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𝟬𝟭. NEW SEASON.


✶ ‧ › o. 𝓒𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎. . .
𝟬𝟭. ╱  NUEVA TEMPORADA.

__________

Bien se sabe que la familia
Lexington es bastante
importante en nuestra sociedad, y si no fuera por qué no
todos sus miembros son iguales, podría asegurarles que esta
familia es verdaderamente legítima. No es un secreto para
nadie que nuestro conde de Lexington ha sido un padre excepcional
desde que la condesa falleció hace muchos años atrás
dejándole con cuatro hijos todos de temprana edad, y es por eso que
con este comienzo de una nueva temporada social todos
nos preguntamos como le irá a la (ahora) única mujer de la familia
en su primer año ante sociedad. Sin duda a esta autora le intriga bastante el como será el desempeño
de la señorita Selene Lexington, pero les aseguro que le tengo
bastantes expectativas, después de todo, siempre ha sido una
señorita correcta que en cada oportunidad nos deslumbra
con su gracia. Esperemos no decepcionarnos, sería bastante lamentable.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN,

23 de Abril de 1813.

──── · · · · · ────

Selene movía su pierna con insistencia, mientras miraba por las ventanas del carruaje con nervios. Odiaba tener que admitirlo pero se encontraba sumamente nerviosa, y peor aún, pareciera que no había forma de calmarse. La señora Brown, quien era la única persona con ella en ese momento en el carruaje, la miraba con cierta mirada de preocupación que Selene parecía querer ignorar todo momento.

-¿Se encuentra usted bien señorita?-Selene al escuchar su voz, la miró con los ojos algo abiertos y negó suave, pero la mujer miró como su pierna aún se movía con insistencia y la miró con una ceja alzada.-Pareciera que no está para nada bien.

Selene suspiró, mientras colocaba sus manos sobre su regazo.

-Es solo que... nunca he visto a la reina en persona, eso suena...-pero no siguió hablando, la señora Brown asintió.

-Oh, eso es totalmente entendible. Pero debe de estar tranquila, todo saldrá bien.-la mujer quiso sonreír, pero lo que hizo fue todo menos una sonrisa. Parecía una mueca más bien. Selene no pudo calmar sus nervios.

-Ahora que lo pienso, creo que le tengo más terror a caerme frente a ella que a casarme.-dijo mientras rió de manera nerviosa, la señora a un frente suyo la miró impacible.

-Descuide, le aseguro que no debe sentir miedo por ninguna de las dos. Dudo que pueda caer, y sin duda el matrimonio no es para nada aterrador, ya verá.-asintió la mujer, Selene miró sus manos como al mismo tiempo que sentía a los caballos cabalgar.

-Creo que tendré que diferir con usted, sin duda el matrimonio es algo aterrador, ni siquiera me veo capaz de tener que... de... casarme.-la señora Brown negó energética.

-No, para nada. Recuerde que su padre ha dicho que...-pero Selene la interrumpió.

-Disculpe mi interrupción señora Brown, me creo que ya me sé de memoria lo que mi padre piensa y a dicho.-murmuró la rubia en un arrebato, la señora Brown asintió guardándose sus palabras para si misma.

Luego de pasar la última semana en su casa de campo en Kent escuchando sin parar charlas de su padre sobre el matrimonio, Selene sabía que luego de esa última semana, nada sería igual. Lo que tanto había estado esperando, ocurriría en menos de 1 hora, y a pesar de que era algo que no esperaba con ansias, no podía evitar sentirse levemente nerviosa al respecto.

Selene tendría que presentarse en sociedad.

Era algo que la mayoría de las jovencitas en todo Londres estaban ya pensando y añorando, pero a diferencia de las demás, Selene no podía estar menos interesada en enamorarse y por consecuencia casarse.

Luego de un sin fin de semanas en pruebas de vestidos, y puliendo sus mejores modales, Selene sabía que ahora vendría lo más difícil a su parecer. Asistir a aburridos bailes a encontrar un marido digno que la pudiera desposar. Nada que la entusiasmara la verdad. Pero si había algo que sabía con certeza, era lo importante que era la primera impresión de la reina, puesto que su opinión casi se convertía en ley.

