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Beal+Audrey: We're Sorry... And So Am I

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Narrador Omnisciente:
El invierno apenas comenzaba a manifestarse en todo el reino de Auradon. Algunos sitios ya habían tenido sus primeras nevadas, y otros estaban por tenerlas, como donde se encontraba el reconocido grupo de amigos que ya todos conocemos.

Ben y Mal, en celebración como su primera navidad poco antes de convertirse en marido y mujer, decidieron aprovechar sus días libres antes de volver a estar disponibles las últimas dos semanas del año. Todos pasarían Navidad y el año nuevo con sus familias.

La pareja real decidió rentar una gran casa en un pueblo turístico a las afueras de Summerlands. Y el hecho de que Evie tuviera actualmente una buena relación con su hermanastra facilitó los trámites. Sus amigos colaboraron con los demás gastos para hacer más justas las cosas. Su estadía originalmente iba a ser de solo una semana, pero terminó extendiéndose cuando una gran nevada cayó en las salidas del lugar.

-Esperen, esperen- Jay interrumpió la explicación del rey y la dama de la corte- ¿Nos están diciendo que estaremos aquí al menos tres días más?

-Resumidamente, sí - le contestó el castaño.

La sala se llenó de ruidos de queja y fastidio. Mal se llevó una mano a la frente por tantos sonidos a la vez.

-Celia y yo debemos ir a clases - se quejó Dizzy.

-Y yo no puedo dejar más días sola la tienda- agregó la peliazul.

-Nosotros tenemos un partido importante de Tourney - señaló Chad, apuntándose a él y al hijo de Jafar.

La pelimorada los calló a todos con un gesto de la mano.

-Si no se callan ahora no respondo, ando con una jaqueca insoportable- los demás terminaron de guardar silencio- Escuchen, llevamos horas en reuniones telefónicas oyendo las quejas del Consejo como para oír las suyas ahora.

Algunos iban a protestar, pero se callaron de nuevo al ver que Ben hablaría.

-La nevada no solo cayó aquí, sino en gran parte de los reinos que son afectados por el invierno. Muchos aeropuertos, muelles y estaciones de tren están colapsados por esta misma razón - hizo una pausa corta- Todos los eventos deportivos serán pospuestos hasta nuevo aviso. Y las clases también estarán suspendidas hasta que las cosas se calmen- les dijo lo más relajado posible.

A él también comenzaba a dolerle la cabeza. De por sí ese día era el único que trabajarían en sus vacaciones,- y lo hicieron forzadamente porque al día siguiente regresaban en la tarde-, y las reuniones los habían dejado realmente agotados con tantos problemas para resolver.

-Chicos, pongámonos también en sus lugares - habló Audrey, quien era la única que no se había quejado en todo ese rato- Todos tenemos cosas que atender en casa, cosas muy importantes, incluyendolos a ellos - las miradas se alternaron entre ella y los reyes- Así que no nos matemos entre nosotros y aprovechemos esta oportunidad de compartir tiempo juntos.

-Gracias, Aud- le agradeció la futura reina.

La rubia le dio una sonrisa tímida. Se podría decir que los tres eran amigos, pero aún quedaban cosas por hablar. Además, luego de dos años de ella demostrando estar en su contra ninguno se terminaba de acostumbrar a verlos interactuar tan tranquilamente.

-Bueno, Audrey tiene razón. Pensemos que es la oportunidad de estar reunidos hasta quien sabe cuando - aportó Doug.

-Aprovechamos tantas de las actividades del pueblo que no hemos disfrutado casi nada de lo que tiene la casa - agregó Jane.

-Exactamente, antes de que nos gritaran - comenzó Ben, los demás rieron con nerviosismo-, les íbamos a decir justamente eso. Hay mucho para hacer aquí. Y ya que no es muy seguro salir, hagamos cosas acá.

-Tomando en cuenta que esta casa tiene hasta piscina techada y temperada, será difícil aburrirnos - comentó Carlos.

