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Haléfica: Por nuestra hija

Desde hace tiempo que quería escribir algo sobre Hades y Maléfica, ya que son los padres de Mal💜💙💜

En algunas de mis historias he puesto escenas de ellos, más casi siempre son tensas y fuertes.

Esto va a ser bastante diferente a lo que he escrito de esta familia.

Está ubicada en el mundo de Descendientes, luego de Descendientes 3.

Y pues como es de los padres de Mal, obviamente no van a faltar escenas de ella con Ben 😂💙😍💜

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Narrador Omnisciente:
El reino de Auradon estaba feliz, pues en tan solo una semana, la Boda Real al fin se llevaría a cabo. Fueron tres años de espera, tres años en los que sucedieron muchas cosas.

Menos de una semana después de la fiesta de compromiso de Ben y Mal y de la apertura de la barrera de la Isla de los Perdidos, el rey y su dama comenzaron a dedicarse más a fondo a todo lo que se debía mejorar.

Desde las viviendas y trabajos, hasta la educación de los más jóvenes. Se crearon programas de inclusión para que más niños de la Isla pudieron asistir a academias como Auradon Prep y se construyeron nuevas escuelas.

Los villanos supieron adaptarse. Hay que admitir que no todos lo hicieron desde un principio. Hubo revueltas y algunos percances, pero eso no impidió que la pareja real siguiera adelante en todo lo que se propusieron.

Ahora todo los "ex-habitantes" de la Isla tienen empleos, un hogar y educación.

Lady Tremaine mejoró Curl Up & Dye y abrió otra sucursal en Auradon City. Dejando a su nieta, Dizzy, como gerente del local más reciente.

Gastón abrió su taberna a más público y la convirtió en un restaurante. En el cual su especialidad son los huevos.

Úrsula extendió el bar de "Ursula's Fish & Ships". Uma ya no trabaja para su madre, pero ha dedicado estos años a conseguir un título en Biología Marina.

La mayoría de los personajes que conocimos como VK's y AK's tienen diferentes responsabilidades ahora. Desde carreras universitarias, hasta negocios exitosos y títulos como rey o reina.

Evie's 4 Hearts es la marca de ropa número uno en el reino. Contando con numerosas colecciones y desfiles. Ella y Doug se comprometieron recientemente, así que uno de sus próximos proyectos son los atuendos de su boda.

Jay está dedicándose profesionalmente al R.O.A.R, con algunas asesorías de su ex capitana y actual novia, Lonnie.

Carlos sigue siendo un genio de la computación, así que ha implementado eso en algunas cosas en la tienda de animales que dirije junto a Jane.

A pesar de todas sus responsabilidades, Mal se tituló en Artes. Está de más decir lo orgulloso que está Ben de como ha seguido adelante con su carrera teniendo que atender el reino junto a él.

Hades ha mejorado su relación con Mal al máximo. Han logrado recuperar gran parte del tiempo perdido entre ellos. Rige el Inframundo mejor que nunca teniendo la felicidad de estar con su hija.

Y Maléfica, pues es quien más ha sorprendido a todos.

La boda de Ben y Mal había sido programada para celebrarse dos años después del compromiso. Más se dieron cuenta de que habían muchas cosas en sus manos en ese momento. La principal para Mal eran las recientes mejorías en su madre.

Algunos meses luego del reencuentro entre la futura reina y su padre, Mal recibió una gran noticia unos de los días que tenía programado visitar a su madre.

Maléfica comenzaba a crecer, no se mostraba conflictiva y parecía querer colaborar con su situación. Y así fue.

Fueron dos años y medio en los que la pelimorada se dedicó a ayudar a su madre. Todo empezó por el crecimiento de la lagartija, poco después comenzó a hablar, y luego de un año, volvió a su forma humana/hada.

Aún tenía conflictos internos por muchos planes en su cabeza. Pero los que más la afectaban eran el hecho de que no había sabido aprovechar los años de crianza de su hija y tantos errores en su matrimonio.

Mal la ayudó a desistir con sus ideas de dominar al mundo con maldad. Maléfica sólo pensaba en eso por tener rencor y no perdonarse a sí misma.

Creía que haciéndole daño a los demás, se sentiría mejor. Hasta que notó que haberle hecho a su hija y a Hades, fue lo que le causó más dolor.

Tardaron año y medio en lograr que Maléfica volviera a ser de la de muchos años antes. Eso aliviaba a muchos. Para Mal, era una de las mejores cosas que le habían pasado. Al fin tenía la oportunidad de tener una buena relación con su madre.

Por otro lado, Hades sabía que eso significaría que tendría que convivir con la mujer que le había roto el corazón.

A Mal le costó mucho que el aceptara visitarla. Solo fueron cuatro visitas, pero para ella era un gran progreso ver que sus padres se esforzaban en llevarse bien por ella.

Era notorio que el amor aún existía en sus corazones, pero también se notaban todos los desgastes que había obtenido su relación hacia el final.

La futura reina caminaba por toda su habitación. Con sus manos detrás de su espalda, jugando con su anillo de compromiso con nerviosismo. Era el día en el que oficialmente su madre sería liberada.