-Por supuesto.-aseguró la mujer. Selene sintió una pequeña puntada, desde luego no había estado bien la respuesta que le había dado a su mentora.

-De igual manera señora Brown, gracias por estar aquí. Y... siento mucho mi impertenencia.-la señora Brown iba a hablar, pero Selene siguió.-Es solo que... el hecho de imaginar que en un poco rato estaré frente a todas estas personas... me tiene de los nervios.

La señora Brown asintió, pero no dijo nada más. No lo creyó necesario.

Las dos se mantuvieron en silencio durante el resto del viaje. Pero la cabeza de Selene seguí funcionando sin parar. En su cabeza se repetían un sin fin de posibles escenas donde todo podía salir mal para ella, y peor aún, para toda su familia. Si algo tenía claro, era en que si bien estaba totalmente opuesta al matrimonio, mínimo su presentación ante sociedad debía salir bien, así al menos podía descartar que no sería una solterona con mala reputación. Es por eso que miraba su vestido, y su fastidioso corsé. Al menos se veía bien, lo sabía. Su preparación de horas no había sido en vano al menos.

Una vez el carruaje comenzó a andar más lento, Selene se asomó rápidamente por la ventanilla y su boca se abrió de manera inconsciente por la impresión. A un frente suyo, se veía el gran castillo de los reyes, lleno de personas pero lo más importante, aquella infraestructura era sumamente preciosa. Selene sintió que se quedó sin aire.

-Vamos señorita Selene, ya llegamos.-comenzó a acomodarse la señora Brown mientras la puerta del carruaje se abría y la mujer bajaba. Selene agarró su vestido y con la ayuda de su mentora bajó aún sin sacar la vista del gran castillo.-¿Hermoso, verdad?

Le susurró la mujer, Selene asintió.

-Sin duda.-murmuró, pero el sonido de unos pasos sobre las piedras hizo mover su mirada hacia un lado y vió al menos favorito de sus hermanos caminar hacía ella.

-Hola hermanita.-fue lo primero que dijo Finnick al llegar a su lado, Selene le dedicó una pequeña sonrisa.-Señora Brown.

Dijo mientras hacía un pequeño asentimiento hacia la mujer.

-Señor Finnick, un gusto verlo.-saludó la señora, Finnick sonrió.

-Se ve maravillosa hoy, y tú...-dijo dirigiendo la mirada a su hermana.-Te ves como... si a una niña la hubiesen dejado sola con los vestidos de su madre.

Selene no esperó ni dos segundos antes de darle un pequeño golpe juguetón.

-No bromees con eso, Finnick. Estoy sumamente nerviosa, no necesito de tus estúpidos comentarios.-bufó la rubia, el mayor rió.

-Está bien, está bien. Te ves bien. La reina de seguro tendrá una buena opinión de ti.-luego se situó a un lado de ella y le ofreció su brazo. Selene lo agarró mientras bufaba.

-Creí que padre estaría aquí.-le susurró, Finnick rió.

-Está adentro con nuestros hermanos. Yo solo te acompañaré al salón de damas, no podré entrar contigo.-habló rápido, Selene agarró su brazo con fuerza mientras miraba a los demás carruajes que iban llegando.

-Que suerte.-susurró para si misma.

Justo había llegado un carruaje con hermosos caballos y Selene no pudo sacar su vista de aquél carruaje puesto que quería saber de quién se trataba. Una vez la puerta se abrió, de ahí salió la gran vizcondesa Bridgerton con su hija mayor, Daphne. Selene entrecerró los ojos. Aquella chica se veía hermosa. Observó como las dos mujeres bajaban y se les unían los hermanos de la chica. Selene volvió a si misma al escuchar la risa sarcástica de su hermano.

-Por un momento olvidé que los Bridgerton presentarían una señorita este año. Que lastima tener que soportar verlos.-Selene le llamó la atención en el tono en el que habló su hermano.

