
Beal/Bal: A Crazy Valentines Day
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El día de San Valentín era una de los días más ajetreados en el reino de Auradon. Todas las tiendas trataban de promocionar al máximo sus productos. Los restaurantes estaban a desbordar de reservaciones para cenas románticas o reuniones entre amigos.
Ese era el caso de nuestro querido grupo de amigos. Los VK's y los AK'S habían decidido asistir a una exclusiva fiesta del 14 de febrero que tendría lugar en Grenade, el exclusivo club turno que había abierto Perséfone, la novia de Hades.
El dios del Inframundo había retomado el contacto con su familia como parte de su promesa hacia Mal de mejorar. Tanto así que decidió volver a intentarlo con la diosa de la primavera.
Kore los había invitado personalmente al ver que los más jóvenes querían festejar entre todos. Además, su hijastra le dijo que ellos eran un buen público para promocionar el lugar. Como el Olimpo estaba a varias horas de la ciudad capital de Auradon, todos se quedarían a dormir en la posada y viñedo de Dionisio.
Era la excusa perfecta para que todas las parejas tuvieran una escapada romántica y a la vez convivir con sus amigos. El único soltero era Gil.
Ellos ocuparían casi todas las habitaciones del hotel. Al dios no le importaba a pesar de ser de sus temporadas más altas, estaba feliz de recibir a su prima.
La enorme limusina se paró enfrente de la posada. Todos miraban asombrados a su alrededor. Estaban fascinados por la variedad de flores y plantas del lugar. Mal le mostraba el paisaje a su prometido a través de su celular.
-Es hermoso, cielo.
-Lo sé - sonrió, volteando la cámara hacia ella- Te extraño mucho, amor.
-Yo también, princesa. Te prometo que llegaré para el almuerzo - frotó sus dedos en una servilleta- Lamento no haber llegado a tiempo anoche para salir con ustedes en la madrugada.
-Descuida, sé que la nevada de Arendelle te impidió llegar antes.
El rey había estado de viaje durante un par de semanas junto con sus padres. Mal se había quedado por sus clases en la universidad. Ben logró llegar al castillo un rato después de que los demás se fueran.
Estaba desayunando para irse en pocas horas. Bella y Adam lo acompañarían porque también estarían quedándose en la posada. Le habían prometido a él y a la pelimorada que pasarían un tiempo con Hades y Kore. Al fin y al cabo la boda real estaba a la vuelta de la esquina.
-Ben, espero que no dejes plantada a tu futura reina en el día de San Valentín - se metió Carlos a la llamada.
Mal le pellizcó el brazo. El pecoso se quejó. Jane se rió y lo apartó con la excusa de que debían bajar del vehículo y buscar sus maletas. La ojiverde bajó poco después.
-No te entretengo más. Mamá ya está apunto de venir a apurarnos a papá y a mí para irnos.
Mal soltó una risita. Ambos se despidieron. Tomó su bolso y le agradeció al chófer que Lumière y Ding-Dong le habían asignado desde que fue nombrada Dama de la Corte.
Al ingresar al recinto, saludaron amablemente a Dionisio. Este les ofreció una copa de bienvenida para que bebieran mientras les daba el recorrido del lugar donde estarían la próxima semana y media.
La princesa del Inframundo entró a la habitación que tenía su nombre y el de Ben en un cartel en la puerta. El lugar era bastante amplio e iluminado. Tenían un closet, un baño con una gran bañera, una pequeña sala y la cama. Sumándole una pequeña terraza que quedaba un piso por encima del jardín central. Tenían la vista perfecta de las fuentes y la vegetación.
Mal comenzó a guardar sus cosas. Al dirigirse a la peinadora en el closet no pude evitar sonreír. Había un precioso ramo de todas sus flores favoritas allí. Agarró la tarjeta que tenía con cuidado de no lastimar los pétalos que la rodeaban.
"Princesa, lamento que hayamos tenido que arrancar este día de San Valentín separados, pero espero que este detalle te anime un poco.
Kore me dijo que las flores que crecen en el Olimpo son extremadamente especiales, ya que su tiempo de marchitación es más extenso. Así que podrás llevartelas de regreso al castillo si así lo deseas. Le pedí que me ayudara a prepararlo hablando con ella de camino del aeropuerto a casa.
