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Capítulo 47: Noche en las estrellas.

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Era tan desesperante para él sentir este calor en su cuerpo, siempre imagino estar así con ella pero debía admitir que la realidad superaba la ficción. Sentía sus curvas preciosas entre sus manos, su trasero apretado por el mientras la llevaba a la cama entre besos.

La tiro a la cama y vio como su hermoso pelo negro se abría y se mostraba tan radiante, ella tenía los labios entre abiertos y una mirada que le rogaba que la besara denuevo. Megamo solo la miro con deseo y se acercó a besarla con intensidad.

Sus salivas mezcladas, sus lenguas danzando una canción de tema sensual y sus manos explorandose mutuamente. Él no podía aguantar las ganas que le tenía de quitar ese molesto vestido que impedía que pueda tocar más, bajo los brazos de ella de su nuca y dejo de besarla para luego con rapidez bajar sus tirantes, ella al principio se mostró sorprendida pero accedió.

– Déjame quitarte eso– apenas sonó como un susurró.

Ella empujó a Megamo haciéndolo sentar y ella se sentó encima de el, procedió a quitar su saco mientras él solo la miraba con esa increíble sensualidad. Ella estaba demasiado ansiosa ya al sentir debajo de ella el duro miembro de Megamo Saiko. Nunca se hubiera imaginado exactamente con él en esta situación. Cada vez que se movía para retirar su camiseta sentía una punzada más de su miembro contra ella.

Ella se giró indicándole que le ayude con el cierre del vestido, el lo bajo sin decir nada más. Solo besaba su cuello mientras bajaba el cierre, sentirla tan nerviosa por el lo excitaba de una manera sobrenatural, ansiaba hacerla sentir todo de él. Una vez el vestido bajo completo (junto con los pantalones de él), le agarro el cabello con una de sus manos y la obligó a quedarse en la cama.

Vio su hermoso pecho desnudo, sus senos hermosos y redondos. Sabía que su tamaño no era importante, de igual forma le hubiera gustado si fueran pequeños como uvas. Joder, la miraba y no podía dejar de sentir que la necesitaba y eso le asusta. No quiere depender de Ayano sentimentalmente, pero mentiría si dijera que sería feliz sin ella.

Agachó su cabeza hasta quedar cara a cara con su pecho derecho, tenía ganas que no aguantaría. Fue preciso al lamer su pezón primero lentamente, degustandolo, luego la escuchó:

– M-Megamo, ah, Dios–. Y su lentitud se desvaneció.

Ella se sentía en las estrellas.

Comenzó a chupar sus pezones y a lamer todas sus mamas, dejaba marcas alrededor de cada una, de tamaños variados, pero le hacía ver en cada una que era de él.

Es tuya.

<< Es mía>>.

Dejó una marca haciéndola gemir su nombre más alto.

Es toda tuya. 

<< Completamente mía>>.

Pero no lo será si solo la sigues besando...

Le jaló la mano haciendo que ella se siente.

– ¿Eh?– preguntó ella confundida. Pensaba que Megamo quería terminar esto, como aquella vez en la secundaria. Solo que está vez ella no quería terminar.

– Bajate de la cama–.

– ¿Qué? –.

Ella fue dirigida por él hasta pararse fuera de la cama, cerca del borde. Luego, lo vio sentarse a él en el borde.

– Ayano ¿Alguna vez... – baja totalmente su ropa interior mostrando ya su miembro mismo erecto – haz tenido sexo?–.

<<Sabes que no lo ha hecho,hubieras matado a quien la vea en su desnudes. Nunca se beso con nadie más, jamás toco a nadie más. Apenas se tocaba a si misma, siempre la vigilaste>>. Su mente le recordó.

Ella se tapo el rostro avergonzada rápidamente, nunca había visto en persona y tan de cerca un pene. Le es extraño.

– No, jamás–.

Nunca se acostó con nadie. Para un adolescente es normal decir que jamás se ha acostado con alguien,pero para una adulta de 19 años... Ayano casi nunca respondía ese tipo de preguntas.

– ¿Y tú?– le preguntó a él.

Solo la miro a los ojos, sin embargo,no respondió.

<<  ¿Porqué le diría? Si le digo que no dejaría en claro mi espera por alguien indicada (ella), pero si le digo que si...>>.