El resto empezó a verle el lado optimista a la situación.

-¿Y cómo haremos con la comida? - cuestionó Harry.

-Es cierto, somos muchos. Y con Gil aquí, la comida no durará mucho- siguió Celia.

El hijo de Gastón la miró ofendido.

-Me adelanté a esa pregunta y busqué en Internet. El mercado que está a diez minutos hará lo posible por permanecer abierto. Podemos ir en grupos si hace falta comprar algo - respondió Lonnie.

Eso terminó de convencer a todos.

-¿Qué esperamos? Aún no es de noche, vayamos a la piscina antes de cenar - propuso Uma.

Todos aprobaron la idea, así que corrieron a sus habitaciones para ponerse los trajes de baño y disfrutar lo que quedaba de día.

(...)

No solo disfrutaron de la piscina, sino de la mini cancha mixta para jugar basketball y fútbol. También hicieron competencias de cocina, peleas de almohadas, jugaron con armas de juguetes y se lanzaban dardos, juegos de mesa. Tanto se estaban divirtiendo que no les importó que el regreso se hubiera extendido dos días más.

Mal abrió la puerta de su habitación y se tiró boca abajo sobre la cama sin pensarlo dos veces. Habían estado corriendo por la casa todo el día con distintos juegos. Resopló, quitando algunos mechones de pelo de su cabeza y volviendo a poner su rostro en el colchón.

Oyó unos pasos suaves sobre el piso de madera y como la puerta se cerraba otra vez. No se sorprendió al sentir un brazo rodeando su cintura. Sin abrir los ojos se arrastró hacia las almohadas y hundió su rostro en el pecho de su prometido. Ben se rió y terminó de abrazarla por la cintura, apoyando su mentón en la coronilla de su novia.

-Estás más cansada de lo que creía. Por lo general aguantas más que yo - le dijo.

La ojiverde se removió en sus brazos, alzando su cara unos pocos centímetros para que pudiera oírla.

-Supongo que es porque ellos se divirtieron más horas y nosotros tuvimos que pasar parte de ese tiempo frente a la computadora.

Ben acercó la cobija que tenían en la cama y la colocó sobre sus cuerpos. Mal suspiró de gusto. Es de sangre ligeramente fría por sus poderes de dragón y el fuego de Hades nivela eso con el calor. Pero las temperaturas estaban tan bajas que eso no ayudaba mucho al frío.

El castaño le contaba con calma lo que había sabido de sus padres hacía unos minutos cuando lo llamaron por teléfono. Ella tenía los ojos cerrados pero lo oía con atención.

-¿No los estamos sobrecargando de trabajo? - le preguntó cuando él terminó de contarle.

-No realmente. Además, saben que hemos estado trabajando sin parar a pesar de la mala conexión. Están encantados de poder ayudarnos así sea por unos días.

Mal sintió que al fin sus manos estaban lo suficientemente calientes como para no provocarle escalofríos a Ben. Enroscó su brazo en su torso y acarició los cabellos en su nuca con la otra mano.

-A pesar de extrañarlos y también a papá, debo admitir que fue un alivio en cierta manera que pudiéramos pasar más días lejos para descansar y convivir con los chicos.

Ben estuvo de acuerdo en eso. Divagaron entre diversos temas hasta que terminaron abrazándose y poniéndose cariñosos. Si bien habían estado ahí prácticamente dos semanas, realmente no habían pasado casi ningún momento a solas.

Cuando estaban solos trabajaban o estaban agotados por las actividades del día con sus amigos. Y de las pocas veces que trataron de ir más allá, los demás los interrumpían. Aunque en ese momento solo tenían ganas de pasar al menos un par de horas solos apapachándose y nada más.

El rey se rió mientras que la princesa del Inframundo le hacía cosquillas. Estaba sobre su regazo, con sus manos en el hueco entre su cuello y sus hombros. Ese era su punto más cosquilludo.

-Amor, para, para. Voy a tener que correr al baño si sigues haciendo eso - dijo entre risas.