No veo la hora de llegar con ustedes y no soltarte hasta que lleguemos a casa. Estos días serán muy divertidos. Pero sobretodo, podremos darnos unas merecidas vacaciones.
Te amo mucho, mi reina.
~Ben❤"
La semidiosa se detuvo a olerlas unos segundos. Le envío una foto a su prometido. Ella cargaba las flores contra su pecho y su mejilla. De fondo estaba la vista de su habitación.
Mal🍓💕
Te amooooooooo
Por cierto, observa lo que se puede ver desde nuestra cama
Bennyboo👑💍
Yo te amo maaaaaas
Yo solo veo a la maravillosa y hermosa persona que la compartirá conmigo😍🤭
Mal🍓💕
Eres un tonto😂🥰
No te sigo entreteniendo, porque apuesto a que ya estás con tus padres en el auto
Bennyboo👑💍
Así es😂
Te mandan saludos🥰
Y papá te manda a decirle a Hades que espera la revancha de su juego de cartas hoy😒
Mal🍓💕
JAJAJAJAJAJAJA
Pues dile a mi suegro que no se ilusione, porque mis tíos y primos más grandes se quieren sumar a su competencia
Dejaron la conversación ya que Adam le pidió ir de copiloto. La ex reina había pasado una mala noche, así que prefería ir en la parte de atrás para dormir y reponer energías.
(...)
Como Ben prometió, llegaron justo para la hora de almuerzo. Mal se le lanzó como garrapata al verlo entrar al espacio donde estaban comiendo. Todos se rieron al ver que el rey se tambaleaba, sosteniéndola y evitando que se cayeran al suelo.
Los tres habían ido a dejar sus pertenencias en las habitaciones con rapidez. Estaban muertos de hambre. Dionisio los recibió sonriente y les ofreció una copa de vino de la botella que recién había abierto.
El almuerzo fue agradable y divertido. La comida estaba extremadamente buena. Todos se divertían con las competencias entre Hades, Adam y el resto de la familia paterna de Mal.
Se les fue el tiempo entre conversaciones y risas, por lo que al levantarse de la larga mesa los más jóvenes se fueron directamente a arreglarse para la fiesta. Kore había dejado todos los preparativos listos en el club desde temprano, así que ella se quedaría en la posada con Hades.
Las chicas se habían reunido en el cuarto de Evie y Doug para ayudar a maquillarse y peinarse. Los chicos estaban en la de Chad y Audrey, tomándose con más calma ese asunto.
El código de vestimenta era que las mujeres usarán rojo, blanco y rosa, los hombres negro y blanco con detalles en los otros dos colores. Por lo que todos variaron entre trajes y vestidos en esas gamas y sus distintas tonalidades.
La pelimorada regresó a su habitación al estar lista. Su maquillaje y peinado no eran nada elaborados. Estaba maquillada naturalmente a excepción del labial rojo que tenía en sus labios. Su cabello estaba en una coleta alta con un trenza de un costado agarrada a esta.
No se esperaba encontrarse con su novio, quien ingresó al cuarto poco después. Ben se le quedó mirando como en trance durante unos segundos hasta que ella chasqueó los dedos en su rostro.
-Te ves como toda una novia- le dijo embelezado.
La futura reina se sonrojó. Rodeó su cuello con sus brazos y besó su mejilla. Ben posó sus manos en su cintura.
-¿Me creerías si te digo que nuestros amigos nos están arrastrando a nuestra despedida de solteros sin decirnos? - preguntó.
Ben se rió y asintió.
-Comencé a creerlo desde que tomamos shots arreglandonos- los dos rieron- Además, es bastante sospechoso que Perséfone haya estado tan atenta a todos los detalles para que al final ni ella ni tu papá vayan al club.
-¿Verdad? Les pregunté por eso hace rato y los dos me cambiaron de tema.
-Bueno, si esto en realidad es una emboscada como lo sospechamos. Debemos cumplir nuestro deber como futuros esposos y usar esa cama apenas regresemos.
Mal se rió al oírlo.
-No me desagrada para nada esa idea- besó su cuello, pasando sus manos por debajo del blazer que él usaba.
