⸼⸱💋⋆꤫⤷Cap.Único
⤷9:55 A.M⤶
En la universidad, el apellido Jeon era famoso por el aire que lo rodeaba, el profesor Jeon Taehyung y el profesor Jeon Jungkook eran conocidos por sus brillantes mentes y un amor caleidoscópico.
Cada semestre era un nuevo ceremonial de adoración, un homenaje a la belleza humana, un ritual hecho para ser observado. Los Jeon no eran solo profesores, eran leyendas, y la cintura y la desenvoltura que caminaban por el campus eran un recordatorio constante de que, de vez en cuando, incluso los dioses descienden a la tierra.
La paradoja de la personalidad de los Jeon era un contraste poderoso, como una llama de fuego y una marea fría, se completaban, se equilibraban, y la tensión sexual que generaban era como una dinámica inalterable y fascinante, las diferencias de su personalidad convirtiéndolos en un rompecabezas cuyas piezas se encajaban perfectamente.
Taehyung era como un tigre entre ciervos, su cuerpo era una obsidiana pulida a la perfección, y su corazón era tan frío y duro como la obsidiana en su forma más profunda. Sus mandíbulas se tensaban en silencio, y los ciervos le temían cuando caminaba, pues era un depredador, y tenía los dientes para probarlo.
Jungkook era como una aguja que escondía su punta, su fachada siempre brillaba con la mirada seria de un sabio. Sus ojos eran como arrugas en el mar que comenzaban a acogerte, y su voz te bendecía como un himno y una promesa. Su cuerpo era el reflejo de su espíritu, estructurado y atlético, y como todos los buenos artistas, el mundo era su lienzo.
La unión de los Jeon era un bálsamo para los labios, sus miradas brillantes como relámpagos de amor que corrían de uno al otro. Todos sabían lo que tenían. Era una bendición para todos los que los rodeaban, como una fresca brisa que pasaba en un día caluroso, un recordatorio constante del amor que puede albergar la vida, aunque a muchos les invadió un sentimiento de envidia y deseo.
La llegada de Su-Jin (profesora de artes) fue como una piedra que creaba ondas de tormenta en el mar de vida de Taehyung, para él, ella era como un trozo de cristal oscuro que se clavaba en su corazón. Una carga física que se infiltró entre ellos, y una presencia que afloraba en cada conversación, espesando el aire y creando una tensión que siempre estaba presente.
Su-Jin era como una granada lista para estallar, el intento desesperado de probar su poder era como una locura que solo ella podía ver, pero para Taehyung, esa clase de conducta era como un pequeño insecto que se cebaba en su espalda, una mordida. inocua pero irritante.
Desde el primer día, Su-Jin miró a Jungkook como si estuviera tratando de adivinar qué clase de dulces había dentro del paquete, su mirada era un eco de las miradas que Taehyung lanzaba a su esposo, pero con un propósito obsesivo y nada romántico.
Su-Jin miraba el anillo como si fuera un punto negro en la mano de Jungkook, un obstáculo con la cara de Taehyung en el centro, pero aunque podría fingir que no existía, sabía que el anillo estaba ahí, brillando y celebrando su matrimonio. un espectáculo que Su-Jin tendría que presenciar con disgusto.
El sonido de los zapatos de Taehyung marcando su paso es constante como un latido, buscando a Jungkook en los salones de la universidad, buscando a su esposo como de costumbre para poder desayunar lo que juntos hicieron. Solo porque Jeon alias torpe y olvidadizo Jungkook había dejado el desayuno en el auto por andar con prisas, así que tenía que ser buen esposo y no dejar que Kookie muriera de hambre.
En ese momento, la puerta se abrió como una invitación para la serpiente, y los colmillos de la sorpresa se clavaron en el cuello de Taehyung. Su-Jin estaba allí, invadiendo su territorio, mirando a Jungkook como si estuviera seduciéndolo con una mirada que prometía placer, pero para Taehyung, fue una puñalada en el pecho.
Mientras Jungkook se reía, su sonrisa era como un anzuelo que Su-Jin usaba para atraparlo, y Taehyung se sentía como un cazador a punto de perder su presa. Seguía mirando a Jungkook, cuyo rostro mostraba una fascinación que parecía demasiado fresca para ser confiable.
