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━EGOÍSTA━
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Scarlett P.O.V.
La mamá de Hawk caminaba, Diane y King estaban afuera hablando de algo que no me interesa. Yo solo me encontraba el la habitación acostada pensando que ahora que Ban no esta tengo que hacer mi propia comida, me debatía internamente en si ir a preparar algo para comer o quedarme acostada aumentando el hambre en mi estómago.
Escuche mucho ruido provenir de afuera y me percate de que la mamá de Hawk dejo de caminar. Salí de la taberna encontrando una escena un tanto inusual y rara. Un sabueso negro se como a Diane pero su trasero no cabía, ella le pedía a gritos a King que la empujara y este estaba teniendo un colapso al imaginar tocar su trasero.
──Los dejo solo y así es como termina. ─solté un suspiro. ──Bien, yo te ayudaré Diane.
Corrí tomando vuelo para lograr darle una patada en su trasero impulsandola hacia adelante. El perro estaba por cerrar su boca, probablemente la enviaría a la capital ya que logre sentir poder de caballeros sacros del otro lado antes de que patear a Diane.
Mire a King, a este le sangraba la nariz. Antes de hablar una gran electricidad rodeo a el perro.
──¡Diane! ─gritamos ambos.
──Algo debe de estar pasando del otro lado. ─comentó King mirando a el perro cerrar su boca.
──Percibí al menos seis caballeros sacros, uno de ellos estaba más elevado por mucho de los demás. Probablemente sea uno de los maestros. ─mire a King. ──Y no creo que sobreviva si se enfrenta sola a todos.
──Tenemos que ir ayudarla. ─camine directo a la taberna. ──¿Scarlett?
──Contigo es más que suficiente. ─levante mi mano en forma de despido. ──Ire en cuanto coma algo. Sabes que odio pelear contra humanos... nunca acaba bien cuando sucede eso.
Antes de entrar logre ver un enorme tornado que con los segundo se miraba explosiones combinándose con el. Estos poderes se me hacían conocido, después de poco tiempo se desvaneció por completo. King entro en la boca del perro desapareciendo, seguramente fue ayudar a Diane.
No preste tanta importancia y llegue a la cocina, saque las cosas necesarias para hacer un decisión sándwich. Pero como siempre tengo que hacer más de tres porque mi hambre es mucha. Ya estaba preparando el último y mi estómago estaba cada vez más feliz porque comeré. La cosa es que el perro no dejaba de morderme mi pierna, sabia que quería que fuera ayudar a los demás.
──Déjame en paz. ─lo hice de lado. ──Ellos estarán bien, cuando terminé mis sándwich ire. ─este gruño y se fue a sentar a un lado mío.
Todo iba de maravilla, ya había terminando de prepararlos solo esperaba guardar las cosas en su lugar y llenar un tarro de cerveza y todo estará perfecto.
Me senté feliz en la barra tomando uno de los sándwich, mi boca se hacia agua al tan solo ver lo relleno que estaba. Cuando estaba por morderlo y disfrutarlo sentí como alguien me comía a mi, cuando reaccione estaba cayendo por el cielo.
──Maldito perro. ─murmure enojada, después me percate de una presencia demoniaca. ──Pero que... ─con mi gran vista logre ver a todos peleando con uno que se parecía a Hendrickson pero desprendía un poder demoniaco y se veía casi como uno. ──De que me perdí. ─dije al verlo. ──Bueno, a pelear se a dicho.
Antes de caer por completo llegue al frente de él dando un patada dejándolo en el aire. Use mi látigo de agua para sujetarlo del cuello y atraerlo a mi dando un fuerte golpe que lo hizo escupir sangre. Aparecí a su espalda ahora dando una patada logrando que su cuerpo se estampara contra el duro suelo creando una enorme grieta. Caí arriba suyo pisando su pecho para que no intentará levantarse.
Mire a las personas que se encontraban relativamente sorprendidos menos mis compañeros.
──Vaya, se miran muy descuidados. ¿Qué mes paso chicos? ─pregunté con burla al verlo todos golpeados y sus ropas destruidas.
──¡Cállate pescado~! ─solo le sonreí a el zorro.
──¡Hasta que apareces! ─me grito King.
──Si bueno, ese estúpido perro tuyo me trago antes de que comiera mi delicioso sándwich que me costo hacer. ─escuche a él hombre dejado mio balbucear queriendo levantarse. ──¡Tú cállate! ─lo pise haciendo la grieta más grande.
──Ay, Oslo, ¿qué hiciste? ─lo escuche susurrar.
──Esa cicatriz en su ojo.
──Ella es...
──No hay duda, el Delfín carmesí en su pecho lo indica.
──Es el pecado de la tristeza, Scarlett.
Mire a los caballeros sacros hablar sobre mi.
──Lady Scarlett. ─mire a un chico pelirosa que reconocí de inmediato.
──Hola pequeño Gil. ─le salude. ──Veo que ya eres todo un hombre. ─este miro a otro lado sonrojado. ──Por cierto. ─mire a el capitán. ──¿Algo interesante que me haya perdido?
──Muchas, a decir verdad. ─dijo el capitán. ──Lo primordial es acabar con Hendrickson, quien esta siendo retenido por ti.
──Si bueno, solo necesito alguna arma y así podr... ─no logre terminar de hablar sintiendo como Hendrickson perforada mi estómago con su propia mano.
Escupi sangre al mismo tiempo que sentía mi cuerpo estamparse contra una roca.
──¡Sacarlett! / ¡Lady Scarlett! ─escuche el grito de la mayoría.
