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Herido • F e l i x •

Suspiró por enésima vez en el día.

Las cámaras no hacían más que irritarle los ojos y el maquillaje casi derretido sobre su cara le hacía sentir asqueroso. Llevaban más de tres horas con una sesión de fotos que parecía nunca tener fin, había probado variedad de estilos, de prendas, de peinados, de escenarios, y aunque le encantara modelar, justamente hoy no se sentía con las ganas suficientes. Se encontraba demasiado estresado como para disfrutar de la eterna sesión.

Dejó escapar un nuevo suspiro; su celular se había quedado sin batería. Hyunjin se maldijo por no haberlo cargado antes de salir, y peor aún, por haberse olvidado del cargador sobre su mesita de luz.

―Hyunjin-ah, haremos una toma más y terminamos contigo―anunció el camarógrafo.

Se levantó se su asiento, ya resignado y entregado al sufrimiento.

Sin embargo, y para su suerte, las últimas tomas no tardaron más de quince minutos, por lo que pudo volver a su lugar en uno de los sillones que se encontraban detrás del equipo fotográfico, lejos de esos insoportables focos.

Aburrido debido a la usencia de la tecnología, se dispuso a observar a su alrededor, intentando no aburrirse más de lo que estaba ya. La mayoría de los chicos estaban ocupados con alguna cosa; un par se encontraba haciendo sus debidas sesiones, otros estaban sumidos en sus celulares, y el resto era retocado por los estilistas y maquillistas.

Su vista se dirigió por cada uno de ellos, incluso por algún que otro miembro del staff, pero una persona en específico le llamó la atención, debido a su intensa mirada. Hyunjin mantuvo el contacto y luego le sonrió, siendo correspondido de la misma forma.

Se levantó de su lugar, y aún con sus ojos fijos en los ajenos, salió silenciosamente de la sala, caminando por los lúgubres pasillos del edificio, miró a su derecha y no lo pensó demasiado y se introdujo en la primera puerta que visualizó. Su sonrisa se ensanchó cuando, al intentar cerrar la puerta, fue parado por unas contrarias que detuvieron sus movimientos.

― ¿Me estás siguiendo? ―preguntó mientras giraba su cuerpo para observar al acosador― ¿Lixxie?

Felix cerró la puerta detrás de sí para luego apoyarse contra la misma.

―Simplemente quería saber a dónde ibas―respondió el rubio.

―Eso es acosar, Felix.

Felix sonrió nuevamente, le parecía graciosa la forma en la que el mayor parecía quererse victimizar cuando fue él quien le había estado siguiendo en cada paso que daba, prácticamente por un mes entero, todos los días, perforándole con la mirada, observándolo de pies a cabeza, como si quisiera desnudarlo con la mirada.

―Acoso es lo que has estado haciendo tú conmigo, Hyunjin-ah―sentenció―. No creas que no he notado cómo me miras cada vez que salgo de la ducha ―trabó la puerta y luego se acercó hacia el pelirosa, quedando enfrentados―, o la forma en la que muerdes tus labios cuando me ves hacer ejercicio.

Hyunjin mostró una media sonrisa, paseando sus ojos de arriba hacia abajo, escaneando el cuerpo delante suyo. Contrario a lo que alguien pensaría, no se encontraba avergonzado por haber sido cachado, porque de hecho, era eso mismo lo que quería; ser enfrentado.

― ¿Fui tan obvio?

Un rápido movimiento por parte del más bajo bastó para déjalo acorralado contra el estante detrás suyo.

― ¿A qué juegas? ¿Hyunjin? ―el tono grave y rasposo que usó para preguntarle le hizo sentir escalofríos ― ¿Qué es lo que pretendes actuando de esta forma? Como si quisieras engatusar a todo ser viviente que pase frente a ti ―la cara de Felix parecía haberse deformado en una expresión seria y un tanto intimidante.

Hyunjin tragó saliva. Eran pocas, realmente muy pocas las ocasiones en las que, por alguna razón, el adorable y sonriente Lee Felix mostraba esa faceta; dominante y serio, como se proyectaba ahora.

― ¿Crees que sólo por tener una cara bonita harás que todos caigan por ti? ―una de sus manos dejó su lugar en el estante para agarrar la cara del mayor, apretando sus mejillas con brusquedad ―Los demás podrán haber caído. Pero yo no.

