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𝐃𝐨𝐬

ꜱᴇᴊᴇᴏɴɢ

—Hoy es el gran día, hoy es el gran día — repetía varias veces Hoseok, muy emocionado.

—Hobi, porque dices eso si tú no te casarás —dije de manera graciosa, recibiendo una mala cara por parte de Hoseok.

—Dije que hoy es el gran día Sejeong —repitió a regañadientes.

—Pero no es tu boda, no eres tú el que se va a casar —fue lo último que dije y al ver aquella mirada de “estás muerta”, tuve que huir.

Salí corriendo de su habitación, antes de ser atacada por su lado de "gata fiera", porque si quería llegar a la boda, debía de mantenerme con vida. Llegué a mi habitación y pude respirar con tranquilidad. Esa carrera estuvo cardíaca. Decidí tomar un baño muy frío, hoy sería un día muy ocupado, pero también emocionante.

Había elegido un vestido formal y fresco para vestirme. No quería que se me pegué los nervios de Hoseok, aunque de algún modo era divertido ver esa etapa de él. Que tú hermana se case, no es cosa de todos los días. Todo tiene un procedimiento y ciertos requisitos o pruebas, como suele llamarlo él.

Aún recuerdo una de "las pruebas" que le dio al novio de Jiwoo, consistía en demostrar cuanto era el amor que sentía por su hermana, entonces lo reto a correr la cantidad de vueltas necesarias por toda la manzana en que vivíamos. Hoseok quería ver cuánto resistía, y se sorprendió realmente cuando el chico estuvo corriendo por 3 horas seguidas, y continuó así hasta no dar más. Eran las 00:14 de la madrugada y no había rastro de Jungyu, Jiwoo no soporto más y fue en busca de su novio. Tanto yo como Hoseok, fuimos detrás de ella por su seguridad. Luego de hora y media, lo encontramos agonizando a unas 5 cuadras de nuestra casa, Jiwoo aterrada fue hacia él y lo abrazó como si no hubiera un mañana. Al volver a casa, la historia fue otra, ambos hermanos empezaron a pelear por lo sucedido, no era un tema de mi incumbencia, por lo que me retiré sin decir nada y me encerré en mi habitación.

Al día siguiente, me entero que se habían proclamado la ley del hielo, ni siquiera una mirada fría, no había ningún contacto, y eso a veces me preocupaba, ya que los hermanos Jung eran conocidos por su unidad y felicidad innata. Y que en ese entonces se eviten de esa manera fue un mal tiempo para ambos. Hoseok no soportó la distancia que había aplicado con su hermana y decidió aceptar la culpa, recibiendo un buen golpe, seguido de un "te perdono" siendo este el fin del ciclo de la ley del hielo.

Meses después del incidente nos enteramos que Jiwoo y Jungyu se comprometieron en uno de los viajes que tenían. Fue un balde con agua fría para Hoseok, pues, no estaba preparado para esa noticia, sabía que ese día llegaría, pero no quería admitirlo, a pesar de que era su mayor por solo dos años, para el siempre sería su pequeñita. Y eso es algo que nadie va a cambiarlo.

Fue como un abrir y cerrar de ojos, era ayer cuando nos enteramos del compromiso y ahora, hoy, es la boda de los futuros esposos Shin. Sólo era cuestión de horas para la ceremonia y unión de sus futuras vidas.

Dejando aquellos pensamientos por un minuto, entré a la fría y refrescante bañera, tardaría por lo menos unos cuarenta y cinco minutos, pero tenía que apresurarme, de lo contrario Hoseok me mataría, ya que era amante de la puntualidad y no es algo que haya cambiado ahora. Coloqué una melodía suave y comencé con mi baño. Mientras lo hacía una idea cruzó por mi mente. ¿Yo llegaría a casarme algún día? Dudo que sea así, ninguna de mis relaciones anteriores funcionó, esperen, ni siquiera tuve una, que gracioso, aún así sabía que ese día se veía muy lejano. Si mi destino es envejecer y morir sola, lo acepto. No es que esté apresurada, claro que no, pero me da mucha curiosidad ser protagonista de ese momento en el altar al decir "acepto" o escuchar aquella frase de "puedes besar al novio", sentí un remolino en mi interior de sólo pensarlo.

Aún tengo tiempo para encontrar a mi alma gemela como algunos dicen, pero no es algo que yo quiero por ahora. A mis 25 años me siento muy bien como estoy, tal vez suene cliché, pero prefiero darle importancia a la felicidad de otros. Yo tuve mi momento, pero tomé decisiones que posiblemente me destruyeron en ese entonces. Pero ya es un tema del pasado.

