2003-2020
JOHN B ROUTLEDGE
P4L

El aire estaba húmedo, el cielo tenía un tinte amarillo mientras el sol avanzaba poco a poco hacia el horizonte. Las palabras grabadas en la madera les devolvieron la mirada mientras lloraban la pérdida de su viejo amigo. No había emoción que pudiera describir su dolor, lloraron juntos durante horas pero sabían que eso no lo traería de vuelta. Nada, John estaba muerto y tenían que aceptarlo. Pero ese era el problema. No pudieron.

Negación, acción de declarar algo falso.

También conocido como el primer paso de las cinco etapas del duelo.

Kiara estaba angustiada con Pope a su lado. Sólo su rostro contaba la historia, cada detalle estaba grabado en sus rasgos, sus labios temblaban ligeramente como si fuera a romper a llorar de nuevo.

Pope miró al suelo y parpadeó, luchó tan duro para contener las lágrimas porque prometió ser fuerte por Kiara. Pero, por dentro, él no estaba bien—aunque ninguno de ellos lo estaba—, estaba derrumbándose.

JJ no habló, tenía una expresión ilegible en su rostro, ninguno de ellos sabía cómo se sentía, pero podían hacer una buena suposición. Ni siquiera el amor de su vida pudo sacarlo de su estado, ya había pasado por mucho, demasiado para un adolescente de 16 años. El dolor ya no parecía afectarle, sólo estaba entumecido.

Sierra era un huracán de emociones, desde crisis que la hacían tirar y romper cosas hasta hacer chistes para calmar el dolor que se estaba dando en su cerebro. Era como si gusanos formados por cambios de humor decidieran meterse en su mente y arruinar los nervios que había dentro de su cabeza. Esa mañana apenas pudo salir de la cama, JJ ha estado con ella desde la muerte de John B, consolándola y curándola en las cosas sencillas de todos los días. Ella realmente estaba agradecida por él. Él era el amor de su vida.

JJ dejó la antorcha y tomó una petaca de su bolsillo, la levantó en el aire mientras todos miraban hacia adelante en un momento de silencio.

—Por John B—murmuró JJ mientras su otra mano agarraba correctamente la de Sierra, la miró por un momento, sus ojos llorosos hicieron que ella se viera a sí misma en ellos. Ella asintió y apoyó la cabeza en su hombro.

—Y a Sarah—susurró Kiara.

—Por los dos.