01. RESURRECCIÓN
TIEMPO ACTUAL
GOTHAM CITY
(🚬)
Entre la oscuridad de la noche un hombre robusto corría por los tejados con maestría digna de un vigilante, vestido con una armadura negra y botas militares, además de un inolvidable murciélago rojo que se dibujaba en su pecho. Miró a su alrededor, cerciorándose que alguna compañia indeseada no lo hubiera seguido y continuó con su camino hasta un edificio, en donde la estatua de una gárgola se alzaba imperturbable y aterrorizante en el filo de aquel sitio.
Se sentó a su lado para después quitarse el casco que adornaba su cabeza, quedando solamente con su máscara y suspiró, colocando el casco en su regazo. Pensó un segundo en las cosas que había hecho para llegar hasta ese momento y apretó con más fuerza el casco e tres sus manos, había escapado como siempre lo había hecho cuando las cosas se ponía sentimentales.
Y lo odiaba, odiaba huir como un estúpido de sus problemas o más específicamente, de lo que significaba en día siguiente para él.
Su muerte.
Todavía podía sentir los palancazos en cada parte de su cuerpo y escuchar sus huesos crujiendo a la par de la risas psicópatas de su asesino.
Una lágrima solitaria cayó hasta dar en sus manos y limpió su rostro con brusquedad, no podía ser débil, no podía dejar que sus sentimientos se dejaran notar aunque nadie lo pudiera ver.
Su celular volvió a sonar como lo había hecho desde que escapo de su departamento y miró el cielo de aquella ciudad tan oscura en la que había vivido sabiendo quien era la persona que con tanta insistencia lo llamaba.
(...)
PASADO
Le hecho un vistazo a su alrededor, desorientada.
Todo el lugar se encontraba en penumbra y silencio hasta que se escuchó un potente grito masculino proveniente de algún lugar cercano que la dejó, por un momento, congelada en su sitio.
La pelimorada comienza a caminar entre la oscuridad de aquel lugar en busca de la persona que había gritado de tan manera, siguió su camino por algunos minutos en donde solo la oscuridad estaba tentada en tratarla hasta que lo vió.
Una lápida se dejaba ver entre la penumbra con el nombre de uno de sus compañeros de equipo más problemático. No se extraño de ver ese nombre escrito en piedra, aquel chico había muerte meses atrás por culpa de un asesino despiadado pero, a pesar de estar en silencio y en calma, un sentimiento extraño comenzó a crecer en su pecho de manera rápida.
Estaba decidida a acercarse a la lápida cuando lo escuchó, a penas había sido un pequeño sonido que hubiera pasado desapercibido si el lugar no estuviera en un silencio casi mortal. El sonido se repitió varias veces hasta que la tierra a sus pies empezó a moverse con insistencia.
-¡¿Batman?!
La respiración se le quedó estancada en su garganta al escuchar de donde provenía el grito. Llevo su mirada hacia abajo y retrocedió a ver una mano tratando de salir de la tierra con desesperación, una segunda mano salió de entre el lodo haciendola retroceder hasta caer sentada por un desliz mientras presenciaba como el chico salía de su tumba.
El castaño salió del agujero que había creado para escapar de esa prisión de tierra lodosa y volteó a su dirección con una mirada vacía.
Está vez Rachel no grito, pero quedó sentada en su cama con la respiración entrecortada y con un sudor frío en su frente. Cada noche tenía la misma pesadilla que se repetía con insistencia, sabía que sus pesadillas podían ser un reflejo del futuro de alguna manera pero aquello rebasaba las barreras de lo normal y lo perturbador. Se negaba rotundamente a creer que algo así podia suceder.
Jason no podia resucitar, ¿o si...?
(...)
Los días pasaron. Las pesadillas cada noche se incrementaban, volviéndose más perturbadoras y horrendas, y con ello empezó a ver con más detalle como sus compañeros de equipo parecían omitir el recuerdo de jason de sus vidas. Al principio lo dejó pasar, pero después de ver como las pocas fotografías de Jason en la torre desaparecían, se alertó, y fue directamente a la habitación del castaño para comprobar su hipótesis.
Llevó su mano derecha hasta la perilla y trató de abrirla, llevándose la pequeña sorpresa de que la puerta se encontrará cerrada con llave. Gruñó frustrada, y usando sus poderes en la perilla de la puerta en un segundo se abrió con suavidad.
Una leve ola de dolor atravesó su pecho al ver cómo las cosas estaban fuera de su lugar y con confusión observó como algunos marcos de fotos se encontraban tirados en el suelo, mientras la habitación en sí era un desastre total.
Se agachó, y tomó uno de los marcos esparcidos en el suelo con cuidado, admirando la foto de Jason sonriendo a la cámara. Era verdad que las cosas no habían salido bien con él cuando decidió irse, lo había apuntado como el culpable de aquella horrible broma en su habitación con todas esas cruces y el día que supo que él no habia sido el culpable, se sintió horrible.
-Las cosas hubieran sido muy diferente si nos hubiéramos conocido en otras circunstancias, Jason. -suspiró, acariciando con delicadeza la fotografía mientras se sentaba en la cama- Tú no te hubieras ido de aquí si no te hubiéramos culpado por algo que no hiciste, y el Joker no te habria matado. En verdad, lo siento...