Ben dejó que todas las decisiones sobre Maléfica fueran tomadas por Mal. Sabía que era ella quien debía decidir y no él.

Al graduarse de la prepatoria, pidió que la trasladaran a un centro de rehabilitación. Y por voluntad propia, Maléfica quiso quedarse ahí hasta estar del todo lista para volver al mundo exterior.

Solo había salido de ahí un par de veces. Ambas fueron para visitar a Mal en el castillo y conocer de verdad a los suegros de esta. Sabía que Mal los consideraba unos segundos padres, así que los ex-reyes y ella lograron hacer borrón y cuenta nueva por el bienestar de la ojiverde.

De hecho, descubrió que tenía más cosas en común con la madre de Ben de lo que creía. Lo mismo le pasó a Hades con Adam.

El hada le había prometido a su hija que estaría lista para vivir con ella antes de su boda. Y al fin había llegado el día.

Mal sintió unas manos tomarla con delicadeza por los hombros, eso la hizo reaccionar y salir de su trance.

-Princesa, sé que estás nerviosa por como pueda salir todo hoy, pero necesitas relajarte. Esto no te hace bien-le dijo el rey.

Ella cerró los ojos al sentir las manos de su prometido acariciar sus mejillas con suavidad. Necesitaba eso, la paz que sólo él logra transmitirle.
Lo abrazó, siendo correspondida al instante.

Luego de unos minutos, abrió de nuevo los ojos y le sonrió a Ben.

-Gracias.

El castaño besó su frente.

-No es nada.

Sonrieron y se besaron unos segundos, siendo interrumpidos por alguien aclarando su garganta.

Se separaron con una leve risa.

Ben sonrió con nerviosismo al ver a su suegro. Mientras que Mal se sintió feliz de ver que su padre sí la acompañaría.

Besó la mejilla de su novio y se acercó a su progenitor.

-Creí que no vendrías.

-Así como tu madre te prometió estar para ti antes de la boda, yo te prometí que estaría para ti en este momento. Pretendo cumplir con mi palabra.

-Pues entonces ya es hora de bajar. Nos avisaron que mamá llegará en pocos minutos-dijo Mal.

Ben salió de la habitación luego de decir que le avisaría a sus padres. La Princesa del Inframundo entrelazó su brazo con el de su padre y emprendieron camino hacia la entrada del castillo.

La familia se reunió justo cuando dos motos y una camioneta de la guardia real se estacionaban frente a ellos.

Hades suspiró. Lo que hacía por ver feliz a su hija.

Un guardia abrió la puerta trasera del auto y ayudó a bajar a la persona que salía. Mal sonrió con felicidad al ver a su madre.

Corrió hasta ella y la abrazó con todas sus fuerzas.

-Gracias por hacer esto por mí-le susurró, sonriendo ante las caricias que su progenitora le hacía a su cabello.

Maléfica besó la coronilla de su hija.

-Es lo menos que puedo hacer por ti, mi chiquita cruel.

Mal soltó una risita al oír el apodo.

Se separaron sonriendo.

-Bienvenida-le dijo Ben.

Maléfica sonrió genuinamente al oír eso.

Bella y Adam fueron los siguientes en acercarse. Los cinco hablaban animadamente. Hades veía todo desde unos metros atrás, no estando muy seguro de si debía acercarse o no.

Mal le hizo señas, dándole a entender que podía hacerlo. Inhaló y exhaló aire, animándose a caminar.

Al llegar a donde estaban los demás, comenzó a arrepentirse. Consideró darse la vuelta y esconderse en su habitación. Pero ya era tarde, ya que Mal le había dado un ligero codazo a su madre para hacerla girar.

Ambos se quedaron estáticos al estar tan cerca del otro.

Las últimas veces que se habían visto, habían unos cuantos metros de separación entre ellos. Más esta vez no era así.

Estaban frente a frente.

Como por reflejo, Hades tomó su mano con cuidado y dejó un beso en sus nudillos.

-Es lindo verte de nuevo, cuernitos.

-Digo lo mismo, llamita.

Los dos rieron, sin dejar de mirarse.

Ben, Bella y Adam los miraban atentamente, como si esa escena fuera la más impactante que presenciaban en sus vidas.

Mientras que Mal estaba que gritaba de la alegría. Vio que tendría oportunidad de poner en marcha su plan de reunir a sus padres de vuelta.

Aún sin dejar de sonreír, se acercó a ellos.

-¿Qué les parece si entramos? Quiero enseñarle a mamá cuál será su habitación y mostrarle los últimos detalles para la boda-dijo con diversión.

Los dos volvieron a la realidad. Cayendo en cuenta de que todos acababan de presenciar ese momento entre ellos.

Decir que estaban sonrojados era poco, aunque cada uno intentó disimularlo con torpeza.

-Cla-claro, lo que tu digas hija-dijo Maléfica.

Mal rió por lo bajo al ver que su padre tenía las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, mirando el suelo.

-Entonces vamos.

Tomó la mano de su madre y la guió hacia el castillo. Comenzó a hablarle de que le gustaría que hicieran juntas durante esos días.

