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—Nana, pásame la sal por favor.
Después de preparar la cena con Nana, una deliciosa lasaña, no tardó mucho tiempo en llegar el padre del rubio. Este lo recibió ayudándolo con su maletín y un suave abrazo como era de costumbre. Los tres no tardaron en sentarse a cenar en la mesa y hablar de su día.
—La lasaña les quedó deliciosa, Sunoo ha mejorado mucho en la cocina. —el rubio sonrió orgulloso.
Esta era la rutina para cenar en la mayoría de días, dependía de a qué horas saldría el mayor del trabajo, si tenía una cena de negocios o si avisaba que no quería nada elaborado esa noche así que pediría algo de comida rápida.
—¿Qué tal la universidad? Ya solo te falta este año y te gradúas.
—Hasta el momento bien, no cambia mucho el hecho de que sea el último año. —Sunoo miró disimuladamente a la mujer pidiendo de alguna manera que distrajera a su padre del tema de la universidad. Quería evitar a toda costa mencionar sobre las horas y el proyecto final, no quería dar explicaciones.
—Taehyung ¿El negocio que mencionaste se logró?
La mayor había entendido por suerte, su padre no tardó en adentrarse en ese tema olvidándose del anterior.
En un momento el celular del rubio comenzó a sonar por lo que se dirigió a la cocina, dónde lo había dejado, y revisó de quién se trataba.
El número era desconocido por lo que pensó si debía contestar la llamada o no, al final lo hizo.
—¿Aló?
—¿Hablo con Kim Sunoo-ssi? —la voz no tardó en ser reconocida por el rubio, se quedó unos segundos procesando si su cerebro había identificado bien a quién pertenecía. —¿Es el número correcto? Habla Park Sunghoon.
—Oh sí, este es mi número.
Un leve suspiro se escucha al otro lado de la línea. —Antes que nada conseguí tu número con Jay, y bueno quería avisar que cambié de opinión respecto a lo de la escultura.
Una sonrisa de genuina alegría apareció en el rostro de Sunoo, al parecer no tendría que buscar otra opción. —¿Entonces? —preguntó con picardía, quería escuchar al pelinegro pedirle ser su modelo, después de aquel rechazo es lo mínimo que merecía.
—Entonces... —tirado en su cama, Sunghoon sentía que perdía un poco de su dignidad en ese momento, sabía que se lo merecía por tonto ¿Por qué tuvo que rechazar la propuesta? —¿Podrías ser mi modelo para la escultura? Entenderé si no quieres, quién en su sano juicio aceptaría después de que lo rechazaron. —y si, ese fue su intento de mantener tantita dignidad pensando en que tal vez el rubio no lo aceptaría buscando implantar en este que no sería alguien sabio si aceptaba.
Sunoo captó sin problema lo último, sabía lo que el otro trataba ya que usa ese tipo de frases con Jay cuando intenta que este entre en razón. —Sunghoon ssi, para tu suerte yo no estoy en mi sano juicio así que si seré su modelo. —en ningún momento la sonrisa pícara abandonó su rostro. —Envíame los detalles de la primera reunión, si eso es todo buenas noches.
El pelinegro dejó unos segundos el celular pegado a su oreja hasta que se dio cuenta de lo que había pasado. —¿Me colgó? —genial, su intento de salvar su dignidad hizo que esta terminara más pisoteada de lo que había estado jamás. Sabía que no sería fácil lidiar con ese chico. —Rubio mal educado, le cuelgas a tu mayor.
Manteniendo un mojin en su boca buscó el contacto del rubio escribiendo los planes de la primera reunión, solo acordarán los horarios para que se acomodará a ambos.
( 💕 )
Entre el bullicio de alumnos quejándose de sus clases, y de sus maestros, un peliazul veía confundido a su mejor amigo que se dirigía el casillero al lado del suyo mientras daba saltos y sonreía, algo que no se ve todo el día.
—Buenos días. —saludó Sunoo una vez que llegó a su casillero abriéndolo y sacando los elementos de costura.
—Buenos días alegría. —sabía que su amigo también sería modelo, después de todo él le dio el contacto a Jungwon, pero no pensó que eso lo pondría de tan buen humor, era raro. —¿Y esa felicidad a que se debe? Es martes, no jueves para que estés así de feliz.
—Tampoco es lunes como para no estarlo ¿Tanto se nota? —Jay asintió en respuesta. —¡Papá al fin cambiará mi auto al que quiero!
"Ya decía yo" pensó el peliazul. —¿El periodo de prueba con el viejo auto ya pasó?
En resumen, el papá de Sunoo lo había puesto a prueba con un auto modesto para ver si era capaz de cuidar de este y no cometer faltas. Casi dos años de prueba y al parecer al fin conseguiría su preciado auto soñado.
—Si, me felicitó por no haber cometido ninguna falta en todo este tiempo, el auto está prácticamente intacto.
—Pero no los conos del estacionamiento. —con una mueca burlona habló el peliazul.
—En mi defensa estaba oscuro además los pagué, un daño muy menor así que ush.
Aún con el más alto riendo se dirigieron a la sala de costura. —¿Te reuniras con Sunghoon hoy?
