XX
𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
Entonces la historia que contó Frizzy sobre que el joven Harry había desaparecido de repente. Así como haberlo visto salir del mismo pasillo después, cobró muchísimo más sentido.
—Lo siento. —Dijo Lauren refiriéndose al compromiso del joven Harry. Del que se había enterado recién también.
Louis permaneció sumamente desconsolado varios minutos más. Minutos en los que Lauren rogaba que su cuerpo no vaya a reaccionar bruscamente por el contacto físico que estaba soportando.
[•••]
Pero en un momento también pareció que Louis ya no tenía ni fuerzas para seguir llorando. Y que trató de componerse a sí mismo.
En un momento decidió separarse de Lauren. Mientras negaba con la cabeza.
Lauren disimuló todo el alivio que su cuerpo sintió al parar con aquel contacto físico. Pero no pudo hacerlo cuando sintió que sus brazos y sus hombros se encogieron y extendieron en una manera que denotaba incomodidad y un poco de asco. Que era clara y únicamente corporal.
Louis aún en su desesperación y pena pareció darse cuenta. Y se disculpó con Lauren. —Perdóname, perdóname. Yo. —Trató de explicarse.
Lauren negó. —No Louis, es cosa mía. No es tu culpa. —Respondió Lauren inmediatamente. —Estoy aquí contigo. Y no me importa nada que tenga que ver conmigo ahora. Si de algo, aunque pequeño te haya ayudado sentir un abrazo, me basta. Y más bien lamento mucho no poder corresponder a algo así de una manera tan cálida como lo necesitas.
Louis suspiró y asintió. —De todas formas, perdón. —Dijo y cubrió su rostro con vergüenza. —Simplemente me siento mal. —Confesó volviendo a enderezarse para apoyar la cabeza en la pared, mientras llevaba sus manos a sus ojos, apretandolos bruscamente como forma de intentar canalizar también.
Lauren permaneció a su costado. Con su cuerpo al fin sintiéndose libre, pero aún algo asqueado por el contacto que duró mucho tiempo. Aún así, controlo todo eso con bastante voluntad. Porque ninguna de sus incomodidades físicas importaba en esos momentos.
[•••]
Un nuevo silencio entre ambos, apareció otra vez. Haciendo que el sonido de la música tocada en el baile sea aún más prominente que antes. Pero que al mismo tiempo se escuche con una especie de eco debido al lugar en el pasillo en el que estaban técnicamente escondidos.
[•••]
—Sé que tengo que volver a la cocina, pero no quiero salir a verlo bailar con ella. —Confesó Louis de repente Louis dolorosamente. —Es la señorita Jeanne, es la nieta del vizconde de Lancanshire. El señor Beamount. —Explicó. Lauren trato de ubicar a esa persona, pero solamente recordaba vagamente el rostro del vizconde. —Y es tan bonita, en todos los sentidos. Es una persona maravillosa, amable y noble ¿Qué soy yo en comparación? —Dijo lamentándose.
Lauren conectó aún más con el dolor de su amigo. Y claramente se dispuso a escucharlo. Con toda su atención y buena intención.
Louis respiró un momento —¿Qué me hizo creer que esto iba a terminar bien? —Volvió a decirse, esta vez con más frustración. —Estaba tan ilusionado con todo. Que no podía decirle que no a absolutamente nada, si me preguntaba si podíamos vernos a escondidas. Aún yo sabiendo que era lo más peligroso posible, siempre aceptaba. Estaba ilusionado, sigo tan ilusionado. —Dijo. —Todo comenzó hace mucho más tiempo del que quiero admitir. Muchísimo tiempo atrás antes de llegar aquí incluso. —Dijo teniendo recuerdos que claramente ahora eran mucho más dolorosos.
—¿Se conocieron en la panadería verdad? Porque hace varios días nos dijiste que el era cliente habitual. Y por eso Frizzy y tu se pusieron a conversar de mejor manera. —Dijo Lauren al mismo tiempo conectando y recordando todas las cosas que ahora tenían más sentido.
Louis asintió bajando la mirada de nuevo y sorbiendo su nariz. Sin fuerzas ya para llorar, hasta el punto que sentía haberse secado. —Estuve enamorado de él por mucho tiempo. Verlo llegar a la panadería era algo que me ponía tan nervioso que no sabía ni como hablar. —Dijo recordando algunas cosas, mientras veía sus dedo. —No sé ni como llegamos a este punto, ni como terminamos en esta situación tan terrible. Escondiendo todo esto, porque hay mucho miedo, mucha culpa. Porque es algo malo, es un pecado, una aberración. —Estuvo cerca a entrar en aquella crisis de nuevo, pero resistió con todas sus fuerzas. Mientras sus manos temblaban para cubrir su rostro y soportarlo todo.