Hyunjin frunció el ceño. No iba a mentir, eso lo había ofendido en gran medida, porque aunque estaba consciente de que había estado actuando más lascivo de lo que se hubiera imaginado, no era algo que hiciera con todo el mundo, y aunque así fuera, no había razón para tratarlo de esa forma; como si fuera una basura, una fruta podrida.

― ¿Qué es lo que te molesta exactamente? ―preguntó zafándose del agarre de Felix con notable disgusto.

― ¿Qué me molesta? ―preguntó con una sonrisa cínica, casi rodando los ojos ―Tu actitud de diva inalcanzable, la forma en la que me ves, en la que ves a los demás, tus acciones, tus gestos. Últimamente todo me molesta de ti. Es como si quisieras que todo gire alrededor de ti.

―No hago esto porque quisiera opacarte, Felix ―remató, más molesto.

―No es eso, Hyunjin, no estás entendiendo una mierda ―el pelirosa se sorprendió al escuchar al otro soltar insultos. Es decir, no es como si nunca lo hubiera escuchado decir algo así, pero el contexto en el que se encontraban ahora mismo cambiaban las cosas por completo ―. Te voy a ser honesto. La verdad es que no me hubiera molestado en absoluto tu actitud si sólo se tratara de uno dos de los miembros, pero te metiste con la persona equivocada. Te metiste con MI chico.

Hyunjin quedó en shock por unos segundos, hasta que su cerebro logró digerir la información dicha por el otro, y finalmente logró comprenderlo.

― ¿A quién te refieres?

― ¿No lo recuerdas? ―preguntó Felix, entre impactado y enojado ―Te lo dije hace unos meses, en el ensayo del último concierto.

Entonces Hyunjin logró recordarlo. Lee le había comentado sobre un chico, de apariencia tierna pero actitud ruda, el cual le gustaba desde hace un tiempo. No había sido muy específico al respecto, y de hecho no había dado nombre, pero le había dejado una pista crucial, una pista que Hyunjin había olvidado casi por completo; el chico que le gustaba formaba parte de Stray Kids.

―F-felix, lo siento ―musitó con auténtico arrepentimiento―, lo había olvidado por completo. No lo recordaba.

― ¿Sabes cuántas veces he pensado en él? ¿Sabes cuántas veces he soñado con besarlo? ¿Con tocarlo? ―preguntó, molesto ―Claro que no lo sabes, jamás entenderías lo perdidamente enamorado que he estado de él. Llevo más de cuatro años amándolo en secreto, y cuando al fin pude juntar la valentía suficiente como para confesarme te encuentro a ti, devorando sus labios y tocándolo con lujuria.

Los recuerdos de hace unos meses llegaron a su mente como si de un relámpago se tratara.

―Tú... ¿Estás enamorado de Jeongin? ―por la cara que puso pudo confirmar que había dado justo en el clavo.

―No sabes lo mierda que me hizo descubrirlos así, lo estúpido que me sentí al creer que habría aunque sea una pequeña posibilidad de gustarle.

Hyunjin se alarmó al notar cómo comenzaban a caer lágrimas de sus antes furiosos ojos.

―Felix, no digas eso. No es así ―a pesar de un posible rechazo por parte del contrario, Hyunjin lo tomó por las mejillas, limpiando sus lágrimas casi con desesperación, como si eso solucionara el error que había cometido.

― Oh sí, porque seguro le gusto tanto que decidió comerle la boca a alguien más ―musitó, sarcástico, intentando alejarse de Hyunjin, sin embargo este no estaba dispuesto a separarse de él.

―Escucha Felix, lo siento mucho por lo que hice. Pero debes saber que eso no significó nada para Jeongin o para mí, fueron sólo besos. En realidad, a Jeongin también le gustas ―explicó, mirándolo a los ojos, en un intento de demostrarle que estaba hablando en serio ―. De hecho, esa vez que nos descubriste besándonos, yo lo había descubierto antes a él, espiándote mientras te bañabas.

Hyunjin estaba seguro de que el maknae lo golpearía si supiera que lo había traicionado de esa manera, pero la situación lo ameritaba y no era algo que pudiera guardarse en estos momentos.

Felix dejó de llorar para mirarlo un poco sorprendido, pero dudoso a la vez.