Ben y Bella iban a pocos pasos de ellas, sonriendo al ver lo feliz que se veía Mal junto a su madre.

Hades y Adam se habían quedado más atrás.

-Y yo que llegué a creer que solo tenías corazón para tu hija-se burló el padre de Ben.

El dios le hizo señas, como haciendo que le cortaría el cuello si decía otra palabra sobre el tema.

Adam simplemente se rió y alcanzó a su esposa y a su hijo.

<<Maldición, debo aprender a controlarme más.>> Pensó Hades antes de seguir a los demás.

(...)

Ya habían pasado cuatro días.
Decir que las cosas entre sus padres iban como ella quería habría sido una completa mentira.

Creyó que la inusual interacción entre ellos cuando recibieron a Maléfica significaría que intentarían hablarse. Pero fue todo lo contrario.

Mal llevaba días intentando reunirlos, más lo único que lograba era que compartieran alguno que otro momento con ella y luego tomaban direcciones diferentes.

Se evitaban en todo lo posible. Eso incluía cruzarse en los pasillos. Si eso sucedía, alguno se daba la vuelta y tomaba otro camino.

Ya solo faltaban tres días para la boda, y esperaba con todo su corazón que al menos se hablaran para ese día.

La pelimorada se encontraba frente a un espejo, arreglando los últimos detalles de su atuendo. Estaba perdida en sus pensamientos.

Ben notó el ánimo de su prometida, así que se acercó y la abrazó por la cintura, haciéndola sonreír.

-Sé que todo esto de tus padres te tiene algo decaída, pero piensa en todo lo que está por suceder.

Mal se dio la vuelta, disfrutando de estar entre los brazos de su amado.

-Hoy celebraremos junto a nuestra familia y nuestros amigos. Mañana en la noche serán nuestras despedidas de solteros y en tan sólo dos días, al fin estaremos casados y nos iremos de luna de miel.

Ella sonrió.

-Voy a suponer que esos días serán exclusivamente para nosotros, ¿no? - preguntó con malicia.

-Definitivamente-respondió en el mismo tono.

Mal se rió y lo besó.

Había algo más que sabían que debían averiguar antes de irse, pero no podían decirlo sabiendo que sus amigos y familiares no tenían idea y podrían estar oyendolos.

-¿Vamos? - preguntó, extendiendo su mano hacia Ben.

Él la aceptó con gusto. Entrelazó sus dedos y bajaron a encontrarse con los demás.

En otra habitación del castillo, Hades se encontraba arreglando su camisa.
Trataba de despejar su mente, pero le era imposible.

Sabía que de ese día en adelante debería convivir más con Maléfica, y en cierto modo le aterraba.

Él no se acercaba a ella porque los recuerdos de momentos entre ellos volvían de golpe a su mente. Y le dolía el corazón de sólo pensar las cosas tan hirientes que se dijeron el día en que se fue de la casa que compartían.

Sin embargo, sabía que tarde o temprano debían hablar sobre lo que pasó, pero no creía estar listo para eso.

Reunió todo el valor que pudo y salió de su habitación.

Al llegar al jardín, su boca prácticamente se cayó al ver a la madre de su hija.

Por pedido de Mal, Evie se había encargado de hacer lo que usuariá Maléfica. No podía negar que la mujer lucia verdaderamente hermosa.

Se sentó a dos puestos de su descendiente, sabiendo que el resto de la noche la pasaría junto a su ex mujer.

Maléfica solo lo miró de reojo al sentarse y un par de veces durante la cena.

Mal intentaba que conversaran entre ellos, pero siempre encontraban la excusa para no hacerlo y hablar con los demás en la mesa.

Ambos lo aguantaron al ver lo alegre que estaba su hija. La habían visto así antes, pero ese día era uno de los más especiales. Estaba a pocas horas de casarse con el amor de su vida, rodeada de su familia y amigos, y sus padres estaban junto a ella.

Le habían arrebatado suficientes momentos como ese para saber que no podían meter la pata.

Terminando la noche, se podría decir que varios de los presentes habían bebido un poco más de la cuenta. Incluidos el dios y el hada.

El alcohol estaba haciendo efecto, lo que significa que si alguno no se retiraba pronto, habría alguna discusión.

-Ha sido una gran noche. Pero creo que ya es hora de que me retire y suba a descansar-habló Maléfica.

Mal frunció el ceño.

-¿Todo está bien, mamá? Creí que te divertías-dijo, con su ánimo comenzando a decaer.

-Y lo he estado haciendo, pequeña. Pero estoy cansada, es todo.

Su hija comenzaba a sospechar el porqué de su actitud al notar que evitaba a toda costa mirar al hombre al lado suyo.

-¿Segura? - le preguntó dudosa.

-Te lo prometo, querida.

No había terminado de rodar su silla cuando se oyó una risa amarga.

Las conversaciones en el resto de la mesa cesaron. Había sido mucha paz entre esos dos para ser verdad.

-¿De qué te ríes, papá? - preguntó Mal.

Ben acariciaba sus hombros, tratando de calmarla. Estaba tensa. Había luchado tanto por que todo saliera bien.