Selene sabía perfectamente quienes eran los Bridgerton, desde toda su vida había escuchado sobre ellos. Su padre y el difunto vizconde alguna vez fueron los mejores amigos, pero eso ocurrió mucho tiempo antes de su propia existencia. Nunca supo la razón por la que ellos dejaron de ser amigos, pero lo que si sabía, era que su padre les guardaba mucho rencor. Siempre escuchó lo hipócritas que eran, y Selene no lo entendía muy bien, puesto que persona con la que conversaba hablaban maravillas de ellos. Una lástima que ella nunca pudo comprobar si eso era verdad. No los conocía, y en los pocos bailes que coincidía su familia con la de ellos, su padre y hermanos trataban de mantenerse lo más alejados de ellos. Para Selene... eran simplemente una familia más con la que no debía relacionarse.

-¿Tanto rencor les tienes? Por lo que sé, mi padre es el que tuvo problemas con ellos.-le susurró a su hermano mientras caminaban hacia el recinto. Finnick rió.

-Estás muy equivocaba hermanita. Esa familia... Compartí clases con el mayor, Anthony, y es un ególatra de lo peor.-aseguró el rubio, Selene abrió sus ojos y quiso reír. Le parecía divertido que precisamente Finnick dijera eso, pero lo dejó pasar.

-Pareciera que lo que papá siempre nos contaba, si es verdad.-se limitó a decir Selene. Finnick la miró ofendido.

-¿Y no le creiste antes? - Selene se encogió de hombros, el rubio suspiró. La señora Brown caminaba a un lado de ellos en silencio.-En fin, no gastemos nuestro tiempo hablando sobre ellos. Lo importante ahora es que tienes que hacer una digna presentación a la reina. Sin errores.

Selene bufó.

-Lo dices como si fuera muy fácil.-Finnick se detuvo frente a unas grandes puertas.

-Lo es, ¿que tan difícil puede ser caminar con porte hacia la reina?-luego Finnick miró a su hermana.-Bueno, quizás para cualquier señorita acá si les sea fácil, pero tú Selene, tendrás que tratar de esconder ese lado salvaje, al menos por hoy.

Y ahí estaba su hermano mayor diciendo una de las calificaciones que más usaba con ella. Salvaje.

-No soy una salvaje, Finnick. Si yo lo fuera, quizás tú también. No hacemos las cosas muy diferentes.-le susurró, Finnick rió mientras retiraba su brazo.

-Claro, y ese es el problema. Eres una señorita Selene, no un chico.- luego el mayor acomodó su chaqueta y giró su vista hacia donde se encontraban todos los demás familiares de todas las señoritas que se presentarían hoy.-Está bien, iré con padre. Recuerda, hoy es tu gran oportunidad, no lo arruines.

Le dijo mientras abría sus ojos a modo para verse intimidante, Selene rodó los ojos.

-No te preocupes, no eres el único que sabe lo importante que es esto.-bufó la rubia, aún molesta por el último comentario de su hermano. Finnick rió y con un último asentimiento salió de ahí.

Selene miró hacía su derecha, y vió a la señora Brown lista para entrar al gran salón de mujeres.

Los siguientes 40 minutos fueron solo tortura, según Selene. Junto a ella, habían cerca de 200 señoritas junto a sus madres esperando en el salón de mujeres. Todas retocando los últimos detalles antes de su gran presentación. Selene se cruzó con varias conocidas y conversó con algunas de como se sentían aunque la mayoría con suerte podía hablar a causa de los nervios. Desde la distancia, podía observar como iban llamando a las señoritas junto a sus madres y mentoras para ir hacia donde la reina. Selene estuvo de morder sus uñas de los nervios, y de no ser por qué justo llamaron a su nombre, lo hubiese logrado.

La rubia miró con una mirada de alarma a la señor Brown y esta tan solo le dedicó un pequeño asentimiento.

-Todo saldrá bien.-fue lo único que le dijo la mujer. Las dos se colocaron de pie frente a unas grandes puertas y esperaron su presentación, hasta que las puertas por fin se abrieron y Selene sintió como su estómago se apretaba. Frente a ella, se encontraba una larga alfombra roja, y aunque intentó no mirar, sabía que a un lado se encontraban todos los miembros de la alta sociedad con sus ojos puestos en ella. Selene tragó en seco y comenzó a caminar con la mirada en alto. De reojo, pudo divisar a su familia, quienes la miraban con una pequeña sonrisa, pero la cara de orgullo de su padre fue lo único que le bastó para levantar su vista en alto, y caminar con gracia como tanto lo había practicado. Hasta que por fin la vió, a la reina.