Escuché dos toques en la puerta de mi habitación, con una voz fuerte grité un —“Adelante”—, sabía que era Hoseok, así que no había ningún problema si me veía en estas condiciones, aunque debo de admitir que a veces me lanza una que otra mirada fuera de lo normal, pero tengo en claro que solo es pura broma. Escuché sus pasos dentro de la habitación, y también cuando comenzó a acercarse a la puerta del baño donde estaba yo.

—Sejeong, tienes que apresurarte, Jungyu llegará pronto y no tenemos todo el día —reclamaba de manera seria, aunque para mí era muy tierna.

—Ya terminaré Hoseok —canturrié—, en un momento estoy lista —aseguré, mientras bebía de mi jugo de frambuesa.

Con un —"Okey" —de su parte, salió de la habitación y seguí con lo mío.

No demoré mucho en salir, ocupé el vestido que seleccioné días antes con facilidad, y se veía tan bien como la primera vez que me lo probé. Dejé que mi cabello secara un poco con el aire, continúe con la plancha y en unos minutos ya tenia mi cabello totalmente lacio. Coloqué un poco de perfume por mi cuello, aunque era algo innecesario, si prefería el olor a jabón natural, pero no entendía por qué hoy haría esa excepción. Sin retractarme, salí rápidamente de la habitación y fui hacia la sala principal de la casa, donde el novio y cuñado me esperaban con una sonrisa, raro, ¿verdad?

Luego de que terminé de ayudar a los dos chicos con algunas dudas sobre sus cabelleras en la peluquería, volvimos a la casa de Hoseok. Tenía que ayudar al novio a vestirse, no piensen mal, pero conociendo a Jungyu, probablemente use cualquier cosa que no sea el smoking ya elegido. Además, no iba a ser fácil, ya que era un tipo mucho más alto que Hoseok y yo, pero no era algo que nos intimide, su personalidad decía otra cosa sobre él, es por eso que entendía a la perfección por qué Jiwoo lo eligió. Eran almas gemelas.

Demoramos una hora y media en todos los detalles, ya estamos listos, y estaba segura de que Jiwoo quedaría impresionada luego de ver a su comprometido. No sé por qué comencé a sentirme nerviosa ahora.

Tomamos lo necesario y salimos de la mansión, rumbo al lugar de la boda.

La ceremonia sería en la playa, un lugar acogedor y muy pacífico, fueron características que les encantó a los futuros esposos. Fue idea de Jiwoo preparar la ceremonia de la boda en ese lugar, así que decidí encargarme luego de escuchar todos sus tips para la organización, ella es diseñadora. Mientras que el lugar de recepción, fue seleccionado por Hoseok. Quería lo mejor para su hermana, y según él, el lugar que eligió combinaba perfecto con sus gustos. Algo típico de los Jung.

Llegamos horas antes al lugar de la ceremonia, queríamos asegurarnos de que todo estuviera perfecto. Vimos a algunos invitados llegar, así que tanto Hoseok como yo los guiamos hacia sus asientos correspondientes. Revisamos cada detalle, los asientos, la decoración, la tenue luz, el altar prefabricado, la música, los externos del lugar, todo estaba bien. Observé mi reloj y me di cuenta de lo rápido que pasó el tiempo, dentro de una hora, la novia llegaría y daría comienzo a esta tierna ceremonia.

Más invitados llegaban, y todo marchaba bien. Observé a Hoseok hablar con Jungyu, de seguro le estaba dando algunos consejos, tan propio de él. Tomé asiento en uno de los lugares como madrina de los esposos y observé todas las personas del lugar. La playa era tan extensa y todo se veía libre y pacífico. Sentir el fresco aire penetrar mi cuerpo y desordenar un poco mi cabello, hacía de este día uno muy especial, muy aparte de la boda, tenía esa sensación de que algo muy bueno estaba por suceder, tal vez encuentre al amor de mi vida, no lo se.

El momento llegó.

La novia, Jung Jiwoo, ingresaba por un lugar solitario sobre la arena, en conjunto con las ondas de aire que hacían flamear su velo con una sincronización increíble. Era tan hermoso el momento que todos se quedaron maravillados al ver a la novia más hermosa caminar hacia el altar. Pero ninguna emoción se comparaba con el que sentía Kim Jungyu en ese momento. Si le preguntaba, sabía que no podría describir el cómo se sentía ahora.

Tomó de la mano a su amada y la guió hasta posicionarse frente al jurado religioso, que los uniría legalmente y en la presencia de Dios.

El momento de los votos, fue demasiado emotivo, tanto la novia como el novio, no pudieron evitar derramar las lágrimas de felicidad y amor puro que se sentían. Aunque los presentes tampoco pudieron resistirse a ese momento tan conmovedor, y me incluía.

—Acepto.

—Acepto.

Fueron aquellas respuestas, las que dieron inicio a su nuevo mundo, a su nueva vida como esposos, su nueva familia. Todos aplaudimos gratamente luego del sello de su matrimonio, y no faltaron los silbidos luego de su primer beso como esposos oficiales.