-¿Que de qué me rio? Me rio del hecho de que tu madre esté siendo tan hipócrita como para no ser honesta y decirte porque se quiere ir realmente.

-Hades-le llamaron atención Bella y Adam.

Sabían todo lo que Mal se había esforzado porque todo fuera perfecto esa noche. Desde la organización de la cena hasta tener a sus padres con ella. No tolerarían que hicieran una escena en un momento como ese.

-No no, déjenlo continuar. A ver que estupidez dice ahora-dijo Maléfica.

Los amigos de la pareja real se sintieron incómodos. Pero nadie atrevía a levantarse, menos sabiendo que probablemente Mal necesitaría su apoyo pronto.

-La verdadera razón por la que ella quiere irse es porque me ha evitado desde que llegó. Sabe que si hablamos, deberá disculparse conmigo y es muy orgullosa para hacerlo.

Hades llevó su copa a su boca y dio un gran trago a su bebida.

Maléfica lo miraba con molestia, prácticamente matándolo con la mirada.

-¿Yo? ¿Disculparme contigo? ¿Acaso no recuerdas que no fui la única que metió la pata cuando te fuiste? - preguntó.

La pelimorada tomó su collar entre sus manos, jugando con él con nerviosismo. Ese collar había tenido tanto significado para sus padres, y se había enterado de eso tan solo meses atrás.

-¿Y tú recuerdas por qué o más bien por quién nos separamos en primer lugar? - dijo el dios.

Maléfica apretó los puños a sus costados, tratando de no perder el control.

Caminó, alejándose de la mesa. Hasta que el dios volvió a hablar.

-Huye como estuviste por hacerlo hace años, a ver si eso le gustará a nuestra hija.

Mal, quien había cerrado sus ojos, los abrió al oír eso.

-Ni se te ocurra decirlo-pronunció el hada entre dientes.

Hades ignoró por completo lo dicho. Se levantó de su asiento.

-Hace veinte años, en la noche en que yo me fui de casa, no todo pasó como tu madre te hizo creer.

-Hades-gruñó Maléfica.

Él volvió a ignorarla.

-Llevábamos semanas discutiendo y era más que obvio que terminaríamos separándonos. Nos evitábamos a pesar de seguir viviendo bajo el mismo techo.

-Por una vez en tu vida no seas un idiota y cierra la boca-rogó.

Sabía que si Mal se enteraba de la verdad, estaría muy molesta con ambos.

-Desde un principio yo había sido claro sobre mi pasado...

Fue interrumpido por la madre de su hija, quien soltó una carcajada cínica al oírlo decir eso.

-¿De qué mierda te ríes? - preguntó Hades con furia.

-Me llamas hipócrita, cuando estás diciendo esa gran mentira-hizo una pausa- Sabía de sus actos, más nunca me dijo que ya había estado casado nada más y nada menos que con Perséfone, su sobrina.

No era de sorprenderse que todos entendieran porqué ella no lo sabía. En esos años no era tan fácil conseguir información sobre los dioses como ahora.

-Me juró ser la única mujer a la que había amado, y resulta que ya había amado a otra antes de mí-dijo en un tono amargo.

-Maléfica.

Ahora era el dios quien esperaba que la mujer se callara.

-No me hubiera molestado sino fuera porque se atrevió a abrir la boca luego de que tú nacieras, hija.

Mal sabía que hablaba con ella, pero no se atrevía a mirar a los ojos a ninguno de sus progenitores. Tenía muchos sentimientos encontrados en esta situación.

-Tuvo casi cinco años para decirme la verdad, y el muy cobarde nunca se atrevió a decírmelo-gritó con rabia.

-¿Cobarde yo? Te recuerdo que empezaste a juntarte conmigo porque querías olvidarte del tonto de Stephan. Y me lo dijiste cuando ya estabas embarazada.

Mal y Audrey se miraron al oír eso. Estaban conscientes de que en algún momento sus parientes habían tenido algo más que una amistad, pero les resultaba perturbador imaginar esa situación.

-No solo fue eso lo que causó nuestras discusiones, tu madre pretendía que apenas tu crecieras te volvieras su sombra, y de cierto modo lo logró.

A Maléfica le dolió oír eso, porque sabía que el dios tenía razón en eso.
Había hecho que Mal pasara por muy malos momentos solo por querer que fuera como ella.

Miró a su hija, pero la joven solo tenía la mirada baja e intentaba no estallar con todo lo que oía.

-Ese día todos los problemas se volvieron peores.

Maléfica avanzó hacia Hades, jalando su brazo.

-Ni se te ocurra decirlo.

Él apartó su mano y continuó hablando.

-Habíamos discutido prácticamente todo el día. Yo ya había pensado en irme, teniendo en cuenta que te visitaría y más adelante tú podrías decidir con quien te quedarías. Pero las cosas se aceleraron por lo que hizo tu madre.

Maléfica sabía que tarde o temprano le diría la verdad de lo que pasó ese día. Ya que la historia siempre era la misma hasta que Mal descubrió quien era su padre.