No lo haría, no responderá. Mejor dejarla con la duda.

– Arrodíllate– le ordenó.

La pelinegra estaba tan nerviosa que no pudo hacerlo, tan solo miraba al suelo mientras torpemente intentaba respirar con regularidad.

– Hm– el sonido fue acompañado de sus manos deslizándose por sus muslos. Él aún seguía sentado en la cama y miraba hacia arriba la cara de excitación de la chica al ser tocada – ¿Realmente quieres hacer esto? No continuaré sin tu consentimiento–.

<< Igual que en secundaria... >>.

– S-si. Pero, no sé cómo hacerlo–. Ella sentía escalofríos por su cuerpo al ver al hombre de esa forma y sentirlo tocar cerca de su parte íntima.

– Te voy a guiar– y la jalo por la cintura hasta que quedó sentada de frente encima de él.

Veía esos ojos color lavanda que le traían recuerdos dolorosos, burlas y esas cosas... La "bienvenida" cuando volvió dr viaje o quizás esos comentarios clasistas cuando fue a su trabajo por primera vez.
¿Realmente lo merece? Pero no podía decir que no ha notado el intento de Megamo por cambiar su forma de verlo. Invitarla a un restaurante, llevarla a su casa y conversar un poco, aguantar un drama en la calle, llevarla al teatro, pagarle la operación a su padre...

– Si, realmente quiero...–.

Nisiquiera pudo terminar cuando Megamo la coloco debajo de él y comenzó a besarla vividamente. Ella correspondió cada uno de sus besos sin importar que sean tan apasionados, aveces la velocidad disminuía y podía saborear los labios del otro y de repente solo se acaloraban y volvían a tener la necesidad de ir más rápido.

Megamo se alejo lo suficientemente para hacerle notar que le diría algo. Deslizó una de sus manos debajo de la nuca de ella y agarró su cabello con la fuerza necesaria para que ella le preste más atención.

– Hoy conocerás como es el sexo en todas sus formas– con su mano libre sostuvo ambas manos de ella y las apretó encima de su cabeza – harás todo lo que yo te diga– baja y da una larga lamida a su pecho – Te quiero solo conmigo– toma su barbilla firmemente – Eres mía–.

El rostro de ella, junto con su cuerpo, estaban calientes a más no poder. No podía hablar mucho por los nervios pero se sentía muy cómoda con esas caricias.

Después de eso, el Saiko le hizo experimentar la primera vez del sexo oral. Con cada lamida sentía que algo en ella explotaría, su boca no podía cerrarse por sus increíbles gemidos, Megamo tenía sus fuertes manos separando sus muslos y su cabeza en su entrepierna.

Luego, ella también lo hizo a él. Por primera vez sintió el miembro de un hombre en su boca, era grande, y a pesar de que el placer no era ella quien lo estaba recibiendo sentía excitación al hacer esto felación.

¿Y Megamo? Se sentía en el cielo, sostenía la cabeza de ella y le obligaba a marcar el paso. Rápido, rápido, lento, luego rápido denuevo y así sucesivamente. Su sed por estar dentro de ella aumentaba. No gemía, pero daba sonidos que dejaban en claro su tremenda excitación.

En unos minutos ya volvio a tenerla debajo de él pero ahora entraba en ella, era consciente del dolor que podría sentir se lo hacía muy rápido así que inicio lento.

<< Maldición, esto se siente demasiado caliente>>.

– ¿Te duele?– comenzó con estocadas lentas.

– Un poco, ah– ella gemía.

Pasó de lento a un nivel intermedio. La cama comenzaba a moverse junto con ellos y la boca de ella no podía parar esos sonidos obsenos.

– Más...– le pedía ella.

– ¿Cómo? – él se hacía el sordo.

– M-más rápido–.

– ¿Dijiste algo?– quería provocarla, hacerlo rogar por él.

– ¡Megamo! – se comenzaba a desesperar por la excitación.

– Dilo bien– extiende las piernas de ella y las hace enrollar en su cintura.

– Por favor, Megamo, hazlo más rápido ¡Ah! –.

El hombre inmediatamente comenzó a aumentar su penetración. La sentía tan suya en cada estocada, tantos años aguantando estás ganas por ella... ¡Al fin! Es toda suya, su hermoso cuerpo es de él.

La alzó lo suficiente como para darle una nalgada.

