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※| 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞


El pelinegro bajó sus húmedos besos a la pelvis del castaño y lamió aquella zona llegando a su miembro quien se estaba colocando erecto. JungKook acercó su boca al miembro y lo introdujo en esta haciendo que TaeHyung se retorciera en la cama. Sonrojado y con la mirada fija en el rostro del pelinegro observó cómo le hacía un oral.

Este sacó el miembro de su boca y se concentró en lamer el húmedo glande. Su lengua húmeda pasó por toda la erección y luego se detuvo en la punta para succionar un poco. TaeHyung soltó un gemido al sentir la satisfactoria sensación de la humedad. Su piel estaba completamente erizara y no podía apartar la mirada del pelinegro. Este apretó con más fuerza los muslos del castaño y sacó el miembro de su boca. Dirigió sus besos a otra parte del miembro y llegó hasta su rosada entrada. 

TaeHyung levantó las caderas excitado al sentir la humedad llegar en su entrada, así que le facilitó al pelinegro el camino. Este movió su lengua en la entrada del castaño volviendo a sentir sus temblores y sus suspiros. Levantó un poco la mirada encontrándose con los ojos cristalizados del castaño y sonrió mientras movía su lengua en círculos. 

—¡Ah! —TaeHyung movió sus caderas al mismo ritmo de la lengua del pelinegro. —Kook... —se mordió su labio ensangrentado y levantó un poco su cabeza para conseguir una mejor vista del pelinegro. 

JungKook apartó una mano de los muslos del castaño y la bajó hacia el suelo lejos del colchón. Buscó debajo de la cama palpando el suelo en busca de su lubricante. Sintió el tarro plástico rozar sus yemas y lo cogió. También alcanzó uno de los paquetes de condones que estaban abajo y los subió a la cama. 

Escuchó la sinfonía de los gemidos del castaño provocando también deseos en su cuerpo. Dejó de lamer la entrada de este y agarró el lubricante, lo abrió y dejó caer un poco en la entrada del castaño. Lo esparció con sus dedos e introdujo de nuevo dos dedos para abrirse paso en él. TaeHyung levantó aún más sus caderas sintiendo los dedos de JungKook moverse con más frecuencia dentro de él. 

Lo siguiente que pasó fue que el pelinegro giró el cuerpo del castaño, colocándolo a espaldas de este. El pelinegro se apresuró en abrir el condón y colocarlo en su erección mientras que el castaño asimilaba lo que estaba a punto de pasar. 

—JungKook, da...dame un... respiro... —pidió este cansado. 

—No sea aguafiestas, Tae. —rio acercándose a este por la espalda. 

Dejó besos en la espada de este y llegó a la oreja del castaño para mordisquear un poco su lóbulo.  

—Levanta las caderas, ayúdame un poco. —susurró haciendo que el corazón de este se agitara. 

TaeHyung hizo lo posible para apoyarse en sus rodillas y levantar su cadera para dejar apoyado su rostro contra el colchón.  JungKook acarició el trasero de TaeHyung y se apoyó en sus rodillas para acercar su miembro a la entrada rosada de este. Se lamió los labios y agarró su miembro alineándolo con la entrada de este. 

TaeHyung cerró un poco los ojos al sentir la punta del miembro de JungKook abrirse paso dentro de él. El pelinegro entró poco a poco en el castaño y esperó unos segundos para que su cuerpo se acostumbrara. 

Empezó a moverse en suaves embestidas para no maltratar. Pero al cabo de unos segundos, introdujo a todo su miembro dentro del castaño provocando que este gimiera. TaeHyung se mordió el labio inferior y soltó un jadeo al sentir a JungKook embestir con más rapidez. 

—Oh mierda... —habló JungKook.

Este posó sus manos en las caderas del castaño y aumentó las embestidas con frecuencia. Se mordió el labio inferior mientras sentía el placer apoderarse más rápido de su cuerpo. El vello de su cuerpo se le erizó al escuchar los gemidos del castaño.

—JungKook, ¡Ah! JungKook...—gimió. 