Sus palabras eran que habían discutido y que su padre las había abandonado y no había querido saber nada de ellas.

La historia luego fue transformada a algo más grande aún. Que él se había ido sin avisar, que lo de la discusión era mentira y que había huido de ellas.

-A pesar de tener todas esas ideas en mente, yo estaba dispuesto a hacer lo posible por no perderlas a ambas. Así que ese día me digné a intentar arreglar las cosas. Conseguí las flores favoritas de tu madre y tenía todo listo para organizar una cena para que habláramos. Y la sorpresa que me encontré al volver, fue que tu madre había recogido todas mis cosas y las tenía al lado de la entrada de la casa.

Mal levantó la mirada, posando sus ojos en los dos.

-Yo no entendía nada de lo que pasaba. Intenté hablar con ella, pero lo único que hizo fue decirme que tomara mis cosas y me largara. Que más nunca me acercara a ustedes porque tú pagarías las consecuencias.

La futura reina sintió sus ojos arder. Todos esos años había creído que su padre las había abandonado, y resultó que su madre lo había hechado y alejado de ellas.

Hades no le había dicho nada porque no quería verla triste, pero estaba harto de tener que encubrir las mentiras de alguien más.

-¿Eso es cierto, mamá? - preguntó con la voz quebrada.

Maléfica sintió como su corazón se apretaba al oír su voz.

-Sí-respondió.

Ben abrazó a Mal y dejó que ella se refugiara en sus brazos.

Se sentía tan decepcionada de sus padres. Los dos le habían mentido en varias ocasiones y apenas se enteraba de esas cosas.

-¡Eres un imbécil! ¿¡Cómo se te ocurre decir todo esto sabiendo lo importante que era esta noche para nuestra hija!? - gritó.

Decir que estaba enfadada era poco. Sus ojos brillaban y algunas llamas de fuego verdes salían de sus manos.

-¿¡Qué como se me ocurre!? Tú eres la que me ha estado evitando y la que quiso escaparse de esta situación apenas tuvo oportunidad.

El cabello de Hades se prendió fuego.

Nadie se atrevía a intervenir. Sabían que el caos entre ellos se desataría en algún momento.

Mal apretaba sus puños, tratando de controlarse.

-¡Todo esto es tu culpa! - exclamó el hada.

-¿Mi culpa? ¡Tú fuiste la que le mintió a nuestra hija por más de veinte años! ¡Y me hiciste cómplice de ello!

Maléfica estuvo apunto de avalanzarse a golpearlo. Pero fue detenida.

-¡Suficiente! - gritó Mal, golpeando la mesa con sus puños.

La habían visto molesta, pero nunca como en ese momento.

Sus ojos brillaban en un verde intenso. Sus manos tenían bolas de fuego verde en sus palmas. Un humo morado, azul y verde la rodeaba. Y su cabello flotaba, encendido en una mezcla intensa de morado y azul.

-¿Saben todo por lo que Ben y yo pasamos para organizar esta noche? Sacamos tiempo hasta de donde no teníamos para poder celebrar con las personas más importantes para nosotros. Él sacrificó muchas cosas porque sabe lo importante que era para mí esto, y ustedes acaban de mandarlo todo a la mismísima mierda.

Su respiración estaba agitada. Había hecho lo posible por no ponerse así, pero habían colmado su paciencia.

-Pasé veinte años esperando poder tener a mi familia reunida de nuevo. Y cuando al fin lo hago, lo único que han hecho ustedes dos ha sido evitarse, gritarse e insultarse.

<<Creí que este momento sería feliz, que dejarían de lado su maldito orgullo y por una vez harían algo bueno por mí. Pero me equivoqué, me han decepcionado como no tienen idea-les gritó.

Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Ben se acercó con cuidado y la abrazó.

-Creo que lo mejor será que subamos, amor-le susurró.

Ella asintió con las pocas fuerzas que tenía.

Hades y Maléfica volvieron a la normalidad. Intentaron acercarse a Mal, pero ella no se los permitió.

Le dolía demasiado la cabeza. Estaba mareada y creía que en el cualquier momento se desmayaría.

Y así fue.

-¡Mal! - gritaron sus mejores amigos.

Ben la levantó a tiempo, cargándola entre sus brazos. Temía que eso pasara luego de como venía estando las últimas semanas.

Todos se levantaron de golpe, preocupados por ella. Se acercaron a ellos.

Bella pasó sus manos por las mejillas de la mujer que consideraba su hija, intentando hacerla reaccionar. Pero era más que probable que tardaría en hacerlo.

Los padres de la pelimorada corrieron hasta ella, saliendo del trance en que el habían entrado al verla caer.

-¿Qué debemos hacer? - preguntó Maléfica.

-Hay que llevarla a algún hospital-pidió el rey.

-Voy a encender el auto-avisó Adam.

Ben asintió. Bella acompañó a su esposo y Maléfica los siguió unos pasos más atrás.

Hades ayudó al castaño a estabilizar a Mal y los dos la llevaron hasta el auto.

(...)

Maléfica miraba a su hija desde el cristal en la puerta de la habitación donde se encontraba.