Lauren se sintió terrible. Saber algo como eso, era algo que le rompía el corazón. No le gustaba verlo de esa forma. Pero por otra parte, al Louis contarle todo lo que estaba pasando, por fin pudo explotar algo que toda su vida había estado cargando. Algo que lamentablemente el siglo tipificaba como un crimen, como un producto del mismísimo infierno.
Y saber todo eso, hacia a Lauren cómplice del supuesto "crimen" también. Lo que también podía ser muy peligroso en varios sentidos. Y Lauren también fue consciente de eso durante la conversación, pero era algo que no le importaba ni asustaba en lo absoluto. Haría cualquier cosa por protegerlo.
Louis tomó un respiro para poder hablar —Desde que entre a castillo nos separamos, por nuestro propio bien. Pero nada funciona, no puedo estar lejos. Y para colmo hoy todo salió mal. Por el anuncio de su compromiso. Por no saber que hacer. —Comentó. —No sé como voy a soportar esto. —Se lamentó.
Un silencio nuevamente se hizo presente de manera notable entre los dos. Lauren torció un poco su boca hacia un costado con pena. Sin saber cómo ayudarlo.
[•••]
Hasta que se le ocurrió algo.
—Sabes. No sé, si te ayude de algo. No sé si hasta algo que diga pueda ser un consejo bueno. —Decidió decir rompiendo el silencio entre ambos. Louis levantó la cabeza para prestar atención. —Pero, creo que no se puede hacer nada. Solo saber que eres lo suficientemente fuerte para soportarlo, y que en algún momento pasará. Y que eso no significa que vaya a dejar de doler, pero que al menos sepas cómo manejar ese dolor. Y no sé, vivir con el.
—Pero es el amor de mi vida ¿Cómo viviré con el dolor toda mi vida?
—Lo sé, pero ninguno de los dos se puede exponer a que alguien les haga algo. —Dijo Lauren preocupada. —Yo no tenía idea de que un amor podía doler tanto. Pero duele, no por enamorarnos de la persona incorrecta, más bien porque simplemente es un amor imposible. Que no se puede. Que no se da. No en esta vida, no en este siglo. Muchas cosas lo impiden, y entiendo que por más de intentar alejarse, tampoco se puede. —Explicó Lauren. —Es raro es complicado. Y te puedo aconsejar que te resignes, porque es tu opción más sana. Pero tampoco puedo culparte si simplemente caes de nuevo, porque es algo demasiado abrumador, y eso da mucho miedo. Más si te enamoraste por primera vez, y del amor de tu vida.
—¿Te sucede lo mismo? —Preguntó Louis de repente con su voz temblorosa debido a su sensibilidad por las palabras de Lauren. Que a pesar de tener razón, dolían también.
Lauren se desconcentró con la pregunta. —No, no, no. —tartamudeó sacudiendo la cabeza—Bueno, no de esa manera. Mi situación es diferente, aunque no tanto. Tal vez, no. Bueno. No sé. —Se trabó varias veces al hablar. Y quiso desviar el tema porque la pregunta de Louis la sacó de onda. —Supongo, que en algún sentido—Se rindió al final. —Supongo que por eso te lo digo, pero no sé si siquiera sirve como te dije a un inicio. No soy la persona indicada para darte algún consejo al respecto. No tengo experiencia y este es un tema que jamás había vivido. Aún así se me hace muy familiar tu pena, en varias de las cosas que contaste. Porque los dos estamos enamorados de alguien que no podremos tener. —Dijo. —Con los sentimientos correctos, la persona correcta. Pero no el tiempo, ni la sociedad, ni la aceptación, ni la religión. —Nombró. —Ni la humanidad suficiente para admitir que el amor es eso y ya, y que no conoce ningún rostro. —Dijo refiriéndose a la situación de Louis con bastante empatía.
[•••]
—¿Es el príncipe?¿No? —Preguntó Louis con mucha pena también.
Lauren se encogió de hombros rendida. —Para este punto no me sirve de nada intentar decir que no.
Louis tuvo una sonrisa bastante triste—Lo siento. —Dijo refiriéndose claramente al compromiso del príncipe en ese caso.
—No pasa nada. —Suspiró. —Ya pasará o se volverá soportable, para los dos. Para ti y para mí. —Aclaró.
—¿En serio lo crees? —Preguntó Louis melancolicamente, pero con pequeño tono de esperanza en su voz.
Lauren aunque no creyera sus propias palabras por completo. Tenía que asegurarse de que su amigo se sienta mejor. Por lo que asintió ante aquello.
[•••]
El baile continuaba y sonaba en la sala, y la música era preciosa, los pasos sincronizados también se escuchaban, y a pesar de estar escondidos en el pasillo se podía imaginar lo que estaba pasando.
Y ambos tenían la misma imagen.
La persona que querían, bailando con alguien más, con la persona que habían elegido para su destino. Una que claramente no serían ellos.
Al mismo tiempo, sabían que estaban obligados a salir. Tenían un deber con su trabajo que debían cumplir, que claramente había de importar más que cualquier cosa que les estuviera pasando.
