¡Especial semana de terror!

Realizado por: Maru_1415

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Rememorar lo que pasó es inevitable. Se ha vuelto parte de mi; tan sencillo y común como el oxígeno que roza mis sentidos.

No hay día en que no me detenga a pensar en ello una sola vez. Tantos meses han pasado, casi forman dos años, y yo sigo aquí sin olvidarlo.

¿Algún día alguien me entenderá? Ser una persona empática con mi situación es fácil, pero ¿Quiénes realmente están dispuestas a ayudarme y a entenderme? Es mejor no contarlo de nuevo hasta que esté listo.

Aquellas desgarradoras escenas de la película de mi vida son devastadoras, aunque tampoco es que sean un problema mayúsculo ahora. Felizmente puedo decir que mi problema está muerto. Sin embargo, es asombroso como es que estando así me atormente aquí, en mi supuesta zona segura.

Como dije, hoy es otro de esos días en los que pienso en lo que pasó, cada día lo acepto y afronto el hecho, pues por más que lo analice no cambiará mi pasado.

Así que, problema mío, resurge una vez más de entre mis tejidos e ilumínate en mi telaraña para poder recordarte nuevamente.

一¿Estás seguro? 一susurró mi inconsistente, Ten.

一Claro que sí. Será la última vez que me aflija de ello durante mucho tiempo. Es hora de dar un primer paso para superarlo 一contesté en respuesta, justo cuando me acosté en aquella cama de mi casa donde todo comenzó.

一Como gustes, Hoseok 一acató mi orden, y como una ráfaga de luz, pude recordar lo sucedido.

Hace un año, cuando tenía 16 años, comenzó a pasarme algo extraño. Las sensaciones que tenía al entrar a mi recámara eran horribles. Siempre estaba vacío y el lugar aparentaba tranquilidad, pero, había algo más, algo que sólo pasaba en las noches.

En esa época, nunca tuve un sueño agradable, pues todos se ligaban por una cosa: Muerte. La muerte de mi persona.

Cada suceso era peor al anterior ya que mis muertes eran espeluznantes y más atroces que la del día anterior.

Sentía pánico en todo momento, pues siempre sucedían en los lugares donde yo solía pasar mucho tiempo.

¿Lo raro? Siempre despertaba con un dolor o algún tipo de herida en la zona donde mi agonía a muerte comenzaba.

Mi cuello, espalda, brazos, piernas... Todas ellas estaban con heridas graves. Se caracterizaba por lucir moretones EXACTAMENTE iguales a las que él me dejaba. Siempre portaban moretones demasiado notorios; las cuales, muchas veces trazaban la silueta de unas manos.

Esto duró tres meses. Los días pasaron y los sueños cesaron. ¿Acaso esto había acabado? «Mis muertes ya no serán más un problema para mí» Deduje aquella vez en la que deje de tener sueños malignos.

Fue un gran error seguir como si nada. Pensé que todo había quedado en eso: Malos sueños que jamás se hicieron realidad; hasta que un día, saliendo del colegio y pasando por el gran lago que estaba a dos kilómetros cerca de mí casa, caí gracias a una sombra negra que pasó por mi lado, como si me hubiera empujado con la intención de que esto pasara.

Con esta acción, mi último sueño más trágico con respeto a mi muerte comenzó.

Había quedado atrapado entre la herbolaria acuática que había en él, quedando atrapado con las piernas enredadas en ella.

Mi oxígeno comenzaba a faltar, mi corazón latía como loco, mis pulmones comenzaron a vaciarse y a llenarse de aquella agua. Mis manos hacían su mayor esfuerzo para tenerme flotando, pero comenzaban a cansarme.

Finalmente quedé exhausto, tomé un gran bocado de aire y me deje llevar por aquellas manos que jalaban de las lianas submarinas que me jalaban hacia el corazón del lago. En donde la sombra me esperaba con ansías para poder matarme como una vez me había mostrado, en la que moriría descuartizado, en la que mi cuerpo sería desprendido por mordidas de este sujeto...

Lo único que podía salvarme en ese momento era si alguien me ayudaba o me zafaba de su agarre, pero era difícil que alguna persona se diera cuenta de mi presencia estando ahí, en aquel lago muriendo; en donde tampoco podía liberarme, no yo sólo.

Hasta que llegó lo inesperado. Mi padre pasaba por ese lugar y logro verme, a lo que con todas sus fuerzas y su habilidad en tratar lugares así, me sacó del lago. De esta manera cortó mi aparente vínculo con mi ascenso al reino de los cielos, dejando a un ser enojado y lleno de furia al otro extremo del lago, en donde me veía con furia; con unos ojos que emitían fuego.

Me sentía agradecido de que me haya salvado mi progenitor, pues esto era una chance más para vivir y tendría más cuidado en los lugares donde ocurrían mis muerte en aquellos sueños.

Por otro lado, mi padre me llevó al hospital, donde cuidaron de mi por un tiempo, hasta que una semana después regresé a casa y tuve que quedarme allí por un tiempo, pues las heridas que me cause en las piernas fueron extremadamente dañinas, dejándome casi paralítico, que con sólo tratamiento y un largo proceso de rehabilitación arreglarían.

Quedarme en casa fue lo peor que pudo pasarme en aquel verano.

Cómo no podía pararme porque mis piernas estaban prácticamente inmóviles y sin reacción, tuve que quedarme recostado en aquel sitio infernal en donde sólo me movía para bañarme y hacer mis necesidades con la ayuda de una silla de rudas.

De esta forma fue en la que comenzaron los nuevos sueños.

Al dormir, podía verme yaciendo en mi cama, aunque lamentablemente no podía moverme; podía mirar por todos lados observando los detalles de mi cuarto, incluso, comencé a notar sombras raras que intentaban acercarse a mi cuerpo, que sin  éxito lograban. A partir de eso, iniciaron las visitas de él una vez más, como antes lo hacía en mis antiguos sueños.