Alrededor de una hora después de llegar al hospital, habían logrado que despertara. Se quedaría en revisión el resto de la noche mientras que le hacían análisis de sangre para saber lo que había pasado.

Ben estaba sentado junto a la camilla donde se encontraba Mal, tomando su mano y acariciándola con sus dedos. Estaba preocupado por su prometida.

Los doctores le habían recomendando que descansara un rato mientras que esperaban los resultados, y estaba tan agotada que no tardó en caer rendida.

Los padres de Ben se habían ido algunos minutos antes luego de asegurarse de que tuvieran lo necesario para quedarse una noche.

El hada sintió como alguien se paraba junto a ella.

-¿Qué han dicho los doctores? - le preguntó Hades, manteniendo cierta distancia entre los dos.

-Está estable. Dicen que probablemente el desmayo fue debido al estrés, pero en un rato traerán los resultados de las pruebas.

El Dios del Inframundo suspiró. Le dolía ver así a su pequeña. Acostada en una cama de hospital con una vía en una de sus manos y algunos aparatos a su alrededor.

-Todo esto es tu culpa.

Maléfica se volteó a verlo.

-¿Disculpa?

-Si hubieras sido lo suficientemente madura, habríamos hablado entre nosotros antes y mi hija no estaría así.

La mujer sintió su sangre hervir al oírlo remarcar esa palabra.

-¿Tu hija? Yo fui quien la crió durante dieseis años, y sin ayuda de nadie más-dijo, cruzada de brazos.

-¿Y por culpa de quién fue? - soltó él con desprecio- Además, me ha quedado bastante claro que ella es como es ahora por cualquier persona menos por ti.

-Escúchame bien, dios de quinta-se acercó, con aire amenazante- Tú no eres nadie para cuestionar como crié o no a Mal. ¿Oíste?

Lo señaló, golpeando su pecho.

-Soy la persona más indicada para decirlo, porque soy su padre, por si lo olvidabas-dijo en el mismo tono que ella- Por tu culpa Mal creció sin un padre. Me perdí sus primeros pasos, sus primeras palabras. Me perdí absolutamente de todo por ti. Porque fuiste egoísta y solo pensaste en ti y no en nuestra familia.

-Ay, por favor. Tú ya tenías planes de abandonarnos cuando te eché-exclamó con obviedad.

-Tenía planes de dejarte a ti, no a nuestra hija. Y a pesar de eso quise resolver nuestros problemas, por ella y por nosotros.

Los ojos del hada comenzaron a brillar.

-Lo voy a decir solo una vez, no dos-el brillo aumentando conforme hablaba- Aléjate de Mal. Ella vivió dieciocho años sin ti, y estoy segura de que puede hacerlo el resto de su vida.

-Yo debería de decir lo mismo contigo-tomó la muñeca de la mujer, apartándola de su pecho- Han pasado cinco años desde que dejó de vivir contigo. Y mirala como es ahora.

Ninguno de los dos se había dado cuenta de que tan alto hablaban hasta que el sonido de una puerta cerrándose se oyó.

-¿Acaso no se dan cuenta de que con todo esto la están haciendo sentir peor? - les reclamó Ben.

Estaba muy molesto.

-Ella ha estado oyendo absolutamente todo lo que dicen. Me dijo que no interviniera, pero no puedo aguantar verla sufrir.

Los mayores bajaron la mirada.

-No se merece estar triste, mucho menos por ustedes dos.

Ambos lo miraron con molestia al oírlo hablar así.

-Te recuerdo que soy el Dios del Inframundo. Y si sigues hablándome en ese tono, soy capaz de enviarte al tártaro yo mismo.

-No me importa quienes sean, lo que me importa es que dejen de meterla en todo esto-dijo con decisión.

Maléfica lo miraba impresionada. Y Hades con una mezcla de orgullo y furia.

-Mal es lo mejor que me ha pasado en la vida. Y la defenderé de quien sea necesario, así sean sus padres o no.

Se acercó a sus suegros.

-Escuchen, sé que ambos aman a Mal, pero haciendo todo esto solo la ponen peor. Ella los necesita unidos, así sea solo por unos días. Lo menos que pueden hacer por ella es concederle eso.

La ex pareja se miró. Sabían que el rey tenía razón, lo admitieran o no.

-Por el bien de los tres, deben resolver sus problemas pacíficamente y no atacándose, porque pueden ocurrir cosas como esta.

Dirigió su mirada al interior de la habitación y los mayores lo siguieron. La pelimorada estaba con los ojos cerrados, apretando contra su pecho su collar con el dije de dragón.

-Ella sabía que reunir a sus padres no sería fácil, pero esperaba que al menos lo intentaran. Le duele el hecho de que no les ha importado el daño que están causando en su familia sólo porque quieren hecharse la culpa entre ustedes. Solo espera que aunque no vuelvan a estar juntos, al menos intenten llevarse bien.

Se puso de espaldas y tomó el pomo de la puerta entre sus dedos.

-Es importante que resuelvan las cosas, por ustedes y por ella. Y de verdad espero que lo hagan.

