── Capítulo Tres.
03. what a team
—Odio los aviones— murmuró la rubia recibiendo una mirada de diversión de su hermana.
Había aceptado trabajé con S.H.I.E.L.D. Por todo eso de salvar al mundo de su muy loca madre y ahora se encontraba de camino a quien sabe dónde.
—Solo estás nerviosa por que no quieres hacer esto— sonrió la castaña— aunque si te hace sentir mejor Stark y Rogers podrían hacerte un par de favores, si sabes a que me refiero— bajo y subió sus cejas con diversión.
—¡Astrid!— se quejó esta causando la estruendosa risa de la bruja.
—Lo siento pero ya sabes, tengo ojos y puedo admirar lo bien hecho que están esos dos— insistió, les había hachado el ojo en varias ocaciones ya.
—Y también tienes un prometido— le recordó— ¿o Viktor ya te dejo?— bromeó ahora, definitivamente aquel búlgaro no iba a dejar a esa chica por nada, jamás había conocido a alguien más enamorado.
—Todavía no, pero te juro que si lo escucho hablar de la boda una vez más— coloco una mano en su frente estresada— voy a maldecirlo— amaba a su prometido pero odiaba la idea de casarse, había aceptado solo por que no quería perderlo.
—Sabes que si no estás lista para casarte deberías de decirlo— coloco una mano sobre el hombro de la castaña— pero aparte de eso la verdad no entiendo mucho sobre relaciones, no se me dan bien— hizo una mueca.
—Oh mi pequeña hermanita eres un pequeño monstruo sin sentimientos— palmeó su cabeza haciendo que esta la mirada de mala manera sabía que solo estaba evitando el tema— ¡sabes que es cierto!
—Si tengo sentimientos, solo...no soy buena expresándolos— se defendió, no era que tuviera un corazón de piedra, tenía muchos sentimientos por su familia e amigos, incluso una vez por un chico pero de allí a expresarlos.
—Aunque el sexo no es malo, no sirvo para mantener relaciones estables— bufo la rubia— y no todo el sexo es bueno como sea— movió su cabeza en señal de disgusto recordando una de sus peores experiencias— pero al final son todas simples reacciones químicas causadas por tu cerebro, la gente lo sobre complica.
—Okay siento que estoy otra vez viviendo en casa y tienes dieciséis años, ¡podrían llegar más rápido a la base!— se grito sosteniendo su cabeza sabiendo que si seguían con el tema Keegan nunca se callaría y buscaría mil maneras de defender su falta de presencia emocional.
—Sabes donde esta la base, ¿no?— pregunto Keegan rodando los ojos.
—Claro que lo sé— respondió esta— ¡no te atrevas a teletrans...
(...)
—¿Por que no me sorprende?— murmuro mientras se levantaba del piso donde había caído por culpa de la mala teletransportación de Keegan, no tendía a equivocarse así sólo lo hacía para hacer caer a su hermana
—Veo que decidieron tomar el medio de transporte más rápido— se burló Hill para luego saludar cálidamente a Keegan— ¿cómo estás, fueguito?
—Me encuentro irritada por estar en un lugar en el que no deseo estar pero aparte de eso todo bien— respondió con sinceridad mirando a su al rededor después de saludar a Hill— que bueno verla otra vez agente Romanoff.— se dirigió a la tercera persona de S.H.I.E.L.D que era de su agrado.
—¿Alguna vez actuarás como un ser humano y no un robot?— cuestionó esta abrazando a la rubia quien sonrió alejándose luego de segundos.
—Trato, no, no es cierto— sonrió después—¡Doctor Banner!— se acercó ahora al hombre de lentes— es de verdad un gran placer conocerlo, admiro de sobremanera su trabajo.
—Un gusto...— espero su nombre pues todavía está no se había presentado.
—Keegan Hamilton— interrumpió Fury a todos— Caballeros les presentó a la persona que conocéis por el nombre Phoenix, es una bioquímica.
—Y la hija de Dragon— abrió los ojos Banner— tus poderes, leí algo sobre ellos en los archivos son impresionantes— apretó su mano mirándola pues buscaba alguna señal que la hiciera ver menos humana.
—No encontrará nada doctor Banner, soy una mutante muy normal, al menos físicamente — dio una vuelta.
—Yo no te llamaría muy normal, la fuente de energía más poderosa de el mundo— se levantó aquel rubio vestido de manera algo anticuada— así te describió Fury hace unos días, Steve rogers— estiró su mano el hombre.
—El capitán America— respondió está tomándola— lo corrijo por cierto, la fuente de energía más poderosa del multiverso — soltó su mano girándose al hombre con parche— ahora ya que quiero hacer mi tiempo aquí el mínimo posible— se movio acercándose a una de las computadoras— ¿como vais con el Tesseract?
