4
Yo de verdad me encontraba muy bien, sin dolores de cabeza, solo trabajando, contestando llamadas de algunos de nuestros inversores... siendo una mujer de negocios. Lo de siempre.
Luego, leí algunos artículos de internet donde mi nombre aparece y pocos de ellos eran buenos, mencionaban mi presencia en la boda de Jimin y se decía sobre lo poco que parecía importarme haber Sido dejada por este y que tomara a mi mejor amiga en su lugar, lo que en un principio era mi propósito, sin embargo, ahora que lo leo, no me siento mejor.
—¡Señorita Han!— cierro los ojos, tengo una secretaria muy enérgica y que no es fanática de avisar su entrada— ¡No me lo va a creer!
—¿Volvieron a abrir el Subway?
—No, eso no pasará— también es experta en arruinar mis esperanzas tontas—¡Le han enviado un arreglo floral!
Me señalo, levantándome.
—¿A mí?
—¡A usted! ¿Puede creerlo?
—Siempre eliges las mejores palabras...
—¿Los dejo pasar?
Encojo mis hombros mientras asiento, vale, que la sorpresa de mi secretaria es entendible, nunca he recibido flores a no ser que estemos en fechas de nuevos lanzamientos o algún evento importante.
El chico entra a la oficina, deja el arreglo sobre mi escritorio y le agradezco firmando el recibido, es un arreglo grande con al menos tres tipos de flores rosadas. Muy lindo, busco la tarjeta en medio con los ojos entrecerrados y cuando la encuentro, la abro y leo.
Únicamente los caballeros regalamos
flores a mujeres preciosas.
No hay razón, solo me acordé de ti:)
•Seokjin
—Dios mío, este hombre...
Él me pidió una cita formal y yo le pedí tiempo para considerarlo, con este tipo de detalles imagino que intenta apelar a una respuesta afirmativa de mi parte, me aseguró que iba a darme el tiempo que necesitara y lo ha hecho, hasta ahora no se ha manifestado de ninguna manera respetando lo que le pedí. Parece que se está aburriendo de esperarme y busca razones para que hablemos.
Sonrío, tengo que admitir que eso es dulce, me agrada, aunque no puedo dejar de pensar en cómo nos hemos conocido y su interesante registro familiar, ese que me ha ocasionado estar casi al borde de la locura y no en un buen sentido.
Pero... tal vez lo llame, más tarde.
Seokjin
—Me sorprende verte— todavía no tengo un lugar al que pueda llamar oficina y todo es un caos por el momento— ¿Qué necesitas, Yura?
Nos he encerrado en uno de los cuartos de almacenaje, por lo mismo estamos rodeados de cajas con material de costura, telas y cosas de diferentes marcas, tengo un equipo trabajando duro por conseguir tener cada cosa en perfectas condiciones si queremos abrir esta sucursal.
Yura me ha sorprendido con su presencia en medio del trabajo, por lo mismo no me veo tan elegante como es usual.
—No vendría si no fuese importante.
Asentí.
—¿Sucede algo con Jimin? Sé que van a quedarse una semana más en su luna de miel.
—No, no es Jimin.
—Entonces ilumíname.
Respira profundo y se escucha esa molestia.
—¿Cuánto tiempo vas a quedarte?
—El necesario, estoy trabajando y no sé cuánto de mi tiempo consumirá esto, sé que bastante, pero no podría decirte cuánto con exactitud.
—Entonces, Taehyung vendrá en algún momento.
Oh.
—Hemos hablado al respecto, vendrá para la apertura.
—¿Y crees que puedo hablar con él?
—Ya te lo he dicho, si él quiere...
—Es que es demasiado injusto, Seokjin. Han pasado años en los que he intentado todo para hacerme cercana a él y nada ha funcionado, deberías hablar con él y pedirle que cambie su actitud conmigo.
—No voy a obligarlo a hacer algo que no quiere, ya no es un niño, Yura, es un adulto que toma decisiones propias— bufa—entiendo que puede ser frustrante para tí, pero no hay nada que yo pueda hacer para cambiarlo.
—Incluso Jimin te buscó, no entiendo por qué Taehyung no puede hacer lo mismo.
—Bueno, a Jimin le he dado su tiempo y uno largo, para ambos fue complicado, todo es un proceso.
—Si, pero, ni siquiera se hablan entre ellos, yo...
Se queda en silencio, observa a sus manos. Cuando nos separamos, fue elección de nuestros hijos cuando eran unos niños con quién querían irse, nunca los colocamos en esa situación, de hecho, estaba previsto que ambos se quedarían con ella y por temporadas conmigo, sin embargo, Taehyung me eligió desde el principio y se negó llorando a gritos a quedarse con su madre, por alguna razón que al día de hoy no sabemos, Taehyung no tenía esa conexión de amor con Yura, Jimin fue todo lo contrario, él amaba y ama a su madre, entonces sus deseos estaban claros y fue de esa manera como decidimos todo, Taehyung se iría conmigo a Francia y Jimin de quedaría con Yura aquí en Corea.
Jimin creció, se deshizo de mi apellido.
Taehyung creció y negó a su madre a todo el que preguntaba.
Y aquí estamos ahora, admito que Yura y yo podemos ser bastante infantiles a veces y que nuestras discusiones solían ser de otro mundo, pero, de lo poco que puedo recordar, nunca fue una madre pésima.
—Escucha— tallo mis ojos, estresado— vamos a esperar el regreso de Jimin, hablaré con Taehyung e intentaré que acceda a tener una cena los cuatro. No prometo nada, por eso digo que lo voy a intentar— suspira, mirándome— ¿Te parece bien? Él no va a querer reunirse a solas contigo, así que es todo lo que puedo ofrecerte.
—Está perfecto por ahora.
—Bien— me dirijo hasta la puerta, sé que está siguiéndome— ahora, necesito regresar al trabajo, así que, estaremos en contacto.
La acompaño hasta la puerta principal, ella continúa hablando sobre cosas que no entiendo mientras me llama obsesionado con el trabajo, yo estoy viendo a una personita en recepción cubierta de pies a cabeza, ella me da la espalda apenas ve a Yura.
El deseo tan fuerte que tengo de reírme en este momento puede hacerme colapsar.
—Nos vemos, entonces.
—No me llames, yo te llamo.
—Ah, por favor...
Se va bufando. La persona que tengo en recepción me señala a la mujer incógnita, yo asiento para que sepa que me encargaré y de esa forma puede continuar su trabajo tranquila. Me acerco hasta estar a su lado.
—El frío debe ser impresionante allí afuera— menciono.
Hazel se quita los lentes y el gorro, observa detrás mío. Tiene serios problemas con ser atrapada por la prensa.
—¿Se ha ido?
—La espantaste con tu estilo de hoy— señalo la chaqueta que llega hasta el suelo—¿De qué temporada es?
—Ya, no es divertido.
—Lo es, para mí— me inclino un poco— ¿Cómo estás, cielo? A mis ojos, muy bien.
Sonríe, trata de no hacerlo, pero es inevitable.
—Solo quería agradecerte por las flores personalmente.
—Ya veo, tengo mucha suerte— tomo un extremo de la bufanda que trae puesta y empiezo a quitarla— permíteme invitarte un café.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro