suya.

La desesperación comenzó de nuevo. Intentó ponerse pie rápido peor Jimin lo recostó de nuevo en su lugar mientras sus palabras eran como tranquilizantes para su mente y cuerpo, sobretodo, para su visual cuando podía ver fijo los ojos de Jimin y asimilarlos con los de un ángel que lo calmaba.

Han llegó a su otro lado, su sonrisa y su alivio la hizo verse más calmada. Tomó la mano de su hermano, depósito un beso en el torso de esta y se prometió a si misma no llorar más ahora que lo tenía de regreso.

Jungkook sonrío para ella mientras acariciaba la mejilla de su rostro.

—Estoy bien.

—Eso quiero creer.

Sus brazos rosados de tanto frotar en busca de limpiar su piel y cuerpo, solo conservaron ese color pero ahora era un poco más pálido, regresando poco a poco a su color natural de piel.

—El doctor colocó una buena loción para sanar tu piel.

Jimin solo tomó el tiempo en el que jungkook solo centraba su atención en su hermana y observó los tatuajes de sus brazos. Era lindos, de hecho, luego de mucho tiempo en que compartían intimidad, supo lo bellos que eran ahora que los observaba mejor pero estaban algo heridos.

Sus manos no fueron tímidas. No importa si es su dominante, sabía que no debía tocarlo sin su orden pero su impulso fue más que eso. Eso provocó que no tenga miedo de acariciar su brazo.

—¿Puedes dejarme solo con Jimin? —Han asintió y caminó hasta la puerta para luego desaparecer detrás de ella.

El silencio no era bueno. Pero allí, entre miradas y expresiones, si lo era. Se tomaban el tiempo para observar el uno al otro hasta romperlo.

—¿Por qué sucedió esto? ¿Fue por mi padre? ¿El te provocó esto?

Jungkook solo tomó una respiración al oírlo.

—No me enojo por malos comentarios, tu padre solo soltó malos comentarios pero solo me enojo por las cosas que duelen por mucho tiempo.

—¿Que cosas pueden doler por mucho tiempo? Sabes que puedes decírmelo, no le diría a nadie.

—Aun así, es un secreto mío y aunque quiera decírtelo, no lo haría.

Le dolió que Jungkook desviará la mirada hacia una ventana de la habitación. Parecía como si el tema no importaba o que no quería genera preocupación en el rubio.

—Pero yo conté mi secreto para ti, era ser masoquista y tú me aceptaste, ¿por qué yo no puedo devolverte el favor?

—No es un favor que debes hacer, si te lo digo no me dejarías nunca. ¿Ahora entiendes por qué? busca algo mejor, eres joven aún.

—Tú también lo eres.

Jungkook volvió su cabeza hacia él. Solo lo observó, luego continúo.

—Pero mi mente no es igual a la tuya, tu amas el dolor, yo te lo doy, ahora piensa algo superior.

—N-no entiendo.

—¿No? Entonces suerte en tu búsqueda, creo que deberíamos terminar esto aquí, es lo mejor cuando no quiero ser parte de la búsqueda pero tampoco quiero ser una segunda opción.

¿Por qué Jungkook de repente hablaba como si fuera en códigos? Su mente solo estaba con él ahora. Lo único en lo que pensaba era en él y su salud. No le importaba otra cosa que no sea Jungkook.

Ahora parecía terminarlo todo. Por una extraña razón, se sentía triste por dentro mientras se mezclaba con el sentimiento de sentirse desprotegido y dejado en un mundo tan grande.

—¿Terminar? No creo que tenga sentido terminar cuando no entiendo muy bien...

—Por favor, has algo por tu bien, quema el contrato, creo que ya no deseo seguir. Mi trabajo ya está hecho y el tuyo es tener una gran herencia en tu familia con un hombre millonario como tú.

—No tengo porque aceptar lo que mi padre me dice.

—Parece que es todo lo contrario. —Quema, quema lo que Jungkook soltó rápidamente.

Jimin apretó sus labios y inclinó su cabeza hacia abajo, ocultando sus ojos tristes. Estaban comenzado a volverse vidriosos porque las lágrimas no dudaban en aparecer.

—No tenemos que romperlo, podemos darnos un tiempo si no te sientes bien-

—Me siento mejor si rompemos el contrato.

Tratar de solucionar el tema sin romper el contrato no era una buena opción, lo que menos quería era romper ese contrato con él. Sentía que no tenía una excusa para seguir viéndolo, ya que, su mente comenzó a cambiar y dejó de verlo como alguien que solo cumplía sus fantasías para ser alguien más que eso.

Ahora solo lo observaba como algo más que un dominante en su vida pero no sabía si Jungkook lo veía diferente como él lo veía.

Si realmente lo quería tanto, entonces debía aceptar lo que el decidía.

—Rompere el contrato.

