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05

«PORRISTAS»

LA PELIRROJA ESTABA usando su lápiz mientras escribía los diferentes té que había visto, le era curioso los muchos que había ¡Más de veinte! Eso la hizo sonreír todo día lo que extrañaba a los villanos.

—Ya dilo, ¿Mataste a alguien? —Mal la miró curiosa, rodó los ojos sin borrar su sonrisa.

—Ojala, pero no —Hizo un puchero.

—¿No? —Evie también estaba confundida —Que extraño —Susurró para si misma, compartió una mirada con Mal. Ambas creían que estar entre tantas princesas ya el había hecho a Heart perder la cabeza. Pero viendo que seguía teniendo impulsos asesinos, se relajaban.

—Niñas —Las llamo el hada madrina, ellas voltearon al frente —Esten atentas —Pidió con voz cantarína, Heart la miró mal por darle una orden —“Si una persona te acercara a su bebé que llora. A) Lo hechizas. B) Lo encierras en una torre. C) Le das un biberón o D)Le arrancas el corazón” —Evie levantó la mano —Evie.

—¿Cuál era la segunda? —La hada madrina rió.

—Depende, en vez de arrancarle el corazón ¿Puedo cortarle la cabeza? —Cuestionó Heart sonriendo. La mujer la miró con una mueca.

—Mal —Señaló a la pelimorada que estaba dibujando.

—C, Le doy un biberón —Respondió jugando con su cabello.

—Correcto, otra vez —Festejó con algo de felicidad.

—Hoy estás muy inteligente —Carlos bromeó.

—Solo...pienso en la que suena aburrida —Contestó con indiferencia, los chicos abrieron la boca comprendiendo.

—Tiene sentido, estamos cómo en el mundo del revés —Heart se puso derecha asintiendo.

—si, tiene mucho sentido —Asintio Evie. Mal se burló de sus amigos con ironía.

Escucharon un chillido y Heart se llevó una mano al oído volteando a ver a una chica de cabello corto y ropa celeste dando saltitos hasta llegar al hada madrina.

—sonó a una tetera —Se quejó y Carlos la señaló riendo.

—Hola, cariño —saludó el hada madrina.

—hola, necesito que firmes esto para la coronación —Le susurro viéndolos con temor.

—obviamente todos recuerdan a mi hija, Jane —Presentó el hada mientras la chica negaba —shh, tranquila, Jane, ellos son nuevos.

Ella camino dudosa con una sonrisa nerviosa. Heart observó a Carlos que miró a la niña con curiosidad y volteó con el ceño fruncido a la de cabello corto.

—Hola... Tranquilos, olvidenme ¿Si? —Pidió tímida —continuen —Sonrió con malicia cuando pasó a su lado. Heart fingió morder al aire en si dirección y Jane dió un gritito asustada saliendo corriendo.

Heart comenzó a reír y choco los cinco con Mal. Carlos la miró achinando sus ojos mientras Heart se encogia de hombros con su característica sonrisa en labios.

—Tengo una idea, roja —Le susurro Mal ganando su curiosidad. La hada madrina tosió llamando su atención.

—Hay que continuar —Se acercó al pizarrón —“¡Si encuentran un frasco con veneno! ¿Qué hacen? A)lo ponen en el vino del rey. B)lo ponen dentro de una fruta —rieron viendo a Evie —o C)Entregan en frasco a las autoridades.” —Todos comenzaron a alzar la mano menos Heart y Mal, la pelirroja no le encontraba sentido a responder si la respuesta era aburrida.

—Suelta —se quejó Carlos cuando su amigo bajo su mano para responder él.

—Jay.

—C) lo entrego a las autoridades —sonrió con orgullo.

—Yo quería decir eso —se quejó Carlos.

—¡Uy, pero lo dije primero! —se burló el castaño tomándolo de la cabeza para despeinarlo con su puño. Evie comenzó a verse en el espejo y Heart siguió anotando té's e incluso algunos que le gustaría que existieran.

—Muchachos... Muchachos —el hada madrina pedís su atención viendo que peleaban sobre la mesa —Tendré que pedirles que los dos usen esa energía dentro del campo de tourney.

—oh, no. Está bien, sea lo que sea, no voy —Negó Carlos quitando a Jay.

Heart giró cuando sintió unas miradas en la nuca, allí estaba el profesor sonriente pasando con Damián y Teo. Estos tres la saludaron pero ella volteó ignorandolos.

—Nunca me saludó de vuelta —Teo susurró viendo a ambos.

—Dale tiempo, fue un milagro que está mañana se haya quedado a tomar el té —Damián palmeó su hombro.

—¡Oh, cierto! Tengo una idea que ejecutar con eso —Teo río yéndose mientras jugaba con su sombrero.

—¿Si notas que le interesa la princesa roja, no? —El gato le sonrió a Damián que se pasó una mano por el cabello y se cruzó de brazos.

—Diria que hasta se enamoró a primera vista —Asintió riendo. Comenzaron a caminar alejándose de la sala —El tema es cuando Heart vea a su tía.

—ni lo menciones, mañana tiene clases con ella.


Heart caminaba con Carlos y Jay hasta los vestuarios, ambos iban hablando sobre que el hada madrina los había obligado a jugar en el equipo. Ella solo estaba perdida en sus pensamientos, cómo muchas veces le pasaba.

—¡Heart! —miró a Carlos —Te fuiste, otra vez.

—oye, en verdad preocupas cuando haces eso —Jay admitió —Aún que desde que llegamos solo te vi dos veces así. En la isla eran dos veces al día.

—Cierren la boca o se las separó del cuerpo —Ordenó caminando, cuando llegaban. Vieron a una chica pelinegra junto a Melody acercarse.

—¡Hola, corazón! —Ariel se puso frente a ella —¡Hola, Carlos!

—Hola, preciosas —Jay les sonrió coqueto. Los otros dos villanos rodaron los ojos —soy Jay.

—Isla Nieves —la acompañante de la pelirroja saludo.

—adivino, hija de Blancanieves —Jay le tendió la mano y ella le sonrió alzando una ceja, lo ignoro volteando a Heart, haciendo reír a Carlos.

—Tú debes ser la famosa Heart, me han hablado mucho de ti —Ambas se rebajaron con la mirada.

Mientras una era morena con el cabello pelinegro y dueña del color azul, hija de una reina del bien. la otra era palida con melena pelirroja claro y dueña del color rojo, hija de una reina villana. Si existía el Yin y el Yang, eran ellas.

Me gusta tú cabello —señaló avanzando un paso me gusta tú ropa, tú eres el rojo y yo el azul, totalmente diferentes —Extendió su mano. Heart alzó una ceja —¿Quieres ser mi amiga? Haríamos tendencia caminando juntas.

La pelirroja observó a sus amigos que estaban desconfiados de la hija de Blancanieves, pero siempre había dos abejas reinas peleando en un panal. En este parecían ser Audrey y Nieves. La pelirroja ensanchó su sonrisa, le gustaba las vibras que emanaba.

—Ya veremos —aceptó su mano. Se acercaron y se saludaron con un beso en ambas mejillas. Se separaron y se sonrieron.

—¿A dónde iban? —le preguntó curiosa.

—Al campo, debemos jugar —Carlos gruñó por lo bajo —Heart va porque se lo pedí.

—corrección, Heart va porque es su mami y no va a ningún lado sin su mami —Corrigió Jay riendo. Por la mirada seria de Heart decidió callarse tragando duro.

—¿Vas a animarlo? —Ariel sonrió con ternura.

—Si ese es el caso, ¿Por qué no te unes a las porristas? Verías cada partido —Nieves propuso —Nosotras dos estamos en el equipo, yo más que nada porque el uniforme se ve muy bien.

—¿Tiene rojo?

—No...

—entonces no se ve bien —Sonrió burlona haciéndola reír. Los villanos y Melody notaban cierta tensión en el aire, una de rivalidad pero a su vez de una amistad destructiva surgiendo entre ambas.

—Ven del lado de las porristas, tú ves si aceptas o no. Después de todo ellos deben ir al cambiador de hombres —Le tendió su brazo.

Heart lo entrelazó y comenzaron a caminar en otra dirección, los dos villanos las vieron alejarse y se giraron a Melody que se encogió de hombros con una sonrisa dando saltitos hasta alcanzarlas.

—Siento que la hija de Blancanieves es más una villana que princesa —susurró Jay.

—Mejor para Heart.

Se fueron.