El rubio asintió en respuesta. —Hoy solo fijamos los horarios y algunos detalles más, fue placentero que escuchar que me pidiera ser su modelo después de lo de ayer. Ahora que lo pienso ¿Se ensucia mucho la ropa en ese lugar? Tengo que pensar bien mis atuendos si es así.
( 💕 )
Al terminar las clases Sunoo no tardó en dirigirse hasta el área de escultura. La carrera de diseño también se encontraba en el área de artes por lo que no caminaba tanto, esta vez el rubio pudo disfrutar del pequeño paseo sin andar a las prisas como la vez anterior.
El edificio de escultura era el mismo que el suyo, solo que en la entrada tenía un camino lleno de esculturas con diferentes temáticas. Una placa colocada en el lugar explicaba que son esculturas creadas por ex alumnos y algunos actuales; el rubio se preguntó por un momento si entre todas esas se encontraba alguna de Sunghoon.
Una vez entró al lugar no hubo tanta diferencia con el suyo, paredes color melón con patrones blancos delicadamente dibujados en esta. La mayor diferencia que pudo notar al entrar al aula es que en el pasillo a esta se encontraban algunas pilas y cubetas con restos de barro.
Una vez llegó a la puerta dio unos toques en esta, la respuesta en el otro lado no tardó en llegar permitiéndole el paso.
El aula era más amplia de lo que pensaba y las mesas eran un poco más altas de lo normal. Pedazos de barro y arcilla seca se podían ver en algunas, en específico en las que tenían una escultura en proceso sobre estas.
Sunghoon se encontraba en una de las mesas poniendo barro en una base; Sunoo supone que es algo pequeño por el tamaño de esta.
—Buenas tardes Sunghoon. —saludó el rubio. —¿Eso es para la escultura o es tarea?
—Buenas y es una tarea, tu escultura aún no la he empezado. Puedes tomar asiento.
Sin dejar de ver el movimiento de las manos de Sunghoon sobre el barro Sunoo tomó asiento en unas de las bancas al lado del pelinegro.
—¿A esta hora sale de las clases?
—Si, de lunes a jueves tengo clases. Los sábados por la tarde voy a un taller de tres a cinco, el resto del tiempo estoy libre dependiendo de las tareas.
El mayor tomó un pedazo de tela comenzando a limpiar sus manos, estaba pensando en la mejor forma de acomodar las horas. No quería que fuera tedioso para el rubio ya que solo estaría sentado sin mucho que hacer. —Podríamos encontrarnos aquí dos veces de lunes a jueves y estar una hora ya que cierran rápido a veces, y los viernes reunirnos y pasar dos horas. Si calculo bien tomaría unos dos meses en ello, puede que suene mucho pero este trabajo debo pensarlo con cuidado. Tu puedes elegir los días
Los dos meses si sonaban mucho, pero en si el horario sería cómodo e igual convendría para no interferir tanto con sus tareas ya que siguen siendo universitarios con tareas, y ni hablar de la temporada de exámenes. —Me parece bien, podrían ser los miércoles y jueves ya que los lunes y martes no ando mucho ánimo la mayoría de las veces.
Sunghoon asintió de acuerdo. —Muy bien, el horario del lunes se puede decidir el jueves por si aparecen planes. Por cierto, necesito una última cosa. —dejando el trozo de tela sobre su mesa, el pelinegro levantó sus manos a la altura de su rostro. —Necesito tocar tu cara ¿Puedo?
El rubio hizo su torso hacia atrás por reflejo, sosteniéndose de la mesa para no caer. —¿Para qué necesitas eso?
—Debo sentir tu rostro así la escultura podrá mostrar tanto las partes delicadas de este como sus dimensiones. —razonó el mayor, no lo iba a tocar si este no quería pero era algo necesario de hacer.
—Oh. —el menor volvió a poner su cuerpo recto, se avergonzó por haber reaccionado así pero no lo diría y esperaba que Sunghoon no se diera cuenta de ello. —Puedes hacerlo.
Sin ser brusco el pelinegro tomó el rostro del contrario entre sus manos, el toque era muy suave, hasta parecía una caricia que solo buscaba sentir la piel del otro para que su tacto reconociera el del otro. Pasó sus pulgares por las mejillas de Sunoo, sobre sus ojos siendo delicado con las pestañas. Podía sentir el aroma del barro provenientes de las manos del mayor, sorpresivamente no le desagrada el olor.
Sunoo se sentía avergonzado cuando sintió el tacto en sus orejas hasta su barbilla; debía estar rojo como un tomate. En un momento dónde creyó que Sunghoon tocaría sus labios este no lo hizo, solo trazó el borde de estos sin tocar la piel rojiza.
Las grandes manos dejaron su rostro y Sunoo se sintió aliviado por fin, pero un poco confundido. Sunghoon se encontraba anotando algo en una libreta. —¿Por qué no tocaste mis labios? —eso debió sonar un poco raro. —Digo, tocaste todo lo demás pero ello no.
—Aún no es tiempo de hacerlo. —dejando de anotar, el mayor llevó su vista hasta el rubio. —Ahora solo necesitaba medidas y profundidades, cuando inicie con los detalles necesitaré volver a hacerlo.
—Entiendo, entonces nos vemos mañana, oh ¿Te puedo llamar hyung? Siento que es mucha formalidad considerando cuánto tiempo pasaremos juntos.
El escultor asintió de acuerdo. —Muy bien, nos vemos mañana Sunoo.
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