4. Juegos en el mar.
Había que aprovechar el verano y todos se estaban preparando para ir a la playa a disfrutar del mar y la tibia arena.
Mientras Harry y Ron metían todo lo necesario en una mochila, Hermione se encontraba sentada en el piso junto a la ventana mientras mantenían una conversación algo tensa.
—¿Qué haremos el próximo año?—susurró Hermione mientras se comía un trozo de chocolate—, No estaremos seguros, nadie en el mundo mágico debería sentirse a salvo ahora que la evidencia del retorno del señor tenebroso ha sido probada.
—¿Qué opinan del nuevo ministro? El hecho de que Fudge hubiese renunciado al cargo significa de que fue gravísimo lo sucedido—acotó Ron, acercándose a Hermione para quitarle un pedazo de dulce.
—¡Hey! Idiota...—murmuró Hermione, pero no pelearía con Ron debido a sus comunes tonterías.
Harry intervino. No es como que quisiera pasarse el verano hablando sobre Lord Voldemort.
—Chicos, creo que nada de lo que pensemos en este instante cambiará lo que sucedió el año pasado y la verdad es que en este instante quiero distraer mi mente, de lo contrario qué sentido tendría ir a la playa ¿para hablar de mortífagos y magia oscura?
—Quizás para burlarnos sobre lo que pasó con el maldito de Lucius Malfoy en su juicio—señaló Ronald con voz burlona.
—¡Ron!—le reprochó Hermione—, eso no es correcto. No somos iguales a los Malfoy y eso hay que demostrarlo.
—Lo siento, Hermione. Pero no me interesa en lo absoluto si ellos ahora están sufriendo o si ahora el imbécil del Lucius Malfoy está en la cárcel. Por culpa de ellos ha muerto Sirius y jamás podremos solidarizar—manifestó—. Además, Harry no tiene porqué sentir pena por los Malfoy.
—No dije eso, sólo creo que sea como sea Lucius Malfoy, tiene una esposa y un hijo que se ven afectados.
—Oh sí, tanto que abandonaron el juicio. Todos ellos son unos oportunistas e individualistas. Sirius tenía razón cuando decía que todos eran de lo peor, lo hemos visto todos estos años con el maldito de Draco. Así que no me importa cómo les esté tratando la vida.
Hermione intercambió una mirada con Harry después de que Ronald terminara con su perorata acerca de los recientes acontecimientos del mundo mágico. Probablemente después podría tener una conversación más larga con Harry, últimamente, ella y Ron no congeniaban, este solía echar por tierra sus opiniones e intentaba hacerla sentir como una tonta.
—Te felicito Ronald, Draco es muy consciente de tus sentiemientos en este momento.
—¿Le estás defendiendo?
—No, ¿pero qué más te da lo que ahora le suceda? Ya déjalo.
—Siempre se han burlado de mi familia, si tengo oportunidad de hacerlo con la suya no la desaprovecharé y también deberías hacerlo, vienes a mi casa todos los años, nos debes lealtad.
Hermione frunció el ceño debido a que sentía que él estaba algo molesto.
—No tienes porqué enojarte con Hermione, Ron—le defendió Harry—, es más, ella tiene razón, no nos debería porqué interesar hablar sobre ellos, no me interesa, como dije, quiero pasarla bien durante el verano.
—Iré a prepararme para la playa, nos vemos luego—dijo la bruja, dedicándole una mirada furibunda a su pelirrojo amigo.
Ambos chicos se quedaron mirando y Ron levantó las cejas, no entendiendo lo que sucedió.
—¿Qué?—le preguntó a Harry— ¿Acaso se enojó?
—Ronald, siempre estás peleando con ella, siempre estás... no lo sé, intentando llamar su atención de la peor forma posible. No entiendo qué pretendes, pero no vas a conseguir nada así.
—¿A qué te refieres? ¿Qué insinúas?
—Nada, sólo que tienes una extrema fijación con Hermione, te acercas y luego la haces enojar. Pareces un niño pequeño cuando quieren acercarse a quien les gusta— dijo Harry dejando la frase en el aire.