El pelinegro apretó las caderas del castaño y aumentó las embestidas llegando al orgasmo. Agitado, gruñó acercándose a TaeHyung y besó su espalda, subió sus besos por la nuca y se detuvo en la mejilla de este mientras gemía por el placer. 

—Uhm~ Tae.... —jadeó y se alejó del castaño. Posó una de sus manos encima de más muñecas del castaño.

Luego de unos minutos, sus embestidas se hicieron más fuertes y rápidas. Este masturbaba a TaeHyung mientras el castaño lloriqueaba y rogaba por más. El pelinegro había dejado marcas por todos lados del cuerpo del castaño que apenas se apreciaban rojizas. 

—Oh, Tae... —unas últimas embestidas hicieron que JungKook sacara su miembro dentro de él y se corriera en el trasero de este. 

TaeHyung sollozó cansado y sus piernas cayeron en el colchón temblando. El pelinegro se apartó de encima del castaño y lo notó exhausto. Sonrió al ver que se había quedado dormido y buscó algo para limpiarlo.  Una vez que lo limpió, lo acomodó en la cama y sacó la llave del pantalón de este. 

Se acercó a él y le quitó las esposas llevándolas junto con la llave. Le colocó una manta encima cubriendo su cuerpo desnudo y acomodó su pantalón en una esquina de la cama junto con un suéter blanco ya que había roto el de él. Soltó un suspiro y lo observó dormir unos minutos.

—Tae... —dijo triste. —Lo siento. —le acarició la cabeza. —Ya no soy ese JungKook... Aquel JungKook que conociste de niño con el sueño de cumplirte a ti tu fantasía. —apretó los puños. —Creo que podría terminar aquí mi final y mi historia contigo. —sonrió triste y se acercó a TaeHyung para susurrarle. —Atrápame si puedes, oficial. 

Luego de una hora, TaeHyung se levantó de golpe asustado. Desconcertado mirando a todos lados de la habitación. Notó sus muñecas libres y se acarició las muñecas al tener aún la sensación de las esposas apretarle estas. Se quitó la manta de encima y observó la ropa en una esquina. Se vistió con rapidez, pero antes sacó de su bolsillo su teléfono. Le sorprendió encontrarlo, JungKook no se lo había llevado. 

Se le hizo muy extraño saber que su teléfono aún seguía ahí, pero cuando lo desbloqueo. Encontró un mensaje escrito en sus notas. Su corazón dió un vuelco cuando leyó lo que decía:

"¿Recuerdas cuándo jugábamos al ladrón y al oficial en el edificio abandonado de Niatime? Quiero enseñarte algo, oficial. Ven y no llames refuerzos. No me controlaré si te veo venir acompañado."

TaeHyung tragó duro y se colocó los zapatos con rapidez. Se guardó el teléfono y buscó en la habitación señales de sus esposas, pero no las encontró. Maldijo al no encontrarlas y salió de la habitación desesperado. Corrió por el pasillo llegando a la sala, pero un escalofrío le recorrió en su espalda al sentir que lo miraba. 

Este se quedó rígido al escuchar un leve sollozo de una mujer venir a sus espaldas. Temeroso se giró encontrándose con una mujer brutalmente golpeada y ensangrentada. Estaba sentada en el suelo con las manos atadas arriba de su cabeza y su boca estaba abierta con algo en su boca. Al parecer era una especie de granada pequeña. Pero... ¿Dónde estaba el seguro? 

Temeroso observó a la mujer y se acercó a ella examinándola. 

—Calma... —dijo él.  —¿Dónde está el seguro? Podría ayudarme señalando con sus dedos. 

La mujer empezó a sollozar más fuerte. 

—Por favor, te ayudaré, si tú me ayudas. Señálame donde está el segu... —fue entonces cuando TaeHyung vio el hilo que desprendía de la boca de la mujer que llegaba hasta la puerta.

TaeHyung tragó duro y observó el rostro golpeado y ensangrentado de la mujer. Esta volvió a sollozar y apretaba con fuerza sus puños. JungKook lo había hecho, había creado una trampa. Si salía por esa puerta la mujer iba a terminar muerta. 