– ¡Ah!–.

– Eres mía–.

Entra rápido y duro su miembro en ella.

– ¡Dios mío, ah! Ah– gemía al ritmo de sus estocadas.

– ¡No puedes estar con nadie más! Eres completamente mía– seguía la dura penetración – Pon tus pies en mis hombros–.

La posición fue algo incómoda al principio pero, al regresar las estocadas, volvió a la normalidad.

– Te amo... – decía él.

– Yo ta-también a-a ti–.

¿Cuántas veces lo hicieron esa noche? ¿2 o 3, talvez 4? Perdió la cuenta en la 3ra vez. Megamo la reclamo como suya en todo momento, si no le creen ahí están las marcas en su cuello,pecho y hombros como prueba.

(...)

El sonido mañanero de los vecinos yéndose a trabajar acunó sus oídos haciéndola despertar. Quería abrir sus ojos, estirarse y pararse a preparar el desayuno para ambos, claro que no ha olvidado al hombre que duerme junto a ella.

Extiende una de sus manos para acariciarlo pero no encuentra nada. Abre los ojos y no lo ve en ningún lado de la cama.

– ¿Megamo?– se sienta alarmada o eso intenta. Un dolor inmenso en su abdomen bajo y sus piernas se apodera de ella complicándole la movilidad – Maldición – comienza a acariciar sus piernas intentando disminuir el dolor que punzaba sus partes.

Megamo parecía saber más sobre sexo que ella, quizás sabía que esto pasaría y fue a preparar el desayuno para ambos. ¿O no? Quizás se fue y solo la utilizó, le daba vuelta la cabeza al pensar en ser abandonada después de su primera vez.

Al sentirse extrañamente observaba dirige su mirada hacia la puerta del baño encontrándose con una figura masculina reclinado mirándola directamente. Poca luz, pero pudo reconocer a Megamo. Se tensó inmediatamente porque sabía exactamente lo que significa esa mirada tan firme en ella.

– Pensé que...–.

– ¿Qué me fui? No eres mi juguete sexual– se acercó más a ella con pasos firmes y con una postura recta y brazos cruzados. Vio la cara de ella de confusión y casi sonríe, le encanta verla tan vulnerable.

En la noche cuando terminaron de tener relaciones sexuales Megamo no podía dormir. Sentía que había saciado algo en él pero que ahora tenía hambre de más.

Quería llevarsela con él a otra casa, darle cosas mejores y más que nada hacerla totalmente suya ¿O creería alguien de verdad que solo el sexo te hace propiedad de alguien? Quería que ella fuera como un reloj para el, suya, que este solo con el todo el tiempo: antes de trabajar, después de hacerlo, en las madrugadas...

Pero también quería vengarse.

¿Cómo ella podía siquiera mirar a alguien tan estúpido y normal como Budo Masuta?

Más que eso merece. Claramente "eso" es él, Megamo Saiko.

Necesita castigarla, hacerla arrepentirse de enamorarse del idiota de Masuta. Quiere que ella muera y renazca cómo Ayano Saiko.

– ¿Y por qué esa ropa?– pregunta ella sacándolo de sus pensamientos.

Él tenía puesta una camisa,pantalones combinados con eso y zapatos, junto a su camisa una corbata.

– Trabajaré– se para junto a ella apreciando más a la mujer desnuda que está cubierta con sábanas en la cama.

– ¿No te quedarías por hoy? Es decir, tu eres el jefe. Faltar un día no matará a nadie–.

– No– negó alejándose de ella y tomando del gavetero un saco– Tengo cosas más importantes que hacer que quedarme contigo–.

Ella sintió esto como una cruel negación, le dolió.

– Bueno, te ayudaría a prepararte pero me duele todo y...–.

– Claro que tendrás que pararte ¿O piensas quedarte en la cama todo el día solo por haber tenido sexo?– suelta una risa de burla – Tienes que trabajar tu también–.

Ayano no podía creer la falta de empatía en cada palabra de Megamo, es como si... Este hombre y el anoche son totalmente diferentes.

Él noto como ella estaba cabizbaja, tal vez triste, pero eso solo lo hacía más y más feliz.

– Ayano– la llamo cuando se sentó en la cama junto a ella – Pon esto– le indicó con la cabeza que arregle un bolsillo de su saco (el cual ya se había puesto). Ella asintió y comenzó a amablemente poner los botones y alisar esa parte con su mano.

