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╰━ Sentimientos
- ̗̀✧ 土星 ✧ ̖́-
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El sonido de música baja como balada acompaña a los clientes del bar donde los miembros fundadores de BD discutían una solución que aquejaba a su compañero.
─Ya te dije Wakasa, nada se soluciona con golpes. Además Shinichiro solo dio la autorización cuando sea el caso de que alguien de esa pandilla ataque.─ el de cabellos negros se quejó, con un vaso de whisky en mano.
─Entiendo tu punto Aka, pero si no actuamos rápido más problemas habrá.─ aún con su paleta Imaushi argumentó, el más alto de todos aún no decia nada, sus dos amigos ya tenían una solución.
─Ese hombre piensa que cargar con todo será la mejor solución, eso solo logra destruirlo más. Además esa conversación que tuvo por teléfono me da a entender de que es una chica, no dijo nada sobre ella pero se entiende que no quiere que le pase nada.─ del baño de hombres Sano salía, el alcohol ya había hecho lo suyo. Estaba ebrio, su andar era desprolijo y parecía ido. Los tres chicos no objetaron nada.
─Disculpen la demora, beber no se me da bien.─ los demás que lo acompañaban se miraron y solo negaron. Siguieron hablando para mañana tener esa reunión con los demás miembros de Black Dragons.
La música cambió a una más alegre, y así las bebidas alcohólicas aumentaron en la mesa de todos los chicos. Cada uno bebía algo que sea de su agrado y más Sano que bebía como si no hubiera un mañana. Una joven que disfrutaba de la noche se le pegó y empezaron a hablar, risas y charlas poco convencionales, la chica se sentó en el sillón muy cerca del ojinegro. Par de palabras chistosas y otras más serias, al parecer aquella dama nocturna disfrutaba de su vida sin importarle que inconvenientes podría causar al día siguiente.
Por puro placer que se otorgó ella, dejo un casto beso en el cuello del varón, señal de dejar a sus compañeros de noche como marca y despedida. No hubo más que una conversación tranquila y llena de alcohol.
A la entrada del bar un auto negro paró, de la parte del copiloto se bajó una chica que vestía de rojo por completo, y fue directo hasta la parte de atrás abriendo la puerta.
─Esta adentro con sus amigos, no sé exactamente la situación en la que se encuentre.─ Kira solo agradeció y fue en dirección a la entrada del lugar de diversión nocturna. Un guardia de seguridad le dio paso a dentro, la luces led y el aroma a cerveza inundó sus fosas nasales. Una mesera del lugar se le acercó y ofreció una copa de vino.
─Bienvenida a Bermudas, ¿quiere una bebida en especial?─ una pequeña sonrisa iluminaba el rostro de la joven. La miro y decidió ordenar una bebida de su agrado. No era que ella bebiera pero sabía en lo que se estaba metiendo, además sus amigos le habían ayudado a conocer el mundo de los "adultos" ya que ella aún era menor y no comprendía sobre ese tema en su totalidad.
─Un Margarita, solo eso.─ la muchacha asintió y fue hasta el barman que le de su pedido.
Decidió que debía encontrar a Shinichiro y hablar con él antes de que haga una locura, aunque la luces bajas y el sonido tan alto le acongojaba impediendole tener mayor concentración. Vio a varios grupos de amigos celebrar por alguna razón que desconocía, a chicas reír en su mesa con vasos de colores, pero nada de la persona que buscaba. Todo indicaba que debería adentrarse más al espacio de los que disfrutan de la buena vida, el peculiar olor a cigarro la hizo arrugar la nariz en busca de otro aroma que no sea así de fuerte.
Un joven de tez blanca se le acercó y le empezó a hablar.
─Linda, ¿necesitas compañía?─ le preguntó, el olor de su boca casi le hace vomitar, solo olía a alcohol. Le observo con fastidio.─ Anda pequeña, ven conmigo.─ se acerco hasta su oreja y le susurró.─ La pasarás bien.
Kira soltó una risa sarcástica, lo agarró del cuello de la camisa y miro con rabia.─ Primero, apestas causandome náuseas. Dos, fíjate con quién hablas y por último...─ apegó más su rostro al desconocido.─ Vuelve a llamarme linda y juro que tu boca será imposible de usar.
Posiblemente su cambios de actitud puedan confundir a quienes la rodean pero en estos casos hacerse la sumisa o la víctima no era su caso, siempre que podía demostraba su fortaleza y su valor. Su frente en alto así como su orgullo para controlar la situación, sea o no difícil de resolver. Una mujer decidida a sacar un buen inicio y final a una partida, con sus puntos y comas bien puestos.
Soltó de golpe al tipo que quedó pasmado por la actitud de la joven de ojos claros, la fémina siguió buscando a su objetivo, mientras hacía eso tenía dos ojos fijos en sus movimientos.
Con un suspiro muy agotador sobo su sien en busca de paciencia, con el movimiento de sus manos acomodó su cabello ondulado detrás de sus orejas así como acomodó su chaqueta gris cerrando hasta la mitad.