Se lamió los labios nervioso y se dispuso a seguir el hilo transparente que estaba en la perrilla de la puerta. Corrió a la cocina del pelinegro y buscó un cuchillo o unas tijeras para cortar este hilo. Abrió las gavetas y luego las puertas de la alacena en busca de los objetos, pero no encontró nada. Regresó a la sala, sintiendo su corazón golpear sus costillas y también requisó todo, pero no halló nada.

—Se llevó todo… —tragó duro y corrió por el pasillo hacia la habitación de este y también revisó. Tanto el armario como las gavetas. Revisó debajo de la cama buscando también. —¡MIERDA! —se levantó enojado y se pasó las manos por el cabello castaño. —No te pudiste haber llevado todo… —tragó duro y caminó saliendo de la habitación con dirección al baño. 

Empujó la puerta y encendió la luz, esta iluminó el pequeño lugar y sus ojos se expandieron al ver sangre por todos lados. Tragó duro y colocó un pie dentro. Observó su reflejo en el espejo encima del lavamanos los cuales también estaban llenos de sangre. Entonces observó detrás de él. En la bañera se encontraba un cuerpo mutilado, no tenía ni cabeza ni extremidades. Estaba sumergido en agua y sus extremidades estaban afuera de esta. TaeHyung se tapó la boca para no vomitar y se alejó un poco sin quitar la mirada de la bañera. 

Fue entonces cuando encontró la cabeza puesta en la regadera, atada con una cuerda desde el centro de esta. El castaño sintió sus ojos cristalizarse y sollozó aterrado. Se giró y buscó en el pequeño compartimiento que estaba al lado del espejo algo con que cortar. Encontró un bisturí sucio de sangre. Lo agarró y salió corriendo del baño. Nervioso, se acercó a la mujer.

—Encontré algo. —le dijo para tranquilizarla, pero ella seguía sollozando. —Esto debe ayudar. —le dijo y caminó hacia la puerta para cortar el hilo.

Con mucho cuidado lo tocó con la yema de sus dedos y acercó con cuidado el bisturí para cortar. Tenía que hacer un movimiento rápido y así no activarla. Se pasó una mano por la frente apartando el sudor y cuando iba a romper el hilo. Este se deslizó de sus yemas activando la granada. El castaño se giró, observando la escena de la mujer gritando con desesperación y el pitido de la cuenta regresiva de la granada. 

TaeHyung apretó los puños y abrió la puerta dejando caer el bisturí de sus manos. Salió del apartamento cerrando la puerta y se apoyó en la pared de enfrente a la puerta. Se tapó los oídos mientras sollozaba con dolor hasta que la escuchó explotar junto con un desgarrador grito. El castaño también gritó mientras sollozaba y cerró los ojos con fuerza sintiendo un chillido en sus oídos. Su pecho dolía y se sentía mareado.

Abrió los ojos lentamente, encontrando a personas corriendo por el pasillo y otras bajando por las escaleras. Todo parecía ir en cámara lenta, escuchaba los gritos y voces. Las personas le hablaban, pero él seguía en estado de shock. Dejó de taparse los oídos y caminó hacia las escaleras ignorando a la muchedumbre hablar y gritar. Tragó duro y bajó las escaleras evitando a las personas que pasaban por su lado. Este siguió su camino hasta afuera del edificio en donde se detuvo frente a este y observó hacia arriba los vidrios rotos del apartamento. Dio unos pasos hacia atrás bajándose del andén y llegó a la carretera.

Cruzó y llegó a su auto. Subió del lado del piloto y cerró la puerta. Se quedó en silencio unos segundos para luego romper en un llanto agonizante. No la pudo salvar y había estado con el asesino después de todo. Apretó los puños con fuerza y golpeó el volante descargando su ira.

—¡¡¿POR QUÉ?!! —gritó ahora golpeándose el pecho por el dolor que sentía. Tenía un nudo en la garganta que no le dejaba pensar con claridad. Simplemente aparecían en su cabeza escenas de aquella mujer y el hombre que había encontrado brutalmente asesinado en el baño. —¡¡¿POR QUÉ TENÍAS QUE SER TÚ JEON JUNGKOOK?!!

