Capítulo seis.
❝ ¿HAY ALGO QUE NO ODIES? ❞
—Listo. Hemos llegado. —Indicó Namjoon quitando las llaves del volante, miró a su hermano gruñón que sólo miraba por la ventana en busca de su novio. —Gguk, bájate. Ya llegamos al instituto.
El pelinegro sólo alcanzó su mochila que estaba en el asiento trasero y salió del automóvil sin despedirse, Namjoon frunció el ceño y cerró su automóvil para ir detrás de su hermano.
—¿Por qué estás siguiéndome?—Le cuestionó irritado mientras caminaba con más prisa a su aula.
—Tal vez porque estamos en el mismo salón, ¿no crees?—Se rió Namjoon siguiéndole el paso a su hermano de muy cerca, Jeongguk arrugó su nariz con molestia y no respondió más.
Ambos siguieron caminando por los pasillos del instituto, habían llegado en un buen horario así que no tenían de que preocuparse.
—¡Oye, Gguk!—Les llamó un chico desde lejos, Jeongguk ni siquiera se inmutó y siguió con su camino. —¡Jeongguk!
—Te están hablando. —Le dijo Namjoon a su hermano menor, el pelinegro se giró malhumorado para observar de quien se trataba.
—¿Qué?
—¡Hola, Ggukie! Habrá una fiesta la próxima semana en mi casa, estás invitado a asistir. —Expresó Yugyeom con una sonrisa coqueta, Jeongguk no lo notó pero su hermano mayor Namjoon sí. —Así que, ¿te unes?
—No me gustan las fiestas.
—Pero...sólo sería un ratito y además no es una fiesta que digamos, sería como una reunión.
—Odio las reuniones. —Respondió tajante Jeongguk ganándose la risa nerviosa de Yugyeom porque nada estaba saliendo como él quería, en definitiva era alguien muy difícil de conseguir.
—¡Habrá mucho alcohol, golosinas y música rockera!—Intentó animar nuevamente el chico, Namjoon desvió su mirada porque era demasiada pena ajena para sus ojos. ¿Acaso su hermano nunca sería un poquito amable? ¿Al menos un poquito? ¿Una pizca?
Jeongguk le miró a los ojos y le dedicó una sonrisa con ironía, Yugyeom se sintió victorioso por lograr que le sonriera a él. ¡De toda la escuela, sólo a él!
—¿Crees que porque visto ropa oscura me gusta el género de rock?
Los ánimos de Yugyeom cayeron totalmente al suelo al escuchar la cuestión, se mordió el labio apenado y sonrojado.
—Eh..¿sí?
—Para tu información, me gusta la música electrónica e incluso la romántica y no, no quiero asistir a tu odiosa reunión con un montón de patéticos niños borrachos.
—¿¡Acaso hay algo que no odies?!—Cuestionó el chico de ojos verdes con molestia, sus manos puestas en su cadera mientras le reclamaba.
El pelinegro asintió con seriedad.
—Lo hay pero eso no te importa.
Jeongguk siguió su camino malhumorado por ser interrumpido en su llegada hacia el aula, Namjoon lo seguía en silencio y apenado también por la situación.
Probablemente su hermano menor heredó el carácter de su madre, sí, podría jurarlo.
Namjoon se sentó en su butaca casi al final de la fila, Jeongguk se sentó en su típica butaca cerca de su noviecito. Cuando el pelinegro estaba a nada de colocarse los audífonos, los grititos chillones de Taehyung llamaron su atención de inmediato.
—¡Ggukie hyung!—Exclamó el castañito acercándose a la butaca del contrario para pedirle su besito de todos los días, Jeongguk obviamente se lo entregó sin importarle que su cuñado Yoongi estuviera lanzándole dagas con la mirada.
—¡Oye, bestia! ¡Deja de besar a mi hermanito!—Se quejó Yoongi caminando hacia su butaca que estaba cerca de Hoseok, el de cabello rojizo le sonrió cálidamente logrando sonrojarlo.
Jeongguk se rió con ganas cuando notó a su cuñado y prefirió no decir nada para no evidenciarlo.
—Amorcito, ¿tu hermano finalmente dejó de estar molesto contigo?—Cuestionó Taehyung sentado ya en su respectiva butaca, sacó sus plumones para comenzar a trazar sus bonitos y coloridos márgenes que tanto decía Jeongguk que agotaban su tiempo.
—Sí, tuve que regalarle una de mis camisetas para que cediera. —Expresó con molestia girándose para observar como su hermano mayor presumía su antigua camiseta, Jeongguk tomó la butaca de su noviecito para juntarla con la de él.— Es un imbécil chantajista.
Taehyung frunció sus cejitas al escuchar a su novio y con cuidado despegó una de sus pegatinas de la libreta para colocársela en la frente al pelinegro.
—Shh, hyungie. Deja de decir tantas palabrotas o te acuso con tu mamá.
—Pequeño enano traidor. —Le dijo Jeongguk colocando una de sus manos en los muslos del castañito, Taehyung se sonrojó ocultando su carita en el cuello del mayor quien no pudo evitar brindarle besitos en el cabello.
Yoongi sacó la lengua asqueado ante la escena de su hermanito y su cuñado, la risa de Hoseok lo hizo quedarse quieto como estatua.
No me hables, Hoseok. No me hables, no me hables, no me hables.
Muy tarde.
—¿No te gusta lo romántico, eh?—Le preguntó el pelirrojo divertido, a Yoongi se le subieron los colores al rostro. ¡Su crush de toda la vida le estaba hablando! Genial, ahora actúa como un tonto. Min Yoongi, muévete y responde algo.
—Eh...mira, te hablan por allá. —Señaló detrás de la butaca de Hoseok y después se giró rápidamente avergonzado. —Ay, diablos. Soy un perdedor.
Mientras tanto, Jeongguk tenía toda su atención en su noviecito chiquito. Ambos con veinte minutos restantes para estar juntos si no fuera porque el arrogante de Yugyeom entró por la puerta observándolos con indignación.
—Oh, con permiso. Tengo que pasar para poder ir a mi butaca. —Pidió de manera dulce aunque todo era fingido, Taehyung asintió con una sonrisita y devolvió su butaca hacia su lugar. —Gracias, Taehyung-ssi.
—¿No podías ir a tu butaca por el otro lado? ¿Eres tan vago como para no caminar unos cuantos pasos más?—Cuestionó Jeongguk sin filtros como siempre, Yugyeom le miró con atención y mordió su labio discretamente.
Tenía que conseguir a Jeongguk sí o sí y para ellos tenía que pasar más tiempo con él, no sólo en la escuela.
Pero, ¿cómo lo haría?
—¡Ggukie! No seas grosero, Yugyeom es nuestro compañero. —Regañó el castañito a su novio, Jeongguk bufó y asintió ignorando a Yugyeom quien estaba sentado detrás de él.
¡Exacto!
Oh, Yugyeom. Eres un genio.
Después de todo, si vas a servirme en algo Kim Taehyung.
—¡No te preocupes, Taehyungie! Oye, veo que te gustan los colores suaves. ¡A mí también!
Los ojitos del castañito brillaron en emoción, Jeongguk los miró con aburrimiento. ¿Qué tanto tenían de importante esos feos plumones?
Yugyeom sonrió mientras Taehyung le mostraba sus plumones de colores suaves.
Ah, sería tan fácil hacerse amigo de alguien tan ingenuo como él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro