𝐂𝐢𝐧𝐜𝐨
ꜱᴇᴊᴇᴏɴɢ
Sentía la debilidad en mis piernas, mis cinco sentidos estaban lastimados, ¿qué había pasado? Toqué mi mano y sentí un enorme ardor, había un vidrio incrustado en el, y podía ver como la sangre se mantenía dentro de mi piel gracias al vidrio, sabía que era grave pero no podía simplemente quitar el objeto, podría causar una hemorragia, se veía realmente mal. Lo moví, pero fue mala idea, el ardor y dolor se apoderó de mí cuerpo entero.
Me levanté con dificultad, sentí un horrible mareo, pero intenté visualizar que era lo que había pasado. Solo pude ver restos de cuerpos humanos, pedazos de autos destrozados, habíamos chocado y sentía el sonido de los zombies rodearnos, teníamos que irnos. Agarré una tela rota del piso, contuve mi respiración por unos minutos y saqué con mucho dolor el vidrio en mi mano, envolví la herida con la tela antes de que empeore, y por fin pude soltar mi respiración acumulada.
Busqué a Hoseok, pero no lo encontré, no estaba en el auto, no estaba en ningún lugar ni él ni su hermana, solo vi a Jungyu quien trataba de salir del auto con mucha dificultad y no dudé en ayudarlo, estaba atascado y sacarlo iba a ser más difícil. Busqué con la mirada a alguna persona que pueda ayudarme, pero cada quien estaba en su asunto.
—Iré a buscar ayuda —dije tratando de sonar calmado.
No recibí respuesta por parte de Jungyu, mientras caminaba recordé al chico desconocido ¿dónde estará? tal vez escapó. Rápidamente volví al auto, después de no encontrar a nadie, tenía que hacer algo de inmediato.
Escuché el quejido de una persona, pensé que era uno de esos zombies, pero al escuchar esa voz nuevamente, sabía que no era así.
—¡Ayuda! —volvió a gritar.
Caminé hasta encontrar a la responsable de esos gritos, y la vi, no era ella quien estaba herida, era su amigo, tenía el rostro un poco pálido, signo de que tal vez fue mordido. No quería arriesgarme, pero luego de ver el contexto caí en cuenta de que ellos fueron los que provocaron el accidente.
—Ustedes... —dije mientras miraba a la chica.
—Que haces allí, ¡no ves que necesita ayuda! —gritó mientras se dirigía al chico de tes blanca.
—No puedo ayudar a quienes provocaron el accidente —dije con un leve enojo.
—¡¿Qué?!—al parecer estaba confundida, pero eso era lo que menos me importaba.
—Me voy —dije seguro dando media vuelta.
—¡¿Pero no lo ayudarás?! ¡Por favor! —empezó a lloriquear.
Yo no era una persona tan amable cuando se trataba de una acción injusta, y esto de que no lo aceptara empezaba a fastidiarme. Era doctora, pero... ¡Es tan difícil!
Con un chasquido giré nuevamente, tenía que hacer esto rápido, también debía de ayudar a Jungyu, no podía dejarlo así. Y más aún con los zombies rondando por aquí.
Aquel chico estaba inconsciente, revisé que no portará ninguna mordida, no quería ser sorprendida. Tomé su pulso, y seguía con vida, eso era bueno, por una parte. Tomé su rostro y empecé a dar pequeños masajes con mi mano en buen estado, cerca de su cuello, y tal como lo pensé el chico empezó a despertar. Al parecer sufrió un desmayo.
—¿Estás bien? —pregunté con un tono suave, aquellos ojos lograron distraerme por un momento, pero volví a la realidad de inmediato.
—Mmm, sí —dijo no muy seguro.
—Bien, tengo que irme, un amigo espera por mí.
Caminé sin decir nada, vi de reojo como más zombies habían llegado a nuestra zona, y comenzaron a lanzarse contra cualquier persona viva. Entré en pánico y los gritos no ayudaban mucho a poder tranquilizarme. Corrí hacia el auto donde se encontraba Jungyu, teníamos que irnos de aquí ahora. No tenía idea de cómo lo sacaría, debía de usar ambas manos, pero mi mano aún seguía adolorida, no ayudaba mucho, a pesar de eso decidí hacerlo. Tomé la parte superior de la puerta con ambas manos, utilizando toda mi fuerza, intenté moverlo hacia arriba, pero era inútil, sentí un desgarré en mi mano izquierda, era un dolor horrible.
—¡Ah! —grité.
No sabía que hacer, no sabía si huir o quedarme con Jungyu aquí, estaba entrando en crisis. Escuché los balbuceos del mayor, lo miré preocupado y muy angustiado.
—Sejeong hu-ye, no te quedes aquí... —habló entrecortadamente.
—Pero Jun, ¡no puedo abandonarte! —dije con desesperación.
—No me estas abandonando, por favor toma el anillo de mi mano y dáselo a Jiwoo —lágrimas caían de su rostro—También, dile que la amo —tosió—, que la amo demasiado y que muy pronto nos encontraremos en un mejor lugar.
No podía creer lo que escuchaba, tenía que hacer algo por mi amigo, no era capaz de decirle todo aquello a Jiwoo.