Volvió a golpear el volante con ira y luego dejó caer su cabeza en este haciendo sonar la bocina. Se quedó así unos segundos mientras sus amargas lágrimas bajaban por sus mejillas. Se lamió los labios resecos y se absorbió la nariz levantando la cabeza del volante. Se secó las lágrimas y abrió la guantera que estaba enfrente de la silla del copiloto. Sacó una nueva arma y la cargó. De ahí también sacó unos vendajes blancos y los colocó entre su palma abierta y cubriendo sus nudillos.

Una vez que terminó, buscó las llaves del auto en su bolsillo y agradeció que siguieran ahí. Encendió el motor del auto y dio reversa haciendo el cambio para irse de ahí. En sus vagos recuerdos pudo encontrar la escena del lugar al que JungKook le había pedido ir. Pisó el acelerador para irse del lugar en dirección a aquel edificio en el cual compartieron tantos momentos juntos. 

❝ —Oye Tae, aquí se ven mejor las estrellas. —señaló el pelinegro hacia el cielo con una sonrisa a la espera de que el castaño le respondiera, pero al contrario hubo un silencio. —¿Tae?

El pelinegro se sentó en el suelo y buscó a TaeHyung con la mirada.

—¿TaeHyung? ¿Dónde estás? —preguntó y su voz se escuchó en eco.

Los dos se encontraban en aquel edificio abandonado. Lo habían encontrado y habían forjado una promesa de que ese sería el lugar en donde irían a desahogarse, era su lugar especial y que nadie podía venir, solo ellos dos. 

Este se levantó del suelo y se sacudió el polvo de sus pantalones. Todo estaba tan oscuro que apenas la luz de la luna podía iluminar una parte del edificio. El pelinegro comenzó a buscar a TaeHyung por el lugar.

—No me asustes, Tae… —dijo. —Sabes que no me gustan las sorpresas.

La risa del castaño resonó en el lugar haciendo que al pelinegro se le erizara la piel y que su corazón diera un vuelco. Unas manos se posaron en sus hombros haciendo que este se espantara.

—¡BOO! —dijo el castaño haciendo que este se enojara.

—Te dije que no me asustaras. Sabes que no me gusta. —le dijo mientras se giraba para mirarlo.

—Solo juego, Kook. —dijo riendo. 

JungKook se cruzó de brazos con el ceño arrugado. El castaño le regaló una sonrisa y posó sus manos en las mejillas de este. Se acercó a sus labios y depositó un beso en el pelinegro; cerró los ojos. Inexperto, trató de seguirle el beso a TaeHyung, pero sin querer le mordió muy fuerte el labio haciendo que este jadeara.

—Kook, te dije que no muerdas… —rio bajito entre sus labios.

—Lo siento, es que también quiero hacerlo como tú. —el castaño negó riendo y se separó de este. 

—¿Jugamos? —retiró las manos de sus mejillas.

—¿A qué? —preguntó JungKook.

—Al oficial y al ladrón. —dijo el castaño alejándose. 

—¿De nuevo? Yo quiero ser el ladrón. —pidió.

—Oh, no. Recuerda que tú prometiste siempre ser el delincuente. —sonrió el castaño. —¡Vamos! Iré a atraparte, Kook.

El pelinegro rio y empezó a correr por el edificio escuchando el eco de la risa de TaeHyung.

—Atrápame si puedes, oficial.  ❞

El castaño se bajó del auto una vez que lo había estacionado frente al edificio. Soltó un suspiro y el vello se le erizó al sentir la brisa fría de la madrugada. Se metió el arma en el pantalón y caminó hacia el edificio. Nervioso, llegó a este empujando la puerta de vidrio la cual emitió un chillido al ser abierta. Este se introdujo en la oscuridad y gracias a la luz de la luna que entraba por los grandes ventanales de este, logró encontrar las escaleras. Recordó aquellos momentos que habían pasado juntos y entre esas el piso en el que siempre pasaban juntos. Subió por las escaleras hasta el segundo piso donde la brisa era un poco más fuerte. Caminó por el lugar buscándolo con la mirada y lo halló sentado en el suelo mirando hacia afuera.