Sin más que decir, ingresó de nuevo a la habitación. Se sentó junto a su prometida. Mal lo abrazó apenas estuvo con ella.

-Gracias-susurró.

Ben besó su cabeza y acarició sus brazos.

-Soy capaz de caminar sobre el fuego solo por verte feliz.

Ella tomó las mejillas de él entre sus manos y lo besó.

Del otro lado de la puerta, sus padres estaban callados. Ninguno sabía que decir. Pasaron varios minutos así.
Dejaron de estar sumergidos en sus pensamientos cuando el doctor se acercó a la puerta y la tocó.

Abrió cuando se lo indicaron y permitió que Hades y Maléfica entraran primero.

-¿Cómo te sientes? - preguntó, dirigiéndose a Mal.

-Estoy mejor. Ya no me duele la cabeza y no he vuelto a marearme desde que desperté.

El hombre asintió, anotando algunas cosas en su historia.

-¿Todo está en orden con la salud de mi hija, doctor? - preguntó Hades con preocupación.

-Así es. De hecho, tengo buenas noticias.

Mal y Ben lo miraron atentamente.

-Después de analizar todos los síntomas que ha tenido en los últimos días sospeché que podría estar pasando, pero quería asegurarme con los exámenes médicos.

Hizo una pausa y sonrió.

-Felicidades, Lady Mal está embarazada.

Mal gritó de felicidad y abrazó a Ben de nuevo. El rey la besó al separarse. Ella soltó una risita y le sonrió.

Hades y Maléfica aún trataban de procesar esa información.

-En algunos minutos vendré para hacerle una ecografía y conocer sobre el estado de salud del bebé.

-Gracias, doctor-agradeció el castaño.

-Es un placer servirles, majestad.

Hizo una reverencia y se retiró de la habitación.

-Vamos a ser padres-dijo el castaño, aún sorprendido.

Su prometida se rió y besó su mejilla.

-Papá, mamá, ¿no van a decirnos nada? - preguntó.

Maléfica fue la primera en reaccionar. Se sentó junto a Mal y tomó sus manos.

-¿Ustedes ya lo sospechaban, cierto?

Su hija asintió sonriendo.

-Desde hace semanas que lo sospechabamos, pero no habíamos podido venir con todos los preparativos para la boda-comenzó a decir.

-Teníamos una cita programada para mañana. Vendríamos a primera ahora y les diríamos en la fiesta-completó Ben.

-¿Por qué no nos habían dicho nada? - preguntó el hada.

-Porque no sabíamos si era cierto o no, y no queríamos ilusionarlos-dijo ella con timidez.

Maléfica besó la frente de su hija.

-Pues debo fecilitarlos a ambos.

Mal sonrió y abrazó a su madre.

-Vas a ser una gran madre, mi niña. Estoy segura de ello-acarició la mejilla de su descendiente- Y por como cuidas a mi hija, sé que tú también serás un buen padre, Benjamin-dijo con sinceridad.

Ben sonrió como agradecimiento.
El hada se levantó y se quedó a un lado de la ventana.

Los tres esperaban la reacción del dios, quien hasta ahora se había mantenido inexpresivo y con la mirada perdida.

-No estás molesto conmigo papá, ¿o sí? - preguntó con los ojos llorosos- Porque no quiero decepcionarte.

Al oír a su hija hablar, Hades logró salir de su estado de shock. Caminó y se puso a su lado.

-Por supuesto que no, pequeña.

Mal suspiró de alivio.

-Debo admitirlo, me tomó por sorpresa. Aunque sabes cuanto te he dicho que me gustaría tener nietos en el futuro. Y puede que sea antes de lo que creí, pero sé que podrás con esto-dijo sonriendo.

-Gracias por creer en mí. No saben cuanto aprecio que lo hagan.

Hades besó su frente y la abrazó.

Dejó sus brazos alrededor de ella y dirigió su mirada al rey.

-Y tú...-dijo con seriedad.

Ben se asustó al oírlo hablarle así.

Le sorprendió el hecho de que su suegro apoyara su mano en su hombro y no lo golpeara.

-Sé que la amas con todo tu corazón. Lo que hiciste allá afuera hace un rato me demostró que tienes las agallas como para hacer cualquier cosa con tal de protegerla. Y eso es lo que más me importa.

Mal sonrió con orgullo. Había costado que aprobara a Ben. Pero ella sabía que muy en el fondo, él dios ya le había tomado cariño a su prometido.

-Gracias, señor.

-Puedes decirme Hades, te lo ganaste.

Ben sonrió y asintió.

Una hora más tarde, Hades y Maléfica iban en una limusina-la cual había sido encargada por el castaño para que volvieran-, de regreso al castillo.

Ninguno se atrevía a abrir la boca, pero sabían que en algún punto hablarían. Se habían prometido a sí mismos que no volverían a dejar que sus problemas afectaran a su hija.

Y así sería.

(...)

-Por favor denle la bienvenida a los recién casados. El Rey Ben y la Reina Mal-gritaron Evie, Jay y Carlos al unísono.

El jardín donde se celebraba la recepción se llenó de silbidos, gritos y aplausos.

