𝐔𝐧𝐨
ʏᴏᴏɴɢɪ
Un cielo despejado, un ambiente ventoso, un clima entre cálido y frío, eran las características de una temporada de otoño. Para algunos era hermoso y lo disfrutaban, pero para mí, simplemente, la detestaba.
Aún con el máximo esfuerzo que haga, es inevitable no recordar cómo fue que perdí a mi madre, hace tan sólo un mes. No era justo, claro que no, ella no lo merecía. Los médicos dijeron que estaba bien, que todo saldría bien, pero solo fueron mentiras.
Mientras más palabras me decían, era la sentencia de muerte hacia la única mujer que amé y amaré siempre. No puedo entender cómo fue que todo terminó así, si yo mismo vi su estado, su cuerpo, no tenía rastros de negatividad. Entonces ¿qué salió mal? ¿Las quimioterapias? ¿La medicación? No lo sabía, pero tenía muchas dudas.
El perder a un ser querido, y más aún cuando fue la única persona que conociste y te crió en toda tu vida, lo hace aún más especial y doloroso. Realizamos una mala estrategia para nuestra lucha, pero ya no pudimos hacer nada, aquel mal, nos había vencido. Pero, mi promesa seguirá intacta, no importa que malos u horribles momentos lleguen, yo lucharé y no me rendiré.
Nunca.
Era pasado las 5 de la tarde, esperaba aquel bus que me llevaría hasta mi departamento en el centro de la ciudad, un largo viaje, que me ayudaría mucho a despejar y tranquilizar mi mente.
Subí al bus y rápidamente el camino se hizo más corto, llegando a mi destino. No hice muchas cosas al llegar a mi habitación, lo único que quería era dormir, después de todo, ¿ya era hora no? En fin, sin importarme mucho que comer, decidí acostarme, y a pesar de lo difícil que era conciliar el sueño, esperaba lograrlo pronto.
Y así fue.
Luego de varias horas, abrí los ojos, había sido una larga noche. Pero, más aun por esos recuerdos que me atormentaba a diario, sabía que tenía que superarlos, de lo contrario, no llegaría a ningún lado y seguiría en mi "hueco", como suelo llamar a mi mundo.
Ya amaneció.
Con pesadez me levanté de la cama y fui directo a tomar un baño bien frío, a pesar del clima no me importó, simplemente quería comenzar este día de buena forma y con mucha energía.
Ser profesor no es nada fácil y menos aún de una Universidad tan prestigiosa como la del centro del país. Otro día más de trabajo, pero tenía esa sensación de que hoy sería más que solo dictados o exámenes, algo pasaría o tal vez no, sea bueno o malo, tenía mucha intriga.
No tardé mucho en arreglarme. Terminé por ponerme el abrigo, y salí del departamento. Mientras caminaba rumbo al paradero, sentí como esos pensamientos de intriga volvían a envolver mi cerebro, como si me advirtiera de algo que probablemente era... Nada.
Luego de que el autobús había llegado, me ubiqué en el asiento que siempre utilizaba. El caminó a la universidad era corto por las mañanas, debido a que no había mucho tráfico. Así que, en cuestión de quince minutos, había llegado a la sede. Descendí del autobús e ingresé al campus. No había nada nuevo, alumnos por aquí, alumnos por allá, nada fuera de lo común. Elegí esta carrera, porque creí que sería genial, ¿genial?, que descripción más acertada, pero era verdad. Desde pequeño me gustaba mucho enseñar a la gente, y más aún cuando se trataba sobre el análisis de los pensamientos. "La filosofía" era mi pasión. Tenía mí propio concepto de cómo era el mundo antes. Pero me di cuenta de que la actualidad, ya no era igual.
Caminé hacia el pabellón de maestros, y saludando a cada uno, fui hacia el salón de clases asignado para mí a esta hora. Por suerte no había ningún alumno, así no tendría que estar saludando primero. No era maleducado, pero me cansaba de hacerlo, ustedes me entienden. Me ubiqué en mi pupitre, y ordené todo el material que necesitaría para la sesión de hoy, esperaba tener buenos resultados con el tema que tenía preparado para esta clase. Regresar a este salón después de un mes de ausencia, era ¿emocionante?, pero no me sentía así sinceramente, era raro, sin embargo, tenía que cumplir con mis obligaciones, de lo contrario podía ser penalizado.
Observé el reloj en mi muñeca, aún faltaba unos minutos, y al parecer todavía no había presencia de ningún alumno. Utilicé ese tiempo, para revisar mi teléfono, algunos chats, correos, redes sociales. No tenía mucho interés en esos campos, así que decidí revisar las últimas noticias.
"La tasa del PBI de los Estados Unidos, ha sufrido una caída de 4%, afectando gravemente la economía del país."
Según tenía entendido, aquel país estaba pasando por una crisis, desde la ruina de una de las empresas más importantes de EE. UU, se han estado destapando testimonios o denuncias por parte de extrabajadores, que exigían recibir ayuda o algún tipo de recurso económico, pero todos eran negados. El caso que ocurrió en la empresa RLAE, era un misterio que todos desconocen, o bueno, los medios no decían nada al respecto. Realmente, siento una inquietud por lo que sucede en ese país, tenía la sensación de que algo muy grave ocurrió. Y más aún, para tener que desliarse con los países de mayor desarrollo, la Unicef cerró todos los medios de donación que recibían de forma física, también al parecer cerraron las fronteras en la parte sur del país. Era muy confuso, pero si nadie decía nada, era porque nada malo pasaba, ¿verdad?
Solo espero que así sea.
Seguí buscando algún artículo que me llamé la atención, la mayoría trataba de deportes, un tema que no me agrada en lo absoluto, algo de cultura, y también entretenimiento. Estaba por apagar mi teléfono, cuando vi una publicación. No era de un medio confiable, debido a que no se encontraba en la sección de noticias, pero no me vendría mal leer un poco más.
"NOTICIA DE ÚLTIMO MINUTO: Se han detectado gran índice de muertos en los estados de Texas y Arizona, la población está muy alterada, pero hay algo que realmente sorprendió a todos. Los cuerpos fallecidos han..."
Fui interrumpido por unos alumnos que tocaron la puerta del salón, apagué mi teléfono, y lo guardé. Me levanté y comencé a recibir a los alumnos que estaban llegando. Fue cuestión de 10 minutos para tener el salón completamente lleno. Con la presencia de 30 alumnos, inicié la sesión que tenía preparada para hoy.
—El día de hoy, hablaremos sobre... —fui interrumpido por el profesor Lee, quien ingresó muy apresurado al salón.
—Profesor Min, la directora ha ordenado una reunión urgente en el salón central, usted y sus alumnos deben ir ¡ahora! —exclamó.
Escuché el bullicio por parte de los alumnos, solo bastó una mirada hacia ellos para que guardaran silencio. Con una confirmación hacia el profesor Lee, todos observamos como salió demasiado rápido. Ignoré aquello y me dirigí a los alumnos.
—Bien —traté de relajarme—. Como oyeron, debemos ir al salón central. Así que, por favor, caminar de manera ordenada —indiqué.
Uno por uno salía del salón, y de manera ordenada, avanzamos por los largos pasillos. Corría un poco de aire, debido a los enormes ventanales que estaban semiabiertos, pero no me incomodaba. Estaba tan concentrado en mi andar, que no podía ignorar el sonido de los pasos de los alumnos y uno que otro cuchicheo entre ellos, estaba seguro de que se preguntaban qué era lo que sucedía, de ser ese el caso, no sabría que decirles como respuesta. Pero mientras pronto llegamos, pronto lo descubriremos.
Al ingresar al gran salón, todos ya se encontraban allí. Era una sala muy grande, con la capacidad para todos; alumnos, profesores, dirección, administración, y otros agentes más, realmente era una sala enorme. Observé a cada maestro con sus respectivos alumnos. Tomé la ubicación que me correspondía y formé a los alumnos de mi asignación. Todos guardamos silencio, esperando a que nos digan aquello que era tan urgente.
