Capítulo 6: Accidente.

       Satoru Sadao era conocido en la Toman por ser un chico a temer y respetar. El enorme chico es capaz de reiniciarte la existencia con un solo golpe, patada o, su arma más fuerte, la cabeza. El chico jamás se midió en fuerza, nunca se contiene y es por eso que muchos también respetan a Draken y Baji por siempre buscar peleas con este, hay que tener los huevos bien puestos o ser un completo idiota para retar al segundo sub comandante de la Tokyo Manji Gang.

Pero esto tiene una razón, si alguien de la Toman se mete en problemas Draken y Mikey los apoyarán y buscarán la forma de ayudar ¿Satoru? Será mejor que no te encuentre. Es la definición de la "madre" que está dispuesta a molerte a golpes antes de escucharte y después se va a agarrar a los pelos con las otras madres que maleducaron a los niños que molestan a su hijo.

Aunque cuando quiere es el padre que te dice: "Pues defiéndete. Tú lo provocas, tú lo arreglas"

El último caso pasa con quienes no son cercanos a él. Este caso es el más delicado para todos, pues si hay favoritismo en los altos mandos es el caso de Satoru quien siempre tuvo una relación de hermandad con Pa' y Pe', ambos idiotas que comparten una neurona funcionan mejor con el cerebro de la Toman.

Ver a su pequeño gordito llorar quebraba rápidamente el corazón del Sadao, quien se limitaba a consolarlo en un abrazo para que libere toda su ira, frustración y tristeza.

Jamás perdonará a Moebius por lo que le hicieron al amigo de Pah y su novia.

—Ya, ya... Suelta todo gordis, eso, intenta retener los mocos y no los sentimientos.

Bueno, tampoco era perfecto.

Su cara de asco era notable, pero era por el sentimiento de los mocos sobre su ropa y no por estar consolando al chico robusto. La mano derecha del llorón se encargó de pasarle unos pañuelos a ambos, uno lo tomó a tientas mientras que el otro lo hizo con tal desesperación que casi se atraviesa la piel por frotar con tanta fuerza el papel en su ropa.

—Lo siento Mikey, aún es difícil para mí todo esto... —se lamenta el chico una vez se terminó de desahogar.

—Vuelves a disculparte por liberar tus emociones y te mato a golpes, idiota. — Satoru lo amenaza demasiado serio. — Fue demasiado duro lo que le ocurrió a tu amigo y a su novia...

—Es por eso que los vengaremos, acabaremos con todos ellos...

Draken y Satoru compartieron miradas antes de bajarla a Mikey. Desde hace un tiempo este estaba algo inestable, el rubio no tenía el atrevimiento de meterse, pero el pelinegro era otro cuento aparte. Su mano la posó sobre el hombro de su comandante, llamando su atención y logrando que ambos crucen de forma intensa sus miradas.

—Quédate conmigo, Mikey.

La oscuridad en sus ojos pareció disiparse por esas palabras, la pequeña sonrisa que le regaló calmó a ambos sub comandantes que tomaron su distancia para que Mikey medite su siguiente paso a seguir.

—Bien, lo tengo, vamos a-

Satoru lo calló de golpe cuando chitó y levantó su puño cerrado a la altura de su rostro para callar al resto. Mikey notó lo tenso que se encontraba su amigo así que dedujo que escuchó algo o a alguien cerca de donde ellos se encontraban.

—¿Qué pasa, Satoru? — el pelinegro se alejó rápidamente hacía el gran portón de la bodega, lo esperaron solo 1 minuto cuando esté apareció con las manos vacías y un gesto de frustración. Mikey rio por eso. — Satchin, quita esa cara. Te van a salir arrugas.

—Cállate, — le grita enojado antes de hace un pequeño puchero — yo... De verdad escuché algo...

Draken no pudo evitar sonreír, le parecía demasiado tierno ese gesto suyo. El capitán y sub capitán de la tercera división no dejaron pasar por alto ese brillo en los ojos del primer sub comandante y tampoco ese intercambio de miradas, los labios de ambos se abrieron para preguntar de una vez el tipo de relación que ocultaban ambos — una distracción para quitar la tensión — pero, lo vio, una sombra que se levantó detrás de su hermano de alma.