Comenzaron a besarse acaloradamente, pensando que aún tenían tiempo ya que el resto no estaba listo todavía. Al menos podrían tener una larga sesión de besos.
Ben se sentó como pudo en el sillón que estaba cerca de él, con ella empujandolo para sentarse encima de su regazo. No pudieron pasar más allá de besos subidos de tono cuando oyeron que alguien abría la puerta.
-Tórto-los los esperamos afuera- Uma arrastró la primera palabra, claramente ella era la que había comenzado a beber de más con antelación.
Cerró de nuevo, sin percatarse que la pareja tenía los rostros llenos de marcas rojas de labios y el cabello del castaño estaba hecho un desastre. Los dos soltaron una carcajada.
-Sí, definitivamente planean darnos una despedida- dijo Mal entre risas.
Se levantó, arreglando su ropa y la de su prometido. Ambos retocaron sus peinados y la ojiverde volvió a colocarse labial. Se quitaron las manchas rojas y salieron de la habitación.
Ninguno se enteró de lo que había pasado, ya que estaban entretenidos pasándose la botella de vodka que Hades acababa de llevarles. La pareja real se subió a la limusina descapotable.
(...)
Al momento de ingresar al club cada uno ya tenía al menos dos shots en su sistema. Ni el rey ni la dama de la corte se habían equivocado. Sí era su despedida de solteros, por lo que en el club estaban solamente los empleados y algunos amigos de la pareja que no eran tan cercanos como los organizadores del desastre que se venía. Pero eran de confianza a pesar de todo.
Había una estación para tomarse fotos, mesas llenas de comida y la barra libre y a su total disposición. La DJ era nadie menos que Jordan Genie. Ella le dio al ambiente a la celebración.
Incluso varios de los dioses y semidioses más jóvenes formaban parte de la celebración.
Ben y Mal se la estaban pasando de maravilla. Cantaban, bailaban, comían y bebían sin importarles nada. Estaban tan felices y cómodos que no les importaba que algunos vídeos y fotos de esa noche terminaran en las redes.
Sus amigos les habían dado lentes de sol que decían Ms. And Mr. Beast. También les habían colocado una banda a cada uno que decían Bride to be y Groom to be.
La música iba bastante apegada a los gustos de los dos y a las canciones con las que todos habían crecido.
Uno de los vídeos que comenzó a rodar por Internet fue uno de la pelimorada cantando a todo pulmón All American Bitch de Olivia Rodrigo. Había uno del monarca cantando Can't Take My Eyes of You con los chicos haciéndole de coro y bailarines. Otros donde los dos estaban con vasos, copas o botellas en las manos y cantaban y bailaban sin parar.
Una de las artistas favoritas de ambos era Taylor Swift. Por lo que muchas de sus canciones sonaron durante la noche. Sobretodo de los álbumes Fearless, Reputation y Lover. Harry Styles y One Direction también formaron parte importante de la noche.
Bailaron y cantaron Lover, Adore You, No Control, You Belong With Me y Love Story.
Era impresionante la resistencia al alcohol que estaban teniendo todos. Aunque los monarcas debían admitir que ya se sentían ebrios desde hace un par de horas.
Alrededor de las cuatro de la mañana el lugar comenzó a vaciarse. Todos estaban cansados o bajo graves efectos de lo que habían bebido.
La limusina que había llevado al gran grupo los buscó para dejarlos en la posada. Se bajaron, tropesandose o apoyándose el uno al otro para caminar y subir las escaleras.
Los más afectados estaban más inconscientes que despiertos cuando entraron a sus habitaciones.
-Los que vayan a coger esta noche, háganlo en silencio- soltó Harry de repente, hablando como un completo borracho.
Uma ni siquiera lo corrigió, ya que ella ya había entrado y estaba tirada sobre la cama, dormida. Los que lo oyeron soltaron risitas, despidiéndose y cerrando sus puertas.
Evie y Doug estaban completamente dormidos. Jane, Carlos, Gil, Uma y Harry igual. Dizzy y Celia habían decidido ver una película. Y aparentemente, tanto Bella y Adam como Hades y Perséfone no se habían enterado de su llegada.
Ben y Mal estaban sobre la cama, admirando el cielo nocturno que se apreciaba a través de la gran ventana que conectaba al balcón. Aunque a decir verdad, las manos de ambos estaban algo inquietas. Se tocaban tentadoramente sin ir tan lejos.