Después de diez minutos, ingresó la directora, siendo la última persona que faltaba. Se ubicó en el centro del lugar y comenzó a hablar.
—Queridos profesores, administradores, personal y alumnos en general —hizo una reverencia—, primeramente, pido una disculpa por el llamado tan repentino que sucedió ahora, pero debido a la situación que está sucediendo en varios países, era de suma importancia dar este informe a todos los residentes de esta institución.
Apagó el micrófono y avanzó hacia el pequeño reproductor multimedia de la sala. Después de unos cuantos ajustes, se encendió lo que parecía ser una pantalla gigante, dando un mejor acceso a la vista de todos los alumnos presentes. Aún no entendía que pasaba, pero era muy probable que algo andaba mal. No estaba seguro de si solo yo o alguien más, vio la manera en cómo las manos de la Señora directora temblaban. No quería alarmar a nadie, pero tenía que hacer algo, tal vez estaba enferma, y podría empeorar, no lo sé.
Los minutos pasaban, y esto era cada vez más raro, empezaba a estresarme. Podía sentir la impaciencia de todos los presentes, hasta que, por fin, volvimos a oír la voz de la directora.
—El suceso que tengo que informarles, puede ser un hecho que para algunos resulte irrefutable y nada creíble —soltó un suspiro pesado—, pero en esta ocasión tienen que tener el criterio de creer, antes de ser vulnerable por un término que casi nadie conoce.
La sala se llenó de bulla, y muchos comentarios salieron al aire, convirtiéndose en un caos, que comenzaba a descontrolarse.
—¡Silencio! —exclamó la directora.
Casi todos fueron sorprendidos por el tono que uso, pero no dijeron nada. Ella caminó hacia la multimedia y la encendió. Lo primero que seleccionó fue un video, que al parecer se trataba del accidente que hubo hace una semana en Estados Unidos, sobre la empresa RLAE. Con algo de curiosidad, presté mucha atención al video.
—Como la mayoría de los presentes aquí, tienen entendido sobre los sucesos que están ocurriendo en Estados Unidos, me será más fácil explicarles lo que tengo que decir.
Todos los presentes guardaron el mayor silencio en absoluto, sólo podía escucharse las pesadas respiraciones que tenían los alumnos y uno que otro profesor.
—En esta última semana han ocurrido hechos muy relevantes en el estado de Texas, según el informe aquí presente, la mayoría de personas que vivían en ese lugar, fueron asesinadas, no se explica cuál fue el motivo —detuvo su hablar, pero nuevamente continuó—. Pero lo más impresionante es que aquellas personas muertas, han...
Todos quedamos en shock, al ver como la directora sufrió un desequilibrio y cayó fuertemente al piso de la sala, ocasionando un claro sonido de golpe. Algunos profesores que tenían mayor cercanía, fueron a auxiliarla rápidamente. Pero para mí, había algo muy raro aquí, tal vez tendría que ver con la manera del porque sus manos temblaban así, ¿y si debí de decir algo?
Traté de calmar a mis alumnos, aunque era algo imposible, había mucho caos y desorden. Dejándolos solos un momento, caminé en dirección hacia los otros profesores, quienes también se preguntaban que estaba sucediendo. Me acerqué hacia el cuerpo de la señora directora, para asegurarme de que todo estaba bien, pero no fue así. Tenía muchas gotas de sudor en la frente, al parecer tenía fiebre. Tomé su mano y en efecto, estaba muy caliente. Traté de hallar su pulso, pero no lo encontraba, esta situación ya no era normal.
Cuando escuché la puerta de ingreso abrirse, visualicé al doctor de la institución, rápidamente cedí el espacio y me alejé, retornando a la fila con mis alumnos.
Luego de unos minutos, ingresaron los enfermeros con una camilla en mano, y cuidadosamente acomodaron el cuerpo de la directora sobre esa camilla y salieron del lugar. Todos empezaron a hacer mucha bulla, murmullos por todos lados y algunos profesores alterados. Escuchamos al subdirector Kim dar órdenes de volver a los salones correspondientes, y sin inmutar nada, todos salieron de la sala central, y retornaron a sus salones.
