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➳꙲᭄᪼⃟⃟𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎: 𝐔𝐍𝐂𝐎𝐍𝐒𝐂𝐈𝐎𝐔𝐒.˖͓ᭃ᭄͕᪶̋᪼

Era viernes por la noche, 17 de Septiembre de 2021. Nuestros dos enamorados protagonistas pasaban muy bien las fiestas hasta que llegaron a encontrarse con los padres del peliazul, sí... Estaban muy de malas.

Siempre tenían esa arrogante e hipócrita actitud que hacía hervir la sangre del pelirrojo por como veía que trataban a su hijo.

Pero no podía interferir en ese sentido, quería que fuera el peliazul el que le pusiera un paro a la situación y tomara finamente el valor de enfrentar a sus progenitores.

Lo único que él podía salvar de la situación es que... Eso que él había estado esperando por tanto tiempo se dio, lo único que podía hacer era sentir que de verdad lo amaba... Que se había enamorado de la persona correcta, después de esa revelación que hizo el peliazul tras finalmente hartarse de ellos procedió a hacerse presente una nueva melodía.

Que tan pronto como empezó, tan rápido terminó.
El peliazul salió victorioso de esta misma melodía y les ganó a esos dos adultos que nunca debió haber llamado "padres".

Todo correcto, pero siempre que ellos dos están en una buena situación existe un "Pero"... El pelirrojo notó que el peliazul comenzaba a marearse.

Y el peliazul sentía que todo se volvía negro, las voces de la gente a su alrededor simplemente lo aturdían demasiado que no se dio cuenta de cuándo fue que ahora él estaba en los brazos de su pareja.

Pasó rápido, pero para el pelirrojo se sintió como siglos.

Al ver que el de ojos negros caería inconsciente por acto de reflejo toma entre su mano izquierda el altavoz y en la derecha su arma con seguro rápidamente, tan pronto lo agarró corrió hacia el peliazul atrapándolo evitando que cayera al suelo.

Aunque aquí esta situación no termina, el pelirrojo una vez atrapa el cuerpo inconsciente de su novio en brazos corre fuera del centro comercial y la multitud no duda en darle espacio para dejarlos pasar, obviamente con apuros de por medio.

Los manipuladores del peliazul se levantaron rápidamente de esa silla decorada como un trono de navidad buscando dirigirse hacia donde había huido el pelirrojo con su "hijo". Pero en este caso se les fue díficil porque la gente se les atravesaba con el fin de evitar que los encontraran y darle más tiempo al de ojos blancos de huir.

El pelirrojo llegó a un callejón un tanto lejano del centro comercial en el que habían estado y se metió ahí creyendo que esos dos adultos iban tras él pero que finamente le habían perdido... Esperaba realmente que fuera así.

Lo deseaba más que a nada en este momento.

Se sienta en el suelo respirando violentamente inestable por el cansancio tras correr con varias cosas en brazos y un cuerpo también en estos mismos.

Se sienta, apoyando el cuerpo de su novio en brazos.

Respira un poco y se asomó por el borde dela pared sumisamente buscando a los dos adultos con la mirada, al no verlos por ningún lado finalmente volteó a ver por el peliazul.

Tenía muy en claro que era un desmayo porque el peliazul estaba respirando, pero eran muy poco seguidos estos suspiros y eso comenzaba a asustarlo.

El pelirrojo se calmó.

—Lo hiciste bien, Ben... —dijo mientras depositaba un suave beso en la mejilla del chico.

Decidió esperar a que él despertara, aunque en cierta parte los nervios aún lo estaban matando.

Lastimosamente no es que él pudiera hacer mucho al respecto; si se atrevía a forzar a su cuerpo a hacer más fuerza de la que ya hizo simplemente logrará que las heridas que tiene por saltar de ese auto de manera tan agresiva se abran devuelta.

También estaba atento, esperando y deseando que durante el transcurso de tiempo que estaba ahí no viniera ninguno de dos rostros no deseados.

No quería tener que lidiar con eso, al menos no este momento, porque también está pensando en decirle algo muy importante a su pareja.
No sabía cómo, tenía que decirle. Prometió que no habría más secretos sobre temas realmente serios y esta vez se enteraría a la fuerza si no le decía.

Aparte prefería un poco de apoyo por las palabras que quería formular.

Las voces, esas voces. Se hacen presentes.

"No tienes por qué decirle, simplemente deja que se entere de la maldita bestia de la que se enamoró."

"No será la primera vez que llenes tus manos de rojo puro... Porque será sangre... ¿No te tienta meter este fluido del cuerpo de él a un frasco para llevarlo a todas partes?"

"Grace tiene razón, él estaría mejor sin ti..."

