02.
Elaine miró de reojo a Ban, con una pequeña sonrisa en sus labios. Fácilmente había podido notar que su ex novio la estaba pasando un poco mal con su resaca, además de estar caminando al lado de la persona que amaba, y que pensaba que nunca iba a llegar a corresponderlo.
Negó con la cabeza suavemente, y se movió un poco para hacerle lugar al lado de ella, a lo que Ban respondió con una pequeña sonrisa, sentándose a su lado.
― Oigan, no creo que mi cuerpo pueda resistir más el estrés…
Dijo King, con la cabeza sobre su almohada como de costumbre, haciendo ver su agotamiento. Los demás rodaron los ojos.
― King, en dos días tenemos el último examen, y no será nada complicado, relájate.
Respondió Meliodas con una sonrisa, totalmente despreocupado por todo, empezando a comer.
― Y después de eso podremos irnos de viaje a la playa.
Dijo Diane, emocionada y abrazando a King, quién se sonrojó ligeramente y asintió con una sonrisa.
― Ya he reservado la casa de playa donde estaremos durante esa semana, así que ya tenemos todo listo.
Mencionó Gowther, ganando una sonrisa por parte de los demás. Lo único que querían era terminar al fin, para darse un merecido descanso de todas las emociones fuertes que les brindaba la universidad, todos estaban agotados mentalmente, pero aún podían aguantar un poco más, con tal de llegar a la playa de arena blanca y aguas azules.
― Entonces supongo que nos veremos más tarde para estudiar, ¿no?
Preguntó Elizabeth, quién estaba en medio de Gowther y Meliodas, sonriendo.
― Sí, nos veremos en la biblioteca a las 6:00 de la tarde, no se demoren para que podamos acabar más rápido y aclarar las dudas que tengan.
Merlin acomodó uno de sus mechones de cabello oscuro detrás de la oreja, mirándolos para que supieran que iba en serio, y en especial a Ban.
― Ya, llegaré temprano, Merlin, lo prometo.
Le sonrió, escuchando la suave risa de Elaine. Definitivamente sería ella quién apresuraría a Ban para que llegaran puntualmente a la biblioteca.
Sintió una mirada sobre ella, y cuando miró a un lado, se topó con los ojos de Meliodas sobre ellos, quién apartó la mirada rápidamente al verse descubierto. Ya presentía que algo pasaba con el mejor amigo de Ban.
Cuando acabaron de desayunar, cada quién fue a hacer sus actividades, algunos en grupo. Elizabeth, Elaine y Diane irían al salón de belleza para cortarse el cabello y arreglarse las uñas; King había ido con su amigo Helbram a pasear; Gowther y Merlin fueron a unas de sus actividades extracurriculares, con Escanor como acompañante al tratarse de Merlin, dejando a Meliodas y a Ban solos.
― Oye, Ban, ¿qué te parece si vamos a la piscina a nadar un rato? Así despejamos nuestra mente un rato.
Ban asintió, sonriendo. Tal vez no era lo mejor quedarse a solas con él, pero diablos, él era masoquista y nadie lograría cambiar eso, y viendo el lado positivo, cabía la posibilidad de que si trataba a Meliodas como su amigo, entonces lograría desaparecer esas emociones, su más grande pecado.
― Seguro terminaremos concursando, así que hay que hacerlo, Capitán.
Le dijo con una sonrisa zorruna. Ambos fueron a su dormitorio a cambiarse y después corrieron hacia la piscina.
Se metieron, disfrutando de lo fresca que estaba el agua, a esa hora ya hacía bastante calor, flotaron de espaldas durante un rato, mirando de reojo al otro.
― Oye, Ban…
Meliodas inició la conversación, dejando de estar de espaldas y acercándose utilizando sus brazos. El suave sonido gutural de Ban le dio a entender que lo estaba escuchando, así que decidió continuar con el tema que no le dejaba muy tranquilo.
― Ehm… tal vez no es de mi incumbencia, pero tenía la duda de si Elaine y tú siguen saliendo… digo, es que yo los vi estar juntos en el almuerzo y… bueno, no me malinterpretes, está bien si siguen, es que yo…
La mano del mayor sobre su boca hizo que dejara de hablar como perico. Siempre que se ponía nervioso mezclaba sus ideas y las sacaba así nada más, Meliodas era tan lindo por sí mismo…
― No, supongo que es la costumbre, ella y yo somos amigos, nos sentimos cómodos con la presencia del otro, para serte franco.
Elaine siempre fue un grande apoyo, y en su momento, la mejor novia de todas. Siempre lo escuchaba, lo tomaba en serio, no le hacía sentir mal por sus errores, lo trataba muy bien y era muy cariñosa, pero hubo cierto momento en el que ambos empezaban a ir por caminos separados, y cuando se dieron cuenta, deseaban ser amigos, no pareja.
Lo hablaron con calma, expusieron sus puntos y pasaron juntos lo que quedó del día como despedida de una bonita relación, y la verdad era una maravillosa amiga, podría decirse que lo único que había cambiado entre ellos eran las muestras de afecto físico.