Mientras caminaba, podía confirmar esa sensación que sentí en la mañana, de que algo estaba sucediendo, así que tenía que averiguar que era. Luego de llegar e ingresar con los alumnos a nuestro salón, dejé a cargo al presidente y salí de inmediato, rumbo a la oficina del subdirector.
Solo bastó una caminata de 5 minutos, para llegar a su oficina, di tres toques, recibiendo el permiso para ingresar.
—Namjoon.
No era necesario las formalidades cuando estábamos solos. Nos conocíamos toda la vida, éramos grandes amigos.
—¿Qué necesitas Yoongi?
—Información.
Recibí su completa atención, y dejó todo lo que estaba haciendo anteriormente, para ofrecerme a tomar asiento en una de las sillas cerca de su escritorio.
—¿Cómo está la directora? —pregunté.
—Por ahora está en observación, pero hay algo muy extraño en ella —su rostro reflejaba todo lo que quería expresar.
—¿Sabes que le sucedió? ¿Por qué está en esa situación? — volví a preguntar.
—No lo sé, pero, el día de ayer tuvo una recaída igual, no tan grave, pero creo que... —hizo el ademán de pensar—. Tiene que ver con la herida en su brazo.
—¿Herida?
—Si.
Observé como Namjoon se paró del asiento y caminó en dirección a la puerta, no sin antes girar a verme y preguntarme lo que tanto quería averiguar.
—¿Quieres ver cómo está ella?
No esperé mucho y fui tras él. El camino hacia la sala hospitalaria era un poco lejos de los salones, por lo que, solo me límite a guardar silencio. No quería abrumar de tantas preguntas a Namjoon, estaba seguro de que todo esto, lo enfadaba y confundía mucho, al igual que a mí.
Al llegar a la habitación donde estaba internada la directora, visualicé que había unos guardias, algo muy extraño, si antes tenía dudas, ahora tenía el doble de eso. Caminé junto a Namjoon hacia la puerta, pero ambos fuimos detenidos antes de poder tocar la puerta.
—¿Qué sucede? —preguntó Namjoon con voz grave.
Pero no hubo respuesta alguna, sabía que, si esos hombres no decían nada, descontrolarían su ánimo. Y no quería ver eso ahora. Antes de que diga otra palabra más, fue interrumpido por la voz del Médico de la Universidad.
—Nadie puede ingresar —nos miró a ambos.
—Señor —fue interrumpido nuevamente.
—Síganme por favor —fue lo único que dijo.
Miré a Namjoon y dudé un poco en obedecer, pero al ver que él no decía nada, caminé siguiendo el paso de ambos hombres altos.
Entramos a su oficina y tomamos asiento como nos sugirió al principio. Pude ver que, en sus ojos, había algo de temor y confusión, pero no entendía a que se debía.
—La directora por el momento está en una especie de coma postraumática. Al parecer fue debido a una herida en su mano derecha que curamos ayer. Cuando la revisamos, tenía signos de ser una mordida, pero no identificamos la especie que la hizo, el problema ahora es que esa herida está muy infectada, lo que alteró por completo todo el sistema inmunológico de la Señora directora, causando debilidad y extremo cansancio.
Escuché cada palabra que decía, tratando de buscar más allá de ellas, pero algo faltaba, de lo contrario no podía tener una conclusión de lo que sucedió.
—También, observamos que ha aumentado en gravedad su fiebre, todo ha sido muy extraño debido a que sucedió en menos de las 24 horas, ahora... —fue interrumpido.
Llegó un enfermero corriendo, demasiado agitado, sorprendiendo y asustando en gran parte a todos.
—Doctor —lo llamó—, la directora... ¡Ella ha colapsado! —gritó con un evidente nerviosismo en su voz.