—No digas tonterías, no estoy interesado en ella de ese modo— respondió, colocándose algo a la defensiva y nervioso.
—Lo que digas Ron, lo que digas— refutó Harry, sonriendo y negando con la cabeza—. A veces nuestras acciones hablan más que nuestras palabras. Tenlo en cuenta.
Por otra parte, Hermione se sentía enojada por su reciente discusión con Ron, sin embargo, no permitiría que esas tonterías abrumaran sus sentimientos y le dificultaran disfrutar del día de playa, simplemente lo evitaría. Muchas veces había llorado por culpa de él en silencio, desde que lo conoció sin duda se había convertido en un amigo leal y compartían aventuras, pero en ocasiones no entendía porqué aveces él la trataba como si en realidad la despreciara.
—¿Estás lista?—le preguntó Ginny—Es buena hora para salir, podremos comer allá.
—Sí, nada más me pondré ropa sobre el bañador.
Guardó algunas cosas en un bolso y bajó las escaleras.
—Acá tienen—La señora Weasley estaba muy contenta de que ellos estuviran haciendo cosas para divertirse, finalmente había sido un año para olvidar y ahora tenían vacaciones para distraer su mente—¡Deben compartir! Eso va específicamente para ti, Ronald.
Fred estaba junto a George y se percató de que Hermione había sido la última en bajar las escaleras, ella le obsevó y él le dedicó un guiño sonriente. No habían tenido tiempo de conversar desde la ocasión en el faro, debido a que habían estado haciendo arreglos a las instalaciones de la casa. Notó una mueca extraña en su rostro, no obstante, no le preguntaría y esperaría a que ella le contara si es que lo deseaba.
Ginny se acercó a Harry para conversar y se fue junto a él hablando sobre Quidditch apenas salieron de la casa, algo que consiguió hacer refunfuñar nuevamente a Ronald.
—Oh, veo que no puedes socializar con nadie más que no sea Harry no es así, Ron—le molestó George, aprovechándose de la situación para burlarse—¿Estás enamorado de Harry y temes que Ginny te lo pueda quitar?
—¡Ya, cállate!—contestó molesto, sin poder eludir a su hermano.
Por ende, Hermione se quedó caminando atrás observando la peculiar manera en la que los hermanos Weasley convivían entre sí. Hasta que sintió la presencia de alguien a su lado.
—¿Cómo vas?—le preguntó Fred, masticando un dulce masticable de color rosa— ¿Cómo va tu mañana?
—Cuánta formalidad, Fred. Pues voy muy bien, entusiasmada con la playa.
—¿Qué traes en tu bolso? ¿Puedo ver?
—Eres un atrevido, claro que no. Cosas de chicas.
—¿Traes un libro, no es así?—le preguntó mirándola fijo mientras enarcaba una ceja.
—¿Y si fuera qué?
—Te aseguro que no voy a dejarte leer. Como que me llamo Fred Weasley.
—Creo que te tomas muchas atribuciones, reitero, te has vuelto muy atrevido últimamente.
—No soy atrevido, nada más me gustas que las personas salgan de su zona de confort y a la playa las personas van a bañarse, jugar con el mar y la arena, tomar sol.
—También a comer, a leer, a conversar—rebatió Hermione.
—¡Por Merlín! ¿Nunca dejas que alguien tenga razón cierto?
—Es que suelo no equivocarme nunca.
Fred negó con la cabeza y sonrió, ese tipo de debates con Hermione, esas luchas de poder le causaban mucha diversión, ella era una chica con carácter y le gustaba hacerla enojar y sacar a relucir su lado más competitivo. El pelirrojo solía aburrirse con frecuencia y la bruja siempre tenía temas de conversación interesantes a pesar de que en ocasiones sólo hablaran sin sentidos como en esta ocasión.
—Puedo decirte algo sin que te enfades.
—Pues creo que somos sinceros el uno con el otro.
—Está bien, no te enfades. Pero a veces actúas como una...