Una risa en peculiar llamó su atención por completo. Giró en dirección a la zona VIP, y ahí lo vio bebiendo y fumando con otros dos chicos y la compañía de una dama algo mayor, de unos 23 a unos 25 años. El panorama en sí ya comprometía mucho al mayor de los hermanos Sano, sus ojos por un momento tomaron una tonalidad más sombría y fuera de sí.
Si la vieran temblarian del miedo, una mujer con celos y enojada no es buena combinación.
El sonido de la música cambió a una más baja. Melodía con la cual retomó sus pasos hasta la mesa que compartía con sus amigos.
Sus pasos suaves iban al compás de la canción de fondo, sus ojos miel miraban fijamente al chico de ojos negros, él no parecía ver la presencia de la joven acercándose hasta su mesa. Un vaso de whisky con hielos en su mano y la otra en la cintura de la mujer de largos cabellos negros.
Cuando estuvo frente a él, se le partió el corazón. No imaginaba que aquel chico dulce y hasta tímido cuando estaba cerca suyo se haya convertido en alguien tan triste y que daba lástima; parecía un sueño, uno malo.
─Shinichiro.─ llamó al muchacho que reía y bebía tranquilamente, el contrario alzó su vista encontrándose con sus ojos llenos de decepción, parpadeo un par de veces antes de reaccionar. Sorprendió se levantó, atontado por el alcohol casi cae, justo logró sostenerse con su piernas.
─¿Q-qué haces aquí?─ le pregunta, sus mejillas sonrojadas señal de que la bebida que ya tenía en la sangre, su cabello desaliñado y ese labia en su cuello que hizo que Kira apretara los labios con enojo. La muchacha de ojos color verde rió y dejó que hablen aunque antes de apartar la vista Kira le dio una mirada tan fría y llena de molestia que una corriente eléctrica pasó por su espalda.
─Hablar, eso pasa. Necesitamos hablar.─ su voz salió hasta dura, antes de que diga una negativa fue jalado hasta las afueras del centro nocturno, sus dos amigos no dijeron nada, ya que aura de la chica desperia chispas o hasta rayos del enojo.
♋
Cerca de la puerta de emergencia ambos jóvenes se miraban fijamente, la fémina suspiró y se apegó a él. El aromático olor a rosas bailo entre calo entre su nariz, Shinichiro moría cada vez que ella hacia ese acercamiento que le permitía olfatear su aroma tan encantador.
─¿Porqué dijiste esa mentira?─ el suave viento de la noche movió sus largos cabellos ondulados, él pelinegro admiro la imagen de la chica con detenimiento. Su suave rostro y su piel tan tersa, hermosa en todas la definición de la palabra.
Podría estar borracho pero la belleza de la chica le puso nervioso, sin embargo, él ya había tomado una desición.
─¿Mentira? Yo no mentí Kira, solo dije la verdad.─ exclamó con seriedad mientras contenía sus ganas de abrazar a la castaña. Sus manos picaban por volver a sentir esa calidez envolverlo, el abrazo de ese día lo hizo recuperar un poco la conciencia.
─¿Qué? Shinichiro puedo verlo en tus ojos, mientes con todos los dientes. Dime que pasa, te lo dije trato de entenderte.─ sujetó su mano, él se soltó siendo algo brusco. El corazón de la chica latío, no por la emoción si no que con temor. Espera ese tipo de situaciones con otras personas pero no con él, no Shinichiro Sano.
─Basta Kira, te lo dije tengo novia, alguien ya esta conmigo. Si viste la marca en mi cuello aclararas tus dudas, mira bien.─ con lo dicho dejo a la vista su cuello, un beso marcado con labial rojo. Ella mordió su lengua antes de querer soltar un insulto. Esa fémina de ojos verdosos se burló en su cara, aunque sentir celos cuando ella y él no eran nada le mostraba más, gruño como respuesta.
─¡Basta tú!─ alzó la voz con enojo, para su mala suerte una tormenta fuera de estación se avecinaba, la temperatura bajó repentinamente. Los dos se veían mutuamente, el viento removida sus rebeldes cabellos desordenandolos más de la cuenta.
La menor acomodó su mano en la mejilla del varón, estaba cálida. Lágrimas traicioneras cayeron de sus orbes, él quiso limpiar esas gotas saladas del rostro de su amada pero se contuvo y solo bajo la vista.
La lluvia empezó a caer repentinamente mojando a los dos.
─Déjame, busca a alguien mejor. Fui un egoísta al quererte conmigo sabiendo que ya estoy con alguien.─ otro duro golpe para ambos corazones, ella siguió llorando. Puede que llorar la haga ver débil pero no era así, lloraba para controlar la rabia que sentía, a su mente paso la imagen de Sano con otra chica burlándose de su inocencia con respecto al amor. Sus ojos por un momento perdieron todo brillo que la hacía destacar, que difícil que resultaba dar un poco de tu corazón a alguien que lo puede romper.