—Sejeong, una cosa más... —habló con dificultad.
—¿Si? —tomé su mano y la apreté con la mía.
—Cuida de ella, que no se esfuerce demasiado, lo que está sucediendo podría afectar su estado —empezó a llorar asustado—, por favor Sejeong, prométeme que tú y Hoseok la cuidarán en todo momento, ella... ella es mi todo.
—Lo prometo —dije al borde de las lágrimas.
Estaba muy sorprendida y apenada, no podría creer que justamente hoy unieron sus vidas, pero el destino se apropió de ello y ahora los separa, es muy injusto, ellos no merecían eso. Sin duda esto sería muy difícil para Jiwoo.
—Mucha suerte Sejeong —dijo por última vez y noté como cerraba sus ojos, muestra de que se fue de este mundo, dolía su pérdida, pero no podía quedarme aquí, tenía que cumplir con todo lo que me encargó.
Tomé el anillo de su dedo y lo guardé, limpié bruscamente las lágrimas que salieron, todos los pocos recuerdos que pasé con Jungyu llegaron a mi mente, no merecía morir de esta forma, tenía un futuro por delante, siempre tuvo ese deseo de ser padre y cuando estaba por cumplirlo, la vida se encargó de ponerle fin a su estado, llevándose con ella a un buen hombre.
Debía de buscar un auto y salir de aquí, no llegaría muy lejos si sólo corría, mis pies estaban desgastados también. Busqué y busqué hasta que di con uno que no estaba tan lejos, pero tenía que darme prisa. Sentía el paso de los zombies muy cerca, el miedo había desaparecido, pero no podía confiarme. Corrí lo más rápido que pude sin mirar atrás, no sabía si llegaría, pero tenía que intentarlo, estaba por lanzarme hacia un auto para tratar de cubrirme, pero sentí como tomaban mi mano derecha y me jalaban hacia un costado. ¿Qué rayos había pasado?
Abrí lentamente los ojos, era el mismo chico pálido al que ayudé, ¿acaso me había salvado? Eso no me asegura que debía de confiar en él. Me di cuenta de la situación en la que estábamos, sentirlo sobre mí fue algo incómodo logrando que mis mejillas se tornaran rojas. Pero no era momento para esas sensaciones efímeras.
—Gracias —dije sin saber de qué me había salvado.
—Agradéceme después —respondió cortante.
Tomó la muñeca de mi mano herida, al parecer no lo había notado, pero aquel acto provocó una electricidad inmensa en todo mi brazo.
Lo ignoré por un momento, no quería quedar como una tonta en frente de un desconocido, apreté los labios y volvió a tomar mi mano, pero esta vez la que se encontraba sana, y me llevó por la parte trasera de aquel callejón, era muy estrecho, pero al llegar al final había una avenida muy grande, ¿qué estaba haciendo?
Quería decir algo, pero fui interrumpido por el crujido de uno de esos seres, estaba delante de nosotros, con un aspecto denigrante y muy pobre, tenía la mitad del rostro destrozado, una imagen muy repugnante.
—No te muevas —me susurró el chico pálido.
Obedecí de inmediato, no quería hacer algo que arriesgara nuestras vidas. Intenté retroceder, pero me maldije luego de pisar una lata de gaseosa, lo que provocó que ese zombie se diera cuenta de nuestra presencia, y comenzara a correr hacia nuestra dirección. Traté de moverme, pero aquel chico me sujetó con fuerza.
—No te muevas —repitió enojado.
Iba a reprocharle algo, pero luego de ver como un auto embestía a esa cosa, me sentí aliviada, pero el miedo volvió a apoderarse de mí. Agradecí internamente a la persona que condujo el auto. Y no era nada más que la misma chica a la que ayudé antes, era la amiga de este pálido.
No pregunté nada, escuché como los zombies venías detrás de nosotros por el mismo callejón de donde salimos, ingresé al auto rápidamente, seguido del chico pálido y en segundos el auto arrancó alejándonos de esa escalofriante horda.
Eso estuvo demasiado cerca.
Las respiraciones eran muy pesadas y notables, estaba cansada por todo lo que pasó hoy.
Luego de diez minutos aproximadamente salimos de la ciudad, avanzamos por la ruta que nos llevaría a una estación de tren, según me había dicho la amiga del chico pálido, por ahora nos esperaba un largo viaje, y no estaba con el ánimo de mencionar algo, estaba muy agotada mentalmente.
Sentí mis párpados pesados y como el sueño me vencía. Me incliné y cerré los ojos tratando de dormir, dejé mis manos colgando para evitar alguna fricción que provocará un golpe o dolor, desearía despertar de esta horrible pesadilla.
¿Dónde estás Hoseok?
Fue lo último que pensé antes de caer en un profundo sueño.
ʜᴏꜱᴇᴏᴋ
No podía describir con exactitud lo que sucedió después, lo único que pude visualizar era como mi hermana y yo éramos llevados por un par de chicos; escuchaba el ruido, los gritos, todo era desesperante.
No sabía a dónde nos dirigíamos, estaba muy perdido, pero no quería perder a mi hermana, sólo quería protegerla.
Siento que algo se aproxima, atentxs!
Nos vemos en la próxima actualización.
🩸🧠
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