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16

«¿AMOR?»

LA PELIRROJA estaba con Carlos abrazada a su abdomen, ella acariciaba el cabello del peliblanco. Ambos bastante cansados, se sostenían mutuamente, mientras oían lo que Mal les decía. Frente a ellos, en la mesa, montones de papeles que eran puntos claves para su plan.

—okey, todos sabemos cómo es —Mal señaló la hoja con el dibujo de la varita —estaremos en el estado, bajo el jarrón de hechizos. Y entraremos desde aquí —señaló los planos —Heart y yo vamos a estar en el frente, ustedes estarán arriba en el balcón.

—¿Por que Heart? —Jay se cruzó de brazos. La nombrada bajo la vista a la vincha de sombrero que estaba sobre la mesa.

—Teo me invitó a la coronación —Respondió en voz baja.

Mal bajó la vista con compresión y pena, comprendiendo esa mirada en su amiga. Evie no pudo evitar una expresión que mostraba lo sorprendida que estaba, pero de una manera triste. Carlos alzó la mirada sonriendo un poco, gesto que se borró poco a poco al recordar. Jay solo desvió la vista.

—cómo sea, patético —Heart miró a Mal que asintió.

—¿Carlos? —el chico se alejó de Heart para señalar los planos.

—ire por la limucina para activar la barrera... Y volveré a la isla con la varita —Contó su parte del plan.

—perfecto —felicitó Mal, Carlos volvió a abrazar a Heart que apoyó su cabeza sobre la suya —Evie.

—¿Si?

—usa esto y duerme al conductor —le dió un perfume, que tenía un líquido azul dentro —si lo rocías quedará inconsciente.

—ya no te sirve el truco de la fea rueca —Heart le sonrió burlona a Mal que achinó los ojos en su dirección. Ambas ni siquiera lo habían hecho con su habitual ganas de pelear.

Un aire tenso y silencio rodeo la habitación de Jay y Carlos, dónde estaban reunidos. Heart sintió los brazos del peliblanco apretarse en su cintura y comenzó a acariciar su espalda. Los demás estaban viéndose. Heart bufó.

—sonrian —les pidió separandose de Carlos. Ella sonreía, pero no era una de las suyas, era diferente —hemos planeado esto desde que llegamos, tenemos una oportunidad. Ayudaremos a nuestros padres. Tú mamá conseguirá ser la más hermosa —señaló a Evie —tú papá podrá buscar la lámpara y volver a ser el dueño del genio —Miró a Jay —tú mamá podrá dejar a ese sucio y oloroso peluche por dálmatas de verdad —acarició el cabello de Carlos —tú mamá será la emperatriz del mal —Terminó con Mal —Y mi mamá... Ella volverá a su reino y tomara el país de las maravillas, otra vez.

Esos son nuestros padres ¿Nosotros que ganamos?

Pensaron todos, incluso la pelirroja.

Ellos trataron de sonreír, muecas más que sonrisas. Comenzaron a disiparse y Heart se sentó en la cama de Carlos. El niño se acostó a su lado, acariciando a Chico.

La pelirroja bajó la vista a sus manos y notó el anillo que Jay había robado al llegar, se lo quitó para ojearlo, siendo que ella ya había dicho que la parecía conocido pero no recordaba de dónde.

—Mal —miraron a Evie —¿Quieres romper el hechizo de amor de Ben?

—Si —se sincero. Heart miró a Jay que estaba en su cama, ambos notaron el tono de voz de Mal —bueno... Para después.

—Pero... —Evie se sentó.

—estaba pensando, que cuando los villanos comiencen a invadir Auradon —comenzó a enumerar —Destruyan las ciudades y saquen a todos de sus castillos... —Carlos miró a Heart que fingió su sonrisa —encarcelen a los líderes y destruyan todo lo que es bueno y hermoso...Que Ben siga enamorado de mi sería... Un tanto...Cruel.

Suspiró y miró el anillo hasta que notó en el interior algo grabado.

Teo Hightopp.

El nombre del sombrerero junto a un pequeño sombrero dibujado.

Cerró los ojos con fuerza. Ella misma había oído a Teo decir que sentía mariposas al verla y no era cómo Mal, no tenía un hechizo para que Teo la odie. Incluso, sabiendo lo que harían, sabía que el sombrerero jr aún la querría y justificaría. Porque así era él.

