"No sientas celos, tú tienes algo que nadie más tiene"

Sunghoon entrecierra los ojos, tratando de leer más allá de la calma aparente de Jaeyun.

Está acostumbrado a la manipulación y las mentiras, pero hay algo en la actitud del príncipe que lo desconcierta.

Desde el principio, Sunghoon había imaginado a Jaeyun como un prisionero, un noble atrapado en un mundo ajeno, esperando ser rescatado.

Pero nada de eso encaja con la escena que tien frente a él.

—¿De verdad prefieres vivir en una cueva que regresar a Dreamland? —Pregunta Sunghoon, su tono mezclando incredulidad con una pizca de frustración.

Jaeyun se ríe, una risa suave, casi musical, que llena la cueva con una extraña sensación de ligereza.

—No te confundas —Responde el príncipe, inclinándose hacia atrás en su silla—. Esta cueva no es mi hogar. Es solo un lugar seguro que Heeseung creó para mí, un refugio temporal donde puedo encontrar paz cuando el castillo se vuelve... abrumador.

Sunghoon frunce el ceño, sin entender del todo. ¿Qué tipo de noble preferiría una cueva a los lujos de un palacio? Pero antes de que pueda formular una respuesta, Jaeyun continúa, sus palabras fluyendo con naturalidad, como si el mundo entero fuera un secreto compartido entre los dos.

—Los ogros me han otorgado una habitación en su castillo —Dice Jaeyun, con una leve sonrisa—. Heeseung me trata como a uno de ellos, no como un prisionero. Ellos no me retienen, Sunghoon, ni me obligan a quedarme. Yo elijo estar aquí.

El ladrón parpadea, procesando esa última frase. "Elijo estar aquí".

Algo en esas palabras le provoca una sensación incómoda en el estómago, una especie de frustración mezclada con una emoción más difícil de identificar.

¿Jaeyun eligiendo estar entre ogros? ¿Y por qué Heeseung, un híbrido de ogro y humano, lo habría acogido con tanta devoción? Sunghoon siente un pinchazo en el pecho, algo inesperado y molesto. ¿Celos? ¿De un ogro?

Jaeyun parece darse cuenta del cambio en la expresión de Sunghoon y sonríe con un toque de picardía.

—Heeseung ha sido mi protector desde que llegué aquí —Explica—. Su padre, el rey, me permitió quedarme bajo una condición: que lo ayudara a preparar a Heeseung para ser un noble respetado. A diferencia de lo que la mayoría piensa, los ogros valoran mucho la educación y el linaje, incluso más de lo que los humanos creen. Y Heeseung... es especial. Necesita mi ayuda para convertirse en el noble que los ogros quieren que sea.

Sunghoon aprieta los puños, tratando de ocultar la ola de celos que lo invade.

Había venido aquí creyendo que Jaeyun era una víctima, alguien que necesitaba ser rescatado de los ogros. Pero ahora, las cosas parecen estar al revés.

Jaeyun no solo se había adaptado a su vida entre los ogros, sino que parecía tener un alto concepto de Heeseung. ¿Y él? ¿Qué papel juega en todo esto?

—¿Así que prefieres vivir aquí, entre ogros, que regresar a tu propio reino? —Pregunta Sunghoon, tratando de mantener su voz neutral, pero sintiendo que la pregunta lleva más peso emocional del que pretendía.

Jaeyun lo mira con curiosidad, como si estuviera viendo a través de él. Su sonrisa no desaparece, pero hay algo en su mirada que se vuelve más profundo, más serio.

—No es cuestión de preferencia, Sunghoon. —Jaeyun hace una pausa, como si estuviera buscando las palabras adecuadas—. En Dreamland, soy solo una pieza más en el juego político de la realeza. Aquí, soy alguien que importa. Heeseung me necesita. Los ogros me valoran, no solo por lo que soy, sino por lo que puedo ofrecerles.

Sunghoon siente que algo dentro de él se retuerce al escuchar esas palabras.

Heeseung lo necesita. ¿Y qué hay de él?

Sunghoon ha cruzado tierras peligrosas, invocado magia prohibida y arriesgado su vida para rescatar a alguien que aparentemente no quiere ser rescatado.

La idea de que Jaeyun puede estar tan apegado a un ogro lo desconcierta más de lo que está dispuesto a admitir.

—Entonces... —Sunghoon mira a Jaeyun con una expresión cautelosa—. ¿Qué estás diciendo? ¿Que no tienes intención de volver conmigo?

Jaeyun se inclina hacia adelante, su rostro iluminado por la suave luz de las antorchas. Hay algo en su mirada que lo desarma, una mezcla de compasión y desafío.

—No es tan simple, Sunghoon —Responde con suavidad—. Dreamland no me ofreció lo que encontré aquí. Pero eso no significa que no quiera volver algún día. Solo que, por ahora, mi lugar está con Heeseung.

La mención de Heeseung una vez más hace que la sangre de Sunghoon hierva.

No puede entenderlo del todo, pero esa conexión entre Jaeyun y el príncipe ogro lo perturbaba de una manera que no había anticipado.

Jaeyun parece hablar de Heeseung con una estima que es difícil de ignorar, y aunque intenta no mostrarlo, una parte de Sunghoon no puede evitar sentirse desplazado.

Había venido para ser el héroe, para liberar a Jaeyun de lo que creía un cautiverio. Ahora, está más que claro que Jaeyun no necesita ser salvado.

Sunghoon respira hondo, intentando calmar la oleada de emociones que lo agitan. Tal vez su misión no es tan clara como había pensado.

Tal vez, salvar a Jaeyun no se trataba de llevárselo lejos de los ogros, sino de entender por qué ha decidido quedarse.

—Heeseung parece importante para ti —Comenta Sunghoon, intentando no sonar demasiado interesado, aunque sabe que no puede disimular del todo.

Jaeyun asiente, pero su sonrisa se suaviza, volviéndose casi melancólica.

—Lo es. Es mi amigo, mi protector. Me ha enseñado tanto como yo a él. Pero... —Jaeyun lo mira directamente, sus ojos brillando con algo indescifrable—. También estoy empezando a pensar que el destino me trajo a ti, Sunghoon. Y no creo que sea una coincidencia.

Las palabras de Jaeyun lo dejan atónito.

Por primera vez desde que comenzó esta misión, Sunghoon siente que el destino ha puesto en juego algo más grande que ellos. Y, aunque los celos hacia Heeseung siguen latentes, algo en la mirada de Jaeyun le dice que este viaje, esta misión, apenas está comenzando.

𝐏𝐔𝐑𝐏𝐎𝐒𝐄
𝐉𝐞𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬𝐲
𝟐𝟔/𝟎𝟗/𝟐𝟎𝟐𝟒

Hoon tipo: Celos de tus ojos cuando miras a un híbrido de ogro y humano, tengo celos 🤭