—Estamos accediendo a todas las cámaras inalámbricas del planeta— informó el agente Coulson apareciendo para regalarle una sonrisa a Keegan, quien la devolvió.— de celulares, computadoras... Si están conectadas a un satélite nos sirven de ojos y oídos.
—Luego preguntan por que no confío en el gobierno— bufo la de ojos azules recibiendo un golpe de la bruja— ¡ouch!
—Eso no lo encontrará a tiempo— se quejó Romanoff mirando una foto de su compañero en la computadora.
—Debéis recudir el campo de búsqueda— explicó el doctor Banner.
—¿cuantos espectrometros tienen?— le siguió la rubia entendiendo por donde iría este.
—¿cuantos hay?— preguntó Nicholas algo confundido.
—Llamen a todos los laboratorios, diles que pongan los espectrometros arriba y los calibren para rayos gama— pidió el científico— trazaré un algoritmo, reconocimiento básico de grupo.
—Eso es muy inteligente, descartaría algunos lugares— se emocionó la rubia, una vez le fascinaba trabajar con grandes mentes que podían seguirle el ritmo y aprender de estas por lo que trabajar con el legendario Bruce Banner era un honor.
—Nerds— se quejó la bruja mirando a Natasha quien sonrió burlándose— quien los entiende.
—¿donde puedo trabajar?— cuestionó quitándose el saco y arreglándose la camiseta Banner.
—Agente Romanoff, lleve al Dr. Banner a su laboratorio.— pidió el jefe.
—Le va a encantar, doc, hay mucho juguetes— se levanto la pelirroja para guiarlo.
—Así que este es tu equipo Fury— sonrió de lado la rubia mirando el gran cielo frente a ellos— me parece raro que Elektra no esté aquí.
—La agente Laskaris está trabajando con la Nasa en un proyecto— aclaró este— por lo tanto no puede estar aquí, de ser necesaria será llamada aunque a mi parecer ustedes son muy capaces de arreglar esto solos.
—Esperemos— se giró dándole una buena mirada a Rogers, el hombre era una leyenda en vida y realmente le traía curiosidad lo que le habían hecho, como toda buena científica quería entender mejor el proceso que lo llevó a ser un súper soldado pero también le parecía algo apuesto y por lo que le había comentado su hermana en repetidas ocasiones era muy leal— ¿Como está, capitán?
—Me encuentro muy bien, ¿usted?— preguntó este algo sorprendido por la conversación que estaba haciendo la chica pues por lo que había escuchado el no era muy sociable.
—Me encuentro a la perfección— se acercó a él sentándose en aquella gran mesa— investigue toda su historia, me parece muy interesante debo decir.
—Yo se algo de la suya pero sus archivos están confidenciales en la mayor parte— miro a Fury quien movió sus hombros en señal de no saber para luego volver a girarse hacia las computadoras.
—Oh si es que S.H.I.E.L.D. Esconde mi historia, fue una pequeña petición mía— sonrió de lado— ya sabe con todos los supuestos agentes que tiene esta organización no quería ser un tema del que hablen, aunque lo soy aún así— miro disimuladamente a los agentes que hablaban entre ellos mirándola.
—¿Por que no confías en ellos?— pregunto de la nada, era obvio que esta parecía rechazar de múltiples maneras a la agencia pero debía haber una razón.
—Eso es algo que yo debo saber y tu debes solo imaginar— se giró mirando exactamente hacia Astrid quien negó con una sonrisa— ¿de que sonríes?— pregunto telepáticamente.
—te interesa rogers—se burlo esta— puedes negarlo todo lo que quieras pero recuerda que yo veo el futuro—le guiño un ojo girándose a una computadora— cámara, acción.
—¡Encontramos a Loki y Dragón!— gritó un agente.
—¿que habéis encontrado?— preguntó la rubia al ver como la gente se movía de un lado a otro.
—Encontramos a Loki, esta en Stuttgart, Alemania en la veintiocho königstrasse— informó Coulson.
—No se está escondiendo— murmuró la rubia— algo trama.
—Bien, capitán...le toca— ordenó Fury— a usted también señorita Hamilton, su traje la espera atrás.
—Hora de quemar traseros— comenzó a caminar por los pasillos hasta llegar a donde un traje verde con amarillo la esperaba— que hice mal en esta vida— abrió los ojos con horror al ver el traje.
—¿No te gusta?— rió Astrid apareciendo allí— elegí los colores.
—Te odio Astrid Hamilton— gruño la chica colocándoselo.
—Si,si— bufo está— vamos a patear traseros.
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