― ¿Entonces por qué terminaron?
Meliodas sabía que normalmente no mostraba tanto interés en las cosas, y no porque no le importara, sino porque siempre tuvo la certeza de que si le pasaba algo a Ban, bueno o malo, si éste le necesitaba, se lo diría sin más, pero parecía que Ban no se lo dejaba muy fácil, no parecía querer cooperar mucho.
Ban alzó una de sus cejas. El Capitán estaba un poco extraño.
― Mejor deberías decirme porque no estás con tu princesa, Capitán, es raro que te separes de ella.
Meliodas entrecerró los ojos, sabía que Ban le estaba cambiando el tema, además, ¿por qué debía ser exactamente con el tema de Elizabeth? Le urgía ahogar a su compañero de crimen en ese momento.
¿Acaso no se había dado cuenta de que habían terminado? Bueno, no le culpaba mucho, después de todo, Elizabeth y él se portaban como normalmente lo harían, sólo que Meliodas ya no la manoseaba, y es que estaba más interesado en manosear a otra persona.
― Yo te diré cuando me digas lo tuyo, y me lo dirás ahora, es una orden de tu Capitán.
Dictaminó Meliodas, mientras Ban se le quedaba mirando como si fuera un bicho raro, y entonces vio un salpicón de agua yendo a su cara por el movimiento de la mano de Ban, que se burlaba de él.
Y otra vez comenzaron a pelearse, como era de costumbre.
Después de un par de horas, ambos ya estaban secándose en los vestidores, pero pudo ver que Meliodas tenía algo entre las manos. Su curiosidad le pudo más y se acercó a él por detrás.
― ¿Qué es eso, Capitán?
Preguntó, intentando ver que era lo que tenía entre manos, mirando por sobre su hombro.
― ¡No es nada, tonto Ban!
Dijo, cerrando sus manos en torno al objeto que sostenía y alejándolo de la mirada de Ban.
― Venga, enséñamela.
Ambos no contaban con que Diane estuviera buscándolos por los vestidores, así que al escuchar lo que había dicho Ban, se puso colorada. ¿Qué había pasado con la cordura de ese tonto? Mejor se iba, ella no quería salir de ahí traumada.
― ¡Que te digo que no, es mía!
Dijo Meliodas, corriendo por los vestidores con Ban detrás, queriendo ver qué cosa tenía en la mano, Meliodas era cruel por no dejarlo verla, sabiendo lo curioso que era.
Al ya no tener más escapatoria, volteó a ver a Ban, quién sabiéndose triunfador, corrió más rápido, olvidando que el suelo estaba mojado y resbalando para caer sobre el Capitán.
No es como que antes no hubieran terminado en el suelo golpeándose, uno sobre el otro y después cambiando de lugar, y ahora que Ban lo pensaba, eso no sonaba muy bien… bueno, no era extraño, pero habían dos cosas diferentes… una era que no estaban peleando, estaban muy quietos, la otra era que Ban había caído sobre los labios de Meliodas.
Ambos tenían los ojos muy abiertos, de la sorpresa no sentían los músculos responderles, ni siquiera para apartarse, los párpados de ambos se cerraron, y entonces sus labios se movieron por sí solos, Ban incluso se recargó sobre un antebrazo, para poder acariciar la mejilla de Meliodas en medio del beso.
Las mejillas de ambos sonrojadas, con sus corazones palpitando rápidamente, probando el sabor del otro, parecía ser el mejor beso de sus vidas, y hubiera sido así de no ser por el sonido que se produjo gracias a la foto que tomó alguien más.
Ambos se separaron, viendo a Gowther en la entrada de los vestidores con su cámara, ladeando la cabeza con inocencia.
― Vaya… esto me servirá para poder comprender lo que tienen ustedes dos, Merlin intentó explicarme, pero quería ver por mí mismo.
Meliodas sólo suspiró, algo frustrado, pero entonces sintió un aura oscura provenir de Ban, quién se había quitado de encima y apretaba los puños. Bueno, al menos Gowther no era tan tonto como para no saber lo que pasaría, así que comenzó a alejarse lentamente.
― ¡Idiota!
Fue el grito de guerra de Ban antes de correr hacia Gowther para quitarle la cámara y romperla con el cráneo del propietario.
Meliodas suspiró, y se levantó para terminar de arreglarse, no había mucho que hacer si a Ban le daban ganas de golpear a alguien, y la verdad es que ahora se lo permitía porque tenía razones para querer matar a Gowther.
Sólo esperaba con todo su corazón que Ban no se hiciera el idiota después para desentenderse de lo que había pasado, más le valía, porque le dejaría más que una cicatriz.
― Agh, ni siquiera pude manosearlo.
Se lamentó Meliodas, tomando la mochila de Ban y la propia antes de ir al dormitorio para dejarlas ahí y después buscar a Ban, era posible que necesitara ayuda para enterrar el cadáver de Gowther.
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