Como una flecha que se dispara en la oscuridad, la mano de Su-Jin se movió rápidamente, y Jungkook no tuvo oportunidad de reaccionar antes de que la invasión de su espacio fuera interrumpida por la presencia sorprendente de esta. La mano de Su-Jin se deslizó rápidamente, como una serpiente esquivando el ataque de un cazador.
Su-Jin se detuvo como una máquina engrasada, su rostro expresaba una mezcla de sorpresa y aversión, pero su mano era la que hablaba el lenguaje más claro, dando un paso hacia atrás, como si estuviera intentando ocultar una estrategia secreta.
—¿Interrumpo algo? -la voz de Taehyung se elevó sobre la escena como una gran roca que rompió el silencio entre Jungkook y Su-Jin.
—N-Nada, de hecho ya me iba -el miedo se apoderó de ella, y su nerviosismo estaba tan presente como si llevara un cartel anunciando sus intenciones.
—Taehyung, te estaba buscando para desayunar -los labios de Jungkook se movían con la ligereza de su sonrisa. Era inocente como el de un niño.
Taehyung estaba irritado por lo que acababa de presenciar, su rabia era como la cera derritiéndose sobre una vela, su rostro reflejaba la angustia que había sentido al ver a Su-Jin. Su ansiedad era tan palpable como el color rojo en sus mejillas, y su deseo de defender su territorio se hacía más y más fuerte a medida que pasaban los segundos.
Como un pájaro que no había aprendido la lección, Jungkook continuaba sonriendo sin entender la intensidad de la situación. Su inocencia era como una nube de dulces, cegándolo de las consecuencias de su charla con Su-Jin.
Esperen... ¿Lo llamó Taehyung?
La pregunta era más aguda que una daga. La elección de palabras de Jungkook había cambiado, y la relación de "amor" había sido reemplazada por "Taehyung", como si quisiera mantener las cosas casuales. Los órganos de Taehyung parecieron estallar en un estallido de rabia, y su mirada se volvió más fría que un invierno de hielo.
Las palabras de Jungkook, como una flecha que se disparaba, estaban fuera de lugar, el significado y la intención del nombre de Taehyung habían sido movidas fuera de los muros de su casa, exponiéndose al mundo.
—¿Qué haces todavía aquí? -la intensidad de la pregunta de Taehyung cubría la oficina como la rueda de un carro que golpeaba las piedras- ¿Qué no te ibas?
Su tono era de reprensión y disciplina, y Su-Jin reaccionó como si hubiera sido golpeada por un haz de luz, retrocediendo como si estuviera huyendo de la escena.
—S-Sí, yo... -la frase parecía colgada de un hilo, Su-Jin estaba desesperada por encontrar las palabras correctas, pero la mayoría de las opciones de disculpa se desmoronaban en sus dedos.
—Lárgate.
Las palabras de Taehyung eran una petición y una orden a la vez. Su-Jin no tuvo otra opción más que salir del camino, su mirada era de desesperación y angustia, su expresión una tapa de libro marcada con una palabra: "vergüenza".
—Eso fue grosero -los ojos de Jungkook brillaban con una ira perpleja.
—¿Disculpa? -giró a verlo, como un toro en una pelea. Su expresión era una mezcla de confusión e incredulidad.
—Fuiste grosero con Su-Jin. Además estaba a punto de invitarla a cenar con nosotros -su voz fue cambiando de tono y su actitud se suavizó.
—¿Quieres que la llame de nuevo así la invitas en frente de mí? -el sabor de la amargura de Taehyung era como miel fermentada en sus palabras, el tono sarcástico y doloroso de su voz podría haber cortado el vidrio.
—¿Podrías explicar qué te pasa con ella? Solo somos compañeros de trabajo y yo trataba de ser amable con ella -sus declaraciones golpearon contra las defensas de Taehyung con la fuerza de una ola, pero éste no parecía dispuesto a ceder.
—Está claro que esa tableta andante no quiere que seas amable con ella, pero como eres tan inocente no te das cuenta -como una tormenta que cerca, Taehyung se movió con el poder de una furia contenida, sus palabras eran como golpes que buscaban golpear a Jungkook y Su-Jin a la vez.
