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01| Explicaciones y extraños

12 de marzo 2022

Hara

Hara observaba los viejos cuadros que estaban en la mesita que adornaba la sala de estar, en uno de ellos estaban Jongkook y ella. Él sostenía un helado verde con una mano mientras con la otra realizaba una V con el dedo índice y el dedo medio, mostrando una alegre sonrisa. Por otro lado estaba Hara, que también sostenía un helado y sonreía con la boca llena de este.

Fue un día antes de su séptimo cumpleaños. En ese entonces Hara ya se había dado cuenta de que Jongkook le gustaba mucho.

Jongkook le gustaban muchísimo desde hace poco más de 20 años y él nunca pareció darse cuenta de ello y eso para Hara aunque era doloroso, también era suficiente.

Jamás paso por su cabeza confesar su amor por él, era feliz teniendo su amistad y su cariño, a pesar de que ella deseaba tenerlo todo.

Hara suspiró e intentó mantenerse serena al ver como su mejor amigo y aquel otro chico entraban por la puerta que conectaba la sala con la cocina.

Ninguno de los tres habló y el ambiente que se percibía era demasiado tenso para que alguien más lo soportara sin largarse del lugar.

—Hara, quería contarte sobre Jungkook, pero ahora que lo sabes, quisiera que me dieras la oportunidad de explicártelo todo... —comenzó a hablar Jongkook con bochorno.

Él realmente estaba muy avergonzado en ese momento, no sabía dónde meter las narices, de forma literal.

Por otro lado, Jungkook observaba con interés a la chica que acompañaba a su hermano, era muy consciente de que era mayor que él, pero tres años no hacían mucha diferencia de todos modos.

Su noona era hermosa.

No se tardo mucho en hacerse escuchar la buena y larga explicación de Jongkook hacía Hara y como fue que sus padres procrearon a Jungkook y lo dejaron en manos de su abuela en el extranjero durante unos años de su infancia y la mayor parte de su adolescencia.

Hara comenzaba a encontrarle sentido del porqué su mejor amigo viajaba cada tanto a los Estados Unidos desde la primera vez que se fue. Era para ver a su hermano...

Pero aún no le quedaba muy en claro de por qué nunca se lo dijo. Y tampoco deseaba preguntarle en ese momento. Todo estaba pasando con una fluidez demasiado rápida para ella que incluso tuvo que volver a sentarse en el sofá, puesto que su cabeza comenzaba a doler.

—¿Estas bien Hari? —preguntó su amigo, acercándose a ella con angustia.

Hara asintió y tomó su cabeza con ambas manos.

—Sí, solo es un leve mareo, no te preocupes.

—Hyung, ¿noona está bien? Se ve pálida.

Hara se heló. ¿Acababa de llamarla "noona"?

—No me digas así, llámame por mi nombre, no soy tú noona. —contestó algo inquieta.

Jungkook se encogió de hombros.

—Iré a traer algunos analgésicos para la migraña de noona, ¿Aún está el botiquín de primeros auxilios en el baño?

—Sí, en la gaveta de abajo saca una cartera de neo melubrina y trae un vaso de agua tibia por favor.

Él más pequeño asintió tranquilamente y fue a buscar las cosas que se le indicaron.

Hara lo observo con el ceño fruncido para después hacer lo mismo con su acompañante.

—¿A caso no me escucho? Le acabo de decir que no me llamará noona y lo ha hecho de nuevo.

Jongkook soltó una pequeña risita, el sonido que tanto le gustaba a Hara escuchar.

—Escucha Hari-ssi, Jungkook a tenido una crianza diferente de la nuestra, la abuela nos ha enseñado a hablarle a los mayores con respeto y honoríficos, sin embargo al menos en mi caso, aprendí a sobrellevar las relaciones interpersonales y de confianza sin tener que llamar a las personas con estos apodos, Jungkook aún no tiene la suficiente confianza para dejar de llamarte así.