Abrí los ojos sorprendido y no esperé mucho para salir corriendo junto al Doctor y Namjoon tras de mí. Al llegar observé como uno de los enfermeros trataba de estabilizar y tranquilizar a la directora, la observé con más precisión y no se veía nada bien, tenía un aspecto como si de un muerto se tratase. No pude ignorar ningún detalle y más aún cuando empezó a gritar, me sorprendió tanto que retrocedí un poco por inercia.
Fue cuestión de segundos cuando la directora lanzó el cuerpo de uno de los enfermeros muy lejos de su camilla. Corrí hacia ese chico y traté de ayudarlo a recomponerse y poder levantarse, lo cual me alivió un poco ya que lo hizo de inmediato. Volteé la mirada y mi sorpresa fue tan grande que no pude articular ninguna palabra. La directora había literalmente enloquecido, tomó el cuerpo del doctor y lo atrajo hacia ella, dando un mordisco en su yugular, provocando que la sangre se rociara por toda la habitación. Miré a Namjoon y vi que estaba tan sorprendido como yo, corrí hacía él y tomé su mano sin pensarlo.
—Salgamos de aquí —dije muy nervioso.
No quería quedarme a ver qué era lo que sucedía después. Si bien conocía algo sobre esto, pero era debido a las películas que veía Jungkook, ese niño era muy fanático de eso, aunque las probabilidades de lo que sucedía en esas películas y lo que sucedió hace segundos eran casi iguales, no estaba seguro de que era realmente, ni si pueda sobrevivir a algo como eso.
Miré a Namjoon recibiendo negación por su parte. Me detuve un momento y giré a ver cómo estaba la situación de la directora.
No escuchamos nada más luego de unos disparos, el ambiente se sentía muy pesado, no sabía si volver a averiguar lo que pasaba o irme de este lugar.
—Namjoon, ¿crees que debemos volver a ver qué pasó?
—Viste esa cosa Yoongi, no creo que debamos volver, de seguro esos hombres que estaban armados lograron matarla o algo así —habló rápidamente—. Ahora lo que debemos hacer es comunicar esta situación a la policía, debemos...
Detuvo su hablar cuando escuchamos varios pasos correr por los pasillos lejanos, que cada vez se escuchaban con mayor claridad, esto no estaba bien.
—Yoongi, tenemos que correr ¡Ahora! —gritó tan fuerte que provocó escalofríos en todo mi cuerpo.
Salimos de la zona hospitalaria y fuimos hacia su oficina, teníamos que hablar de esto a las autoridades, ellos se encargarían. Namjoon tomó el teléfono luego de marcar el número de la FBI de Corea, esperando una respuesta.
Nada, fue lo que obtuvo, marcó otro número tratando de que alguien respondiera, pero era inútil.
—Maldición —se enojó—, nadie contesta, al parecer la señal está saturada.
—Tenemos que salir de este lugar amigo, y evacuar a todos los alumnos.
—Tienes razón, iré a activar la alarma de simulacro, no tardaré mucho —salió corriendo inmediatamente de la oficina.
—Si —asentí—, yo iré a —escuché como la alarma ante incendios fue activada, sonando en todo el lugar. Salí de la oficina y vi como los alumnos corrían de un lugar para otro, era un gran disturbio.
Corrí, y volví a encontrarme con Namjoon. Ambos corrimos en dirección al salón de mis estudiantes, pero era muy difícil pasar entre la gran cantidad de alumnos que invadieron los pasillos, entre empujones y una que otra caída, llegamos, y nuestra sorpresa fue mayor cuando vimos que no había ningún alumno en el salón. Corrí a mi escritorio y rápidamente tomé mi maletín, estaba por salir del salón cuando vi a una alumna que estaba sentada en el último pupitre, era la alumna Lee. La miré confundido, y me acerqué un poco.
—Alumna Lee, ¿qué hace aquí ahora? —pregunté un tanto incómodo, pero muy serio.
—Profesor, lo estaba esperando —habló con esa voz suave que a veces era irritante.
—Tiene que salir de aquí —le advertí—, vamos —caminé en dirección a la puerta, pero no escuché ningún otro paso. Ella seguía en su misma posición.