—Taehyung... -el nombre de su esposo salió con temblores de sus labios.
—Siéntate en la silla -sus labios se movieron lentamente- Siéntate, Jeon -sus palabras fueron una orden que pareció separar la oficina como una espada.
—N-No podemos -comenzó a titubear ante su esposo- L-Las clases están apunto de empezar y los estudiantes pueden oírnos.
—Sí, lo sé -la sonrisa de Tae fue como la llama de una vela, iluminando su rostro- Además ya alguien está emocionado -su mirada bajó de manera deliberada, buscando el botón más débil de Jungkook para presionarlo.
Como una danza de muerte, Tae manipulaba los hilos que llevaban a Jungkook a una posición vulnerable, su propio deseo se había convertido en el dueño de su alma. Ahora mismo Jungkook estaba sentado en la silla de su escritorio mientras que Tae estaba detrás de éste, dominándolo como un gato que jugaba con un ratón.
Los nervios de Jungkook se extendían como un árbol seco ante la intensidad de Tae. Él disfrutó la escena como un artista disfruta una paleta de colores, el miedo y el deseo de Jungkook se mezclaban en una pintura turbia que dejaba a Tae sediento de más.
—Vamos a jugar un juego Kookie. Te haré varias preguntas y si la respondes mal o bien serás recompensado o castigado -las palabras de Tae tenían un sabor dulce y perverso.
Su aliento cálido y húmedo se extendía sobre la piel de Jungkook, invadiéndolo como un tiburón con ganas de probar sangre. Su propuesta era una invitación a un juego siniestro, donde cada respuesta tendría un precio.
—T-Taehyung, espera... Y-Yo - se estremeció, su piel se hizo sensible ante la mirada avara de su esposo, y el placer se combinaba con una desesperación controlada en su mente.
—No hemos empezado y alguien ya está emocionado -la risa se elevó sobre Jungkook, su sonido era cruel y carnívoro, y el placer de ver la reacción de Jungkook era la picadura de una avispa para él.
—L-La puerta... T-Tae, la p-puerta.
Las palabras de Jungkook fueron enterradas en una tumba de incertidumbre, su mente estaba entre la confusión y la confianza en Taehyung. Su tono era suplicante, pero su alma estaba ya en manos de Taehyung, su preocupación por ser descubierto apenas podía sobreponerse a su deseo.
—Olvídate de esa maldita puerta -soltó con un rodeó de ojos. Su voz era clara y siniestra- Primera pregunta.
Los labios de Jungkook fueron una presa fácil, su "espera" se convirtió en un crujido de brisa mientras Tae se acercaba a él. La niebla de lujuria rodeaba a los dos. Los movimientos de Tae eran fluidos y veloces, como los de un cazador profesional. Con un solo movimiento, Jungkook se encontraba inmovilizado en la silla e incapaz de escapar del castigo de su esposo.
—Primera pregunta -la cercanía de Tae era tan intensa que sus palabras parecían latir en la piel de Jungkook- ¿Cuáles son los apodos que me tienes? -la pregunta caminaba en las letras de su voz, buscando hurgar en el corazón y la mente de Jungkook.
Sus ojos se cerraron como un cofre oculto, y su respuesta tardó unos instantes en salir —A-Amor, cariño, cielo, dulzura... Y-Yo... T-Te tengo muchos -Tae estaba cerca, jugando con su alma como una marioneta en sus dedos.
—Perfecto. Te ganaste un besito -anunció- Segunda pregunta... ¿Por qué me llamaste "Taehyung" delante de esa tabla andante? -la pregunta era un farol, como una piedra lanzada contra el vidrio, y Tae esperaba que Jungkook cayera en su juego.
—L-Lo siento, y-yo no quise -estaba perdiendo el control, y Tae se volvió más dominante a medida que los golpes se intensificaban.
—Respuesta incorrecta -miró a Jungkook suspirar, su sonrisa se expandió en su rostro antes sus sonidos- Te ganaste 10 azotes.
Como una marea de debilidad y placer que borraba los últimos restos de voluntad de Jungkook. El cuento de Jungkook era como un libro ruso que se abrió con un giro inesperado, y los azotes se le acercaron como una serpiente venenosa, lista para sacar veneno.