Ella suspiró por séptima vez en el día, nunca había suspirando tanto, al menos no hasta ese día. Tendría que poner su máxima paciencia para poder seguir en aquella casa.

De pronto, el teléfono de Jongkook sonó. Y en tanto este lo contestó se levantó del sofá e hizo una seña a su hermano menor quien recién estaba de regreso a la sala.

—Atiéndela mientras terminó la llamada. —explica el mayor.

Jongkook camino hasta salir de la sala, dirigiéndose a su habitación mientras que Jungkook se acercaba a Hara, ofreciéndole dos pastillas y un vaso de agua tibia.

Hara lo tomo.

—Muchas gracias. —contestó, observando de reojo al chico que la miraba con grandes ojos.

—Es un placer ayudarte noona. —sonrió, mostrando una linda dentadura de conejo casi tan bonita como la que tenía su mejor amigo.

Después de haber tomado del medicamento que Jungkook llevó para ella, comenzó a notar muchas cosas que de principio no pudo observar.

Jungkook llevaba en su mano derecha unos cuantos tatuajes, además de un par de piercings en su ceja derecha y labio inferior. Y a comparación con Jongkook, este tenía el color de su cabello de un azabache casi tan negro como la oscuridad.

—¿Pasa algo, noona? —cuestiona de repente, sacando a Hara de su breve inspección.

—No, no pasa nada ¿por qué lo preguntas? —contesta desviando los ojos de su anterior lugar.

—Me estaba mirando.

—¿Yo a ti? Pff claro que no.

—Lo hizo.

—Te he dicho que no ¿vale? Deja de llevarme la contraria.

Jungkook se avergonzó. Y quedó en silencio después de las palabras de Hara.

Había hecho que se molestara. Y eso no le gustaba. Le ponía nervioso que ella lo mirara, sus ojos quemaban en su piel y a pesar de no sentirse incómodo por ello, era extraño. Sin embargo al final, quien terminó sintiéndose atacada fue ella, no él.

—Lo siento mucho noon...

—Para ahí, ya. Por favor, no deseo discutir más. Sí, te estaba mirado pero es porque tu aspecto es... —Se detuvo, no podía llamarle raro, tampoco extraño (aun que lo era) no era lo correcto, él era menor que ella y no por eso le daba el derecho de menospreciar su aspecto ni mucho menos —. Inusual, es decir, nunca había visto a alguien menor que yo que luciera así.

—Noona ¿le molestan mis piercings y tatuajes?

—No, no, eso no es lo que yo...

—Regrese, ¿como te sientes Hari-ssi? —Jongkook se acerca, dándose cuenta de que acababa de interrumpir y aún sin importarle, se sienta en medio de su hermano y mejor amiga—. ¿Jungkook te ha hecho sentir incómoda?

—Más bien es al revés. —contestó Jungkook.

Hara y Jongkook lo miraron de mala manera y este se levantó del lugar, estaba más que claro que sobraría entre ellos dos. Aunque él no quisiese que fuera así.

—Espero que se mejore noona, fue un placer verla. —dijo para luego desaparecer por el mismo lugar donde regreso Jongkook.

Hara exhaló con fuerza y dejó caer su cabeza en el respaldo del sofá.

—Perdónalo, Jungkook es un poco... raro.

—Tu hermano es un emo friki. Sin embargo, agradécele de mi parte el haberme ayudado. —se levanta como anteriormente lo había hecho el antes mencionado y dirige su vista hacia su mejor amigo—. Tengo que irme, papá debe estar preocupado.

— ¿Quieres que te lleve? Tu casa queda un poco lejos y es algo tarde para que te vayas sola.

—No te preocupes, no sucederá nada, apenas llegué a casa te avisaré que ya estoy ahí.

Jongkook asiente, pues sabe que si decide insistir en acompañarle ella se enfadará, Hara era muy testaruda y lo menos que quería en esos momentos era sacarla más de sus casillas. Al menos por ese día, consideraba que ya había sido suficiente para ella.

