“En el pasado distante, cientos de milenios atrás, el mundo terrenal había visto nacer a una nueva versión del Arcángel caído más poderoso; Samaela. Quién después de su fallida rebelión contra su padre en el cielo fue rebautizada como el ángel Lucifer. Había sido desterrada y condenada a regir en el reino de las tinieblas como su reina, todo fue relativamente apacible hasta que el día del fin llegó. El infierno estaba sufriendo una terrible desestabilización, su reina había sido expulsada, todo estaba de cabezas y se creía fervientemente que todo se acabaría. Pero, ¿Cuál fue el error que cometió para ser expulsada nuevamente?

Su error fue haber encontrado el amor y la felicidad en medio de su desgracia a la que alguna vez fue condenada. Un Dios iracundo cegado por la furia, el rencor, la envidia y la locura había ocasionado que aquella ángel, que en el pasado había cometido un error, hubiera sido castigada injustamente por segunda vez.

Una vez más fue exiliada de su hogar, condenada a vagar en la tierra para estar sufriendo eternamente un profundo dolor al haber perdido a su familia y a su amada. La ángel infernal tenía motivos suficientes para destruir todo a su paso, pero ella comprendió que la mejor manera de llevarle la contraria a su padre era hacer exactamente lo contrario de lo que el quería que ella sufriera, la misma Lucifer, siendo consciente de su inmenso poder (y el inminente peligro que este representaba a los humanos) y confiada en que sus más fieles seguidoras podrían ocupar el cargo que alguna vez ella ejerció, decidió sellar sus poderes en el interior de su cuerpo; el sello del Pentecostés había sido creado por la primera generación de la orden de los arcángeles de Twice, con el único y exclusivo fin de confinar por un tiempo indefinido los poderes descomunales de un ser celestial. De la hija menor de Dios.

¡Pero ahora, cuando este mundo y el universo corren el peligro de ser destruidos es el momento perfecto para deshacerlo!”

Nayeon habló con voz de trueno ante sus colegas y antiguas enemigas. La sala especial que el consejo infernal tenía en las profundidades del Vaticano había adquirido un brillo incandescente ante el ojo común. La segunda demonio más poderosa y antigua Arcángel de la belleza, ahora la demonio de la Vanidad, estiró sus manos hacia el frente en el momento que sus ojos comenzaron a emanar un brillo de color rojo. Para poder deshacer el sello, todas las demonios debían de entrar en su modo berserker -incluida T/n, que ahora estaba sentada en el centro del pentagrama- para liberar grandes cantidades de energía natural.

El modo berserker era su mayor potenciador, aquel don que era capaz de llevar sus habilidades a un nivel imaginablemente poderoso.

Una a una las seis puntas del pentagrama se iluminaron hasta formar una estrella, y T/n, en el centro, estando completamente desnuda comenzó a emanar un brillo azul, en sus ojos, cicatrices y en el sello que tenía plasmado en su espalda.

—Me arrodilló ante usted, reina mía, señora de la oscuridad y portadora de la luz y la verdad -esta dijo, posando las palmas de sus manos en el suelo- Ha sido un honor servir a su causa y su voluntad, llevando la contraria a aquel dios que se jacta de llamarse benevolente, hoy traeremos de regreso a su majestad el poder de domar a rosas las naciones...

Una a una, las princesas del infierno fueron repitiendo las palabras de Nayeon.

“Orgoglio, vanità, invidia, volontà, lussuria, accidia e avidità, riuniti in consiglio per riportare il potere di Lucifer.” »(Soberbia, vanidad, envidia, irá, lujuria, pereza y avaricia, reunidas en el concilio para traer de regreso el poder de Lucifer)«

¡Oh, umile signore della Pentecoste, padre della giustizia, libera la grandezza della prima caduta, rompi il sigillo celeste, fai rivivere il legittimo e potente Lucifero per riportare la pace in questa realtà!” »(¡Oh, humilde señor del Pentecostés, padre de la justicia, libera la grandiosidad de la primera caída, rompe el sello celestial, revive a la legítima y poderosa Lucifer para traer de regreso la paz a esta realidad!)«

Finalmente después de tantos años el sello qué mantuvo el poder de T/n oculto había sido liberado.

En todo el mundo se sintió la onda de impacto que causó el rompimiento del sello. Todos los seres del planeta, tanto humanos, cómo otros celestiales y demás especies vivas sintieron un temblor que sacudió los cimientos más profundos de la tierra.

Todo el mundo sintió ese ligero temblor, el despertar de la fuerza.

Todo ser viviente, dentro y fuera de todos los reinos sintieron el despertar y el regreso de Lucifer.

Ella ya había estado ahí antes, en el pasado distante.

Las nubes de distintas tonalidades de risa y púrpura abarcaban toda la vista posible, kilómetros y kilómetros de cielo eran cubiertos por estas.