No, corre.

—SATORU.

Su garganta se desgarró en aquel grito. El pelinegro no tuvo tiempo de reacción cuando un chico vestido completamente de blanco saltó a sus espaldas y lo golpeó en la cabeza con una vara de metal. El enorme cuerpo del chico cayó al suelo de forma seca por el golpe y la sangre no tardó en salir de su herida.

La vara terminó doblada al medio y con Satoru inconsciente en el suelo Mikey y Draken tuvieron la peor de las imágenes al pensar en lo peor.

¿Por qué no despierta?

—¿Satchin...?

Cuando Satoru recuperó la consciencia fue en dos ocasiones, en la primera estaba tan desorientado que apenas recuerda ver un cuerpo rojo caer con brutalidad al suelo y la voz de Mikey, la segunda vez que despertó fue en la cama de un hospital. Al comienzo no entendía lo que sucedía hasta que sus ojos se abrieron por completo y levantó la parte superior de su cuerpo de golpe.

—¡¿Qué de-?! ¿Un hospital...?

No debería estar ahí. Tenía que escapar. Conoce los protocolos debido a que su padre era enfermero, si el paciente es menor de edad se toma nota de la gravedad de su golpe y se le notifica únicamente a sus padres o tutores. Satoru no tiene ninguno de esos dos, entonces se le notifica a la policía y a los de seguridad infantil sobre un adolescente sin hogar.

No me van a quitar mi hogar. Cómo único hijo, todos los bienes de sus madres le corresponde a él — incluso tiene asegurado un puesto en la compañía de su madre — y, siendo menor de edad con 0 contactos, decidió falsificar la firma de uno de sus parientes. No tardarán en darse cuenta la farsa, le quitarán la casa, el dinero de sus madres se quedará en el banco hasta su mayoría de edad a no ser que unas personas lo adopten y el estado les conceda el poder para hacer lo que quieran con ese dinero.

Antes muerto.

—¡Sato-chan!

Quedó a medio camino de escape cuando por la puerta ingresó una angustiada Emma junto a su abuelo. La rubia se lanzó a llorar en su regazo y, con mucha confusión, el chico acarició sus brillantes rizos dorados para consolar a la bella chica.

—Lo siento, tu... ¡Tú de seguro confiaste en mí y yo te fallé! Lo siento tanto, Sato-chan...

—Ya, las princesas no lloran por príncipes patanes ¿No? — consoló con una voz burlona, cuando vio esa hermosa sonrisa en Emma decidió ver serio al anciano — ¿Cómo está su salud, Sano-san?

—Mi salud está excelente, al igual que tú, Satoru. — felicita al final el viejo, aliviando a ambos adolescentes. — Confirmaron tu alta, yo firmé como tu tutor... A cambio de algo.

—Le agradezco demasiado haberme ayudado ¿Qué es lo que necesita de mí?

—Ayuda a mi nieto... — el Sadao abrió ampliamente sus ojos por la sorpresa — Mi pequeño Mikey y ese chico, Draken, pelearon y no sé cómo ayudarlos... Por eso, y para que esa bella amistad siga, te pido que cuides de Mikey, no como un amigo, sino como un hermano mayor.

"Porque a Mikey le hace mucha falta su hermano mayor"

No lo pensó cuando aceptó firmemente cumplir con su promesa de salvar a Mikey, a su pequeño enano. Emma le entregó una bolsa con una muda de ropa la cual se puso y se despidió de los dos Sano para volver a su hogar a descansar otro poco.

Satoru no era de aquellos que se dejaba llevar por su imaginación, sino que se basaba en los hechos. Sus pies se detuvieron cuando escuchó una conocida bocina de moto y al girar se sintió completo de nuevo.

—Ken. — saluda con una pequeña sonrisa.

—Sube, te llevo a casa.

Tenían una larga charla por delante...

🥢Satoru 11/13 años (El que se ve mayormente en los flashback)

🥢Satoru bebé para el altar 🛐

[Fotos creadas en Picrew.me]

🥢Actualmente Satoru tiene 16/17

🥢Muchas gracias por todo el apoyo ❤️ Los amo mucho ❤️