—Siyeon, ¿qué esperas? —la llamé por su nombre, me estaba desesperando. No esperé su respuesta y fui hasta su lugar, tomé su mano y sin ninguna delicadeza la llevé fuera del salón.
Namjoon me miró algo confundido, pero no dije nada, solo empecé a caminar con Siyeon a un lado. Ahora lo único que quedaba, era ir hacia la salida principal.
Los tres caminamos, por aquellos pasillos que ahora eran muy estrechos, era horrible pasar por allí. Miré a Namjoon, y al parecer iba a decir algo, claramente con la autoridad de subdirector que tenía.
—¡Atención! —elevó su tono de voz—. Debido a ciertos problemas que sucedió en interno, se les pide a todos los estudiantes que abandonen la institución y vuelvan a sus casas, por favor —todos guardaron silencio—. Ahora, salgan de manera ordenada.
Todos los alumnos se dirigieron hacia la puerta principal, miré a Siyeon y le dije que tenía que irse, pero ella solo negó. Estaba por decirle algo más, pero el grito de un alumno, nos alertó a todos. Él llegó corriendo, con una gran mancha roja en su camisa y tenía la pierna derramando flujos de sangre.
—¡Ellos vienen! ¡Ya vienen! —exclamó—, ¡Corran! —fue lo último que dijo, luego de caer inconciente al duro suelo.
Un profesor que estaba cerca se inclinó hacia el cuerpo, iba a advertirle que no se acercara, pero fue muy tarde, él fue atacado en unos segundos, y no sólo él, escuché quejidos y gritos por parte de otros alumnos en los pasillos de atrás. Esas "cosas" lograron llegar hasta los salones, y ahora estaban devorando a todo lo que veían con vida. Con miedo y sin pensar en nada, grité muy fuerte.
—¡Corran!
Todos trataron de salir corriendo con mucha prisa, provocando varios accidentes a su paso, y era obvio, nadie quería morir. Esos monstruos estaban cada vez más cerca de nosotros. Quedé impactado cuando vi el cuerpo del maestro Lee sin vida en el suelo, con un gran charco de sangre, y más aún cuando este se levantó sin ninguna dificultad, saltando de inmediato hacia uno de los alumnos que estaba cerca. Pero no sólo era él, ahora todos eran atacados por esos monstruos.
No quería saber lo que sucedería después. Namjoon agarró mi chaqueta y la jaló sin medida alguna, teníamos que salir de aquí. Estaba por seguirle el paso, pero al escuchar el grito de Siyeon, corrí hacia ella y rápidamente la tomé de la mano, para volver a seguir a Namjoon, quien al parecer iba en dirección al estacionamiento.
Corrimos sin ver hacia atrás, hasta llegar al auto que Namjoon tenía. Abrió la puerta del conductor de inmediato, y al escuchar más quejidos y gruñidos acercarse a nosotros, abrí la segunda puerta y metí a Siyeon, rápidamente cerré ésta y fui hacia el asiento copiloto, ingresé y no me importó ponerme el cinturón, más aún después de ver como esos monstruos estaban cada vez más cerca.
Observé a Namjoon y mi miedo aumentó al ver la dificultad que tenia al poner las llaves para arrancar el auto.
—¡Namjoon! ¡Rápido! —grité muy asustado.
Escuché un estruendo en la parte trasera, al parecer una de esas cosas logró subir al techo del auto. Vi la mirada de horror en Siyeon, no podía hacer nada, no sabía qué hacer. Pero para nuestra suerte Namjoon logró encender el auto y de inmediato hizo un truco al retroceder y salió del medio de dos autos que lo acorralaban. Con fuerza, piso el acelerador, logrando lanzar a ese monstruo fuera de nuestro campo de visión. Por fin podía respirar.
Namjoon continuó manejando a toda velocidad hasta salir del estacionamiento. Pudimos ver como ese lugar comenzaba a inundarse de esos monstruos, o debería llamarlos "zombies".
Un capítulo intrigante para comenzar esta historia, nos vemos en la próxima actualización.
No olvides votar, y gracias por leer esta tenebrosa historia.
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