Ben y Mal entraron tomados de la mano, sonriéndoles a los invitados. Se notaba a leguas lo enamorados y alegres que se encontraban en ese momento.

-Como dama de honor y mejor amiga de los reyes, me complace anunciar su primer baile de casados-dijo Evie.

Los invitados siguieron haciendo ruido.

La pareja llegó a la pista de baile, siendo iluminados por diversos reflectores. Mal pasó sus brazos alrededor del cuello de su marido y Ben rodeó su cintura con sus brazos.

Una dulce melodía comenzó a sonar a través de los altavoces, dando comienzo al baile.

Todos los admiraban con ternura.

Hades pasó a la pista y comenzó a bailar con su hija. Algunos minutos después Ben hizo lo mismo con su madre y Maléfica y Adam también.

Pasaron algunas horas, ya todos se habían servido comida del extenso y variado buffet. El pastel había sido repartido, así que algunos se encontraban en la pista de baile y otros comían.

Hades sonrió al ver como su hija reía mientras que bailaba con su amado. La noticia del embarazo logró unirlos más de lo que ya estaban.

-Debes admitirlo, nadie merece más el amor de nuestra hija que él.

Giró un poco su cabeza, encontrándose con su ex mujer.

-Es cierto-hizo una pausa, dejando su bebida sobre la mesa- Puede que a veces sea duro con él, pero sé que haría lo que fuera por cuidar a Mal, y ahora hará lo mismo por el bebé.

Sonrieron, admirando lo feliz que se veía su hija.

-Lo siento-soltaron al mismo tiempo.

Los dos rieron, adquiriendo un tono carmesí en sus mejillas.

-¿Quieres bailar? - se animó a preguntar Hades.

Extendió su mano hacia el hada, algo temeroso por su respuesta.

-Me encantaría-respondió.

Sintieron una corriente eléctrica recorrerlos al unir sus manos. Una sensación que no percibían desde hacía muchos años.

(Pongan la canción en multimedia🌹)

Una nueva melodía comenzó a sonar por los altavoces. Una bastante conocido en la historia de Maléfica.

I know you, I walked with you once upon a dream.

-Esta canción me persigue-dijo con pesar.

Hades rió.

Tomó una de sus manos y la otra la dejó en su cintura. Empezaron a seguir el ritmo de la música.

I know you, That look in your eyes is so familiar, a gleam.

Ben se percató de lo que pasaba. Le hizo una leve seña a su esposa para que mirara. Esta sonrió ampliamente al ver la escena.

No era exactamente como lo había planeado, pero sabía que algo bueno estaba pasando.

And I know it's true, That visions are seldom all they seem. But if I know you, I know what you'll do.

You'll love me at once, The way you did once upon a dream.

La parejas daban vueltas en la pista.

-¿Porqué presiento que Mal tenía planeado que esta canción sonara para nosotros? - preguntó Maléfica.

-Es nuestra hija de quien hablamos, claro que tenía algo planeado- respondió el dios.

Los dos rieron y siguieron bailando.

But if I know you, I know what you'll do. You'll love me at once, The way you did once upon a dream.

Estaban más cerca de lo que esperaban, pero esa cercanía no les molestaba.

I know you, I walked with you once upon a dream.

-He sido un idiota. En serio me gustaría remendar mis errores, si tú lo aceptas-dijo.

I know you. That gleam in your eyes is so familiar, a gleam.

-No eres el único que cometió errores en nuestra relación y con nuestra familia, Hades-aclaró ella.

And I know it's true, That visions are seldom all they seem.

-¿Qué tal si nos damos una nueva oportunidad? Empezar de cero, ser más sinceros con el otro y estar juntos el resto de la eternidad, como un día nos prometimos.

La sinceridad en su voz hizo que ella no dudara.

But if I know you, I know what you'll do. You'll love me at once, The way you did once upon a dream.

-Acepto. Por nuestra hija y...-comenzó a decir ella.

-Y por nosotros-completó él.

Ambos sonrieron, mirándose directamente a los ojos.
Maléfica tomó el valor que desde hacía días buscaba. Agarró una de las mejillas de Hades con su mano y unió sus labios con los de él.

Ninguno quería separarse, pero lo hicieron al oír el chillido que provenía de su hija.

Rieron, uniendo sus frentes unos segundos hasta que Mal llegó junto a ellos.

-¿Esto significa que...? - empezó a preguntar la reina.

-Que somos una familia de nuevo, mi niña-respondió Maléfica.

Mal no dudó en abrazarlos con fuerza.

Tal vez habían sido muchos los años que había esperado que al fin ese día llegara. Pero ese era el mejor momento para que sucediera.

Al fin tenía a su familia reunida, y sabe que esta vez ninguno desaprovechará esta oportunidad.

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6600 palabras. Es uno de los One Shots más largos que he escrito.

Sabía que tenía que integrar cosas muy importantes para que ellos se dieran cuenta de todo lo que causaron sus conflictos del pasado.

Y además quería que tuvieran varios momentos entre ellos y con Mal.

De verdad me gusta mucho el resultado, y espero que a ustedes igual💙💜💜

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 07/09/2020.



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