Ella se rió con más ganas pero terminó accediendo. Los dos aún reían algunos segundos después hasta que el cuerpo del castaño volvió a relajarse. Mal se tiró a su lado y lo abrazó de nuevo.

Se sonreían mutuamente, rozando sus narices. La mano de Ben se entrelazó con la de ella y besó sus nudillos sobre el anillo de compromiso. Oyeron que alguien tocaba la puerta con suavidad.

-Pase - dijeron al unísono.

Se sentaron sobre el colchón. La puerta se abrió, dejando ver a Audrey con una toalla en el pelo y con la pijama que usa cuando va a arreglarse.

-Lamento la interrupción, pero Evie insistió en que viniera a avisarles que ya todos nos estamos vistiendo para dentro de un rato - se excusó.

-No pasa nada, Audrey. De hecho, justamente estaba por escribir en el grupo para preguntar - le dijo él.

-Por favor dile a Evie que en cinco minutos tenemos todo afuera para arreglarnos - siguió Mal.

-Lo haré, los veo en un rato - hizo un gesto con la mano y cerró la puerta.

La pareja real se levantó de la cama y fue a hacer lo que dijeron. Por un momento habían olvidado que habían organizado una fiesta entre todos para esa noche ya que la tarde siguiente regresarían a casa.

Se dispusieron en arreglarse para no ser los últimos en bajar.

(...)

Al pasar un par de horas, la pizza y el sushi que habían preparado pasaron a mejor vida, en sus estómagos. Ben preparó crêpes con la ayuda de Doug para el postre y Mal, Uma y Celia prepararon cócteles.

-Mal, no sabía que puedes prepar así las bebidas - la alagó Gil, dando un largo trago a su martini.

La pelimorada rió.

-Dale las gracias a mi papá, es una de sus bebidas favoritas. Es el vodka favorito de los dioses.

El hijo de Gastón levantó un pulgar. La ojiverde no logró frenarlo cuando dijo que se llevaría dos copas con la excusa de que una era para Harry.

-Eso es mentira, son para él. Harry, como el pirata que es, o toma ron o whisky. Si lo ves bebiendo vodka es que ya está ebrio - aclaró Uma.

Las chicas junto a la pirata se rieron. Mal sintió el brazo de Ben deslizarse por su cintura y sonrió cuando él le entregó su crêpe con fresas y Nutella.

-¿Les importa si me la llevo unos minutos? - le preguntó a las dos morenas.

-Nah, de todos modos ya tenemos bebidas preparadas para rato - contestó Celia.

Mal tomó un vaso de ron con cola y Ben otro para él y se fueron a sentar en el sillón más apartado. Ella comía y de vez en cuando le daba pedazos del postre al ojiverde-miel. Sus amigos estaban medio ebrios, o como Jay, Lonnie, Chad, Harry y Gil, borrachos. Dizzy y Jane cantaban mientras que los demás bailaban. La pareja real se rió. Llevaban así ya cuatro canciones.

-We're on fire now (we're on fire) - cantaban el hada y la estilista.

-Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh - les hacían coro los demás.

Era claro que todos conocían el repertorio de One Direction aunque lo negaran.

-We're on fire now.

La pelimorada y el castaño se levantaron a bailar con los demás, dejando sus bebidas y el plato vacío en la mesa.

-I don't care what people say when we're together. You know I wanna be the one to hold you when you sleep - gritaban todos saltando- I just want it to be you and I forever. I know you wanna leave, So c'mon baby be with me, So happily.

-I don't care what people say when we're together - las dos "cantantes" miraron a sus respectivas parejas, apuntando el micrófono a su público.

-You know I wanna be the one to hold you when you sleep - siguieron los demás.

-I just want it to be you and I forever. I know you wanna leave, So c'mon baby be with me, So happily.

Todos se reían con ganas cuando terminaron de cantar. Carlos, quien hacía de DJ, esperó a que todos dieran sugerencias para la siguiente canción. Mientras que todos peleaban por cuál canción era mejor, Mal desvío su mirada hacia un costado.

Se dio cuenta de que Audrey, quien había permanecido aparentemente animada durante toda la noche, se sentaba en uno de los muebles y se quedaba observando a la pared frente a ella, absorta en sus pensamientos. Ben y Mal se miraron.

Los dos tenían muy en claro que aunque las cosas estuvieran aparentemente bien entre los tres, tanto ellos como ella se debían disculpas y aclarar cosas. Nunca encontraban una buena oportunidad para tener esa conversación con la rubia porque o estaba Leah, o estaban con el resto de sus amigos. También sabían que Audrey posiblemente estaba sintiendo algo sincero por alguien de allí y lo estaba reprimiendo.

Mal reconoció eso apenas notó como miraba al chico que dice ser su amigo. Lo supo porque reconoció que ella misma se comportaba de esa manera cuando empezó a gustarle Ben. Y más cuando notó que se estaba enamorando aún sin haber tenido una verdadera noción de lo que era el amor hasta entonces. Claramente la princesa tenía mucho para decir, y ellos también.

-¿Estás lista para al fin tener esa conversación con ella? - Ben acarició sus brazos con dulzura.

Él tenía muy en claro que para ella era algo complicado. Era su ex, y además, la hija de la enemiga de su madre. Y para agregarle, su abuela la odiaba hasta hace poco.

-¿Tú lo estás? - le devolvió ella la pregunta.

Audrey había sido la mejor amiga de Ben por muchos años. Fue su novia. Mal sabía que aunque siempre le tuvo cariño, para el rey había sido difícil ver como su amiga iba cambiando conforme los años avanzaban y su abuela la manipulaba más.

Él asintió y besó su frente. Tomó su mano y caminaron en dirección a la hija de Aurora y Felipe.

-¿Aud? - la llamó el castaño.

La princesa de Auroria tardó unos segundos en reaccionar hasta que los vio. De alguna manera, logró entender para qué la buscaban. Ella había tenido la misma intención durante todo el viaje.

-¿Quieren sentarse?

Ambos asintieron y se sentaron en los dos asientos restantes en el sillón. Estaban cara a cara.

-Audrey, cuando mi papá te despertó con su ambar hace unos meses te dije que los dos te debíamos una disculpa hace mucho. Y lo dije en serio - aseguró la hija de Hades.

-Pero en realidad, nunca tuvimos esa discusión que los tres nos debíamos sobre todo lo que nos ha pasado - completó Ben.

La rubia suspiró.

-Lo sé. Yo también les debo muchas disculpas, yo no fui la única que salió herida en todos estos años. Estoy muy consciente de todo el daño que les causé - dijo.

Dejaron que ella hablara primero.

-Ben, por favor no creas que nunca te quise y que sólo te usé, porque no fue así. Claro que te quise, eras mi mejor amigo desde que teníamos pañales - ella sonrió- Estuvimos al lado del otro por muchos años, pero sé que nuestra relación nunca fue algo que los de verdad queríamos.

Tomó aire, aclarando en su mente todo lo que quería decir.

-Es cierto que en algún punto me gustaste, pero realmente nunca estuve enamorada de ti. Fue una cosa de niños. Cuando llegamos a la adolescencia fue que la presión de mi abuela comenzó - bajó la mirada- Ella siempre quizo que yo fuera reina, pero aún más importante, la reina de Auradon. Analizándolo en retrospectiva, creo que era más por cobrar su venganza por que no la habían elegido a ella y a mi abuelo como reyes de Auradon en vez de a tus padres.

Ben asintió, uniendo los puntos y entendiendo porque ella lo decía con tanta seguridad.

-Me aseguró que yo tendría todo lo que merecía y deseaba si lograba ser tu novia y tu esposa. Pero siendo sincera, yo lo único que deseaba era que ella me apreciara y me quisiera por quien era. Por eso, cuando todos empezaron a sugerir que nos hiciéramos pareja, yo insistí para que me lo pidieras. Algo que fue bastante tonto e infantil de mi parte - admitió.

