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OO9: Ella...🌷

JiSoo depositaba pequeños besos por todo el rostro de la alfa, estaba tratando de que su Lili le regalara un cachorro, aunque sea pequeño para que la acompañara y protegiera mientras ella no estaba.

-Somos muy jóvenes para tener un cachorro, cariño - soltó una pequeña carcajada por las pequeñas cosquillas que sentia en su rostro.

- Ya somos grandes, tengo veintidós y tu veintiséis. ¡Tengamos un cachorro! - abrazó por el cuello a la pelinegro.

- No lo sé... Es mucha responsabilidad un cachorro - habló con vergüenza.

- ¡Quiero un cachorrito! - exclamó con un tierno mohin.

- Bueno, tal vez ya es hora de tener un cachorro - dijo con un leve sonrojo.

- ¡Yei! ¡Vamos, vamos! - jaló la mano de la castaña.

- ¿Qué?

- Si, tenemos que buscar un perrito muy lindo para mi, mi cachorrito - habló.

- ¿Querías un cachorro de esos? - preguntó sintiendo mucha vergüenza al pensar otra cosa, ella pensaba que su omega hablaba de una familia.

- ¡Quiero ese! - señaló al pequeño can.

- Va a crecer mucho y te puede lastimar - negó levemente con su cabeza mientras se cruzaba de brazos.

- Pero es muy lindo, es cafecito y miro sus patitas - cargó al perro entre sus brazos.

- Va a creer mucho, elije uno chico - ordenó.

- El es chico, mira, cabe en mis brazos. Es color cafecito - habló con un lindo puchero.

Lalisa negó mientras caminaba hasta donde estaba el vendedor. Soltó un pequeño suspiro antes de hablar.

- Oiga, ese perro - señaló el can que cargaba su esposa - ¿Crece mucho?

- Obviamente, es un doberman - respondió.

La alfa se sintió frustrada, no quería un perro gigante en su casa, podía lastimar a su esposa.

JiSoo miraba con tristeza a Lalisa, tal vez estaba convenciendo al sefior de que no les dieran el perro. Dejo al perro en su cama mientras le daba suaves caricias

- Lo siento... - murmuró.

- Agarralo, conejita. También asegurate de llevarle un collar y una cama - hablo Lisa llegando a su lado.

- ,¿Lo llevaremos? - pregunto con una sonrisa

- Si. Después de todo es el perro que tú elegiste - respondió.

JiSoo quería abrazar y llenar de besos a su esposa pero sabía que no debía hacer eso en la calle, así que solo sonrió.

- Gracias, Lili... - susurró - llegando a casa te daré muchos besitos.

- Hay que llegar rápido a casa entoncesm

Salieron de la tienda con una pequeña sonrisa, JiSoo llevaba al pequeño can con una correa mientras Lisa cargaba aquel pesado costal de comida de perro. La omega iba con una enorme sonrisa viendo al perro dar brincos de alegría, su sonrisa se borró al ver a una persona. Detuvo todos sus movimientos quedando totalmente estatico viendo a esa persona, en sus ojos se veía el panico; Lisa al ver eso bajo el costal y sacudió el cuerpo de su omega sin llegar a lastimarla.

- Conejita, ¿Qué sucede? ¿Estás bien? - interrogó con preocupación.

- Ella.. - murmuró con lágrimas en sus ojos.

- ¿Quién? ¿Te sientes bien? ¿El perro te hizo algo? - cuestionó.

- Me hará daño... Vino por mi, vamonos Lisa, tengo que esconderme - habló con miedo.

Lisa vió cómo una mujer sonreía con burla mientras se acercaba a ellas, JiSoo temblaba mucho. La alfa puso detras de ella a su omega para protegerlo.

- ¿Necesita algo, señora? - preguntó con seriedad, mirando fijamente a la mujer mayor delante de ella.

- Esa omega... ¿De dónde la saco? - señaló a JiSoo, el can gruño al ver que esa mujer quería tocar a la omega, empezó a ladrar cuando la mujer se acercó más.

La mujer solo se alejó un poco al ver la agresividad del can y sonrió falsamente.