Su andar era lento, pero seguro. Trataba de no concentrarse mucho en su alrededor, por lo tanto embozo una pequeña sonrisa apenas perceptible. Tenía que aparentar que todo estaba bien, y que todo era muy fácil para ella. Una vez llegó al final de la gran alfombra, tomó los costados de su vestido e hizo una pequeña inclinación.

-Su alteza.-murmuró con gracia, mientras aún trataba de mantener una pequeña sonrisa. Todo el salón estaba en silencio, y Selene por un segundo creyó que algo mal había hecho. Trató de mantener la calma a toda costa. Pasaron los segundos hasta que la autoritaria voz de la reina resonó por el lugar.

-Despampanante.- murmuró la reina, Selene se irguió rápidamente y miró a la reina aún con la pequeña sonrisa que deseaba a toda costa mantener. La reina se acomodó sobre su asiento.-Realmente despampanante. Espero escuchar buenas cosas sobre usted, señorita.

Selene asintió de manera lenta, aunque sus latidos iban en aumento. No pudo evitar embozar una gigante sonrisa, la reina la había halagado, la reina.

Selene dió una rápida mirada hacia su familia, y fue ahí cuando lo notó. Al ver la gran sonrisa de orgullo de su padre, y la de sus hermanos, Selene supo que había hecho un buen trabajo.

Esta vez, no lo había arruinado.

[...]

-¡Despampanante! ¿Acaso escuchaste eso? ¡Despampanante!- vitoreó Selene, mientras bajaba por las escaleras de la gran mansión de los Lexington. Abajo, su hermano mayor Thomas la miraba con una gran sonrisa.

-Lo sé, estuve ahí.-sonrió el chico, Selene rió mientras daba vueltas.

Luego de su presentación ante sociedad, Selene ya no podía más de la felicidad. ¡Todo había salido bien! Por un instante, creyó que esta temporada no iba a ser tan difícil después de todo, ya que sabía que lo que había dicho la reina le traería una buena reputación. No necesitaría buscar marido como una loca. Al menos, su padre estaría satisfecho con eso y no la presionaría a buscar pretendientes tan rápido. Podría atrasar un poco las cosas.

Luego de retirarse del castillo, Selene decidió dirigirse a casa lo antes posible para retirarse todo, desde el vestido hasta los odiosos zapatos y corsé. Ahora ya estaba usando su ropa casual, y lo único que anhelaba por hacer era poder volver a su rutina.

-Fue tan genial, aunque, quisiera no volver a pasar por esa alfombra nunca más.-aseguró la rubia, Thomas rió.

-Te aseguro que eso no sucederá, estoy seguro que no.-los dos rieron, luego los dos caminaron hasta las afueras de la casa, en dirección a la terraza.

-Dime hermano, ¿alguna señorita que llamara tu atención durante las presentaciones?-habló Selene, Thomas rió.

-Olvidalo, era todas muy correctas para mí.-aseguró, mientras tomaba asiento en una de las mesas. Selene copió su acción.-Aunque tengo que admitir, que la hija de la vizcondesa hizo una buena presentación. Lastima que es una Bridgerton.

Y estaba, otra vez la mención de esa familia. Al parecer su hermano también les tenía un rencor personal.

-¿Por qué lo dices de esa manera?-preguntó la rubia, Thomas la miró sin entender.-¿Es muy grave que sea una Bridgerton?

Thomas rió.

-Por supuesto que sí, ¿acaso no te acuerdas de lo que dice nuestro padre? Nunca confíes en un Bridgerton.-rió el rubia, Selene asintió despacio.

-Aún así me parece raro, toda la sociedad londinense habla maravillas sobre ellos.-Thomas asintió.

-Lo sé, pero prefiero creer la palabra de padre y... lamentablemente también la de Finnick. Dijo que tuvo problemas con el mayor en sus años de universidad.-se encogió de hombros, Selene asintió.

-Si, lo mencionó hoy.-murmuró, luego fijó su vista en el jardín.-Solo Dios sabe por qué serán así.

Thomas asintió.