Lauren tomó suficiente fuerza de voluntad para recoger la bandeja llena a su costado. Y para ponerse de pie.
[•••]
—Vamos, con tanto tiempo Octavia debe estar desesperada. La primeras tres piezas ya van a terminar, y luego viene el descanso antes de las siguientes. Van a necesitarte ahí abajo. —Le dijo.
Louis suspiró, se frotó los ojos con bastante fuerza. Y apoyándose en el suelo para tomar impulso también se puso de pie mientras tomaba su sombrero de panadero y se colocaba en la cabeza.
—¿Nos nos van a ver mucho los demás sirvientes de la cocina que están formados? —Preguntó el joven sorbiendo su nariz. —Pueden inventar tonterías, no quiero hacer este día peor ni arruinarlo para tí.
Lauren se resignó encogiendo los hombros y negando con la cabeza—Ya qué, de todas formas van a pensar lo que quieran. No tienes por qué dar explicaciones.
Louis también se resignó.
[•••]
Y aprovechando que la música aún no terminaba salieron del pasillo volviendo a la sala.
La gran luz de la misma los encegueció después de haber estado en esa oscuridad. Por lo acostumbrarse costó unos segundos. Aún así tuvieron que disimular como si nada hubiese sucedido.
Pasar por delante se todos los sirvientes formados, en fin de no aproximarse ala pista de baile fue bastante incomodo por la cantidad de gente que estaba mirando. Pero una vez más, solo habían de pretender que no se estaban dando cuenta.
Louis estaba detrás de Lauren, siguiendola a un paso bastante tímido y mirando hacia abajo para que claramente no vean su rostro, cuyos ojos estaban hinchados y sumamente rojos por todo lo que había llorado.
[•••]
Pero para su mala suerte, justo cuando las escaleras de bajada a la cocina estaban más cerca. La primera parte del parte del baile terminó de repente, con un gran y épico final en la música. Anunciando el descanso al fin.
Por lo que todos los invitados se dispersaron y los sirvientes habían de hacer su trabajo sirviendo todos los bocadillos.
Eso hizo que Lauren y Louis apresuren el paso como nunca para llegar a la cocina.
—No te preocupes Lauren, yo voy solo. Tu haz las cosas aquí antes de que te regañen. —Dijo el joven preocupado, mientras adelantaba a Lauren en el paso.
Lauren se negó. —Tranquilo voy contigo. Así me escapo de la Reina de paso.—terminó diciendo, mientras ya estaban técnicamente en las escaleras.
Con el apuro empezaron a bajar.
—¿Por qué de la Reina?—preguntó Louis.
Lauren se dio cuenta de lo que se le había escapado. —Nada, yo me entiendo. —Se excusó, inventándose algo para evadir la pregunta.
[•••]
Louis por el apresuro terminó olvidando lo anterior felizmente. Y terminaron de bajar las escaleras.
Para ese tiempo, la puerta estaba cerrada, y había que tocar.
Antes de tocar la misma Louis pareció asustarse con algo y se giró a ver a lauren. —Y si nos preguntan algo, y por qué tu bandeja esta llena. O algo asi. —Se desesperó.
—Yo ya me invento algo. Sígueme la corriente. —Le dijo Lauren.
Louis pareció tranquilizarse con eso. Y así ambos terminaron tocando la puerta al mismo tiempo.
Como si tuviera miedo de algo, Lauren miro hacia atrás. Por más de que su consciencia sabía que la Reina no iba a a bajar ahí en el medio de un baile. Y que nuevamente se tenía que esconder en la cocina para evitarla. Porque era seguro que había visto toda la conversación con su hijo.
[•••]
Era obvio que todo el tema de Louis la había abrumado y distraído por completo. Y con toda razón. El caso lo ameritaba. Y así mismo, su atención estaba en eso ahora. Por lo que trato de ignorar su miedo a que la Reina la encuentre.
Algo en su amistad, había conectado muchísimo mejor. Y algo más los había unido.
Quería protegerlo de cualquier cosa que pudiera hacerle daño. No iba a dejar que nadie lo haga.
[•••]
Octavia fue quien abrió la puerta, su rostro entonces. Se iluminó de sobremanera al ver a Louis en la puerta.
—¡Dios mío santo, hasta que por fin apareces niño! —Dijo llevándose las manos al pecho.
Casi al instante también se dio cuenta de la presencia de Lauren. Y pareció conectar algunas ideas. —Ay, Lauren. Muchas gracias por traerlo. —Hizo pasar a ambos rápidamente.
Todos se alegraron de ver a Louis y agradecieron que haya aparecido de nuevo. Algunos también molestos por creer que se dio el lujo de desaparecer un momento.
Pero a medida que las expresiones en la cocina al ver y asimilar la situación fueron cambiando. Lauren supo que las preguntas iban a empezar.
Y al notar también el pánico de Louis ante eso. La mente de la sirvienta fue inventando la excusa y mentira más creíble para cubrir el tema.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro