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02

« PRÍNCIPES Y PRINCESAS »

HEART SALIÓ Y bajó su valija quedando detrás de la limucina y miró sobre su hombro a la mayoría de villanos que los rodeaban.

—¡Jay! —le grito y este alzó la mano indicándole paciencia.

Se cruzó de brazos resoplando y notó como se quitaba el gorro para tapar el adorno de la limucina y robarlo.

—¿En serio? —lo miró cansada.

—y esto para ti —dijo inocente tendiendole unos pendientes con piedras rojas.

Heart tomó los aretes para colocarselos. Jay sonrió orgulloso y tomó el equipaje de la pelirroja para subirlo.

—mi reina —hizo una reverencia y ella rodó los ojos para abrir la puerta de la limucina.

Antes de subirse, Evie llegó corriendo para hacerlo.

—adios, corazón —La reina roja gritó. Levantó un pañuelo para limpiar lágrimas inexistentes en sus ojos.

—adios, madre —saludó con una sonrisa radiante.

Heart se subió justo cuando escucho el grito de la mamá de Carlos.

—¡Vuelve aquí, ahora!

La pelirroja se sentó con los brazos abiertos, lista para que Carlos suba y salte a refugiarse en ella como siempre lo hacía.

—¡Carlos! —el peliblanco tiró rápido sus pocas pertenencias y salto, justo a abrazar a Heart.

La pelirroja odiaba a las personas, pero todos sabían que ella amaba cómo a un hermano a Carlos, aún que lo negase.

—no quiero volver a ver sus pies —la miró aterrado escuchando a Evie reír.

—nadie quiere —negó la pelirroja.

—nadie —reafirmó Jay subiendo también y sentandose en medio de Carlos y Heart.

La última en subir fue Mal y cerró la puerta del largo vehículo.

—¡Tráeme oro!

—¡trae un perrito!

—¡Tráeme un príncipe!

—¡Tráeme la cabeza de los traidores!

Ellos escucharon a sus padres y se miraron algo aburridos. Mal solo resopló estirándose por los dulces y tomó una paleta de corazon.

—para ti, roja —se la tiró y ella sonrió tomándola.

—oh, son... Demasiadas paletas —la pelirroja tomó el frasco entero de corazones de dulce.

Carlos y Jay sonrieron dándose una mirada para pronto comenzar a pelear por los dulces. Ninguno, y ninguna, había visto tantos dulces en sus vidas.

Evie quiso tomar un chupetín de Heart pero ella la miró amenazante y terminó retirando lentamente su mano con una sonrisa nerviosa. Heart volvió a su sonrisa y miró a Mal extrañada.

—estas... —Mal se tocó el rostro preocupada —extraña.

—hoy estás algo palida —asintió Evie y saco su maquillaje —déjame ayudarte.

—ahg, no, déjame. Quiero... Pensar —la quitó y Heart rió.

—¿Piensas, MaliMalita? —Se burló tomando una paleta.

—eso no es muy atractivo —secundó Evie tomando una paleta azul de un frasco para intentar morderla.

—ah, estos —Carlos señaló un alfajor —se que son salados pero son dulces ¿Los conoces?

—dejame ver —murmuró Jay con la boca llena. Carlos abrió la boca e hicieron una mueca de asco. Lo golpeó quitándole el alfajor.

—ven, tonto —Heart saco una servilleta para limpiar el chocolate en la boca de Carlos —eres un asco.

—quitate, Heart —se quejó Jay ya que ella estaba casi encima suyo.

—me llegas a ensuciar con eso y te corto la cabeza —murmuró terminando con Carlos para sentarse derecha.

Mal tomó un control y escucharon a Envié gritar.

—¡No!

Notaron que iban directo al final de la isla. Dónde los rodeaban el agua.

—¡Es una trampa! —Gritó Carlos.

Pronto los cinco se acurrucaron dejando a Heart en medio, que fue la única en no gritar, ella solo apretó los ojos con fuerza y aplanó los labios aterrada.

Eso le traía horribles recuerdos.

Cuando no sintió la caida, abrió los ojos y una luz que la cegó unos segundos. Quitó de encima a Evie y Jay para girarse al cristal.

—¿Qué es lo que pasa? —cuestionó el menor.

—parece... Polvo de hadas —habló alto, Heart.

—¡Debe ser magia! —Evie sonrió risueña.

—Una que hizo a Jay hacerse en los pantalones —se burló Heart.

—no es cierto —se defendió acomodándose y quitando a Carlos.

Mal se giró tratando de llamar la atención del conductor.

—oye, ¿Es este botón el que abrió la barrera mágica? —Exigió.

—no, este abre la barrera mágica —mostró un control blanco —y ese abre mi garage.

—¿Osea que ahora está abierto tú garage? —Heart cuestionó, pero le sonrió coqueta al chófer.

—asi es —le devolvió la sonrisa para levantar el dedo —¿Y adivina qué, pelirroja? Este botón... —una ventanilla negra subió dejándolos sin ver más al conductor.

—okey —Mal rió —odioso...Que lindo sujeto.

—Me agrada —Heart sonrió guardando unas paletas en su chaqueta.

También tomó unos caramelos. Guardandolos para Carlos que seguramente luego querría volver a comer de esas delicias.


El viaje no fue largo. Heart se la paso perdida en sus pensamientos, mirando el lugar tan limpio que los rodeaba, ni en sus sueños había visto tantos colores claros y pulcros. Vieron un cartel de “Bienvenidos a Auradon preparatoria” y fue cuando escucharon ruidos fuertes.

—¿Son disparos? ¿Están matando a alguien? —Preguntó Heart.

—no creo —Mal negó. Fue ahí cuando notaron a una banda tocando.

Heart hizo una mueca de asco y vio como la puerta se abría. Carlos y Jay salieron, pero estos dos cayeron peleando por algo como una alfombra.

—¡Tienes todo lo demás! ¿Para qué quieres esto que no sé qué es? —gritó en el suelo el peliblanco.

Heart salió siguiente arreglando su cabello, detrás salió Evie y última Mal.

—¡Porque tú lo quieres, dámelo!

Evie dió una vuelta feliz, Heart puso sus manos en su cadera tapando con una mano el sol, no estaba acostumbrada a eso, su piel palida menos; y Mal resopló molesta.

Los alumnos se abrieron y paso un rubio de sonrisilla tierna, una castaña con una mueca falsa para ocultar su molestia, una señora de cabello arreglado y gesto radiante y, al final, un castaño de radiante sonrisa.

—¡Chicos! —Mal se quejó adelantandose —tenemos público.

Heart miró al chico castaño de cabello revoltoso, que estaba mal oculto debajo de un sombrero alto que aparecía en sus malos sueños. Ella fruncio el entrecejo, siendole familiar.

Evie y Mal imitaron a Heart poniendo sus manos en sus caderas. Sonriendo con grandeza e inocencia, pero Heart aumento su sonrisa que si era de verdad aún que el chico aún no la notaba, este miraba riendo a Jay y Carlos.

—solo... Estábamos limpiando —dijo Jay inocente —levantate —ordeno ayudando a Carlos.

—dejenlo como estaban —Dijo la hada madrina cantarína. Heart se tapó un oído haciendo una mueca de dolor —me refiero a que lo dejen, de verdad.

Ellos tiraron todo dentro del vehículo. Quedaron algo incómodos hasta que Jay se adelantó coqueto.

—Hola, bonita —se cruzó de brazos delante de la castaña —mi nombre es... Jay —ella río

—bienvenidos a la preparatoria —la mujer se puso en medio —soy el hada madrina, la directora —hizo una reverencia.

—¿Es el hada madrina? —cuestiono Mal —¿La del... “Bíbidi Bábidi Bu”?

—Bíbidi Bábidi, tú lo dijiste.

—madre dijo que eras más anciana, con canas —Heart señaló —tambien arrugas y... Anciana ¿Ya he dicho anciana? —

Escucharon una risita y voltearon todos a ver al castaño que tapó su risa con una tos. Heart sonrió aún más.

—si, bueno, además de eso —Mal tenía una sonrisilla —sentía curiosidad, ¿Qué habrá pensado Cenicienta cuando?...¡Apareciste! Cómo si nada con esa varita brillante y una sonrisa —la hada madrina suspiró con ternura —y esa varita brillante.

—¡Eso fue mucho tiempo atrás! —La hada madrina negó —es lo que suelo decir: concéntrate en el pasado y te perderás el futuro —hizo movimiento con sus manos.

—en realidad el pasado es lo que nos define y nos recuerda quien somos, siempre es bueno volver a verlo para que si nos perdemos... No lo olvidemos —Heart debatió con su expresión intacta.

El silencio incómodo reino así que fue el rubio quien decidió dar un paso adelante.

—es un gusto al fin conocerlos —tomó del brazo al castaño para arrastrarlo adelante —Soy Ben y...

—principe —interrumpió la chica poniéndose en medio de Ben y el castaño —Bejamin, ¡Será nuestro rey!

—en un futuro no muy lejano pero lo suficiente para ser futuro, lo que ahora el futuro se convierte en presente y el presente de ahora se acaba de convertir en pasado hace dos segundos y... —El castaño comenzó a divagar hasta quedar sin aire.

—¡Teo! —La castaña que había hablado lo miró.

—...gracias —susurró. Heart se cruzó de brazos.

—¡Adoro los príncipes! —Evie avanzó —mi mamá es una reina y eso me convierte en princesa —hizo una reverencia.

—la reina malvada no tiene ningún título aquí —La castaña negó —igual que tú.

—ella es Audrey —presentó Ben.

—princesa Audrey —corrigió —su novia ¿Cierto, Bennyboo? —se giró al último chico —Y él es Teo.

—Teo de té, por la hora del té, pero con una O para que sea un nombre —Se presentó quitandose el sombrero —no soy príncipe, eso si —rió.

—No, pero es el sombrerero real de Ben —siguió Audrey con modestia.

—¿Sombrerero? —cuestionó.

Los demás se giraron a ella que se acercó unos pasos hasta estar frente a Teo que rió con nerviosismo.

—Si, mí padre es el sombrerero loco —Estiró su mano —tú debes ser la hija de...

—la reina roja —aceptó su mano, Teo llevo su mano a sus labios dejando un beso en ella.

Él sabía quién era su madre pero le dijeron que no debía juzgar a alguien por quiénes eran sus padres, ellos no tenían la culpa. Heart lo miró sin creer al sentir sus labios en su dorso.

Teo le sonrió y Heart quedó inexpresiva, pensando en cortarle la cabeza en ese mismo instante.

El hada madrina tomó sus manos unidas y sonrió.

—Ben, Audrey y Teo van a mostrarles el lugar y yo los veré mañana—Avisó separando el agarre de Heart y Teo —¡Nunca se cierran las puertas de la sabiduría! pero la biblioteca abre de ocho a once y como saben soy exigente con respecto al horario.

Mal río y Carlos se pegó a Heart, él conocía su mirada, sabía que pensaba matar al sombrerero. La hada se dio la vuelta para irse con la banda de la escuela detrás de ella. Fue Ben quien se acercó luego de unos segundos.

—Es todo un gusto conocerlos... —Jay golpeó su pecho —...finalmente chicos —Siguió con Mal, quedando unos segundos estrechando su mano —Esta es una memorable ocasión —siguió por Carlos —Una ocasión que espero que quede...En la historia —Quitó su mano para llevarla a sus labios — Chocolate —Carlos se llevó su dedo a la boca —¡El día en el que nuestros pueblos se unieron! —Termino con Heart, está subió su mano y Ben, que vió como Teo la había saludado, la tomó para dejar un beso en sus nudillos.

—o el día en que los cinco por fin supimos donde estaban los baños —Dijo Mal, Ben fue delante de ella.

—¿Estuve un poco formal?

—si, un poco bastante —rieron.

—bueno, arruine mí primera impresión —bromeó.

—no tanto, es decir, solo debes ser formal con roja —señaló a la pelirroja que le dió la razón.

Mal y Ben se quedaron mirándose.

—¡Hey! La hija de Maléfica ¿No es cierto? —interrumpió Audrey —¿Sabes qué? No te culpo porque tú madre haya intentado matar a mis padres y eso ¡Oh! Mí mamá es Aurora “La Bella...

—¡Durmiente! —interrumpió Mal —Si oí sobre ella ¿Sabes qué...?

Heart tomó una paleta de su bolsillo y comenzó a desenvolverla, quedó unos segundos observándola.

—corazón —Miró a Carlos —No te vayas... —Pidió y ella negó rodando los ojos para volver a sacar su pañuelo y limpiar el chocolate en su boca.

—no me fui, solo quite el envoltorio —mintió para guardarlo en la chaqueta de él —quedatelo, así te limpias y no andas así —Carlos sonrió.

—¡Okey! ¿Qué tal un paseo? —voltearon donde Ben.

—Me gustan los paseos —Heart se acercó con ahora el dulce en la boca.

—¡A mí igual! —Teo le sonrió, Heart borró su sonrisa de inmediato.

—vamos —Mal pidió antes de que Heart mirara mal al sombrerero jr o le cortara la cabeza.

¿Cómo haría Heart para no matar a Teo?

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