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Capítulo 11.




























Aún le costaba asimilar aquel suceso, no podía creer que estuviera en medio de la nada, aislado de los prejuicios y miradas acusadoras.

Sabía que no sería para siempre, pero la realidad era que aún cuando se trataban de unos simples días, su vida no podría ser más que perfecta, decidiendo así el disfrutarlo al máximo.

Si podía vivir aquella semana al lado de Jungkook, lo haría, aprendiendo de él, entendiéndolo, haciendo que comprendiera cuánto le hacía sentir.

Realmente si le hubieran dicho tiempo antes que estaría viviendo este sueño hecho realidad, jamás lo hubiese creído, pues su vida había dado un giro tan increíble que hasta le resultaba ilógico de creer.

—¡NO PUEDO CREERLO! creciste tanto,—Taehyung sonrió enternecido al contemplar tras bajar del coche, como Jungkook se encaminaba hacia su hermano quién parecía prácticamente una madre emocionada, agarrando de los cachetes a Jeon estudiando que estuviera bien, buscando algún rasguño o similares y dándole exagerados besos sonoros que causaban en el pelinegro el más notable de los sonrojos.—exactamente cinco centímetros ¿qué les dan en esa iglesia, eh? olvídalo, quiero conocer a los chicos y a tu novio.

—Aún no es mi nov...—Intentó excusarse Jungkook, abriendo sus orbes como platos cuando Jin le cubrió la boca dándole un golpecito en su pecho con la mano libre.—¡Hyung!

—Le metiste tu cosita eso los hace novios y te vas a casar, mocoso endemoniado.—Bien ahora Jeon Jungkook, ese joven sin vergüenza se encontraba de todos los colores.— Sígueme tigre, tengo que conocerlos.

—Me desesperas, lo juro.—De acuerdo, aún cuando le daba algo de vergüenza la sinceridad sobre la sexualidad de ambos, Taehyung se sentía tranquilo, seguro, comprendido, como en casa, su cuadrada sonrisa inocente denotaba la admiración que le tenía a Seokjin incluso sin conocerlo a fondo, pues internamente aún cuando nadie lo sabía, él soñaba en algún día ser como Jin, libre, poder vivir su vida al máximo y mostrarse al mundo sin ser juzgado o sin importar el qué dirán.—Hyung, él es Min Yoongi y su novio, Jung Hoseok.

—¡Parece un minino!— Definitivamente Jin desconocía el espacio personal, pues las risas se hicieron presentes cuándo sus manos apretujaron los mofletes de Suga quién refunfuñó frunciendo su ceño antes de sonreír apenado.—y tú..como un pony salvaje, Hoseokie.

Carcajadas, sus risas resonaron en aquel campo que rodeaba la mansión en medio de la nada a las salidas de la ciudad, Taehyung no estaba seguro pero juraría que allí tenían caballos, animales y un hermoso jardín, podía notarlo tras las extensas hectáreas de aquel paisaje sacado de un cuento.

—Y él es mi precioso Taehyung, Kim Taehyung.—De acuerdo, no estaba listo para aquello, sus mejillas se tornaron de carmesí sonriéndole tímidamente al de ojos azules, contemplando de reojo la expresión dulce de Jin quien suspiró exagerado dedicándoles una sonrisa de oreja a oreja digna de fotografíar.—Tae, chicos, él es mi hermano Seokjin y él,—Habló señalando con su cabeza al joven de unos treinta años más o menos, quien se acercaba a acompañarlos abrazando por la cintura desde su espalda a Jin mediante apoyaba el mentón en su hombro.—es Namjoon, su esposo.

Taehyung se tomó un momento para estudiarlos, Jin lucía femenino sin perder su masculinidad, de ropas sueltas llevado una especie de montsuki hasta la altura de su cadera en tono rosa pálido, algo que combinaba con sus pantalones sueltos de tela fina, mientras Namjoon de vestimenta formal en camisa y pantalón de vestir, se mostraba como un polo opuesto a su esposo. Eran tan diferentes y a la vez similares, que el menor se preguntó si en algún momento podría estar o vivir algo similar con Jungkook.