Luego de tan dulce momento, empezó el compartir o mini brindis, según la tradición para la familia Jung. Bastó unos pequeños toques en la copa con champagne para recibir la atención de todos los presentes, incluyendo la de los esposos.

—En este día, luego de ver tan preciosa muestra de unión y amor, tengo el honor de realizar el primer brindis en nombre de los esposos Kim —tomé mi copa y sonreí—. ¡Brindo por Jungyu!, ¡Brindo por Jiwoo!, ¡Brindo por los recién casados!

Un mar de aplausos se oyó en toda la playa, y no faltaron los gritos de emoción convirtiendo ese momento en uno muy cálido. Hoseok tomó la palabra, y colocó la copa en frente de los esposos. Sabía que iba a decir algo, porque tenía mucho que decirle a su hermana y cuñado, pero una fuerte explosión nos asustó a todos, interrumpiendo por un momento la boda. Sin embargo, todos nos relajamos, al recibir la noticia de que se trataba de un auto viejo y malogrado, siendo esa la razón de ese estruendo.

El volumen de la música subió, era lenta y suave, perfecta para esta ocasión.

Hoseok, volvió a llamar la atención de todos, y dirigiéndose a su hermana con respeto, empezó a hablar con un tono suave.

—Mi vida, años atrás, eras una pequeña niña frágil, a quien lastimaban a diario —"creo que eso no era necesario Hoseok", pensé—. Aún recuerdo cuando sufriste mucho por culpa de tu primer amor, te deprimías con facilidad, y eso es algo que no toleraba, era por eso que no dejaba que cualquier hombre se te acercase, no quería que te dañen nuevamente —con cada palabra, los recuerdos llegaban a mi mente —. Pero cuando me presentaste a Jungyu, debes saber que las pruebas que le interpuse, era para demostrar que él realmente está dispuesto a hacer todo por ti, y lo logró. Ahora confío en él, y también confío en que ambos se ayudarán el uno al otro a construir su verdadera felicidad —se acercó a ellos—. Jungyu, cuida y protege a mi hermana por favor, te entrego toda mi confianza y a mi único tesoro —ambos sellaron el discurso con un fuerte abrazo.

Una mar de aplausos inundó el lugar. Lágrimas caían del bello rostro de Jiwoo, y era muy comprensible, cada palabra de Hoseok había sido muy real y sincero. Miré a Hoseok y lo recibí con los brazos abiertos, brindándole un pañuelo. Él estaba feliz, y eso me alegraba mucho.

El sol hacía su presencia en su máximo esplendor, era tiempo de dirigirnos a la recepción. Sería un viaje de aproximadamente quince minutos, y todos estaban cómodos con eso. Todos empezamos a dirigirnos a nuestros respectivos autos para ir al lugar predicho. Hoseok, Jiwoo, Jungyu y yo, iremos en un mismo auto, a petición de la novia. Y sin decir nada, obedecimos. Con una sonrisa muy amplia, subimos a la camioneta que nos llevaría hacia la recepción.

Nos encontrábamos varados en medio de la calle Insadong, fue algo inesperado, que justo hoy hubiera un tráfico horrible.

—Justo hoy tenía que haber tráfico —se quejó Jiwoo.

—Amor, tranquila —respondió Jungyu tomando su mano—, llegaremos pronto — finalizó dándole un delicado beso en la frente.

Observé por una de las ventanas, y no había ningún movimiento, era muy extraño. Elegimos este día, justamente para evitar este tipo de problema, pero al parecer nos salió una mala jugada. Revisé mi celular para conocer el motivo del tráfico, pero al parecer no había ninguna noticia relacionada.

Lo único que llamó mi atención fue un titular que no tenía nada que ver con Corea, pero se escuchaba muy alarmante.

"Varios países de América han declarado estado de emergencia."

No entendía la razón del por qué sucedió eso. Busqué más información sobre esta noticia. Y en lo poco que encontré, es que fue a raíz de una infección, que se originó en Estados Unidos. Esta se había extendido por todo el continente, y a su vez, también había llegado a Europa. Incluyendo países como Egipto, Francia, Grecia, Australia, Reino Unido, Italia, Madagascar, Taiwán, Vietnam, Rusia, y había llegado a la mitad de población de China. Era sorprendente la propagación de esa infección, y más raro que nadie en este país estuviera enterado de todo lo que sucedía en el resto del mundo. Pero, ¿qué era esa infección?

Seleccioné el buscador y escribí sobre ese término, quería más información, podía ser algo grave de lo que nadie estaba enterado. Al dar clic en una página, no me permitía el acceso, al parecer la habían eliminado. Esto era estúpido, porque no había ninguna información sobre ese virus denominado HC14. Pero por una extraña razón, me resultaba conocido ese término, debía de estar loca. En la facultad tampoco nos mencionaron algo al respecto.

