Pedido de: sofelix45

WARNING:
Este capítulo contendrá palabras de odio hacia su cuerpo y inseguridad físicas. Si eres sensible o te sientes incómodo con este capítulo estás en total libertad a no leer este capítulo 💛

━━━━━━━━━━━

Alex miraba su reflejo en el espejo del baño mientras el sonido de risas y música llegaba desde la sala de ejercicios que sus hermanas habían improvisado en casa. Daniela, Paulina y Alejandra llevaban semanas poniéndose en forma juntas, convirtiendo lo que inicialmente era una actividad física en un ritual lleno de complicidad y bromas entre hermanas.

Alex, sin embargo, nunca se unía a ellas. Siempre encontraba una excusa: tareas atrasadas, reuniones ficticias o simplemente "no tener ganas". Nadie parecía cuestionarlo demasiado, pero esa tarde, mientras escuchaba los ecos de su risa, algo dentro de ella se rompió.

Suspiró y bajó la mirada hacia sus piernas, sus brazos, su abdomen. Siempre había sentido que no encajaba, que su cuerpo no era lo que debería ser. En su mente, las comparaciones eran inevitables: Daniela, fuerte y segura de sí misma; Paulina, siempre impecable; Alejandra, con una gracia natural que parecía inalcanzable. Y ella... ella simplemente no podía verse como suficiente.

Cuando las risas cesaron y se escucharon pasos en dirección a su habitación, Alex rápidamente se limpió una lágrima que había escapado. Daniela apareció primero, seguida por Paulina y Alejandra.

—Oye, Alex, ¿por qué nunca te unes a nosotras? —preguntó Daniela mientras se recostaba contra el marco de la puerta, los brazos cruzados y una ceja arqueada.

—No sé, no me gusta mucho hacer ejercicio —respondió Alex, encogiéndose de hombros y mirando hacia otro lado.

Paulina frunció el ceño, notando algo en su tono.

—¿Estás bien?

—Sí, claro —mintió Alex, su voz traicionándola un poco.

Alejandra se acercó y tomó asiento junto a ella en la cama.

—Alex, ¿qué pasa? No nos mientas.

Alex tragó saliva, sus ojos comenzando a llenarse de lágrimas. Sabía que no podía seguir ocultándolo.

—Es solo que... siento que no encajo con ustedes —confesó finalmente, su voz apenas un susurro. —Ustedes son tan seguras, tan perfectas... y yo... yo no.

Las palabras dejaron a sus hermanas en silencio por un momento. Dany fue la primera en reaccionar, entrando a la habitación y cerrando la puerta detrás de ella.

—¿De qué estás hablando, Alex? —preguntó con suavidad, pero con firmeza.

Alex sacudió la cabeza, incapaz de mirarlas a los ojos.

—Mírenme. No soy como ustedes. Mi cuerpo no es bonito, no soy fuerte, no soy... suficiente.

Alejandra tomó su mano y la apretó con ternura. —Alex, eso no es verdad.

Paulina se arrodilló frente a ella, mirándola directamente a los ojos.

—Escucha, todos tenemos inseguridades. Pero lo que estás pensando de ti misma no es justo. Eres hermosa, Alex. Y no porque lo digamos nosotras, sino porque lo eres.

—Además —añadió Daniela, su tono ahora más firme—, lo que importa no es cómo te ves, sino cómo te sientes contigo misma. ¿Por qué no nos dijiste que te sentías así?

—No quería preocuparlas —murmuró Alex.

—Siempre nos vamos a preocupar por ti, tontita —dijo Alejandra, dándole un pequeño empujón en el hombro para aliviar la tensión.

Paulina sonrió y se puso de pie.

──── Mira, si quieres, podemos ayudarte. No para que cambies, sino para que te sientas mejor contigo misma. ¿Qué te parece si empezamos a hacer cosas juntas que te hagan sentir bien?

Alex se quedó en silencio un momento antes de asentir tímidamente. Sentía que, por primera vez, el peso que cargaba se aliviaba un poco.

Daniela se inclinó hacia ella y le levantó la barbilla suavemente para que la mirara.

—Alex, quiero que recuerdes algo, siempre. No importa lo que pienses de ti misma, para nosotras... eres perfecta tal y como eres, Alex.

Las palabras de Daniela golpearon directamente en el corazón de Alex. Se lanzó a abrazarla, sintiendo el calor y la seguridad que solo su familia podía darle.

—Gracias, chicas —susurró Alex, con la voz entrecortada por las lágrimas.

Y por primera vez en mucho tiempo, Alex comenzó a creer que, tal vez, lo que veía en el espejo no definía quién era. Tenía a sus hermanas a su lado, y juntas, podían enfrentar cualquier inseguridad.

NOTA:

😭

Pipol, se me acabaron los pedidos! (Creo) háganme alguno

Este capítulo me tocó el alma, gente. Llore escribiéndolo

Paso para decirles gracias a la personita que me pidió este capítulo y ojalá te haya gustado.

Y también decirles que cualquiera que esté leyendo este mensaje (además del capítulo) Si tienes inseguridades, quiero decirte que todos tenemos. Unos más y otros menos. Pero eso no te hace menos bonitx 💛 A mis ojos y a los ojos de la gente que de verdad te ama eres perfectx.

Atte: Gabi;)