En un principio, el cielo había sido su lugar favorito. Por cientos de millones de años aquel armonioso lugar había sido su hogar, el espacio que la vió nacer, el que la vió crecer y convertirse en el ángel más poderoso y hermoso de todo el universo, y por supuesto, el lugar que la vió caer en las profundidades del infierno.

Las alas blancas de T/n rápidamente aparecieron tras su espalda, el estar en su legítimo hogar hacía que estás cobrarán vida propia, agitandosen en el aire y alzando vuelo.

Poco a poco las nubes se iban tornando de un color más blanquecino, de un blanco más puro. A medida que T/n entraba más al territorio de la ciudad de plata el color rosaceo característico del ocaso eterno era cambiado por el blanco, hasta que simplemente este desapareció.

Las enormes puertas doradas del cielo fueron abiertas al reconocer el aura de T/n, y dándole pase libre a la antigua Arcángel está se adentró hasta el cielo, el lugar del que alguna vez fue exiliada. T/n avanzó rápidamente entre los dominios de su padre hasta llegar al edificio central de la ciudad de plata; un palacio inmenso del mármol más blanco y puro que existe en todo el universo, rodeado de hermosos jardines y una fuente que se coronaba cómo el centro del jardín. La azabache aterrizó en el lugar, admirando al lugar que como se había dicho antes, fue su hogar.

Los jardines habían quedado atrás mediante T/n camino por estos, la azabache evitó usar los pasillos principales para no toparse con seres indeseables, está simplemente uso los alrededores para llegar al lugar que deseaba encontrar.

Finalmente después de unos minutos T/n llegó hasta el lugar deseado; oculto tras un pilar y lo que parecía ser un lago interior estaba el taller de su padre. La azabache se adentró entre los arbustos hacía ese lugar, encontrando la imponente figura de un hombre de espaldas. T/n se ocultó tras otro pilar, viendo lo que allí sucedía.

Sus ojos fueron hasta toparse con una niña pequeña, está, de cabello negro y hermosos ojos marrones miraba totalmente concentrado como el hombre trabajaba, este, quien ocasionalmente miraba a la niña sonreía y le explicaba detalladamente paso a paso todo lo que hacía.

—Y si le agregas esto, junto con esto, y si lo combinas con esto obtienes un adorable y hermoso panda rojo -este explicó, enseñándole a la pequeña una estatua de arcilla con la forma del animal- Luego papá lo pone en esta caja y ¡Wualá! -al hacerlo la figura mágicamente cobró vida, la niña miraba al animal con sus ojos brillosos- Y al final se pone en esta otra cajita para que luego tu hermana Jihyo lo lleve hasta la tierra.

—¡Es hermoso papá!

T/n no pudo evitar sonreír al verse a sí misma cuando apenas era una niña. Después de un rato, y de tener la caja mágica llena de figuras de arcilla el hombre alzó a la niña en brazos, dejándola de pie en su mesa de trabajo.

—Un día de estos, tal vez en muchos años más, tu ocuparás mi lugar -El joven Jongin dijo, acariciando suavemente el rostro de la niña- Nunca pensé que mi hija menor tendría el don de crear, pero si lo tienes es por algo, ¿No? -este dijo, la niña asintió- Solo espero que sigas en el buen camino, que sigas los pasos de nuestros ancestros y hagas sentirnos orgullosos.

—¿Y como haré eso?

Jongin sonrió, este dejó a la niña en el suelo. —Solo sé tu misma -este contestó, luego le entregó la figura de arcilla que la niña creó con sus propias manos- Anda, ve y muestrale a mamá lo que hiciste, papá tiene que hacer algo más.

Sin más que hacer, la pequeña T/n salió corriendo del taller en dirección al interior del palacio. La sonrisa que Jongin tenía en su rostro desapareció lentamente, y dejando sus manos limpias con un trapo habló.

—Creo que es buen momento para que salgas de ahí -este dijo, la azabache oculta tras el pilar sintió temor de ser descubierta, Jongin se giro en dirección a T/n- No tengas miedo, no te haré daño.

T/n lo dudó por unos segundos, luego al estar sin opciones salió de su escondite, encarando a su padre, Jongin.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? -este dijo, dejando sus manos aún más limpias- ¿Unos cuantos millones de años tal vez?

—Son demasiados años para saberlo -esta dijo mientras avanzaba con cautela- ¿Por qué te ves tan joven?

Jongin enarcó una ceja y miro su cuerpo, este alzó los hombros desentendido. —Supongo que estoy así ya que soy un recuerdo tuyo solamente -este respondió sonriendo- Te has convertido en toda una mujer T/n.

Está asintió, mirando con duda a su padre.

—Entonces esto es un recuerdo, dentro de mi imaginación, ¿No? -Jongin asintió afirmativamente- ¿Que estoy haciendo aquí?

—Estas aquí ya que alcanzaste un estado divino -dijo- ¿Has roto el sello del Pentecostés, no? -T/n se sorprendió por ello- No te sorprendas de que yo sepa eso, soy dios después de todo -rió- También supongo que mis acciones te han llevado hasta este punto sin retorno...