Subió su otra mano hasta la otra mejilla, hizo que levantara la cabeza y conectó sus ojos con los de él. La lluvia ya había empapado su cara, justo y para su suerte no utilizaba ningún producto de maquillaje más que solo rímel para los ojos y un labial suave a prueba de agua. Muy al natural para hacerle saber al mundo que la belleza no yace en el exterior sino que más bien en el interior de la persona, con sus valores y las enseñas que le fueron inculcadas con los años.
─Maldición, por una maldita vez deja de mentirme. Estoy aquí ante ti, pidiéndote la verdad.─ sus manos por un momento temblaron, al parecer el frío no era su mejor amigo.─ ¿Shinichiro?─ él se soltó, la chica casi cae por llevar zapatos algo resvalidosos, su melena yacía mojada así como su ropa. Ni hablar de Shinichiro, estaba en las mismas o quizás peor.
─¡Te estoy diciendo la verdad!─ masculló, no quería gritarle pero vio a una persona desde las sombras y debía dar una actuación creíble, con la joven fuera seria más fácil de solucionar los problemas. El rugir del cielo fue el inicio de una fuerte caída más agua siendo más estrepitosa.
Un grito de dolor se oyó por toda la zona, Kira había gritado.
Ella recordó esos malos días, días a los cuáles no quiere regresar.
─¡Demonios deja de mentir!─ con furia se acercó hasta él y estampó sus labios en un beso. Sano no supo que hacer lo que consumió antes le hizo marear y no supo que pasaba.
Sus labios estaban juntos, el varón con los ojos abiertos a más no poder y ella con los ojos cerrados, con lágrimas invisibles debido a la lluvia que mojaba su rostro. Abriendo los labios poco a poco sus bocas se fueron uniendo más, los movimientos de sus bocas iban tomando coordinación, también cerró los ojos disfrutando de ese junte tan repentino.
Al parecer el beso fue de su agrado que lamió su labio superior disfrutando del encanto de la unión.
La pelicastaña posó sus brazos alrededor del cuello masculino haciendo que se junten más, las manos del chico bajaron hasta la cintura diminuta, y vaya que ese beso seria inolvidable ya que este era el primero que daba a la edad de 18 años.
Siguieron con sus labios juntos, el aire ya empezaba a faltar, pero aún así no querían separarse. Ni un poco.
La primera en romper el beso fue la fémina, con la respiración entrecortada y las mejillas sonrojadas miro al contrario que le sucedía lo mismo. Con temor al escuchar una mala repuesta dijo:
─¿No sentiste nada?─ le preguntó tomando sus mejillas con ambas manos, sus labios entre abiertos y sus ojos brillantes en busca de un "sí".
Estaba esperanzada.
─Nada.─ mintió descaradamente, obvio que ese beso, ese choque de labios fue el mejor de su vida. Quería recordar el sabor que contenía sus labios una vez más, o las veces que sean. La quería con él. Esta vez sí fue un completo idiota, y lo reconocido.
Se alejó de él y le pegó una cachetada.
─Ese "nada" fue mi maldito primero beso, y sabes que... quedatelo... y-yo...─ no pudo continuar ya que salió corriendo en dirección a la entrada del establecimiento. Se sentía avergonzada y hasta humillada de la peor forma que conocía, su corazón en ese momento se sentía mal.
Shinichiro se quedó solo bajo la lluvia lamentándose de dejar ir a la persona de quien se había enamorado.
Con Kira.
Ella corría desesperadamente hasta el auto negro, subió sin esperar que habrán y dijo que la llevarán lejos de ahí.
Al momento de irse un flash tomaba el vehículo donde se había ido la nueva obsesión de su jefe, uno de los pilares pertenecientes a Mikadzuki enviaba la foto a su líder. Que al momento de recibir dicha fotografía digital llamó.
─Buen trabajo, ahora que se sobre su relación rota tengo una oportunidad. Es todo pueden volver.
Así la llamada fue cortada, el espía solo dejó una nota con el guardia que pidió que se le de a alguien de Black Dragons, con dinero hasta baila el perro así que sin ningún problema acepto el agente de seguridad.
No tan lejos de ahí, la chica que vestía de rojo anotaba en su libreta cosas que solo se sabrían en el futuro, negaba con la cabeza muchas veces.
Cubrió su cuerpo con una capa del mismo color que su ropa, rojo oscuro para que haga contraste con la noche y pase como una sombra de la oscuridad.
Al pasar por el bar de cerca paso Shinichiro con la mirada perdida y todo empapado por la lluvia que cayó sin avisó, por acto chocó con su hombro el aroma a cigarro, y alcohol la invadió, él ni siquiera regresó a ver con quien chocó solo ingresó al lugar y decidido a beber más.
¡HUBO BESO!
Perdón si no fue como quisieran pero dije que habría drama, y además soy mala a la hora de escribir algo amoroso. (Experiencia mala).
Próximo capítulo posiblemente se acabe este arco, y empiece otro, se viene revelaciones y sobre esas personas que tanto preguntan en los comentarios.
Dato curioso: Kira mide 1, 69 cm . Es bajita a comparación de Shinichiro que mide un 1,82 cm.
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