Un poco enojada, apagué el celular y lo guardé, tal vez luego lo comuniquen por las noticias. Era desesperante como aún no avanzábamos nada, Jiwoo empezó a alterarse, pero ahí estaba su prometido para calmarla, mientras que Hoseok tenía la mente perdida, algo nuevo en él, tal vez pensaba en algún recuerdo del pasado. Con lentitud me acerqué hacia él.

—Hoseok, ¿estás bien? —pregunté con una voz suave.

Pero no obtuve respuesta, era extraño que no dijera nada, pero no iba a insistir, seguro después me lo contaría.

Pasaron unos diez minutos, y seguíamos en el mismo lugar. Vi que Hoseok estaba a punto de decir algo, pero de repente escuchamos una fuerte explosión, que resonó en toda la camioneta, al mismo tiempo que sentimos un ligero temblor. Pero lo inquietante no terminó allí, escuchamos los gritos lejanos de varias personas, pero no sabíamos que pasaba. Jungyu abrazaba a su esposa quien ya estaba muy asustada. No lo voy a negar, yo también lo estaba, pero tenía que descubrir qué era lo que estaba sucediendo.

Decidida, abrí la puerta deslizante de la camioneta y salí, no sin antes avisar que regresaría rápido. Una vez afuera, parecía ser un día tranquilo por esta parte en donde nos encontrábamos varados, pero sin duda era muy diferente lo que sucedía varios kilómetros adelante. Caminé en dirección del lugar donde hubo la explosión, con una gran nube negra de humo, sabia que no estaría tan cerca, estaba casi cinco cuadras adelante, y por una extraña razón, comenzaba a sentirme amenazada e intranquila. Los tacones no me ayudaban a mantener un buen equilibrio, decidí quitarmelos y los recogí.

Aceleré mis pasos, y ante mi falta de concentración, choqué con un chico alto, cayendo ambos al suelo. Lo observé rápidamente y sin decir nada continúe con mi camino. Había llegado a la cuadra dos, y mientras más avanzaba podía escuchar una infinidad de sonidos irritables; gritos de personas, autos chocando, cosas rotas. También pude visualizar como muchos de los autos varados por el tráfico, pisaban sus aceleradores y huían de este lugar de una manera poco segura. No pude ignorar la presencia de ¿militares?, ¿que hacían ellos aquí? Analizando la situación caí en cuenta de que había una emergencia. Probablemente la caída de la bolsa de valores como decía mi padre o alguna manifestación de ciertas comunidades.

No pude continuar con mis pensamientos, cuando vi una gran cantidad de personas correr en dirección contraria a la mía, inundando el espacio donde estaba. Comencé a hiperventilarme, no sabía qué hacer. Al ver a cada persona que corría sin detenerse, pude ver el miedo presente en sus ojos, como si trataran de escapar de algo. ¿Qué era todo esto?

Mi sorpresa fue más grande, cuando un hombre que al parecer era un policía tumbó a una mujer, que corría débilmente, ¿por qué hizo eso? Retrocedí un poco y choqué con la puerta de un auto, no quería seguir aquí, pero mis pies no se movían. El policía se aferró al cuerpo de la mujer y empezó a morderlo, como si fuera un perro salvaje hambriento, la sangre que derramaba la mujer formó un riachuelo horrible, era asqueroso lo que estaba viendo, toleraba la sangra, claro, estudio medicina, pero esto era demasiado horripilante y no lo soportaba.

—No, no, no... —repetía débilmente.

No supe en qué momento pasó, pero sin darme cuenta pisé el espejo roto de un auto, generando un pequeño corte en la planta de mi pie, y al quejarme llamé la atención de aquel ser que alguna vez llamé policía. El miedo y pánico se apoderó de mí, no quería que me pasara lo mismo que a esa mujer, pero era demasiado tarde. Así que solo cerré los ojos a la espera de lo que me pasaría. Moriría.

Recuerdos de los momentos que viví durante toda mi vida llegaron a mi mente en un primer plano, aquellos donde fui feliz. Luego de la muerte de mi abuela, nada tenía sentido en mi vida. ¿Hoy sería el día de nuestro reencuentro en el cielo?, creo que así sería.

Después de todo, era cierto, decían que cuando llega tu hora de morir, todos tus recuerdos llegan a tu mente en cuestión de segundos, y te pones a pensar, si has hecho lo necesario para merecer vivir. Yo no lo sabía, pero si hoy la muerte venía a llevarme, ya no podía hacer nada.

Un capitulo que da inicio a la historia de nuestra segunda protagonista, ¿qué les pareció?
Los leo, y gracias por su lindo apoyo.

🧠🩸

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