Cerró los ojos buscando lograr dos cosas:
1- No alucinar porque sabe que si los llega a abrir se hará más severo.
2- Ignorar las voces que tanto comenzaban a dañarlo con palabras tan hirientes.

—N-no... -susurró el pelirrojo. —¡Por favor, no! —aún con el cuerpo del peliazul apoyado en sus piernas, llevó sus dos manos a ambos oídos, gritando por piedad buscando evitar tener que entrar a ese infierno una vez más que tanto lo estaba quemando internamente.

Comenzó a llorar de verdad.

Porque entre esas voces comenzaba a escuchar las de sus dos amigos fallecidos, el de tez morena y la chica de razgos asiáticos.

"—El más allá es más aburrido sin ti, y sabes exactamente bien que tienes un boleto gratis a llegar acá... Sólo tienes que acercar tu arma a tu cabecita y tirar del gatillo. —" la voz de la amante de los cuchillos se hizo presente, pidiéndole exactamente una cosa que lleva negando desde esa masacre.

"—Ella tiene razón... ¿No nos extrañas? ¿Por qué ya no vienes, zanahoria? —" dio la razón su otro "amigo".

—¡Paren! —exclamó el pelirrojo aún manteniendo sus manos en sus oídos. El apodo “zanahoria” no fue gracioso, por el concepto... O más bien por el contexto que tenía esta situación.

Rápidamente trató de bucar entre su mochila el frasco de pastillas.

Agarró una y la puso en su boca.

Los susurros desaparecieron poco a poco, o eso él creía hasta que escuchó a la asiática nuevamente.

"—Esas putas pastillas no te van a salvar ahorita, no te queda más que quedarte sólo con tu cruel imaginación."

"—Hey Nene, parece que va a llorar."

Los dos ríen al unísono y el pelirrojo se siente estúpido.
Quizá tirar de ese gatillo con mirada tentadora no sea tan malo...

Pero decidió finalmente abrir los ojos y lo primero con lo que se encontró es a su inconsciente novio, de su ojo derecho se deslizaba una escurridiza y silenciosa gota de agua salada.
El pelirrojo con desgana y suavemente pasó su mano por debajo del ojito del no despierto para retirar esa gota de agua salada.

¿En qué estaba pensando? No podía matarse, no ahora... No ahora que por fin siente que le importa alguien, no ahora que siente que quizá sí hay escapatoria y la vida le da la buena cara cada que está al lado del peliazul.

¿Entonces por qué no puede dejar de pensar eso y centrarse en que su novio despierte?

Estaba ignorando las voces de Nene y Darnell de su propia cabeza hablándole a duras penas.

La pastilla había tardado mucho en hacer efecto, más que otras veces. Tenía que hablar rápido con el peliazul.

Pero cuando esas dos voces molestas desaparecieron pudo estar más tranquilo, quizá no del todo pero algo es algo.

Era algo extraño pero... Su tortura aquí no termina.

—N-no... ¿Q-qué es esto? —susurró realmente dolido, llevó su mano derecha y la apoyó sobre su pecho. —¿P-por qué duele tanto? —no era dolor físico, era emocional. Dolía mil veces mucho más que cualquier otro miserable sufrimiento en este patético mundo.

Las lágrimas se hacen más continúas, este dolor...

Ya lo había sentido antes.

Cuando mató a la primera persona que atentó con su vida en ese asqueroso tiroteo; Cyclops.

Este dolor, es el peso de la culpa, de lo miserable que se siente.
Esas voces estaban ahí para recordarle el asco de persona en la que se había convertido... “persona” si es que podría llamarsele así, más bien... ¿Por qué no una bestia Bil y cruel?

Podríamos decir que él fue de los pocos sobrevivientes de esa masacre, por no decir que el único.

Se limpia las lágrimas, busca calmarse cuando siente que el peliazul se remueve más.

Estaba por despertar, y después hace un ejercicio de respiración para calmar los sollozos lastimeros.

No era la primera vez que buscaba callarse de esa manera; con ejercicios de respiración... Más bien lamentablemente ya era costumbre, por lo que se le hizo fácil calmarse.

Después de unos veinte segundos los vio devuelta; esas perlas color negro que tanto brillaban ya sea de día o noche.

Quizá debería decirle otro apodo al peliazul, quizá “Lunita” porque siempre es su luz entre tanta oscuridad...

Ríe con ese pensamiento tan cursi, pero este mismo sale fugazmente de su cabeza al recordar que él despertó.

—¿Estás bien, Baby Blue? —preguntó.

Vio cómo este sonrió y un par de lágrimas de le escapaban de los ojos, el pelirrojo iba a preguntar hasta que el otro en un rápido movimiento lo abraza, fuerte, el pelirrojo correspondió tomándolo de la cadera.

—Acabó... Finalmente de acabó... —dijo el peliazul, sonriente.