La acompañó hasta la entrada de su casa y mientras ella salía, Jongkook la tomó del brazo.

—Cuídate Hari-ssi, nos vemos mañana. —dice, para después dejar un suave beso en su frente. Hábito que había tomado últimamente y del cual Hara era feliz de recibir.

—Buenas noches, Jongkook.

•✦───────────•✧

Hara comenzo a cruzar el penúltimo callejón para llegar a la calle de su casa, ese último era el que más odiaba puesto que los faros parpadeaban o se descomponían cada cuanto y era un fastidio tener que cruzarlo casi a oscuridad completa.

Oh, vaya. Claro que sí, Hara sufría de nictofobia. Y para su mala racha ese no sería su día de suerte.

Tres de los faros iniciaron un corto que condujo a los demás a terminar por apagarse por completo, dejando solo un duo de faroles medio encendidos al final del callejón.

Por un momento, Hara dejo de respirar, pero volvió a su realidad en el mismo instante en el que escuchó un sonido detrás de ella.

A lo lejos alcanzó a visualizar cómo una sombra se escondía detrás de una de las casas del vecindario. Pensó en detenerse y preguntar quién era, sin embargo en las películas de terror siempre que hacían eso, terminaban siendo asesinados de una forma fatal, por lo que decidió acelerar su paso.

Pese a que ya había pasado varias cuadras, aún sentía una mirada muy pesada detrás de ella, y apenas entró por la puerta principal de su casa, cerró con llave y se dejó caer en el piso de mármol.

Su respiración era agitada y de su frente corrían gotas de sudor heladas. No le tomo mucho tiempo para secarlas y levantarse nuevamente. Encendió las luces que daban a la sala de estar.

Todo estaba en completo silencio lo que solo podía significar una cosa.

Su padre otra vez estaría fuera de casa.

Sí, como todos los martes, su padre tenía buffet social con sus colegas del trabajo, y era probable que regresara hasta la mañana siguiente.

Su padre era uno de los mejores abogados de la ciudad y a causa de ello, la razón por la que siempre estaba ausente en casa.

No lo culpaba, él había hecho todo sólo, desde que su madre quedó hospitalizada hacía unos meses atrás, se hizo cargo de todo lo que tenía que ver con ella y su madre. Pero dentro de su corazón siempre estaría la sensación de soledad que se había instalado desde el incidente.

Sacudió su cabeza y caminó unos cuantos pasos hasta la nevera para tomar su bote de helado favorito y dirigirse a su habitación con este en manos.

Se dejó caer de espaldas sobre su cama y comenzó a recopilar todo lo que había pasado hasta esa noche. Había sido un día demasiado largo para su gusto.

Jongkook le había confesado tener un hermano menor escondido. Y por si fuera poco, un hermano menor idéntico a él.

Aún no podía entender a qué grado de genética debía llegar la reproducción y creación de un ser humano con las mismas características de otro que ya existía. Era un caso extremadamente impresionante el de su mejor amigo y el tal Jungkook.

Fácilmente podrían llegar a confundirlos. Claro, eso sino fueran tan diferentes. Al menos para Ha-ra así lo parecía.

Jongkook era tan amable, inteligente, seguro de si mismo y su estilo era completamente clásico, indie. Con un peinado relajado y una vida prometedora.

Jungkook por otro lado, parecía ser el tipo de persona que prometía atraer problemas, un tanto despistado, con un aspecto más rudo y aún sin embargo, parecía ser introvertido.

Era todo un embrolló.

Uno que pronto se haría más grande para Ha-ra y su pobre corazón.



Capítulo uno hecho 🥹. Después de meses estando en bloqueos interminables, por fin pude terminar el primer capítulo. Ténganle paciencia a esta pobre escritora, la historia continuará, pero no prometo actualizar pronto.

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