Por un momento se detuvo a pensar, si la vida quizá les sonriera alguna vez, si Jeon fuese su verdadero amor ¿podrían vivir algo como aquellos dos chicos? ¿tendrían un final feliz?

Su corazón no quería ilusionarse pero lo hacía, no podía no hacerlo cuando veía a Jungkook, pues aquel chico no era más que la representación de lo divino, de un sueño hecho realidad, de la locura de un amor irracional que ansiaba vivir con deseo ferviente.

Se estaba enamorando y eso era peligroso, más si no llegaba a ser realmente correspondido.

—Es un placer conocerlos, chicos.—Exclamó Nam mediante les dedicaba una sonrisa. —Espero que estos días sean de su agrado y mi Jinnie les cause una buena impresión.

—¡Ay tonto! claro que lo haré, soy lo suficientemente genial como para que me adoren.—Se mofó Jin encogiéndose de hombros e incluso chillando leve cuando su esposo dejó un dulce beso en su mejilla.—Cuándo por teléfono me dijiste que era bonito, no imaginé que te quedarías corto, hermanito, él es más que precioso, definitivamente tienes buen gusto Jungkook,—¿Eso era real? Jeon había hablado de él ¿verdaderamente? no, más aún, dijo que era bonito, Tae no lo podía creer y de no ser porqué estaba delante de los presentes, seguramente se hallaría gritando y chillando como adolescente enamorada. —ahora, vengan con nosotros estábamos a nada de servir la cena y necesito ayuda, Jimin tiene pésima mano para los pasteles.

—¿Jimin?—Preguntó Taehyung curioso, observando a los empleados llevar sus maletas mientras él y sus compañeros seguían los pasos de los mayores a la par de Jungkook.—¿quién es?

—Uno de los chicos que Jin acogió, para ser más exactos es primo de Namjoon, es como un hermano para nosotros, —Explicó el pelinegro mediante avanzaba acompañándolos.—mira allí está.

Bueno, Jimin también era bonito, de cabellos rubios, mejillas regordetas, se veía más pequeño de estatura que los demás, incluso podría decirse que resultaba tierno, de piel pálida, sonrojado naturalmente, definitivamente era precioso.

—Sean bienvenidos, pasen estábamos a punto de poner la mesa.—Aquella casa era preciosa, su decoración, la arquitectura, incluso los cuadros de fotos familiares donde Jungkook se mostraba de adolescente, todo era más que perfecto y pronto, Taehyung dejó de seguir a los presentes para quedarse allí, analizando las fotografías y retratos memorables con suma atención olvidando por completo todo a su alrededor.—Se veía muy adorable de pequeño ¿verdad?

La voz de Jin volvió a resonar a su lado, quitándole de su ensoñación e incluso haciéndolo sobre saltarse, parpadeó varias veces algo avergonzado sonrojándose tras asentir quedo dándole la razón después de una leve sonrisa.

—¿Dónde obtuviste las fotografías de él siendo un niño? Jungkook dijo que fue adoptado de adolescente, pero aquí se ve como casi un bebé.—Preguntó mirando una foto en específico, una dónde el ojiazul parecía ser un infante diminuto, usando un acolchonado chaleco en tono rojo, mientras mostraba sus dos deditos y comía algo, lucía tierno en esos holgados jeans azules, con su cabellito azabache en poca cantidad, sus mejillas gorditas y sus enormes ojitos mirando todo inocentemente.—Se ve muy lindo.