—Tardaste. —su voz se escuchaba en eco. —Pensé que no vendrías.

TaeHyung tragó duro y sacó su arma del pantalón, le quitó el seguro y se acercó lentamente hacia él.

—No hace falta que uses tu arma, Tae. —le dijo levantándose del suelo. —No estoy armado. Creo que ya hice lo suficiente.

—Tú no eres el JungKook que conocí. —le dijo TaeHyung.

El pelinegro se giró para mirarlo con una triste sonrisa entre la tenue oscuridad. Caminó hacia TaeHyung con lentitud, mientras que el castaño retrocedía al ritmo de los pasos de este. 

—Tú no eres el JungKook que conocí… —le dijo TaeHyung, sintiendo un nudo en la garganta. —No eres aquel chico ingenuo. 

JungKook dejó de caminar y se posó frente al castaño a unos centímetros de él, mientras que TaeHyung lo apuntaba con el arma hacia el pecho. 

—¿No? —su voz se escuchó bastante dolida. —¿Ya no soy ese JungKook que alguna vez quisiste? —el pelinegro sintió como su corazón dió un vuelco y sus ojos ardieron al sentir sus lágrimas en ellos. —Tae…, soy lo que siempre quisiste que fuera. Un ladrón, un delincuente, todo lo hice para que me atraparas y te sintieras orgulloso de lo que eres… —rompió en llanto. —Yo solo quería…, quería que… —sus labios temblaron y se llevó una mano al pecho. —...solo estaba ayudando a que fueras todo un éxito. Tal y como lo acordamos de niños. Tú querías ser un oficial y yo quería el malo para que me atraparas… yo…

—¡NO ERES ESE JUNGKOOK! —el grito desgarrador de TaeHyung, casi le rasgaba la garganta. Provocó que JungKook se quedara mudo y tembloroso. —No…, ya no lo eres…  —sollozo sintiendo sus manos temblar y el arma moverse.  —…ya no eres ese niño de ojos brillantes, el que brillaba inocencia y timidez. No lo eres. Eres ahora una mala persona, un asesino, la decepción para la humanidad y para… —volvio a levantar el arma con lágrimas en los ojos. —No eres mi JungKook…, ya no… ya no más…

JungKook tragó duro, atónito y con el vello erizado. Caminó hacia TaeHyung y cogió el arma, la dirigió hacia su cabeza, sus ojos llenos de dolor hacia los cafés brillantes del castaño. 

—Matame. —dijo con voz fuerte. —SÉ TÚ QUIEN TIRE DEL GATILLO Y ACABE CON MI VIDA. —le gritó lleno de ira. 

TaeHyung empezó a temblar mientras lloraba. Negó con la cabeza repetidas veces sintiendo un fuerte dolor en su pecho lleno de melancolía. 

—Hazlo… —los ojos tristes del pelinegro hicieron que el corazón del castaño diera un vuelco. —Por favor…, lo merezco… —tragó duro. —Tae…, ¿Sí? Hazlo…, como de niño. Esto es un juego. —sonrió triste. —Vuelve a clavarme la bala donde más me duele… —bajó el arma de su cabeza y ahora la acercó a su pecho, cerca de su corazón. 

—JungKook… —el pelinegro dirigió su mano hacia la mejilla del castaño y la acarició. Limpió sus lágrimas y apartó algunos mechones de la frente de este. —No… no pued… —el dedo índice de JungKook chocó con los labios de este, callando.

—Sí, sí puedes. ¿Dónde está el TaeHyung que no dejaba escapar a ningún criminal? —río. Pero su risa era bastante forzada. —Este TaeHyung que eres ahora debe acabar con los criminales, como yo. Debe… —dirigió sus manos a las muñecas de este, quien sostenía el arma y empezó a caminar hacia atrás tirando suavemente de las muñecas del castaño. —…terminar con la maldad. Exterminar a los vándalos y finalmente ser el héroe. ¿Recuerdas qué siempre fue tu lema? —pasos muy precipitados hacia atrás juntos con los del castaño, se dirigían a lo que sería el final del camino. 