—¿Perra arrogante?—terminó Hermione al ver que Fred se debatía entre decirlo o no.
—Tú lo haz dicho.
—Pero tú lo pensaste. Agradezco tu caballerosidad, no ofenderme.
—Siempre trato de ser diferente, no quiero ser como el resto de mis brutos hermanos, nuestra plática del otro día me hizo mucho sentido, no quiero ser un rufián.
Hermione se rió y avanzó hacia la colina donde vivía Luna.
—Iré a buscar a mi amiga—señaló—, puedes adelantarte si quieres.
—No, te acompaño. Luna me cae bien, a veces incluso mejor que mi hermana.
La aludida no tardó en salir y dedicó un abrazo a Hermione.
—Gracias por haberme considerado para este evento tan peculiar.
—Pues claro, eres mi amiga, claro que vendría por ti.
—Que lindo—farfulló para sí misma.
En ese instante, Luna notó la presencia de Fred y llevó su mirada desde él a Hermione y viceversa. Tuvo que reprimir una risita, pues sentía que su amiga y el joven Weasley estaban pasando bastante tiempo juntos, algo de lo que no todos se habían percatado.
—¿Cómo estás, Fred?—saludó con una sonrisa amigable.
—Bien, Luna; qué gusto que vinieras ¿De casualidad no traes un libro en tus cosas?
—Oh, detente. Eres fastidioso—Hermione comenzó a caminar a paso firme, pues ya sentía algo de hambre—Si sigues no voy a darte nada de la comida que envió tu madre, recuerda que la traigo en mi poder y soy la encargada de la distribución justa y equitativa de esta.
—Oh claro, claro. Qué terrible eres—refutó con burla.
—¿Dónde se encuentra, Ginny?—preguntó Luna, dándose cuenta de que evidentemente ella sobraba en esa conversación y no quería sentirse un mal tercio.
—Pues persiguiendo a Harry—contestó Fred—No querrás entrometerte entre ella y sus pretenciones románticas.
Luna abrió los ojos algo sorprendida, no esperaba esas respuestas tan francas, no estaba acostumbrada a tratar con Fred.
—Eres indiscreto.
—¿Qué? ¿Qué crees que hacen? ¿Hablar sobre Quidditch?
—Supongo—respondió Hermione.
—Bueno, al paso que van, es lo único que harán. Harry es algo más tímido y no comprenderá las directas indirectas de mi hermana, ella es demasiado audaz ¡Merlín, llegamos al fin! Pensé que no llegaríamos jamás, me disculpan señoritas, pero creo que iré de inmediato a darme un chapuzón—terció —Y recuerda lo que dije si es que llego a verte con un libro en la mano, tragalibros.
La castaña puso los ojos en blanco y se volteó a ver a Luna. Ella iba caminando como si en realidad fuera flotando sobre una nube.
—Me alegra que tú y Fred se estén volviendo así de cercanos.
—¿A qué te refieres?—preguntó la contraria.
—Pues a lo que dije, que ustedes se llevan bastante bien.
—¿Intentas decirme algo más, Luna? Porque te aseguro que no es así, no es lo que estás pensando, creo que nos hemos hecho amigos este verano.
—Mhhm—no dijo nada más y sonrió, alejándose para ir a saludar a Ginny.
Sacó su toalla y la estiró encima de la arena junto a sus amigas, Ginny no dejaba de parlotear sobre unos equipos de Quidditch y el deporte, que se convertiría en una pieza clave para el equipo de Gryffindor y todo lo relacionado al tema; por ende escuchó en silencio mientras se acomodaba para contemplar las tranquilas olas del mar.
—¿Tienes de la poción para el sol? —preguntó la pelirroja—, quiero ir a nadar ya mismo.
Entre las tres comenzaron a embetunarse el ungüento que Hermione había preparado para evitar las quemaduras por exponerse al sol. Los gemelos junto a Harry y Ron estaban riendo unos metros más allá y fijaron su vista en las chicas, quienes se preparaban para ir al mar.