Mal alzó su cara del pecho de Ben. Lo tomó del mentón para que la mirara.
-Esta noche ha sido perfecta- le dijo.
El rey besó su frente y acarició su espalda. Ninguno se había tomado la molestia de cambiarse de ropa, seguían con lo que tenían puesto en la fiesta.
-En definitiva lo fue - la apretó contra sí mismo- Extrañaba esto - suspiró al sentir la mano de su prometida acariciando su pecho.
Mal le dio un beso corto. Antes de que ella se apartara por completo, la tomó de la nuca y unió sus bocas. Se habían contenido todo el día, por lo que sus ganas se veían reflejadas en sus besos.
Se frenaron de golpe al oír un ruido extraño.
-¿Qué fue eso? - preguntó Mal con extrañeza.
Ben estuvo a punto de responderle, hasta que oyeron con más claridad. Los dos se miraron, comenzando a analizar el ruido.
-¿Acaso eso es...? - el castaño comenzó a decir.
Se oían golpes contra una pared, como si el marco de una cama chocara con esta. Empezaron a reírse. Se dieron cuenta que venía del cuarto de enfrente, donde estaban Jay y Lonnie.
La situación se volvió más graciosa y turbia cuando oyeron un ruido que venía de una de las habitaciones de más allá. Abrieron los ojos de la impresión al reconocer las voces.
-Chad - se oyó un grito de Audrey.
La seriedad se terminó de perder con un grito de Celia, quien dormía con Dizzy en la habitación junto a los dos más ruidosos.
-La vas a matar animal - exclamó la hija de Facilier- Además, son las malditas seis de la mañana.
-¡Ya callense! - se quejó Evie con voz adormilada.
Mal y Ben no podían parar de reírse. El rey tomó su chaqueta y rodeó a su novia con esta. Los dos salieron del cuarto sin hacer ruido. Llegaron a un punto tranquilo del jardín y se sentaron en una banca bajo un árbol.
Ya comenzaban a verse los inicios del amanecer. Decidieron olvidar lo de hace unos minutos para hacer más ameno el ambiente. Era romántico y a la vez tranquilo.
En medio del silencio, Ben tuvo la idea que probablemente sería la más descabellada que se le hubiera ocurrido en su vida.
-Amor - la llamó.
-¿Sí?
-Esto sonará extremadamente loco, y puede ser que sea culpa del alcohol y del jetlag - ella se rió- ¿Crees que sería tonto casarnos hoy?
Los efectos del alcohol que habían en el cuerpo de Mal disminuyeron. Levantó su cabeza del hombro del monarca y lo miró asombrada.
-Cielo, es la locura más grande que me has dicho - fue el turno de él de reírse- Es arriesgado tomando en cuenta que deberíamos hacer mucho protocolo...
-Lo sé - dijo con honestidad- Pero es que cada día se me hace más difícil no poder decir que soy tu esposo - ella se enterneció- Además, el Olimpo es como Las Vegas, ¿no? Lo que pasa en el Olimpo se queda en el Olimpo.
Mal soltó una carcajada.
-Sé que solo quedaría en el registro civil y aún tendríamos que hacer la boda como la hemos planeado en la Catedral. Pero...
-Sería algo simbólico, y pues no es contra la ley que lo hagamos - la ojiverde completó- Y estamos vestidos para la ocasión- se rió.
Era cierto. Ella portaba ropa y zapatos completamente blancos, mientras que él usaba un esmoquin negro y zapatos un poco formales.
Ben volvió a besarla. Se separaron riéndose y comenzaron a correr hacia la salida de la posada. Consiguieron una de las motos que les ofrecía el lugar a los huéspedes. Se subieron a una y empezaron el camino a la capital.
El castaño no se equivocaba al decir que la ciudad tenía un parecido a Las Vegas, la zona más moderna estaba llena de clubes, casinos y tiendas por montones.
Era común encontrar muchas capillas con imitadores de personas famosas para oficiar bodas. Se detuvieron en la que les pareció más tranquila y privada. Se veía que era un negocio familiar. Incluso decía que tenían la aprobación divina de Hera y Eros.