-Concuerdo contigo hermanita.-los rieron, luego unas risas llamaron la atención de ambos. A su izquierda, se encontraban unas sirvientas con unos papeles en sus manos, Selene ladeó la cabeza, quién sabe que estaban leyendo, pero parecían bastante entretenidas.-¿Que será eso?

Selene mantuvo su mirada en el papel.

-No lo sé, pero me muero por saber.-le respondió la rubia. Los dos seguian con la mirada en las sirvientas. Selene se colocó de pie de manera abrupta, Thomas la miró sorprendido.

-¿Que crees que haces?-le preguntó curioso, Selene le hizo un ademán con la mano.

-Averiguar que es eso tan entretenido que están leyendo.-la chica iba a caminar hacia las criadas, pero Thomas rápidamente se puso de pie y la agarró del brazo.

-No puedes hacer eso, es su asunto, no el tuyo.-habló obvio el chico, Selene rodó los ojos.

-Solo les preguntaré, no les quitaré su fuente de entretención. ¿Por quién me tomas?-Selene retiró su brazo y camino con paso decidido hacia las sirvientas que parecieran no notar su presencia aún. Una vez llegó a su lado, carraspeó para llamar su atención. Las chicas se asustaron y rápidamente escondieron el papel. Se suponía que debían estar trabajando, no leyendo correspondencia ajena. Selene levantó una ceja.

-Señorita Lexington, que gusto verla.-rió nerviosa una de las chicas, Selene sonrió.

-Igualmente. ¿Que hacen?-dijo mientras trataba de mirar el papel. Las dos sirvientas se miraron entre si, y suspiraron antes de mostrar el papel.

-Lo sentimos muchísimo señorita, pero encontramos esta columna escrita por esta señora que cuenta como...-pero Selene no siguió escuchando ya que toda su atención fue a parar a la columna frente a ella. Pudo leer claramente como decía Lady Whistledown en el principio.

Eso era algo nuevo.

-Está bien, no hay problema. Pero ustedes podrían... ¿prestarme esta columna?-las sirvientas asintieron rápidamente, era claro que lo iban a hacer, después de todo era correspondencia de los Lexington que ellas habían tomado sin permiso. Selene tomó el papel y les sonrió.-Gracias, y... prometo no decir nada.

Mencionó mientras les guiñaba un ojo. Las dos chicas asintieron rápidamente y salieron de allí. Selene sonrió para si misma mientras observaba el papel en sus manos.

-No puedo creerlo, de verdad lo hiciste.-fue lo primero que dijo Thomas al ver a su hermana llegar y sentarse con el papel en sus manos. Selene asintió mientras comenzaba a leer.

-Parece ser una columna de chismes.-mencionó mientras seguía leyendo, Thomas se acercó para tratar de leer también.

-¿Y bien? ¿Qué dice?-preguntó, pero Selene seguia concentrada, hasta que algo llamó su atención. Aparecía su nombre, y el de su familia.

-No lo puedo creer.-murmuró mientras leía con más atención. Una vez terminó le tendió el papel a su hermano, y se cruzó de brazos.-Ese papel dice mi nombre.

Thomas la miró sorprendido.

-¿En serio?-luego comenzó a leer también, Selene asintió.

-Al menos no dice nada malo.-murmuró, Thomas rió.

-¿Bromeas? ¡Lo único que hizo fue halagarte!-exclamó Thomas señalando el pedazo de papel. Selene asintió.

-Si, lo sé. ¿Quién crees que sea? No dice ningún nombre de autor, más que Lady Whistledown.-acotó Selene, Thomas se tocó la barbilla mientras pensaba.

-Nunca he escuchado ese nombre.-murmuró despacio. Selene bufó.

-Menos yo.-los dos se quedaron en silencio, pensando en la nueva columnista. Hasta que el sonido de unos pasos que se acercaban a toda prisa hizo que los dos levantaran la mirada para ver a las señora Brown dirigirse hacia ellos.

-¡Señorita Selene, señor Thomas!-exclamó la mujer al llegar a su lado, los dos hermanos se miraron entre sí.-Tienen que ir a alistarse, hoy es el baile de Lady Danbury.

Selene abrió sus ojos con sorpresa.

-¿Es hoy?-exclamó mientras se colocaba de pie, la señorita Brown asintió.