De repente se detiene a mirarlo directamente a los ojos. Siempre Megamo tenía está mirada neutra con él, es raro verla nuevamente después de conocerlo en la intimidad.

Sus pensamientos se cortan al sentir una mano en su cuello apretarse y fue empujada hasta la cama. Por instinto su mano tomo la de Megamo intentándolo apartar.

– Quédate quieta– le ordenó apartado su mano con la libre de el – ¡Ayano! – le gritó haciéndole quedarse quieta. Deslizó una de sus manos por las piernas desnudas de ella – Cada centímetro de tu piel ahora es mío ¿Lo sabes verdad? – ella asiente – Te prohíbo tener amigos y que te visiten o tu a ellos– su rostro se notaba manipulador diciendo todo eso pero sus palabras eran totalmente venenosas – Yo haré lo mismo, no solo aplica a ti. Pero debes saber que soy un hombre rico y deseado por mujeres que jamás tocaré ¿Entiendes? – aprieta un poco más su cuello – ¡¿Entiendes?!–.

– S-si– cerró los ojos, no quería mirar está forma tan horrorosa de él.

– Mírame– entonces la obligó a mirarlo y apretaba sus cachetes hasta dejarlos rojos – Jamás te golpeare, no soy un hombre abusivo. Pero cumple con lo que te digo y te verás muy beneficiada– y la suelta.

– ¿Qué harás si no cumplí esas cosas?– dijo tímidamente ella mientras sus puños se hacían al sostener con fuerza la sabana.

Él se estaba viendo en el espejo y nisiquiera volteo a mirarla cuando respondió:

– Te aconsejaría que recuerdes que soy hijo del hombre joven con más dinero en Japón  y próximo heredero de la compañía Saiko–.

Lo siguiente que ella sintió fue miedo ¿Qué podría hacerle? ¿Desaparecerla? ¿Arruinarle la vida? Dios...

<< ¿En qué me metí? >>.

Ella jamás aceptaría cortar lazos con sus amigos ni aunque él también lo haga, ella nunca le prohibiría eso ni a él.

– Y cambie de opinión, deja ese tonto trabajo. Haré lo necesario para que seas mi asistente y estés siempre conmigo. Te pagaré el triple de lo que te pagan en esa panadería– Megamo se acercó para acariciar la cabeza de ella.

Ayano aún se encontraba pensativa y el toque de Megamo no la hacía calmarse exactamente.

– Megamo... Quieroseguirenmitrabajo  –.

– ¿Qué? Deja de hablar entre dientes, no se te entiende nada– le regaño.

– Nada, solo que me voy a parar a preparar el desayuno. No te vayas sin desayunar– ella quería continuar un poco y endulzar sus oídos para hacerle ver luego que no necesita ni puede prohibirle esas cosas.

– No, pedí comida. Pague por tarjeta, llegar en 5 minutos– le dijo.

<< Después de todo, algo bueno hace>>.

Su mente no quería romantizar las actitudes tóxicas de Megamo, pero podría intentar hacerle ver qué está mal una vez regrese del trabajo.

– Adiós, ten buen día– se acerca a él y lo abraza pero el se aleja un poco luciendo incómodo.

– Estás desnuda, vas a pegar algún líquido o olor a sexo a mi traje, aléjate–.

Ella se hecho a un lado y el solo se fue despidiéndose con la mano.

Con pocas ganas de vivir bajo a la cocina pero en el camino encontró aquello que el había roto ayer.

<< ¿Porqué?>>.

Sostuvo entre sus manos el marco roto y vio el cristal del cuadro en el suelo, encontré rápidamente la fotografía en el suelo.

Ella y Budo en una de sus salidas.

(...)

Buenas, perdón por no haber actualizado estás semanas. Me estaba preparando para la Noobcon (una convención de anime, Cosplays, gamers y kpop en República Dominicana).

Por cierto,miren mi foto con Mario Castañeda (voz de Goku en español latino) en la FMA.

Y  también mi Cosplay para la Noobcon ❤️ fui de Jinx de Arcane con ropa casual.


Mas fotos de todo en mi Instagram  ( alexandraisverly1718) .

Nos vemos en la próxima actualización! ❤️✨

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