TaeHyung sollozaba mientras se dejaba guiar de la dulce voz de JungKook, recordando viejos momentos felices que pasaron los dos. 

—Tu solo lo creaste y siempre te he admirado por tu manera de innovar y de siempre querer hacer el bien… —más pasos, más cerca estaba el final del suelo. —Hice esto para llamar tu atención. Fue difícil que me dejaras un día. Te busqué tanto que llegué a perder la razón. Mi única manera de sacarte de mi mente era viendo a otros sufrir. —sonrió. —Era injusto que solo yo sufriera. ¿Por qué los demás no podían gritar de dolor como yo? ¿Por qué no podía ayudarlos a sentir ese mismo sentimiento de desespero de querer que alguien los salve? —a un centímetro de que se acabara el suelo. TaeHyung lo detuvo, soltando una mano de su arma y agarrando la mano del pelinegro. 

JungKook dejó de caminar y acarició la mano de este con tristeza. La dirigió a su mejilla y la posó en  esta soltando un suspiro de alivio. 

—Es tan cálida… —dijo él con los ojos cerrados.

—JungKook, entrégate. Por favor. Podré ayudarte. Solamente deja que los profesionales lo hagan. —le dijo TaeHyung. 

—Tae…, no pueden arreglar algo que ya está lo suficiente dañado. —le dijo este. 

Una vez más, dio unos pasos más hacía atrás atrayendo a TaeHyung. Pero el castaño abrió los ojos viendo lo que trataba de hacer y quiso agarrarlo para que no cometiera una locura. Pero, fue entonces cuando el pelinegro lo abrazó y deslizó su mano hacia el arma, dándole presión al dedo del castaño quien sostenía aún el gatillo. 

—Te amaré siempre, Kim TaeHyung… —le susurró haciendo que el castaño se llenara de terror al escuchar aquellas palabras. —Gracias por ser el mejor oficial y atraparme… —aquel abrazo dolía tanto que TaeHyung solo lloró. —Gracias por llevarme a la locura de conocer más allá de tu desnudez. Gracias por darme una pequeña oportunidad… —se lamió los labios y suspiró. —Lo siento. —y con más presión encima del dedo del castaño, logró tirar del gatillo haciendo que la bala se incrustara muy rápido en su pecho. 

—¿Qué hiciste? —cuestionó TaeHyung tembloroso al escuchar el disparo. —¿JungKook? 

—Lo mejor… —dijo sin aliento. 

El castaño soltó el arma dejándola caer al suelo y abrazó al pelinegro con fuerza mientras sollozaba con tanto dolor. El pelinegro mantenía una sonrisa triste en su semblante y de su boca escurría sangre. Entonces se alejó del castaño y caminó hacia atrás.

—JungKook, no… —TaeHyung trató de alcanzarlo. —¡ESPERA! ¡NO LO HAGAS! 

JungKook lo miraba como si fuera lo más hermoso que nunca había visto. Lo más delicado, lo más deseado. Su primer y único amor. Su locura y su dolor. También su vida y ahora… su muerte. 

—¡NO! NO.

Te amo… fue lo último que TaeHyung pudo leer de los labios del pelinegro cuando lo vio caer hacia atrás del edificio con aquella sonrisa que lo caracterizaba. 

—¡JUNGKOOK! —trató de correr hacia él para alcanzarlo, pero era tarde. 

Cuando quiso mirar hacia abajo, lo encontró con una varilla incrustada en su pecho y su cabeza se había golpeado fuertemente contra las rocas. El castaño se llevó las manos a la boca para aguantar su desgarrador grito. No contuvo sus piernas rígidas, estas automáticamente se desplomaron en el suelo. Desgarrado por dentro, su corazón latía con fuerza. Tenía un nudo en la garganta y su cuerpo temblaba del miedo. 