-Precisamente señorita. Con todo este tema de su presentación en sociedad, es bastante importante que asista a su primer baile.-murmuró la mujer, Selene suspiró antes de mirar a su hermano.

-¿Al menos tú me acompañaras?-preguntó, Thomas se encogió de hombros.

-Sabes que lo haría, pero estoy bastante seguro de haber escuchado a Finnick que sería él tu acompañante.-murmuró el rubio mientras se colocaba de pie.-Creo que también deberé a alistarme, de seguro padre igual nos obligará a asistir. Iré por Damian.

Selene asintió mientras observaba a su hermano marcharse. Luego volvió su vista a la señorita Brown.

Su pesadilla había por fin comenzado.

[...]

Selene bajó del carruaje con gracia mientras observaba la gran mansión de Lady Danbury. Estaba segura de haber estado ahí alguna vez, pero estaba bastante consciente de que fue en un distinto contexto.

La había acompañado en el carruaje la señora Brown, y su hermano Finnick. Su padre, Thomas y Damian venían en otro carruaje. Pasó casi media hora escuchando la pequeña gran charla de su hermano mayor diciéndole que solo bailaría con los pretendientes que él encontrara aptos para ella. Selene odiaba la idea, su hermano de seguro lo único que le importaría sería que aquellos chicos vinieran de una buena familia, ni tiempo se daría de conocerlos. Además, eso no le daba un libre albedrío para ella elegir. Esperaba que su padre le pusiera algún freno a Finnick esta vez, por que de lo contrario, sabía que no sería capaz de aguantarlo mucho.

-Y ya estamos aquí.-sonrió Finnick, saltando a un lado de ella, Selene suspiró.-Más ánimo hermana, será una buena velada.

Selene quiso reír pero se aguantó. Ninguna velada era buena con Finnick de acompañante.

-Me pregunto hermano.-comenzó diciendo la rubia mientras caminaba hacia dentro del recinto.-¿Era necesario que vinieras tú de acompañante?

Finnick la miró ofendido.

-¿Hay algún problema con eso?-Selene asintió.-Tienes suerte, no todas tienen un hermano mayor para ayudarlas a encontrar al pretendiente correcto.

Selene miró el piso queriendo reír. No sabía si ella era la suertuda o las demás chicas.

-Está bien hermano, lo que digas.-le susurró mientras los tres entraban por las puertas de la hermosa mansión.

Selene miraba todo embelesada por el hermoso diseño del recinto. Habían velas por todas partes que le daban a todo el lugar una exquisita iluminación. Habían flores por doquier, que le daba ese toque elegantemente característico de lady Danbury. La música sonaba de manera maravillosa, y Selene comprobó que los artistas de esa velada era sin duda bastante talentosos, pero lo que sin duda llamó más su atención, fue el hecho de que la mayoría de las personas tenían puestos sus ojos en ella. Selene le dedicó una pequeña sonrisa tímida mientras aún estaba del brazo de su hermano.

-Están todos mirándote hermana, eso es bueno.-le susurró el mayor.

Pero Selene no podía encontrarle la razón a su hermano, ya que mientras más sabía que la gente la observaba, más miedo sentía en su interior por temor a arruinar las cosas.

Y ella ciertamente no podía asegurar que eso fuera algo bueno.

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𝓐𝚄𝚃𝙷𝙾𝚁'𝚂 𝙽𝙾𝚃𝙴.    ╱    🌸🌷💫 
𝑫𝑨𝑵𝑵𝑨 𝑰𝑺 𝑾𝑹𝑰𝑻𝑰𝑵𝑮 . . . . . .

BIENVENIDOS A TODOS A REWRITE THE STARS.

estoy bastante emocionada por esta historia, y espero que ustedes también.

tuve muchos problemas para comenzar esta historia, puesto que no sabía si seguir la linea de la serie, o la de los libros. pero he decidido hacer como un mix. seguiré ciertos sucesos de los libros, pero también de la serie.

en fin, en el próximo capitulo ya aparecerá nuestro bb Colin, así que atentas. (espero traerles el otro cap dentro de unos días💗)

Y eso es todo, nos leemos a la próxima!

D🌻

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