Mal acariciaba la mano de Ben y la oía con atención. No estaba celosa ni molesta, simplemente quería apoyarlo porque sabía que su prometido necesitaba oír todo eso.

-Había pasado tanto tiempo bajo su manipulación que cambié. Sé que mi personalidad y mi actitud cambiaron en esos años. Logró convencerme de que necesitaba a un príncipe, especialmente al heredero al trono de la corona principal, y que tener todo ese poder me haría feliz. Pero por dentro me estaba destruyendo.

>>Me convencí a mí misma de que te amaba, cuando realmente amaba la atención y los privilegios que tenía por ser tu novia - sus mejillas se tornaron rosadas- Por eso me ofendía que Mal dijera que era una princesa primorosa, porque muy dentro de mí sabía que era cierto. Ya solo me importaban las apariencias y no los sentimientos.

Secó las pequeñas lágrimas que salían de sus ojos.

-Y no creas que no noté que tenías tiempo queriendo romper conmigo, porque sí lo hice. Egoístamente te retuve a mi lado por la popularidad y los deseos de mi abuela. Cuando Mal llegó, sabía que mi supuesta oportunidad se había acabado - sonrió con tristeza.

Mal se encogió en su lugar al oírla decir eso.

-Apenas ella se bajó de la limosina supe que la mirabas diferente, de una manera en que jamás me mirarías a mí. Quise convencerme de que me dolía porque te quería, pero más bien me dolía estar perdiendo el puesto que mi abuela quería para mí, que estaba perdiendo a mi mejor amigo. Había sacrificado tantas cosas, le había causado daño a tanta gente por ello. Dirigí toda mi rabia hacia ti, Mal. Y realmente tú nunca tuviste la culpa.

Se abrazó a sí misma.

-Toda mi vida Leah me convenció de cosas demasiado horribles sobre la gente de la Isla para admitirlas en voz alta. Y el hecho de que eras la hija de la mujer a la que mi abuela odiaba tanto solo influyó más en mis malas decisiones - hizo una pausa- Lamento todos los insultos y cosas hirientes que te dije, nunca los mereciste. Desde un principio te juzgué y jamás me detuve a conocerte de verdad. Simplemente decidí que debía odiarte y ya.

Los miró a los ojos.

-No saben lo avergonzada que estoy por lo que les hice pasar estos años. Pero sobretodo, lo que sucedió hace unos meses. Después de que me salvaran tomé la decisión de ir a terapia y alejarme un tiempo de mi abuela, y eso me ha ayudado a pensar muchísimo en todo lo que he hecho.

Audrey sintió como un gran peso salía de su interior al haber soltado al fin todo lo que venía reteniendo desde hace varios años.

Ben decidió ser el primero en hablar.

-No sabes cuánto nos alegra que tengas la confianza de decirnos todo esto, los dos lo apreciamos mucho - la tranquilizó, Mal asintió- Si es cierto que me heriste con tu indiferencia y luego tus palabras y tus actos, yo siempre tuve la esperanza de que la Audrey que conocía regresara. Aún cuando mucha gente no lo creía posible.

-Él tiene el poder de ver lo mejor en todas las personas - miró a Ben con una pequeña sonrisa-, así que siéntete afortunada de que fueras una de sus mayores esperanzas - le dijo Mal.

Audrey sonrió con sinceridad. Sabía que el corazón de Ben era demasiado noble, por eso se arrepentía de haberlo herido.

-Si bien es cierto que yo me enamoré de Mal desde antes de conocerla, debí tomar el valor de romper contigo antes. Independientemente de que no estuviéramos enamorados, ya teníamos casi un año juntos. También sé lo humillante que fue haberte dejado tan públicamente en aquel partido.

>>Sé que probablemente tu mayor dolor fue perder a un amigo de tanto tiempo, porque fue lo que yo sentí cuando empezaste a cambiar. Pero de verdad espero que al fin tengas paz contigo misma después de tantas cosas que han pasado.

Audrey sorbió su nariz.

-Lo hago. Porque me perdoné a mí y a ustedes, al igual que a mi abuela. Todavía no tengo el valor para tener esta conversación con ella, pero espero tenerlo pronto.

-Lo tendrás, Audrey - le aseguró Mal- Por mucho tiempo pensé que éramos muy distintas, pero veo algo en común. Las dos no fuimos nosotras mismas por mucho tiempo para enorgullecer a alguien más. Tú a tu abuela y yo a mi madre.

Las dos se miraron, riendo levemente. Al menos ambas sabían cuales eran sus traumas por los cuales iban a terapia.

-Yo también te hice daño al no permitir que Ben terminara contigo apropiadamente. Debí pedirte disculpas antes porque siempre tuve presente cual era la verdadera razón por tenerme rencor por tanto tiempo. Mi madre también me metió ideas en la cabeza sobre ti.

Hizo una pausa.

-Por mucho tiempo creí todo lo malo que algunas personas decían de ti, pero hablando con Ben y los demás y conociéndote, me di cuenta de que era tu mecanismo de defensa y protección. Entendí que tú solo esperabas que alguien te quisiera de verdad y no solo por que eras la novia de Ben o por ser princesa. Esperabas que alguien te diera el empujón para ser tú misma.

>>Yo encontré quien me lo diera - miró a Ben con una sonrisa y él se la devolvió- Y los dos sabemos que tienes a alguien que siempre te ha querido aún cuando los demás no lo hacían, que esperas saber como enmendar tus errores con él.

Audrey se sonrojó por completo al entender que la habían descubierto.

-¿Tan obvia soy? - cuestionó, avergonzada.

-Aud, los conozco a los dos desde hace muchos años, claro que lo noté - Ben se rió- Él siempre demostró estar interesado en ti aunque tú no lo notabas. Y cuando lo ha hecho obvio en estos años, nos has sido la mejor persona con él. Pero, eso no significa que no puedan tener esta misma charla.

-Yo no soy precisamente su mayor defensora, pero al igual que tú y yo, se está esforzando en ser mejor persona. Te quiere dar una oportunidad tanto como tú a él.

Audrey sonrió, esperanzada.

-Los dos lo sentimos, Audrey. Por todo- le dijo Mal.

-Yo también lo siento - les sonrió - Y en serio espero que su matrimonio funcione. Es demasiado obvio lo locos que están por el otro - la pareja se rió- No dejen que otra Audrey o alguien les diga lo contrario.

Ben extendió sus brazos, y Mal igual. Se rieron y se abrazaron, soltando risas. Audrey les sonrió y miró hacia dónde estaban los demás, quienes todavía discutían por su karaoke de ebrios. Su sonrisa se ensanchó cuando el rubio la miró.

-Probablemente Chad no está en sus cinco sentidos ahora - soltó una risita- Pero les prometo que cuando hable con él se los contaré.

Tomó el último trago de su copa y caminó hacia donde estaba el chico. Él la abrazó con emoción, Audrey solo se sonrojó y lo miró embobada.

Ben le dio un beso en la mejilla a Mal. Ella se volteó a mirarlo sonriendo.

-Siento como si me hubiera quitado un camión de encima por al fin haber hablado con ella - expresó el rey.

La pelimorada se rió y se recostó en su hombro.

-Yo igual.

Se acercaron para besarse, pero Jay y Lonnie llegaron a separarlos y los jalaron con ellos a la pista de baile. El resto de la noche fueron puras risas y diversión.

Y Audrey cumplió su promesa, ellos fueron los primeros en enterarse cuando Chad y ella hablaron y cuando ella terminó pidiéndole que fuera su novio.

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Se sintió bien escribir luego de tanto tiempo.

Hace bastante que quería escribir esta conversación entre Mal, Ben y Audrey.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 18/12/2022.

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