Así pasó TaeHyung durante aquella madrugada durante una hora y media. Lamentándose, gritando y luchando con su interior. Se quedó sentado desde arriba. Con los pies afuera, flotando en el aire mientras miraba con desdén el cadáver de JungKook. Se absorbió la nariz y le sonrió a su amor. Pero fue entonces cuando se escucharon las sirenas de la patrulla junto con las de una ambulancia. 

El castaño se levantó del suelo y soltó un suspiro. Se estiró, recogió su arma del suelo y caminó hacia las escaleras por las cuales había subido. Con la mente perdida, no sentía nada. Estaba tan neutral que sus expresiones no tenían significados.  

Llegó al primer piso y se guardó el arma en su pantalón. Salió del edificio y caminó hacia el cuerpo sin vida del pelinegro. Le sacó la varilla del cuerpo con fuerza y la hizo a un lado. Se lamió los labios y cargó el cuerpo de este hacia su auto que lo había dejado estacionado afuera. 

—Pesas demasiado… —río, subiendo el cuerpo de JungKook a los asientos traseros. —Deberías dejar de comer mucho. Te pondrás más pesado. —lo acomodó sentado y mirando hacia el frente. Le acomodó la cabeza ensangrentada y le limpió la sangre de su boca y cabeza. 

Le quitó el suéter lleno de sangre y se dirigió al baúl en busca de un suéter limpio. Lo vistió, le acomodó el cabello y le sonrió a su expresión. 

—Debes estar cansado. Duerme un poco. —le dijo a su cadáver cerrándole los ojos. 

TaeHyung cerró la puerta trasera y se dirigió hacia la delantera. Se subió al auto y se acomodó. Miró el retrovisor y lo movió hacia atrás reflejando al pelinegro.

—Eso es… perfecto. Te ves genial. —murmuró. 

Carraspeó y observó por el retrovisor los  autos son sirenas acercarse. Este se apresuró para encender el motor e irse de ahí, pero una vez que aceleró el auto, su teléfono sonó. Vio el número de JiMin en pantalla y sonrió al responderle. 

¿Dónde estás? He estado rastreando tu teléfono y dice que estaba en el  edificio abandonado de Niatime. ¿Qué hacías allí? Lo tienes ¿Verdad? … ¿TaeHyung? ¿A dónde vas? ¿Por qué te estás moviendo? ¡Respóndeme! ¡TaeHyung! ¡¿Eres tú?! ¡TaeHyung!

El castaño soltó una carcajada al escuchar el tono desesperado de JiMin. 

—¿TaeHyung? ¿Eres tú? ¿A dónde vas?

—Jean está vivo. 

—¿Qué? ¿De qué hablas? Sí, está vivo. ¿Lo tienes? ¿Por qué no llamaste? 

—No te necesitaba. Nunca lo hice. 

¿TaeHyung? ¿Qué te pasa? ¿Estás con él? ¿Te tiene amenazado? Por favor, dime "sí" si lo estás. Por favor…, TaeHyung… dim.. 

—No.

—¿Qué pasa contigo? ¡¿Qué estás haciendo?! Hemos llegado al edificio. ¿Dónde estás? ¿Dónde está Jean?

—Aquí.

¿Ah? ¿Cómo qué aquí? TaeHyung, ¿Qué mierda te está pasando? ¿Estás con Jean?

—Sí…

TaeHyung, ¡¿QUÉ MIERDA ESTÁS HACIENDO?! SI ESTÁS CON ESE MALDITO…

—No hace falta que me maldigas, JiMin…

—¿Eh? ¿Qué estás diciendo?

—Que no me maldigas.

—¿Ta...TaeHyung? 

—Jean. 

—¿Qué está pasando? No estés jugan…

—Ya tienes una pista sobre mi rostro. Lamento no haberlo dicho antes. 

—¿Qué carajos estás diciendo? 

—Hola, oficial… Un placer poder hablar con usted como la persona que soy. Jean, es mi apodo. Ya sabes del resto. Estoy ocupado ahora…, pero si quieres una cita conmigo. Por favor, llama mi atención. 

Dicho eso, el castaño lanzó el teléfono por la ventana el cual se destruyó al caer en la carreta. Pisó el acelerador y soltó un suspiro en una expresión decadente. Miró al retrovisor el reflejo de JungKook y sonrió tristemente. 