Jungkook solo podía observar hacia otro lado. Era mejor evitar la expresión que debía tener Jimin en su rostro, eso le ayudaría a qué no le afectara demasiado.

El rubio tomó levemente su rostro y lo giró hacia él.

Solo sintió sus belfos gruesos por última vez sobre los suyos. Fue frío pero seguro que sentía algo más por dentro que lo que no demostraba por fuera.

Ese beso fue sin vida, sin fuego, muy apagado pero porque ambos sentían sentimientos que lo ponían inseguros y no sabían que ocurría. Confusión.

Luego lo observó como se marchaba al cabo de unos minutos, sintió que se giró y volvió a evitar su mirada pero lo más seguro era que Jimin estaba llorando cuando desapareció detrás de la puerta. Pero también tenía la certeza que ese mismo día se alejaba por los pasillos llorando y evitando las palabras preocupadas de Han hacia él que intentaban detenerlo en el camino.

Ella solo regreso su mirada a la habitación de Jungkook y su expresión molesta creció como el pequeño enojo que sentía mientras sentía como sus puños se formaban en cada mano con enojo.

[...]


Otro día, otra nueva experiencia en su vida. Debía abrir su taller por el mismo. Taehyung no vendría a trabajar hoy gracias que decidió darle el día libre.

Hoy quería estar solo pero se olvidó de Hoseok cuando esté llegó tan pronto como él al taller. Se extrañó de verlo aquí y también se extrañó de no ver su propio vehículo destruido allí. Aunque sea podía repararlo pero la noticia de su amigo fue molesta.

—¿Es en serio? Ese Jack es un hijo de perra.

Sus palmas chocaron con fuerza contra la mesa de herramientas mientras sus ojos vacilaban sobre las herramientas dispersas.

—Hey tranquilo, se que no es una buena noticia pero puedes obtener otro vehículo pronto.

—¿Con que dinero? No tengo suficiente dinero para reemplazar ese vehículo con otro mejor a ese, Hoseok.

—Bueno, ese tal, Park Jimin es dueño de una agencia de vehículos de alta gama, ¿qué tal si-

Sus palabras nunca terminaron, Jungkook se giró hacia él con un semblante serio. Era mejor no continuar cuando no sabía que estaba ocurriendo con el azabache cuando tenía un rostro para nada agradable. Supuso que tal vez el mecánico comenzó teniendo un mal día hoy.

—No se de quien me hablas pero es mejor ponerse a trabajar que hablar de personas que no están aquí.

Jungkook ignoró a Hoseok luego, solo tomó sus herramientas necesarias cuando un vehículo se aproximó al taller. Quería tener la mente en su trabajo antes que en otras cosas que no le hacían sentirse bien aunque mentía cuando confesaba que no se sentían bien. Algunas se sentían bien cuando se relacionan con Jimin pero mejor omitió eso de su mente.

Arreglo un poco su traje de mecánico antes de avanzar hacia el vehículo. En su rostro se dibujó su mejor sonrisa mientras más se aproximaba al vehículo hasta que la misma se borró por completo de su rostro cuando vio bajar a un hombre de lentes oscuros y traje blanco.

—Realmente pensé que no volvería a encontrarte. —Sus ojos felinos detrás de esos lentes fueron enseñados cuando nada los cubría.

Las miradas eran tan diferentes. Jungkook solo lo observaba con frialdad mientras que Yoongi solo con falsa felicidad.

Antes de conversar, observó hacia atrás y luego se dirigió al hombre de traje blanco en un susurro bajo.

—No es el día de los demonios, ¿Por qué estás aquí? —Solto el azabache mientras se cruzaba de brazos y su mirada fue solo neutral como todo su rostro en blanco.

—¿No es un buen día para volver a vernos?

—¿Tú y yo? ¿Volver a vernos? No tengo nada de que hablar si nos vemos ahora mismo, conozco tu rostro pero no sé dónde exactamente.—Jungkook fingió que lo recordaba mientras su ceño era fruncido y sus ojos vacilaron por el lugar hasta regresar al rostro del contrario con firmeza. —No, no te conozco. ¿Ahora puedes irte?

—No, no creo que deba. Hay asuntos que tú y yo debemos hablar.

—Contigo no tengo nada de que hablar, solo vehículos aquí.

—No te preocupes, Jeon. No soy tan estúpido para exigirte hablar aquí cuando tú compañero de taller nos observa tan dudoso.

Jungkook volteó un poco hacia atrás para observar sobre su propio hombro como Hoseok observaba dudoso de la situación. Regreso su mirada hacia Yoongi y lo decidió.

—Dime dónde.

—No tengo que decírtelo, vendrás solo cuando leas mi tarjeta.