―Hablo en serio. Es más, estoy tan seguro de lo que te digo, que seguro si vas ahora a decirle que le gustas se pondrá tan rojo como un tomate. Incluso podemos ir ahora ―hizo el amague de abrir la puerta para llevárselo a donde los demás estaban, pero de nuevo fue detenido por Felix.

― ¿Estás hablando en serio?

―Por supuesto, Felix. ¿En qué me beneficiaria mentirte después de haberme mandado la cagada más grande de mi vida? Si fuera mentira te darías cuenta tarde o temprano.

Felix lo meditó un momento, y al final no le quedó más dudas pues, ciertamente no tenía lógica que, luego de lo que había hecho le mintiera en la cara; aparte, Hyunjin podrá ser un idiota, vanidoso a veces, dramático casi siempre, y muchas cosas más, pero un mentiroso nunca.

Se miraron en silencio por lo que pareció una eternidad, Felix tenía cierta expresión de arrepentimiento en su rostro, pues se dio cuenta lo duro que había sido con él, porque aunque hubiera besado a Jeongin, no había forma de que supiera que era él de quien gustaba, ya que le había dado escasa información al respecto.

―Hyunjin, lo-

― ¿Felix? ―se escuchó del otro lado de la puerta ― ¿Estás ahí?

―S-sí Chan hyung, ya salgo, estaba durmiendo porque me sentía muy cansado y necesitaba silencio ―explicó rápidamente, rezando para que el mayor se hubiera creído la pequeña mentira.

―Oh, entiendo ―ambos chicos suspiraron ―. Por cierto ¿Has visto a Hyunjin?

Felix miró a Hyunjin y viceversa, ambos ansiosos.

―Dile que estoy mal del estómago―le susurró muy suavemente al oído.

―Creo que lo vi dirigiéndose a los baños. Hoy me había comentado que andaba con diarrea ―Hyunjin lo miró mal.

―Ah. Pobre Jinnie. Si lo ves dile que ya nos tenemos que ir.

―Está bien, hyung. Sólo déjame desperezarme un rato.

―Okayy, no te demores por favor―luego de lo dicho se escucharon unos pasos alejarse.

Quedaron en silencio un largo minuto para asegurarse de que el líder se hubiera alejado lo suficiente antes de volver a hablar.

―Lo siento.

― ¿Por qué? Yo debería ser el que se disculpe ―dijo Hyunjin.

―Te traté muy mal y hasta maldije. Eso no estuvo bien de mi parte. No había forma de que supieras que se tratara de Innie.

Hyunjin le sonrió dulcemente y lo envolvió en un abrazo que fue correspondido de inmediato.

―Te perdono si tú también me perdonas.

―Por supuesto que te perdono, idiota.

Se mantuvieron de esa forma un buen rato, simplemente abrazándose y dándose pequeñas caricias en la espalda.

La armonía volvía a reinar entre ambos, y no podían estar más felices.

Cuando el contacto fue disuelto, decidieron que era hora de volver con los demás. Pero cuando Hyunjin estaba casi por girar el pomo de la puerta esta se volvió a cerrar. Giró su cuerpo para enfrentar a Felix, encontrándose con su cara muy cerca de la suya misma. Y sin vérselo venir, pudo sentir casi al instante, cómo los labios contrarios se posaban en los suyos. Fue un beso suave y casi estático, con ambas respiraciones entremezclándose.

―Ahora estamos parejos ―dijo antes de finalmente abrir la puerta y salir antes que él, dejándolo ahí parado.

Al final, y aunque no fue como lo esperaba, Hyunjin logró obtener el tan esperado último beso que le faltaba a su lista mental. Y no podía estar más que satisfecho.

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Bueno, he aquí el capítulo final de este mini-fic. Espero que lo hayan disfrutado y que estén dispuestos a leer una segunda temporada, por que sí, habrá una segunda, y +18, aunque no sé cuándo la suba. En cualquier caso, seguro voy a estar dejando una nota en ese fic para avisarles.

PDA: Disculpen si hay errores, son las 3:39 am y no he dormido desde las 8 am de ayer. Cuando me levante me voy a encargar de revisar bien y de corregir si es necesario.

Sin nada más que decir, les agradezco por haberle dado una oportunidad a esta historia, nos estamos leyendo en las segunda temporada o en otra de mis historias, besitos y bye bye ✨.

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