—Te compensaré todo ese sufrimiento, Kook… —le dijo. —Quiero volver a ver esos ojos brillar, aunque me toque arrebatarlos de los demás… Así conseguiré tu perdón. Hasta ver brillar tus ojos como antes. 

Condujo por toda la ciudad mientras hablaba con el cadáver de JungKook en sus asientos traseros. Llegó a la autopista una vez que los rayos del sol empezaron a hacerse visibles y soltó un suspiro ante lo que seria la fría mañana mientras que el viendo agitaba sus cabellos. Colocó algo de música lenta y se dejó llevar por la melodía.

Estaba dolido. No estaba razonando, no sabía lo que estaba haciendo y lo peligroso que podría ser. Al parecer hacerse pasar por quien era JungKook le resultaba fácil. Eso lo había imaginado en su cabeza. Pero, la cosa es que TaeHyung no sabe lo mucho que vivió JungKook y las cosas que pudo hacer. Automáticamente caerán sobre él.

Fue entonces cuando escuchó otro teléfono sonar. El castaño arrugó el ceño y frenó el auto en media autopista haciendo que autos que conducían detrás de él sonaran sus bocinas. TaeHyung los ignoró y miró hacia atrás en donde se encontraba el cadáver. Se quedó en silencio unos segundos examinando de dónde provenía el sonido.

Dirigió su mano a los pantalones de JungKook y encontró su teléfono. Lo sacó con fuerza y miró la pantalla con una llamada entrante de un número desconocido. Ladeó la cabeza y respondió la llamada llevándose el teléfono a la oreja.

—¿Jean? ¿Dónde mierdas estás? Tu apartamento está hecho un desastre. Sé que me pediste que no te llamara esta noche, pero no podía aguantarme. La autoridades te están buscando y él también.

—¿Él?

Sí, mierda. Le debes mucho, Jean. No sé cómo mierda vas a pagarle, pero de verdad...

—¿Cuál es tu nombre?

—¿Eh? ¿Cómo qué cuál? ¿Ya se te olvidó, imbécil?

—Te hice una pregunta... Contestala.

No eres él... ¿Quién mierda eres? ¿Qué haces con él?

—Soy un viejo amigo. Él está durmiendo ahora, está descansando. Quiero saber quién lo busca.

—¿Para qué? Dudo mucho que él te lo cuente, tampoco lo escucharás de mi boca.

—¿Dónde puedo encontrarte? Tengo muchas preguntas.

—¿Disculpa? ¿Quién mierda eres?

—TaeHyung. Ahora que sabes mi nombre, me gustaría saber el tuyo. Habla.

—¿TaeHyung? ¿Kim TaeHyung?

—Parece que conoces mi nombre...

Él siempre mencionaba ese nombre... Pero, ¿Cómo? ¿Por qué estás con él?

—Tu nombre...

Ven a verme en la ubicación que te enviaré a tu teléfono. Por favor, ven solo. Hay algo que quiero enseñarte.

—De acuerdo. Jean no sabrá nada.

Y colgó. El castaño se frotó la sien algo decepcionado y se mordió el labio inferior al escuchar que JungKook siempre lo mencionaba. Apretó el teléfono con fuerza y soltó un fuerte suspiro.  El teléfono en su mano vibró con un mensaje entrante, este lo abrió dejando ver la ubicación en pantalla y pisó el acelerador.

Estaba dispuesto a hacer todo lo que se le enfrentara. Quería complacerlo y así ganarse su perdón. Pero..., ya él estaba muerto. Entonces..., ¿Qué es lo que exactamente quería hacer TaeHyung cuándo se refería a ganarse el perdón de un muerto?















F I N

De nuevo termino otra historia corta. Espero y le haya gustado. La verdad siempre quise hacer algo así y me pareció super interesante. De igual forma agradezco su apoyo en esta historia y que hayan teniendo el tiempo de leerla.

Dudas aquí

Reacciones aquí

Enojos aquí

De verdad, muchas gracias

Smap_vkook|2021.

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