Su mano le entregó una pequeña tarjeta blanca hacia Jungkook, quien la tomó con desconfianza pero finalmente la tuvo entre sus dedos para luego leer el lugar de encuentro y luego no supo nada más del contrario cuando esté mismo se volteó en regreso a su vehículo, cuyo vehículo encendió cuando estuvo dentro y se marchó tan rápido que Jungkook no tuvo tiempo de procesar todo.

Las horas pasaron y jungkook sentía su mente explotar con muchas decisiones o falsos escenarios. No quería saber que sucedía si finalmente se encontraba con ese hombre.

Solo tomó un descanso sobre el sofá de su apartamento mientras pensaba que probablemente no debería ir hasta que su mente dejó de debatir entre si o no y finalmente cayó en el sueño donde su mente le jugaba juegos sucios.

Sus pies desnudos avanzaron solos por un suelo liso y cerámica roja. Su vestimenta solo era un traje negro pero era extraño que sus pies solo estuvieran desnudos cuando tenía que avanzar cada paso, podía sentir el frío suelo como el ambiente hasta que su cuerpo se adentro en un salón rojo que pronto sus manos mostraron ante sus ojos luego de abrir dos grandes puertas.

Sus ojos se enfocaron fijamente en un rey que se encontraba frente a el pero en la distancia. Sentado, cruzando sus piernas y con muchas personas que gateaban hacia él en busca del dolor que solo podía brindar gracias a sus habilidades.

Cerró los ojos por unos segundos y el ruido de los azotes sobre las pieles llegaban a sus oídos como también los jadeos de las personas al disfrutar. Negó cuando no quería oír eso pero una voz familiar hizo que sus ojos se abrieran y en su visión descubrió como un cuerpo que tanto reconocía como su cabello rubio, se aproximaba al rey con ganas de ser suyo.

Una mitad del rostro de ese rubio, contenía una máscara roja que cubría este para disfrazar su identidad. Lo observaba sentarse a lado del rey como si fuera su amante y por alguna razón, sus celos crecieron.

Caminó a pasos rápidos pero decididos cuando observaba cada vez más como ese rubio se aproximaba a los labios del rey con ganas de comerse entre ambos pero no quería eso.

Las personas que gateaban intentaban detenerlo pero no era posible. Solo safa su cuerpo de sus agarres. Estás personas solo querían que Jungkook se enfocará en ellas pero eso no era lo que el azabache deseaba cuando el rey intentaba robarse a Jimin.

No le gustaba como se abrazaban y rozaban sus labios, provocando a Jungkook. Pero la provocaciones llegaron a su fin cuando tomó a Jimin del brazo y jaló lejos de ese rey.

—No debías robar lo que no puedes ni siquiera aprovechar. —Fue lo que ese rey de voz profunda le dijo mientras sus ojos filosos y oscuros lo observaban sin miedo.

—¿No sabes quién es? Es mi rey, no me alejes de él.

Jimin solo se demostraba molesto cuando se safo de su agarre pera volver al rey pero Jungkook volvió a tomarlo del brazo y lo apego a su cuerpo. Quería protegerlo de ese rey que no tenía nada de buenas intenciones.

—Escucha a ese hombre que alejas de mí, déjalo disfrutar de lo que tanto desea. —Ese rey tenía agallas para confesarle eso con sus ojos llenos de deseo hacia Jimin que solo lograban contagiarlo del mismo deseo como si fuera transmitido con solo observarlo. Ignorando al mecánico entre ellos.

—No comparto lo que es mío con alguien que no tiene buenas intenciones. —Pero Jungkook sabía cuándo morder o atacar.

—Hablas de ti mismo cuando hablas conmigo, tú y yo somos uno. —Pero el rey lo quema su piel con cada una de sus palabras que salen de sus labios finos.

Ese rey solo dijo eso, manipulando su mente a su antojo y provocó que Jungkook saltará fuera de su sueño. Su respiración volvió pero de manera agitada como su corazón que no paraba de golpear contra su pecho mientras el sudor sobre su frente caía por el resto de su rostro.

Pasó una mano por todo su rostro y recordó el sitio que mencionaba aquella tarjeta, luego comprendió dónde veía ir ahora cuando anteriormente solo se negaba hacerlo.

Sabía dónde debía ir cuando su inconsciente le indicaba que debía terminar con lo que ese tal Yoongi le pidió y fue valiente.

Después de todo, Jimin estaba atrapado en ese lugar y necesitaba una mano que lo ayudará a salir para ver la realidad junto a las consecuencias que tenía si se seguía ahogando en aguas oscuras como ese mismo club.

Estaba dispuesto a salvarlo aunque no sea directamente pero si cortar lazos con el rubio hizo que tuviera la ventaja de tener su mente más enfocada en el caso.

Se colocó su chaqueta oscura sobre sus hombros y salió de su apartamento rápidamente.

Está vez será un héroe nuevamente y salvaría a otra persona, además de Hoseok.

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