—Has reunido a un ejército entero para matarme -dijo T/n secamente- ¿Por qué ahora actúas tan amigable?

Jongin sonrió levemente.

—No soy el Jongin al que estás acostumbrada hija, recuérdalo, solo soy un recuerdo tuyo -este dijo- Entonces eso ya sucedió...

T/n asintió. —Me estoy preparando para matarte -esta dijo- Pero antes... ¿Puedo preguntar por qué?

Jongin le insinuó a T/n sentarse, está acató la petición y tomo asiento en el sofá que había allí, Dios tomó asiento frente a ella, ahora el taller era un jardín más.

—La mente es frágil hija -dijo- Y nadie, ni siquiera alguien como Dios está excento de perder la cordura -este agregó, dando un sorbo de su taza de té- Desde mucho tiempo antes de ser dios sabía que sucedería esto.

—¿Y por qué no lo evitaste?

—El universo es inmenso, y es perfecto -dijo- Lo que él tiene preparado para nosotros no se puede cambiar, es... Difícil de comprender al principio, pero con el tiempo terminas entendiendo todo y aceptandolo -Jongin miró a su hija- Sé que tu odio hacía mi es enorme, y no lo puedo negar, merezco todo eso -la azabache desvío su mirada incómoda- Sé que tu futuro no es el mejor, y créeme que me encantaría cambiar eso, pero todo es parte de algo más grande que tú o yo, luchar contra él sería perder el tiempo.

—¿Y tú solamente estuviste de acuerdo con eso? -esta preguntó, él asintió- Para ser Dios eres un poco estúpido.

—Lo sé -este dijo riendo- Eso mismo le dije a mi padre, pero mírame, estoy viviendo los mejores momentos de mi vida -luego miró a su hija con pesar- Solo me queda disfrutarlos hasta que duren.

Su recuerdo, al tener consciencia propia sabía lo que pasaría entre el y la azabache en el futuro.

—¿Y entonces que estoy haciendo aquí? -T/n preguntó- Hasta hace unos minutos estaba en un sótano, rodeada de mi... De mi familia -esta sonrió al recordar a las chicas- ¿Por qué terminé aquí hablando con mi recuerdo?

—Es una transición -respondió él- Al romper el sello llegaste a alcanzar el poder de un celestial supremo, tu cuerpo es ahora energía natural pura  -dijo- Eres una diosa hija.

—Entiendo... -esta susurró, luego miró a su padre, sonriendo levemente cómo lo solía hacer en el pasado- Nunca pensé que todo esto terminaría en... Todo lo que está pasando -dijo- Tu demencia, mi exilio, todo el sufrimiento que me causaste a mi, a mamá, y a todo el mundo en general. Es casi imposible de creer, es la primera vez que pasa esto, y realmente no quiero que pase lo que sucederá a continuación.

—Así tiene que suceder, así lo requiere la sagrada línea del tiempo -este dijo- Mi único consuelo es que en tus recuerdos seré por siempre el hombre que debí ser, un padre amoroso, alguien cuerdo... -dijo- Es una lastima que las cosas tuvieran que ser tan diferentes.

Luego, desde los pasillos interiores, padre e hija escucharon varios pasos acercándose. T/n se levantó y miro a su padre.

—Eres una víctima -esta dijo- Todo lo que estás pasando no debió de pasar, es injusto.

—Definitivamente lo es, es muy injusto, pero de no haberlo hecho no estarías en este momento hablando conmigo, no serías la mujer que tenías que ser -luego él también se puso de pie- Un padre sacrificaría cualquier cosa por sus hijos, y yo sacrificaría todo de mi una y otra vez por ustedes -este indicó- Aún si eso significa convertirme en un monstruo.

Luego el entorno de T/n comenzó a desvanecerse.

—¿Y podré volver a verte? -esta preguntó, mirando como su cuerpo iba desapareciendo- ¿Podré volver a hablar contigo?

—Eres una diosa T/n, podrás hablar conmigo siempre y cuando me recuerdes como el hombre que siempre debí de ser -este dijo, sonriendo levemente- Solo búscame en tus recuerdos, estaré ahí para ti.

T/n asintió, y con una lágrima bajando por sus mejillas sonrió.

—Hasta pronto, papá...

El joven Jongin asintió, este también tenía varias lágrimas bajando por su rostro.

—Hasta pronto T/n, mucha suerte -dijo- Estaré observandote.

Finalmente todo se desvaneció.

Hace más de un mes no actualizaba el fic, pero como ya esto está a punto de terminar sentí que ya era el momento de regresar.
Quedan más o menos como diez capítulos para el final, pero si no hay apoyo de ustedes tanto en votos como en comentarios, lamentablemente me veré en la necesidad de cancelar el fanfic y anular su publicación.

No es una advertencia chinchulines, es una promesa que cumpliré si o sí. Pero pues, eso queda en el criterio de ustedes, ¿No? 👀

Disfruta del capítulo uwu