—Es cierto, ahí apenas tendría uno o dos años.—Explicó el mayor sonriendo tiernamente.—Conocía a Jungkook desde el colegio, yo iba a uno privado, pero hacíamos festivales para recaudar fondos que eran destinados a las escuelas de bajos recursos, ahí conocí a Kookie, él tenía apenas unos cinco años, me encariñé mucho con ese chiquillo, más cuando veía sus moretones y que la vida que llevaba era jodidamente difícil, nos hicimos amigos, lo vi crecer, es por eso que cuando supe la desgracia que ocurrió con sus padres, alimenté el deseo de mis padres por adoptar viéndome aún más...afeminado de lo normal.—Taehyung escuchaba atentamente las palabras del adverso, queriendo saber más de lo contado por Seokjin.—En pocas palabras incité a mis papás a adoptarlo, sabía que cuando vieran a Jungkook lo amarían y así fue.

—¿Tú sabes qué fue lo que pasó exactamente con sus padres?—Seokjin negó brevemente mostrando una expresión triste.—, creo que él pasó más de lo que nos ha contado.

—Y no lo dudo, Kookie siempre ha sido un cofre de secretos, sé que sufrió mucho pero no suele contarlo, supongo que es algo que reprimió en su memoria e ignora para sentirse mejor,—Espetó el mayor encogiéndose de hombros indicándole con un gesto al castaño el seguirle al comedor donde estaban siendo llamados.—pero lo que si puedo decir, es que es un chico brillante, es muy inteligente, se ha incursionado en muchas materias y no solo es párroco también tiene varias maestrías, deberías oírlo al piano, es un músico y cantante excelente.

—Si es tan bueno en todas estas cosas ¿por qué ser cura de iglesia?—Preguntó Tae observando el gesto pensativo de su hyung quien se encogió de hombros.— difícil de responder ¿cierto?

—Difícil de comprender mejor dicho, siempre he tenido una cosa clara de mi hermano y es que él no hace las cosas sin una razón viable, sinceramente creo que tiene una en esto, lo suficientemente fuerte como para haberse vuelto párroco aún cuando no sigue las normas al pie de la letra, después de todo, los curas no pecan como él y Jungkook anda demasiado loquito por ti,—Murmuró divertido el mayor dedicándole una mirada pícara que acabó en el guiñar de un ojo.—sabes, pienso que deberías hablarlo con él, aprovechar que estás en su tierra madre desde años y así averiguar más de su pasado, también podrías hablar con Jimin, ellos estuvieron conviviendo aquí mientras nosotros estábamos en América, aunque Mochi renunció al sacerdocio poco despues de haber llegado mi esposo y yo, nunca entendí por qué razón Jungkook no, pero si existe alguien que puede contarlo quizá sea él.

Taehyung no dijo más, simplemente se limitó a asentir con una media sonrisa, no es cómo si quisiera lucir entrometido, sabía que no debía inmiscuirse en los asuntos más allá de lo que Jungkook le permitiera, pero por otra parte lo quería, lo suficiente como para desear saber qué se ocultaba bajo aquel manto de perfección que el mayor destilaba y lo sabría, quizá no hoy ni mañana, pero tarde o temprano entendería la verdad.

Esa verdad que oculta Jeon Jungkook tan celosamente, esa que lo hace ser quién es.

¿Un monstruo o un mártir?

Él era un enigma, algo difícil de comprender, escondía cientos de secretos que merecían ser descubiertos, entendidos, pues para eso había llegado Taehyung, para comprender aquello que resultaba casi imposible de ser oído por el mundo y pronto nacieron nuevas incógnitas a su mente.

¿Por qué Jungkook escondía tan celosamente sus secretos? ¿qué había pasado en su niñez? ¿qué tan malo podría ser conocerlo completamente?

¿Quién era Jeon Jungkook?























Y con esto me retiro chicos, recuerden que este 29 estrenamos nuevo fic que ya está disponible en mi perfil para que guarden en sus bibliotecas, Unrein será tan maravilloso como estos libros que ya conocen.

Sin más por decir me retiro, les ama Jungmin Hyung.

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