La silla giró suavemente, y Jungkook vio a su esposo sonreír de burla. En su rostro, Jungkook era un cuadro de emociones contradictorias. Su sonrojo podría deberse a su mente derretida por el dolor, o quizás por la excitación del momento. Sus ojos anegados en lágrimas reflejaban el deleite y la preocupación, como una flor que se estremece en el viento frío.
—Mira como tu amigo te traiciona y se emociona cuando digo que te voy a azotar -ladeo su cabeza, fingiendo una clara inocencia que no tenía- Te encantan mis castigos ¿No, Profesor Jeon?
El cuerpo de Jungkook se enrojeció y ardió como un castillo de arena bajo las olas, y su piel absorbía la fuerza de las palabras como si fueran un balazo. Su mente revoloteaba de las mariposas, borracho de lujuria, y su pene duro pulsaba bajo las manos de Taehyung.
—S-Sí, mi amor... M-Me gustan tus castigos -afirmó como si fuera un títere en el teatro del placer.
Taehyung se retiró de Jungkook como si hubiera sido un dios que se hubiera cansado de las súplicas. Jungkook miró a su amante con ojos brillantes como las estrellas, brillando por las lágrimas.
—Quítate tu traje y acuéstate boca abajo en el escritorio -la orden de Taehyung se levantó como una exhalación final. El era un príncipe exigente, y Jungkook era su próxima ofrenda.
Jungkook se despojó de la ropa como si esta fuera un velo de oscuridad, sus líneas musculares se dibujaron ante los ojos de Taehyung, exigiendo el reconocimiento y la adoración de su dios. Cada contorno, cada hueso, cada curva era una invitación sensual, llamándolo a acariciar y adorarlo.
Taehyung contempló el cuerpo de su esposo como una gorgona en el fondo del mar, sus ojos ardieron con un fuego salvaje, y la desesperación por explorar y dominar todo aquello que no podía tocar era como una tormenta en su mente. La culpa de sus deseos de Taehyung estaba en los ojos, que vagaron por cada centímetro de la carne expuesta de Jungkook.
Jungkook se deslizó sobre el escritorio como una lengua húmeda sobre un helado, sus curvas y su trasero se alzaban para darle una vista perfecta de todo lo que tenía para ofrecer. Taehyung estaba listo para aceptarlo todo, aunque las palabras y las acciones no eran suficientes para expresarlo.
La dinámica entre Taehyung y Jungkook era como un juego de ajedrez donde los blancos y los negros estaban por descubrir quién era el ganador. Taehyung estaba sentado en el trono de su dominio, pero la sumisión de Jungkook era un cetro en su mano.
La piel de Jungkook estaba tan sensibilizada que cada toque de Taehyung era como un rayo golpeando a través de su cuerpo. Un leve gorgoteo se alzó de su garganta, y su respiración se aceleró y acompasó al ritmo de la presión y la palma de Taehyung en su trasero.
—¿Es usted un buen chico, profesor Jeon?
—S-Sí, mi amor. S-Soy un muy buen chico... Seré tan obediente como usted quiera, amor.
Jungkook estaba dispuesto a darse por sumiso y por humillado para Taehyung, y Taehyung estaba listo para llevarlo al borde de la desesperación. La seducción era una danza cada vez más rápida, y sus almas se mezclaron en una canción salvaje que podía oírse desde dentro del pecho.
—Cuente hasta 15, Señor Jeon.
El dolor se abrió en la piel de Jungkook como un sol deslumbrante y su grito reprimido con sus dientes apretando sus labios fue un eco de su placer y su dolor.
—U-Uno.
Taehyung reconoció de nuevo su mano, con una sonrisa cruel pintada en su cara, volvió a azotar la piel delicada de su esposo.
—D-Dos..
Como una degradación en su interior, la sangre empezó a subir a la cara y a bajar al miembro de Jungkook. Su piel ya no era de porcelana, sino que estaba teñida de un rojo que clamaba por más, un testigo del infierno que había sido liberado dentro de él.
—T-Tres...
—Qué buen trasero tiene, Profesor Jeon.