Su presencia siempre nublaba mi cuarto. Cada momento en el que lo veía parecía acercarse cada vez más y aquella neblina que invocaba intentaba sacarme de mi habitación. No sé con qué intención; sin embargo, sabía que si me transportaba a otro sitio de mi casa, mi existencia sería reducida a cenizas.

Estos sueños comenzaron a ser peores. Este ser estaba cada vez más cerca de mi con cada día que pasaba y lo único que podía hacer era verme acostado. Incapaz de poder protegerme de él.

Antes de culminar cada sueño, este ser siempre procuraba hacerme daño. Siempre con un objeto diferente y más letal. Comenzó con diminutas laceraciones en mis piernas, hasta que comenzó a formar símbolos desconocidos en específicos sitios de mi cuerpo, pues siempre que me curaba esas heridas, en la noche volvía a trazarla con fuego o algún objeto filoso.

Cuando pude moverme en ese tipo de sueños, siempre procuraba esconderme, pues al no verme en mi lugar habitual, me buscaba desesperado por todo mi cuarto. Cada vez con más furioso y con desesperación. No entendía su reacción, dado que mi cuerpo era el que le importaba, no mi ser espiritual. Hasta que entendí que necesitaba de mi alma para poder llevar acabo su macabro plan, o eso es lo que me habían dicho algunos expertos en estás situaciones.

Este plan consistía en matarme en mi forma fantasmal y mi cuerpo, así podría usar el hueco que dejaría en este mundo para usarlo como un medio accesible; por el cual, cometería más fácilmente sus crímenes...

Esto siempre lo evité y procuré ocultarme en mi ropero en donde él jamás buscaba, de esta manera no podría acercarse más a mí cuerpo ni a su objetivo.

Una vez, despavorido del miedo ya que casi me encontraba aquella vez, evité su neblina para salir volando al patio de mi casa en donde me escondí, para que de esta manera no me encontrara y yo pudiera ser libre de sus actos.

Me detuve a mirarlo con miedo, observando cómo me buscaba frenéticamente y sus ojos se incendiaban de la rabia que sentía. Preferí calmarme y me quedé escondido hasta que las preguntas llegaron a mi mente.

«¿Por qué me está pasando esto? ¿No se supone que esto NO pasa en la vida real?» Analicé en aquel momento, oculto tras la maleza de mi casa en la que me ocultaba de él, ese ser que siempre veía al dormir, que inexplicablemente este se volvía realidad con cada herida que me dejaba.

Es más que un sueño... Esto es más complicado que sólo una presencia maligna. Alguien me debe hacer esto.

Volví mi mirada al cuarto en donde él me veía sonriente, una sonrisa de satisfacción que mostraba un hambre feroz por poder saciar sus pecados conmigo.

Fue en ese momento en que me percaté de mi fin, pero sobre todo, ¿Cómo era posible que aún oculto aquí, él me haya visto? ¿En qué momento dejé verme? ¿En qué momento... Comenzó esto?

Era lo único que rondaba por mi mente hasta en un abrir y cerrar de ojos, este ser me jaló con su niebla hacia mi recámara dejándome justo enfrente de mi cuerpo, totalmente inmóvil en donde pude ver cómo se acercó por completo a mi presencia humana. Me despojó de mi ropa y dejando marcas profundas que dejarían cicatrices...

一Por fin, mi querido Hoseok, después de tantos meses en los que te deseé conmigo, por fin tendré la oportunidad de poseerte por completo... 一liberó su sentir, él一 Calma, hijo mío, esto no dolerá. Por favor, satisface mis más profundos deseos... Antes de dormir te drogué y no despertarás por nada del mundo. Lo siento...

Comenzó a tocarme ese ser que me tenía confundido. Todo lo que dijo lo exclamó como si fuera su hijo, pero, mi padre sería incapaz de hacerme algo así... Él, jamás me lastimaría...

Y en efecto, él no era mi padre, porque al transformarse a su forma humana pude ver a un viejo alto que estaba por lo huesos,; y aún con ese aspecto terrible, tenía consigo armas blancas, con las cuales comenzó a cortar mi cuerpo hasta llegar a mi pecho para dar un golpe en seco...

Dejándome morir en mis dos formas, logrando de esta manera su plan... Casi por completo.

Sobreviví gracias a mi madre, que tras los múltiples ruidos que escuchó de mi recámara salió a ver la razón de mi comportamiento. Al entrar, observó a este ser que intentó atacarla sin éxito gracias a una baratija de protección que tenía como una pulsera.

Desde ese momento, él siempre a intentando tomarme cada vez que es luna llena por todos los meses de mi vida hasta hace doce semanas en la que su presencia dejó de molestarme.

Pues hace tres meses que logré mi cometido...

Así que sí, queridos lectores, pude tomar su cuerpo hasta hace tres lunas en las que este muchacho se descuido y yo logré poseerlo

No hay más que decir, sólo decirte que tengas cuidado porque cuando me cansé de esta apariencia, de este cuerpo, de esta alma... Iré por ti, dejándote como lo hice con Hoseok... Te visitaré todo el tiempo que me sea posible que cuando te des cuenta, estarás vagando por el mundo sin un cuerpo pues lo estaré usando yo... Logrando mis crímenes como siempre lo he hecho.

Oh, una última cosa, ¿Realmente estás seguro de estar solo al dormir....? ¿Estás seguro de que mi presencia no te acompaña?

Si no estoy contigo, diré que esperes por mi neblina, ya que ella será mi advertencia antes de hacerte desaparecer.

Nos vemos, joven lector.

Fin.

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