Heart observaba los movimientos de las porristas sentada en lo bajo de las gradas, también veía a los chicos jugar a modo de entrenamiento y le disgustaba el mucho sol que había, pero para su suerte, Gabriella estaba sentada a su lado teniendo una sombrilla para ella.

La hija de la liebre y el conejo blanco estaba comiendo tostadas sobre su tierno vestido, con su otra mano sostenía la sombrilla que cubría a ambas.

—¿Puedo moverme? —susurró la pequeña Bonnie.

—no —Sonrió cuando la escuchó susurrar como niña. Gabriella ya eligió a Heart cómo su favorita, también Carlos, a ambos les gustaba el té.

Vio como Jay esquivaba los discos que le lanzaban y gritaba empujando a los jugadores, si así iba el juego, a Heart le divertía demasiado. ¡Incluso le saco el casco a uno rubio!

—¡Jay, escúchame, soy Carlos! —Heart se levantó cuando escucho al peliblanco —¡Alto, espera, Jay! —le lanzó incluso el palo y alzó el escudo para que no le dé la bola que el castaño lanzó —¡No, no, no, no!

Se tiró al suelo alzando su escudo, siendo que el castaño lo pisó para tomar la bola y empujar a Ben -que era de su equipo- así meter gol. Aún cuando anotó, grito para ir a golpear al arquero que salió corriendo asustado.

Heart soltó una carcajada sin aguantarse llamando la atención de todos en el campo. Era la primera vez que veían a la villana reír. Pero Heart en verdad había disfrutado ver a los príncipes correr asustados.

Damian se sacó el casco para ver a Heart riendo, sonrió buscando con la mirada a Teo pero este no estaba. Estaba seguro de que si el sombrerero jr veía de esa manera, tentada de la risa, a Heart, hubiera caído enamorado aún más.

—¡Vamos, oa, Hu! —Jay comenzó a bailar y señaló a Heart a modo de victoria, la pelirroja comenzó a aplaudir bajando su risa y Carlos la miró con una diminuta sonrisilla. Incluso a él le sorprendió que riera de tal manera con personas delante.

—¡Tú! —el entrenador grito —¡Quiero que vengas aquí!

Todos se acercaron incluso Heart y Gabriella. Llegaron hasta estar cerca para escuchar lo que sucedía.

—¿Qué fue lo que hiciste ahí? —señaló para sonreír —te diré lo que fue, talento crudo. Ve a mi oficina más tarde, te mostraré algo que nunca viste, se llama reglamento —rió golpeando su brazo —bienvenido al equipo hijo —miró a Carlos —tal vez el tenis te vaya bien.

—yo lo apoyaré —negó Ben.

—de acuerdo. ¡A seguir practicando!

Jay se giró cruzandose con el que a Heart le había divertido que chocara. Este lo miraba mal pero lo ignoro golpeando su hombro al pasar. El rubio se llevó una mano a su hombro adolorido.

—Él es el hijo de Cenicienta —le aclaro Gabriella —el tonto que molesta.

—¿Te molestó alguna vez? —la pelirroja le pregunto. Por alguna razón, Heart veía en la pequeña a Carlos, podía ser su cabello blanco y negro o que eran más pequeños, tal vez su divertida inocencia.

—Dice que el té me dejó loca —se encogió de hombros.

Heart miró al rubio y al tener la imagen mental de su cabeza sobre su cama, una sonrisa apareció en su rostro.

—Corazón —Melody llegó con un uniforme —Este es de tú talla, si te gusto el entrenamiento y ser porrista, puedes entrar y quedartelo.

Heart miró el uniforme, luego la cancha y a lo último a Audrey. La morocha la observaba con enojo, no estaba en sus manos elegir si Heart entraba o no, después de todo, la entrenadora de las porristas era la profesora de geografía de los países mágicos. La tía de Heart.

—¿No debería hacer una prueba? —Gabriella preguntó.

—Isla ya hablo con la entrenadora, dijo que puede entrar. Después de todo Heart tiene buenas curvas y el carisma es lo que más importa. Debemos incluir a los hijos de los villanos —respondió con una sonrisa. Heart notó que al ser hija de una villana, incluso sin quererlo, tenía algunos privilegios.

—estoy adentro.

Suponiendo que el plan de reinar el mundo con la varita tarde más por sus tropezones, Heart podría comenzar a gobernar al menos la escuela. Comenzando con las porristas.

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