Lalisa sonrió en su interior, al parecer no fue mala idea comprar ese perro.

- ¿Ella? Me la encontré, ¿Por qué tanto interés?

- Esa omega me pertenece - comentó.

- Le pertenecía. Ahora es mía, es mi esposa y tal vez ya escuchó ciertos rumores de que no me gusta compartir lo que es mío. - habló con un tono de voz neutral.

- ¿Tú eres la líder de esta manada? - cuestionó.

- Estás en lo correcto.

- No importa esa omega es mía, si quieres te lo puedo cambiar por una de las muchas que tengo - intentó negociar - Los rumores dicen que puede ser infértil, ya que no te ha dado un heredero aún, también que la tratas como poca cosa.

- ¿Y qué si es infértil? Es mía y no la voy a compartir, además, la puedo tratar como se me de la gana, es mia.

- Yo pagué por ella en una subasta es mía - atacó.

- No. ¿Sabes donde la encontré? - pregunto con una sonrisa - La encontré en la zona de caza, recuerda que en esa zona todo lo que te encuentres ahí te pertenece, no importa si es de alguien más. ¿Y adivina? Ella estaba tirada en el suelo sin ningúna compañía.

- Mientes, no pudo llegar tan lejos.

- Pues deberia de creerme, la encontré inconsciente en esa zona. Puedes preguntarle a un cazador, ellos fueron conmigo ese día - habló.

- Bien, ¿Cuánto quieres por ella?

- No quiero tu dinero, tengo de sobra.

- Entonces, comparte

- ¿No entiendes? No me gusta compartir mis cosas, así que te pido que te vayas de mi manada al mediodía - ordenó antes de volver a cargar el costal y caminar junto con JiSoo.

- Conejita, todo esta bien. Ya vamos a llegar a casa y estarás segura - susurró Lisa caminando rápido.

JiSoo asentía mientras cargaba al pequeño perro.

- Quiero que estén cuidando todo, ningún desconocido entra sin mi permiso. - ordenó - Si alguien viene de visita o algun otra razón, lo dejan en el portén hasta que yo autorice que entre, ¿Quedó claro?

- Si, señora. Iré a avisarle a los demás - hizo una reverencia para irse corriendo de ahí.

Trato de tranquilizarse antes de entrar a la habitación, su omega estaba muy asustada, tanto que había hecho un nido. Justo ahora estaba con el cachorro tapado con una cobija.

- Conejita... Toma este té, te ayudará a calmarte - habló con voz suave dejando la pequeña taza a un lado.

- ¿Ella me va hacer daño? - cuestionó saliendo de su pequeño nido.

- No. Nadie te hará daño porque yo no lo voy a permitir - respondió mientras abrazaba a la castaña con fuerza.

JiSoo se separó de la alfa para tomar el té rápidamente, después corrió a las ventanas de la habitación que estaban cerradas muy bien y recorrió las cortinas, el cuarto se oscureció por la falta de luz. Después se metió al nido tapándose nuevamente con la cobija.

- Métete, Lili - ordenó.

La alfa obedeció y se acurrucó muy bien, el can lamio la mejilla de la pelinegro unas cuantas veces antes de acomodarse en los brazos de la omega.

- Bam te quiere - habló con una sonrisa JiSoo.

- ¿Bam? ¿Así se llamará? - cuestionó.

- Si. Es un lindo nombre

- Bam, espero protejas muy bien a mi omega. Confio en ti - le habló al can.

JiSoo soltó una pequeña risa antes de besar los labios de su esposa suavemente.

- Nadie te hará daño - dijo con seguridad.

- Lo sé... Pero aún así siento miedo.

- Estaré estos días contigo, no te dejaré sola por nada del mundo.

- Eres una gran alfa, te amo mucho, Lili - sonrió tiernamente.

La pelinegro abrazó con fuerza a su omega y dejó salir unas cuantas feromonas para tranquilizar a su osito.

- Me encanta tu aroma...

- A mi el tuyo, es dulce pero no empalagoso - opinó.

De un momento a otro JiSoo se quedó dormida, Lisa supuso que fue por el té ya que era para relajar a su omega.

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