—Todavía queda un largo camino por recorrer Sweetheart, pero creo que comprendo a lo que te refieres. —contestó, acariciando los cabellos azules del contrario.

—¿Dónde ellos-... —se detuvo en medio de su frase el más bajo.

—... —esperaba pacientemente a que continuara.

—Ni siquiera quiero saberlo. —se corrigió a sí mismo, después de esto ya habían aflojado un poco ese abrazo para ambos verse a la cara.

—Erm... De todas formas, ¿Qué tal si pillamos un poco de chocolate caliente y encontramos un lugar para descansar esta noche? —dijo el pelirrojo.

—Suena como un plan. —contestó el peliazul.

Y ambos comenzaron a caminar tomados de la mano, el pelirrojo en su cabeza buscaba levemente las palabras correctas para hablarle a el peliazul de lo que le ocurría. Quizá eran noticias amargas pero no del todo; eso esperaba.

Mientras pidieron sus dos pocillos de bebida caliente observaban a la ventana, estaba comenzando a nevar suavemente, los copos blancos parecían algodón de azúcar.

Era realmente hermoso.

Dobrze... —habló levemente en idioma Polaco buscando llamar la atención del peliazul, cosa que consiguió. Esta misma palabra pronunciada podría traducirse al español como: « Bien... ».
Recuerdo haberte prometido contarte de mis problemas siempre, así que seré breve. —el peliazul asintió sonriendo tiernamente mientras escuchaba al pelirrojo hablar; se estaba tomando la promesa en serio y eso solamente conseguía hacer feliz realmente a el de ojos negros.

—Continúa. —dijo el peliazul, pues al parecer el pelirrojo estaba esperando respuesta alguna de él.

—Las pastillas para esta... Esquizofrenia,.. Están comenzando a dejar de hacer efecto. —el peliazul no se asustó, más bien se preocupó.

—¡N-no te preocupes! —dijo el pelirrojo al notar su expresión cambiante a una más seria. —es sólo que... Ya tenía una idea en mente y era para saber si podría consultarla contigo... —habló el pelirrojo, el peliazul asintió.
—Como todavía no tenemos nuestro destino cerca tenemos que refugiarnos en x lugares. La casa de mi “padre” está cerca de aquí, a unas cuatro horas, quizá... podríamos ir allá y quedarnos un par de días para que pueda asistir a terapia y saber cuál es el nuevo frasco de pastillas que necesito. —finalizó, tomando aire al final.

El peliazul se puso un poco nervioso... No conocía a ese señor; el padre de su novio, se sentía bien llamarle con el apodo de « suegro » pero no sabía cómo podría estar tomando la relación de él y su pelirrojo favorito.

—Quizá y ya te estás llenando la cabeza de miles y malas ideas, te prometo que es buena persona. Y para que te sientas más seguro... Tiene novio, se llama: Steve. —dijo el pelirrojo. —lo único malo es que él hace bromas demasiado bizarras.

El peliazul río suavemente. —puedo soportarlo... Está bien, si de verdad es así entones iré. —dijo el peliazul sonriente.

—Quizá el transcurso de tiempo sea largo, quizá no. Eso ya se decidirá pronto; depende de cómo sean mis terapias. En todo caso estaba deseando muy fuerte que dijeras que sí porque ya le había avisado que iría sin tu consentimiento. —dijo el pelirrojo buscando un puchero de su novio, cosa que obtuvo.

—Malo. —dijo el peliazul.

—JAJA, por ti, primor. —le guiñó el ojo, consiguiendo que el de cabellos azules lo viera sonrojado, pero después de eso volvió a el tema.  —para entonces, el “horario” sería de la siguiente manera... Mañana tenemos esa cita doble con Grace y su nueva pareja, ¿No? —preguntó el pelirrojo, el peliazul asintió.

—¡Sipi! Ahora que lo pienso... ¿Cómo se llamaba? —dijo el peliazul.

—Senpai.

—¡Eso! —dijo el peliazul.

—Bien, después de esa cita doble quizá y podríamos partir a las seis de la mañana a la casa de él. —dijo el pelirrojo.

—Está bien. —contestó.

Llegó un mesero de cabello negro y ojos del mismo color. —sus pedidos, señores. —acto seguido dejó ahí ambas tazas de chocolate junto a dos panes con mermelada dentro, y después de eso se retiró.

Vaya, este día sí que había tenido el verdadero sabor de algo agridulce.

Síganme, les prometo que soy buena gente. *Gritos internos*.


Por cierto, no es por alarmar. Pero esta historia tendrá dos finales alternativos, que ya están en mi mente.

Por si acaso! Esto no quiere decir que acabará pronto, sólo voy avisando porque estarán... Potentes.

Linda tarde 😘☝️

• MILKY.

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