Entrelazaron sus dedos, tranquilizando el uno al otro. Al entrar al lugar, un amable matrimonio los atendió. Claramente los reconocieron, pero no dijeron nada al respecto.
Buscaron unos anillos lindos y nada ostensos y les explicaron como funcionaria todo. Ellos aceptaron los términos, queriendo apurarse antes de que comenzara el horario donde los turistas estarían merodeando.
Le entregaron a Mal un velo que se agarraba con un broche a su pelo y a Ben una rosa roja que pusieron en su bolsillo. Caminaron juntos por el pasillo del lugar que simulaba ser una pequeña capilla.
Se detuvieron frente al oficiante, uno de los dueños. Este comenzó su sermón, hablando sobre el amor, la salud y el respeto. Los dos apenas oían sus palabras debido a la emoción. Sabían que al hacer su boda más formal podrían oír lo que realmente pasaba antes de sus votos.
-Es momento de que se dediquen unas palabras - pidió el hombre.
Volvieron a entrelazar sus manos y se colocaron uno frente al otro.
-Yo, Benjamin Florean, te tomo a ti, Mal Igna, como mi esposa- deslizó el anillo por su dedo anular.
Besó sus nudillos.
-Mal, amor, con este anillo me entrego a ti por el resto de nuestras vidas. Prometo amarte y apoyarte en todo lo que decidas, sin importar qué- los ojos de la mujer frente a él se aguaron- Aún no puedo creer que estemos haciendo esto - los dos rieron- Solo sé que me siento muy feliz de por fin poder decir que eres mi reina. Y que te amo mucho, con todo mi corazón.
La princesa del Inframundo acarició su pómulo.
-Yo, Mal Igna, te tomo a ti, Benjamin Florean, como mi esposo - deslizó la sortija.
Los dos se miraban a los ojos con muchísimo amor.
-Hemos cometido muchas locuras para llegar hasta este punto, pero esta es en definitiva la más grande- los dos se rieron- A pesar de eso, no cambiaría nada de lo que hemos pasado. Ha sido una gran aventura crecer como personas y como pareja. No puedo esperar a ver que nos depara en el futuro.
El amable oficiante sonrió al observar lo enamorados y decididos que estaban ambos jóvenes.
-Por el poder que me confiere el reino de Auradon y los dioses del Olimpo los declaro marido y mujer.
Los dos tenían los ojos cristalizados y brillantes de felicidad. Se unieron en un tierno y apasionado beso. Se quedaron abrazados unos cuantos minutos.
Le dieron las gracias la pareja y se fueron, riéndose por lo que acababan de hacer. Un aura dorada rodeó al viejo matrimonio, mostrando a Eros, el dios del Amor, y a Psique, su esposa. Los veían con los brazos unidos.
-¿Cuánto crees que tarde tu tío Hades en enterarse? - cuestionó la rubia con diversión.
El dios se encogió de hombros.
-Dejemoslos disfrutar del inicio de su matrimonio. Se lo merecen - dijo sonriendo.
La mortal imitó su gesto y besó su mejilla. Ambos entraron al lugar y cerraron la puerta.
(...)
Los reyes cayeron completamente rendidos apenas regresaron a su habitación. Había sido un día bastante largo.
Se acostaron en la cama. Ben rodeaba su cintura y ella estaba pegada a su pecho. Las sonrisas adormiladas de ambos demostraban los felices que estaban.
Después verían como decirle a su familia y amigos lo que habían hecho. Por ahora, para ellos lo más importante era que por fin eran una pareja casada.
Había sido un día de San Valentín alocado e inesperado.
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Feliz día de San Valentín atrasado🤭
Quería hacer algo para el catorce, pero las ideas me surgieron al día siguiente y no las concreté hasta ahora.
Me inspiré un poco en toda la locura de la fiesta del Super Bowl a la que Taylor Swift y Travis Kelce asistieron por la victoria de los Kansas City Chiefs.
Además, justamente ando leyendo un fanfic de ellos donde dicen que ellos se casaron ese día 🤣💖
Solo me gustó la idea, no tomé ningún diálogo ni escenas como tal de la autora de ese fanfic. Lo pueden encontrar como Eres mi juego final.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora 💕
Publicado el 25/02/2024.
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