La voz de Taehyung era un susurro picante que acariciaba a Jungkook y lo golpeaba al mismo tiempo. El término "Profesor" estaba embrujado con lujuria, y la nota de respeto era sólo una capa brillante y fragante en la seducción.
La palmada cayó en la piel de Jungkook como un castigo y un premio. El sonido era el rey de los dioses, y el dolor era el fuego de las estrellas. Taehyung se sintió complacido con sus propios domingos, y su sonrisa era cruel e inquietante como el rostro de un payaso.
—C-Cuatro.
—Seré bueno y te daré solo cinco azotes, Jeon.
La cifra de cinco azotes voló al aire como una promesa de lujuria y dolor, y Jungkook podía sentir cómo el mundo se congelaba en espera de su agonía. Taehyung tenía su mano como si fuera un veneno mortal, listo para hacer sentir la muerte a Jungkook.
La sangre era el lodo por el que Jungkook se deslizaba ahora, y cada azote era un movimiento que el oráculo de su propio cuerpo dictaba. Su polla estaba brillante y roja, como una frente herida y jadeante, las lágrimas brillaban en sus ojos, y su carne estaba sensitiva por la sensación de pánico y placer.
—Cinco.
—Voltéate
La orden de su esposo se hizo sentir como un golpe en el pecho de Jungkook, y su cuerpo se volvió casi automáticamente para mirar a su amante. Su cuerpo estaba ardiendo y su mente estaba aturdida, pero la sumisión se había hecho parte de su naturaleza y estaba dispuesta a obedecer. La imagen de Taehyung desnudo le cautivó como un meteorito, lanzando sus ojos sobre un paisaje desconocido e inquietante. Su polla goteante parecía llenar de brillo los ojos de su reposo, lo miraba como si fuera un objeto extraño, un obsequio de la naturaleza que él podía tomar.
La mano de Taehyung en su miembro era un arma que disparaba golpes en cada fibrilla nerviosa, y la respiración de Jungkook se convertía en un sonido rasposo y sediento, como si él mismo fuera un ser sediento que buscaba la bendición de su amante. Sus labios eran llamas ardientes que se lamían sobre la piel húmeda de Jungkook. Cada beso era como una plegaria que ascendía en el aire, y Jungkook se derrumbó como un rey por primera vez coronado ante su nobleza.
—M-Mi amor... Q-Quiero follarte -sus manos empujaron hacia su esposo, anhelando un toque más profundo, un beso más ardiente, un poder absoluto que sólo él podría otorgar.
Taehyung hizo que Jungkook se sentará otra vez en su silla mientras que se sentaba en su regazo. La piel de Jeon ardió a medida que dejaba ir su polla sobre Taehyung, cada movimiento estaba teñido con su propia suciedad y necesidad. Su boca se abrió para gemir y gritar, pero Taehyung no estaba dispuesto a permitir esa espera.
El dedo de Taehyung cerró los labios de Jungkook con una fuerza que parecía estar a punto de romperlas, y su mirada parecía recorrer la distancia de una eternidad —¿Quieres que todos te escuchen, Jeon?
—N-No me importa. Necesito sentirte, amor... Necesito mi polla dentro de ti.
El roce de Taehyung contra su miembro despertó un fuego salvaje en Jungkook, el deseo se convirtió en necesidad y la necesidad en una sola palabra: "Taehyung". Su cuerpo estaba listo para arder, su corazón estaba ansioso por liberarse de sus ataduras, y su polla ardía con la necesidad de penetrar y ser apretado.
—Bien, pero antes.
Los dedos de Taehyung se hundieron su piel como un recuerdo permanente, y su beso parecía extraer el alma misma de su esposo, devorándola hasta dejarlo vacío y satisfecho. Su mano se movía por su cabello y su lengua entrelazaba la de Jungkook en un acto de carnalidad que rompía todos los límites.
Taehyung tomó su miembro entre sus manos y lo colocó contra su entrada. Su cuerpo se movía lentamente y con determinación. El placer crecía dentro de ambos como una planta salvaje.
Jungkook sintió como si Taehyung se estuviera clavando contra él, sus manos se aferraban al trasero de esposo como si su vida dependiera de ello. Cada jadeo era un requerimiento, cada gemido era una súplica, y Jungkook se entregó a su esposo sin reservas.