—que idiota —Se quejó ella, levantándose para salir de la habitación.

avanzó por los pasillos hasta ir a su cuarto, se arrodilló a un lado de su cama y recostó su cabeza sobre sus brazos cruzados, encima de las frazadas rojas. Se mordió el labio inferior para no llorar, pero no podía evitarlo.

¿Gabriella la querría con su misma inocencia aún después de arruinar todo lo que amaba? ¿Damian aún la defendería y trataría de ser su amigo, despues de arruinar todo lo que conoce y su mamá alguna vez liberó? ¿Melody e Isla aún sonreirian al verla?

Giró su rostro y miró la caja de té que Teo le había pintado, el color seguía intacto. Luego bajo la vista al anillo y dejó salir una lágrima.

Ella ya había oído a Teo decir lo que sentía al verla ¿Él seguiría dándole regalos y soltando risas nerviosas solo para ella? O... ¿Ella podría volver al verlo al rostro después de arruinarlo todo?


Heart estaba sentada en una silla con sus piernas cruzadas y su abrigo rojo mientras inflable con una mueca los globos. Tenía un tanque de helio a su lado, ella los inflabla con dificultad y se los daba a Carlos para que los ate.

Estaban ayudando en la preparación del festejo de la familia, Gabriella los había obligado a ayudar. Ella estaba sentada en el suelo con Carlos, Teo inflabla globos y Gabriella debía hacer lo mismo que Carlos, pero ella inhalaba el helio y hablaba con voz aguda.

—¿Por qué dejamos a Gabriella ayudar? —Damian preguntó con diversión atando un hilo a un globo.

—no lo sé —Teo soltó una risita.

—ahg, ¿Para que me invitan si saben cómo soy? —Gabriella sacó el globo de su boca y habló con voz aguda haciendo reír a Carlos.

—pareces una ardilla —se burló el peliblanco. Heart se agachó.

—puedes hacer lo mismo —le susurró y se puso recta fingiendo no haber dicho nada. Carlos la miró emocionado, Heart le guiño el ojo. Aspiró helio del globo.

—Gabriella, comportate ¿Si? —le pidió con voz aguda haciendo reír a la niña. Damián miró indignado a Heart pero Teo se animó también a tragar helio.

—quita ese rostro, Damián —lo regañó imitando su expresión, Gabriella y Carlos soltaron carcajadas con voz chistosa. Teo también.

Damián quiso quedarse serio pero las risas de los tres en ese tono eran demasiado cómicas así que, antes de reír, tomó helio y soltó la risa que empeoró la de los otros.

—Ahg, ya aturden —Heart rodó los ojos con una sonrisa.

—te toca, corazón —Teo le dijo, volviendo a su voz normal. Se miraron unos segundos.

—no —negó inflando otro globo y se lo dió a Carlos que lo ató.

—yo sé que quieres —Damian ató los demás globos y los dejó a un lado.

—no —volvió a repetir inflando otro.

—vamos ¡Porfis! —pidió Gabriella con ojos de cachorro.

—Heart, por favor —Carlos pidió, los dos niños colocaron sus rostros a la par y vieron suplicantes a la pelirroja que gruñó. Llevo un globo a su boca e inhaló.

—¡Perderán la cabeza! —les dijo a ambos con voz chillona y gritaron antes de reír. Heart trató, pero fue en vano, también rió y Teo la observó hipnotizado por el encantador sonido de su risa.

Podría vivir escuchándola.

—¡Pinten las rosas de carmín! —Heart dió un saltito en su lugar cuando una voz aguda gritó en su oído. Miro a Ben que había tragado helio y la había asustado. El rubio comenzó a reír con los demás —¿Qué tal? ¿Me salió igual a Heart? —preguntó tomando más helio.

—igualito —Gabriella rió. Heart rodó los ojos.

Siguieron ayudando en la decoración, hasta que Heart vió a Evie que le hacía señas para ir a prepararse para la fiesta. Se levantó sin despedirse, ellos al vieron irse.

—¿Divirtiéndote? —le sonrió la peliazul mientras caminaban.

—¿Con ellos? Jamás, solo estaba ayudando porque me aburría —Fingió indiferencia, Evie rodó los ojos.

—Ay, ajá —Heart la miró sin entender —Te veías bien riendo con Teo.

—Él ríe todo el tiempo —Dijo cómo si no fuese nada.

—pero tú no —Debatió con picardía. Heart estaba dispuesta a ignorarla pero ella la detuvo tomándola del brazo.

—¿Qué? —la miró impaciente, no le gustaba la conversación e Evie lo notó.

Si sabes que el amor existe ¿Verdad? Porque si supieras, te darías cuenta que él siempre te está mirando y además tiene un brillo en sus ojos —le contó, con gran pasión, intentando que comprenda la importancia de sus palabras.

—¿Amor? ¿Por el hijo del sombrerero? —preguntó incrédula, pero la mirada de Evie insistía —estoy loca, pero no de esa manera.

—estas completamente loca de todas las maneras posibles —Heart sonrió sin contenerse —pero ¿Te digo algo que me dijo Damián?

—¿Qué? —alzó sus perfiladas cejas con curiosidad.

—las mejores personas lo están —Heart soltó una carcajada, Evie abrió los ojos sorprendida.

Heart pensó que era la cosa más ridícula que alguna vez le hayan dicho y comenzó a caminar con Evie que reaccionó hasta ir rápido a su lado. La peliazul le hizo una seña a Carlos que también se levantó, despidiéndose, para ir tras ellas. Hasta llegar a un lado de la princesa roja y tomar su mano.

Los cinco villanos, con Chico en brazos de Carlos, se asomaron al balcón viendo a los príncipes y princesas cantar y bailar en el festival de la familia que se estaba llevando a cabo en el jardín de la preparatoria.

—Que asco —Heart los miró con desdén. Los villanos soltaron unas risas al oírla.

—vamos —Mal les pidió.

Comenzaron a bajar, Heart miraba todo de colores pasteles a su al rededor y le daban ganas de arrancar sus ojos de su rostro. Aún que agradecía que ella de rojo resaltaba.

—Heart, Heart, fuente de chocolate —Carlos tiró de su abrigo. La pelirroja tomó a Chico para dárselo a Evie.

—cuida del pulgoso —Le pidió para tomar unas fresas con el niño y mojarlas en el chocolate. Le dió una a Mal que suspiró de gusto al morder.

—me toca —Jay también mojo un dulce en el chocolate.

Heart estaba por tomar otro pero sintió unos brazos en su cintura, haciéndola girar en el aire y soltó un grito desprevenida, hasta que la bajaron y se giró molesta. ¡Jamás le habían hecho eso! Su rostro rojo se volvió a su tono normal al ver a Teo sonriendo emocionado.

—¡Vino mi papá!  —Heart sonrió sin contenerse, Teo soltó una risita nervioso alejándose. Fue arriesgado, pero la emoción fue mayor.

—¡Y a mí no me importa! —fingió emoción, Teo hizo una mueca tierna que ensanchó su sonrisa —Jamas vuelvas a hacer eso o perderás ya cabeza —Lo señaló amenazante —Ya voy, espérame —Teo dió unos saltos emocionado alejándose.

La pelirroja busco con la mirada a su tía, hasta que la vio entrar con dos bandejas. Se acercó a tomar una y Mirana le sonrió, feliz de verla allí.

—Heart, es para los invitados.

Observó, riendo suavemente, a su sobrina que comía algunos de los postres que habían cocinado juntas en la cocina de la escuela. Un momento tía y sobrina que para Mirana había significado demasiado.

—yo soy invitada —lamió sus dedos con una sonrisa inocente.

—Vamos, te enseñaré a jugar croquet —Envolvió su brazo con ella.

Caminaron hasta ir a dónde estaba el juego, dejaron las bandejas a un lado y miró el juego extrañada. Mamá le había dicho que golpeaban los erizos con flamencos hasta embocar dónde estaban los monos, pero allí había palos y pelotas ¿Dónde estaban los animales?

—¿Sabes jugar? —le preguntó con una sonrisa.

—no, pero... —buscó a Teo que estaba junto a unas personas —debo ir con gorritos ¿Me enseñas luego?

—¡Por supuesto! Vamos ¿Dónde está? Quiero ver a Alicia, seguro está con él y los demás.

—allí —señaló al castaño que las saludaba para hacerse notar.

Heart, por primera vez desde que llegó a Auradon, extendió su mano y saludó a Teo. El castaño abrió su boca de la impresión y comenzó a reír de felicidad viendo cómo lo saludaba la pelirroja.

—Me saludo de vuelta —le dijo emocionado a Damián que estaba a su lado.

El rubio soltó una risa por la contagiosa de Teo que estaba sin poder contener la emoción ¡Heart lo había saludado!

—si, y ahí viene, amigo.

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