Tímidamente, Hermione se quitó la playera y los jeans que se había calzado antes de salir para que Luna le pusiera ungüento. Le divertía la playa y disfrutar con sus amigos, no obstante usar bañador le hacía sentirse vulnerable con respecto a su cuerpo.
—¡Vaya, Hermione! —gritó Ron desde unos metros más allá— ¡Me encandilas mujer! —le molestó haciendo alusión a su piel pálida.
Inmediatamente la castaña observó cómo la piel notoria lucía bajo el sol, usaba un traje de baño de dos piezas de color blanco con lunares rojos. Hizo amague de cubrirse pues no esperaba ese comentario.
—Ron... —dijo al fin, intentando hacer como que no le afectaba.
Pero la interrumpieron antes de que pudiese terminar con la frase.
—Cómo se nota que no sabes nada sobre mujeres, hermanito— pronunció Fred desde su lugar —. La chica a la que estás molestando, se ve muy sexy.
—Mírate galán —replicó George sonriendo, intercambiando una mirada con Fred, algo asombrado pues no pensó que su gemelo diría cosas como esas y menos a Hermione —, no vaya ser que ella te golpee.
—Pues no estoy mintiendo —declaró con esa ferviente confianza que él pelirrojo solía tener, la miró y ella se mordió el labio, nerviosa —. Hermione, luces muy hermosa.
Se acercó y se sacudió frente a ella, salpicádola con el agua que tenía su cabello.
—¡Fred!—chilló Hermione.
—¿Vas a venir o te quedarás toda la tarde en la arena? —cuestionó desafiante, estiró su mano en dirección a la bruja.
Ella rodó los ojos con algo de fastidio y tomó la mano de Fred, pensando que él había una de sus tonterías, acto seguido él la hizo contra su cuerpo y la levantó en vilo, colocándole sobre sus hombros y corriendo hacia el agua.
—¡Maldición y yo que confié en ti! ¡Fred!
—¡Vamos al agua, tragalibros!
—Eres un maldito cabrón ¡Bájame!
—¡No, no, no!
Llegaron al mar donde todos celebraron la travesura del pelirrojo, puesto que todos le siguieron la corriente y entraron al agua a disfrutar del mar; Ron era el único que había quedado algo desconectado después de haber notado que de cierta forma su hermano había defendido a Hermione y tenido esas actitudes que denotaban bastante confianza.
—Ven aquí, súbete —le instó Fred a que se sentara sobre sus hombros.
—Voy a caer, y eso dolerá.
—No, no vas a caer. No seas cobarde, Hermione, eres de Gryffindor —le molestó.
Ella evidentemente no permitiría que le dijeran cobarde, así que lo hizo, y acto seguido se arrepintió pues sentía que estaba demasiado alto.
—Me muero, Fred ¡Por favor no dejes que caiga!
—Jamás dejaría que eso sucediera, Hermione.
Todos se lanzaban agua, nadaban, flotaban y reían hablando tonterías, hicieron guerras en el agua, luchas libres y competencias de nado. Sin lugar a dudas esa sería una tarde digna de recordar.
Fred y Hermione habían intercambiado bastantes miradas.
Sus manos se habían rozado en más de una ocasión.
Y sus cuerpos habían estado en contacto por medio de esas tonterías y juegos en el agua.
—Estoy agotada— señaló Hermione, tras salir del agua y echándose en la arena al lado de Harry quien se removía entre la siesta y la realidad —Creo que me quedaré un rato aquí para comer —le mencionó y frunció los labios al notar que estaba durmiendo.
Se colocó los lentes de sol y se sirvió en un vaso un poco de refresco.
Suspiró agotada pero muy feliz, ese día había sido muy agradable, pero debía recargar energías. Apoyó su cabeza en su mochila mientras observaba como George mecía a Luna en sus brazos para luego lanzarla en el agua.
Rio.
Para sus adentros pensó en lo afortunada que era por tener a ese peculiar grupo de amigos.
Al rato la mayoría salió del agua, quedándose nada más George y Ginny.