El cuerpo de Jungkook se convirtió en un instrumento deseado que respondía al toque de Taehyung, vibrando bajo las pulsaciones rítmicas de su polla. Cada vez que se movía, Jungkook se hundía más profundamente, perdido en el trance del placer y la pasión. Taehyung bajó su cabeza y sus ojos ardieron con el deseo. Su sonrisa era carnal, perversa, como una flecha en el corazón de Jungkook. Su lengua roza los labios de su esposo con una liberación lenta y cruel.
—P-Puedes llamarme Profesor todo lo que quieras..pero mientras mi polla sea t-tu silla de profesor, puedo llamarte lo que sea.
—¿Y qué soy para usted, profesor Jeon? -la sonrisa de Taehyung era cruel y dulce al mismo tiempo, y sus palabras eran como un cuchillo de cristal.
—E-Eres una pequeña perra a lo que le encanta tener el control de todo -gruñó sobre los labios entreabiertos de Tae, mientras que éste se encargaba de hacerlo sentir bien con sus movimientos- Cuando más me usas, más me conviertes en el demonio que eres.
Jungkook gimió bajo las caricias de Taehyung, sintiendo cómo su cuerpo se tensaba como un arco bajo el placer
—Dios mío, eres un depredador ¿No es así? ¿Qué harías si yo te dejara ir? -cuestionó, mientras su cuerpo se acercaba a un precipicio.
—Iría detrás de ti -avisó Jungkook gimiendo.
Taehyung soltó una risa cruel y brillante como la luna, sus manos se cerraron más fuertes en los hombros de su esposo, y su cuerpo se estremeció mientras se movía rítmicamente —Sabía que eras mi demonio, mi alma gemela, y yo soy tu pequeño depredador ¿Por qué no lo demuestras?
—M-Me estás volviendo loco.
—Y tú me estás haciendo correr.
—M-Yo voy a correr, T-Taehyung -gritó él, derramando su placer sobre el pecho de su esposo, y hundiendo su alma en él. Taehyung se estremeció y abrió su boca en un gemido largo, extasiado por el momento de su placer
Jungkook se enroscó sobre su amante, aferrándose a su cuello como si él fuera un árbol en una tormenta. Dejaba besos y mordidas en su piel como si fueran tatuajes. Su respiración era desigual y temblorosa como el sonido de sus lágrimas en su cuello.
Taehyung se llevó la mano de Jungkook hasta su boca para besar suavemente el dedo en donde estaba su anillo —No te preocupes, amor -susurró- Yo nunca te dejaré ir.
Mientras Jungkook descansaba en su piel, la puerta de la oficina se abrió lentamente, dejando ver a Su-Jin, quien estaba atónita y casi se caía al piso. Estaba asombrada al ver el espectáculo desplegado frente a sus ojos. La intensa y apasionante escena entre Jungkook y Taehyung le dejó la boca seca y la respiración alterada. Su corazón latía desenfrenado mientras miraba con lujuria el cuerpo de Jungkook cubierto de sudor y marcas de amor.
Con una mirada dulce e intensa, Taehyung siguió acariciando el cabello de su esposo, conociendo bien la presencia de Su-Jin en la puerta. El rostro de Taehyung se endureció y se llenó de furia mientras entendía el significado de la presencia de Su-Jin. Ésta Retrocedió, intentando ocultar su turbación con una sonrisa temblorosa. Con manos temblorosas, cerró la puerta y se alejó.
Jungkook sacó su cara de debajo del cuello de su esposo, volviendo a enfocarse en las profundas e intensas miradas de Taehyung —¿E-Escuché la puerta abierta?
Taehyung pareció relajarse, y sus labios forman una sonrisa adorable al contacto de los de Jungkook —No, cariño. No te preocupes -respondió en una voz tranquila y suave, tratando de calmar a su esposo- Fue en otra oficina.
Sí, claro.
⤷¿Fin?⤶
⸼⸱☁️⋆꤫Si el Jungkook de "Inocencia Terminada" es sumiso, éste es al 100%
⋆ ̟@Kᴏᴏɪ_Tᴀᴇ𔘓
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