-¿Que haces aqui?
Rachel levantó su rostro, dirigiendo su mirada a la puerta en donde Dick la miraba con el ceño fruncido, generando que se levantara como un rayo de la cama.
-Y-Yo... -tartamudeó, sintiéndose repentinamente culpable por entrar a la habitación de Jason así como así.
-No deberías estar aquí, Rachel. -habló Dick, tensó.
-Dick... Yo solo...
-No. Deberías. De. Estar. Aquí. -el mayor se acercó a ella con paso decidido después de decirle aquellas palabras con pausa. Arrebatándole con brusquedad la foto que tenía entre sus manos- No deberías de tomar nada de lo que se encuentra aquí.
-No pensé que te molestara que entrara aquí, solo quise... -se calló, viendo como Dick tensaba más la mandíbula y presionaba el objeto hasta dejar sus nudillos blancos- Eh, ¿Dick?
-Sal de aquí.
-Pero...
-No te lo diré tres veces, Rachel. Sal de aquí. -gruñó con la cabeza baja, dejando que algunos mechones de su cabello taparon sus ojos- Déjame solo.
-Dick, ¿Tú hiciste ésto? -preguntó, refiriéndose al desastre que era la habitación.
El castaño no contestó, y para ella fue un fuerte y claro:'Si'
Suspiró, rodeando el cuerpo de Dick para salir de ahí como se lo había ordenado pero antes de atravesar la puerta escuchóalgo que la dejó parada en su sitio con una fuerte rabia hacia Dick.
-No vuelvas más por aquí, Rachel. Jason ya murió, y para mi ya está completamente olvidado. Deberías hacer lo mismo.
Apretó los puños sin saber muy bien por qué los sentimientos de ira y dolor la inundaban, llendose a su propia habitación con la boca cerrada y sin saber que había quebrado con ayuda de sus poderes una de las ventanas de la habitación.
(...)
A LA MAÑANA
SIGUIENTE
Estaba decidida.
Comenzaría una búsqueda para encontrar a Jason aunque todavía ni siquiera sabía por donde empezar. Así que recordando las múltiples pesadillas fue al lugar en donde comenzó todo.
Llegó al cementerio de Gotham en un segundo por medio de un portal y empezó a caminar entre las tumbas, el sentir de la incomodidad se encontraba presente en su cuerpo mientras pasaban los minutos. Habia estado allí el día del entierro de Jason y tampoco le había gustado. Se detuvo al ver la tumba adonde había llegado y, como en la pesadilla, había ido directamente hasta la de Jason siendo la única diferencia que ésta tenía un gran agujero en la tierra.
No, no, no...
No podía ser cierto. La pesadilla había sido cierta.
Con la respiración agitada miró a su alrededor, buscando alguno rastro de Jason o, al menos, su cuerpo en algún lugar del cementerio.
-Jason... -susurró, sus ojos se volvieron rojos por un momento- ¡Jason!
Comenzó una carrera por todo el lugar buscando al susodicho hasta que vió moviendo entre la penumbra. Se acercó a aquel lugar con la esperanza de encontrarlo y ahí lo vió, todavía llevaba el traje con el que había sido enterrado, algo manchado de barro al igual que su cabello.
Sus ojos blancos, antes verdes aqua, miraban el lugar inexpresivos.
Eso no era Jason.
Era solo un cascarón.
Un cuerpo en el cual no había nada. Un zombie.
-Jason. Oye, Jason. -murmuró, llamando un poco la atención del nombrado. Éste solo atinó en gruñirle, pero aún así se acerco a él- Jason, soy yo. ¿Me recuerdas? Soy Rachel... Te ayudaré a salir de aquí, ¿esta bien? Te ayudaré.
Una masa con detalles morados se fue creando a su costado hasta formar un portal de gran tamaño y tomó la mano del chico, atrayendolo hasta atravesar el portal junto a ella quedando en la sala del departamento que había comprado para momentos en donde quisiera estar sola y no en la Torre Titans.
Guió a Jason, ¿o debería decir 'cuerpo de Jason'? No lo sabía, pero de igual manera lo sentó en el sofá al empujarlo un poco de sus hombros había abajo.
-Jason, necesito que me diga algo. Cualquier... Cualquier cosa. -pidió, sentandose a su lado.
El chico ni siquiera se digno a mirarla, seguía con sus ojos fijos en la pequeña mesa que se encontraba delante del sofa.
Rachel bufó.
Ésto será más difícil de lo que pensé.
-Okey... ¿Será que si hago ésto...? -sus ojos comenzaron a tornarse rojos y una bruma negra empezó a salir de la palma de su mano, trató de llevarla hasta el lado izquierdo de la cabeza de Jason pero éste se lo impidió. Tomándola de la muñeca de manera brusca- ¿Jason?
-No... -aquello ojos blanco la miraron- ¿R-Rachel? -preguntó Jason con voz rasposa y ligero temor.
Rachel frunció el ceño al escucharlo y algunas lágrimas de felicidad empaparon sus mejilla al tiempo que una pequeña sonrisa vacilante se dibujaba en su rostro.
Jason estaba ahí, en alguna parte. Pero estaba ahí.
©LUBEISKASALAS 2022
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