Fred salió del agua y buscó sus auriculares, quería escuchar música por un momento. Se los colocó y se percató de que Hermione estaba hojeando su libro, era el mismo que había estado leyendo durante las noches.
—¿No pudiste frenar el impulso? —le preguntó cuando se recostó a su lado, dejando que su abdomen tuviera contacto con la arena.
Ella quien se encontraba en la misma posición concentrada no lo había visto venir y se percató de su cercanía inmediata, pues sus hombros se rozaban.
—Necesitaba hacer algo que implicara la actividad física y Harry estaba durmiendo, por ende no podíamos platicar ¿Tú que haces?
—También quise salir del agua un momento, tengo mis auriculares.
—No sabía que tenías ese aparato muggle.
—Pues debo decir que es bastante interesante, soy fans de muchas bandas muggles y me apetece la música así que es uno de los mejores inventos que hayan hecho.
—¿Qué bandas te gustan?—preguntó Hermione genuinamente interesada, pues cerró su libro. Jamás pensó que Fred escuchara música muggle.
—Guns and Roses, Pink Floyd, Queen. Creo que son geniales.
—Debí imaginarlo, son de todo tu estilo.
—¿Cuáles son las tuyas?
—Pues me gusta Florence and The Machine, Steve Nickks y Amy Whinehouse.
Fred sonrió cuando la escuchó.
—Pues debí imaginarlo, son de todo tu estilo.
Ella correspondió a esa sonrisa.
—¿Qué escuchas ahora?
—Es una de Queen ¿Quieres oír?
Ella asintió y el le entregó uno de los auriculares, Hermione comenzó a tararear las melodías de las canciones, disfrutando de ellas y porque no decirlo, de la compañía de Fred.
De pronto comenzó una canción muy diferente a las anteriores.
—¿Don't Speak? —preguntó sorprendida —No creí que pudiera gustarte ¿O acaso te la dedicó Angelina Johnson cuando terminaron?
—No seas así, Hermione. Es sólo que me gusta la voz de la cantante. No tienes para qué ponerte celosa.
Ella le dedicó una mala mirada y meneó la cabeza al ritmo de la canción.
—“It looks as though you're lettin' go
And if it's real, well, I don't want to know—cantó—Don't speak, I know just what you're sayin' So please stop explainin'
Don't tell me 'cause it hurts” .
Y Fred le siguió la corriente y también cantó.
—“Don't speak, I know what you're thinkin' I don't need your reasons
Don't tell me 'cause it hurts” — hizo una pausa y simuló como si estuviese tocando una guitarra —Maldita canción genial, es mi placer culpable.
Hermione dejó salir una carcajada y ambos se quedaron mirando de nuevo. Ella observó a su alrededor y notó que nadie estaba medianamente cerca y se aclaró la garganta.
—Fred, ¿por qué dijiste las cosas de hace rato? No tenías porqué defenderme de Ron, puedo hacerlo por mi cuenta —hizo una pausa —. En cualquier caso, te lo agradezco de igual manera.
Fred frunció los labios, no pensó que Hermione se tomaría el tiempo para preguntar aquello, todavía no asumía que la castaña no dejaba pasar nada.
—No lo hice por defenderte, sólo creí que era un comentario oportuno.
Ella no comprendió aquello.
—¿Oportuno, por?
—Porque como siempre, Ron estaba hablando mierda.
—Algo usual.
—Pues sí, pero bueno. No lo dije nada más por hacerte sentir bien y salir del paso —se atrevió a decir con toda su intención —. Lo dije porque es cierto.
Ella levantó sus cejas algo incrédula.
—Lo dije porque es lo que pienso, eres hermosa Hermione, no es claramente tu única cualidad pero eso era lo que se estaba debatiendo— pronunció mirándola directo a los ojos —. Es más, también lo dije, hoy en ese traje de baño te veías más sexy que nunca. Créelo, porque es cierto.
De pronto el corazón de Hermione dio un vuelco y sintió que un vacío en el estómago.
Sonrió con timidez, sintiendo los nervios a flor de piel.
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