Me descuide y esto fue lo que sucedió, por lo bueno fue que solo perforó mi estómago y no mi pecho donde mis tres corazones yacen. Uno en la izquierda otro en la derecha y en medio de estos el tercero. Escuchaba a los demás volver a pelear, logre escuchar a el capitán decir algo sobre que no dejen que se acerque a la princesa porque ella es su blanco.
Me levante sintiendo la herida de mi estómago regenerarse y la sangre se iba desapareciendo. Sacudi la tierra de mi ropa lista para volver a pelear. Mire una nieve oscura caer por los cielos matando a todo ser que la toque.
──¡Protector! ─grité golpeando el suelo donde se creo una gran grieta. De esta salió un guardian que protege a el reino logrando absorber la nieve oscura.
Use mi látigo atrayendo a Hendrickson hacia a mi logrando darle un gran puñetazo. Uno de los Rugidos del Alba logro inmovilizarlo en el aire golpeándolo y pasándolo a otro y después a otro. Hasta que un chico uso su magia de hielo pero sangro ya que estaba herido.
──¿Te encuentras bien, chico bonito? ─le pregunte llegado a su lado.
El me miro uno segundos, el pequeño Gil estaba a su lado y algo se me ocurrió.
──Me la prestas cariño. ─tome su espada. ──Gracias. ─dije envolviendo su cuerpo en mi agua curando su herdia. ──Atentos a mi, Howzer, Gilthunder. ─los llamé mientras giraba entre mi mano la espada.
──¡Sí, Lady Scarlett! ─dijeron ambos.
──No tendrá en mismo efecto pero combinado con ambos lograra hacerle daño. ─tome la espada entre mis mano. ──¡Mini Tsunami demoledor! ─exclame enterrando la espada en la tierra, si tuviera mi tridente seria más fuerte y probablemente el Reino de Liones seria historia.
Una gran cantidad de agua apareció detrás de mi espalda creciendo hasta el punto de ir directo a Hendrickson.
──¡Tornado Ascendente! ─el Tsunami combinado con el tornado se comenzó a formar un inmenso huracán, solo faltaba la mejor parte.
──¡Martillo del emperador! ─sonreí al ver como se combinaba los rayos.
──¡Ataque combo: Tempestad destructiva! ─exclame sacando la espada golpeando la tierra con el mango creando una barrena de agua alrededor de él. Normalmente este seria el trabajo de Griamore pero no esta.
Y la razón por la cual no uso armas que no sea mi Toraidento. Es porque se destruyen por no soportar tal poder. Solo le entregue pedacitos de la espada a el chico de cabello platinado de magia de hielo.
El ataque se termino, muchos creían que estaba acabado pero sabia que ni siquiera el daño recibido le hizo un rasguño.
──¡No bajen la guardia! ─gritó el pequeño Gil. ──Estoy seguro que recibió mucho daño.
La cortina de humo se disperso dejando verlo intacto, justo como lo creía.
──¡No puede ser! Atacamos con nuestras mejores técnicas y esta ileso.
──¿Cómo es que una bestia así existe? ─preguntó Howzer.
──Hablando cosas estúpidas no hará que él muera. ─dije creando un dos látigos de agua en mis manos.
Comencé a caminar pasos leves que iban incrementando hasta el punto de correr directo a él. Inmovilizó sus manos con uno de mis látigos mientras que el otro se enredo en su cuello, jale ambos hacia a mi tirando de su cuerpo. Con ambas piernas logre tirarle un gran golpe en su abdomen, su cuerpo se estrello contra las rocas.
Diane uso "meteoro ascendente" levantando un gran pilar de tierra. King utilizó la lanza sagrada pero antes de darle una gran niebla oscura rodeo a Hendrickson. Con mi látigo logre tomar a King alejándolo de esa niebla que comenzaba a expandirse, la cosa es que intente defenderlos a ambos pero nos dio a los tres.
Sentí mi cuerpo chocar contra la tierra, antes de que Diane y King cayeran utilice mi agua para amortiguar su caída, ellos yacían medios inconscientes.
──Inútiles, ¿con eso los derroto? ─levante mi cabeza mirando a Ban quien fue partido por la mitad cuando Hendrickson cayo encima suyo.
──Mira quien habla, zorro. ─dije como pude intentando levantarme pero sentí un enorme peso en mi pecho evitando eso. ──I-imbécil... ─mire a Hendrickson mirándome. ──La sangre que te inyectaste solo te hace un plebeyo... ellos obedecen las ordenes de los Demonios y Siren.... y tú... ¡mierda! ─este ejerció más presión logrando crear una grita ante tal fuerza.
──Las cosas cambiarán. ─dijo, miro a su alrededor a todos en el suelo medios inconscientes. ──¿Así que asesine a la ofrenda?
Preguntó alejándose de mi, no podía mover mi cuerpo sin embargo eso no me impedía tratar de curar a los demás con mi agua. Solo estaba curando a los que estaba a mi redonda, lamentablemente la mayoría estaba lejos. Logre ver a el capitán caer, el había salvado a la princesa.
──Meliodas, en verdad eres un hombre peligroso. ─lo mire creando nieve oscura pero al cerrar su puño se comenzó a crear una esfera más grande que esas pequeñas bolitas. ──En la oscuridad que absorbe la noche serán consumidos.
Me levante intentando llegar a su lado, mis piernas perdieron equilibrio no podía caminar.
──Protec...
──Esta vez no lo hará, Lady Scarlett. ─dijo Hendrickson creando otra esfera oscura mandandola directo a mi.
──¡¡Scarlett... CORRE!! ─escuche el gritó del capitán.
Pero mi cuerpo no logro responder a tiempo y la esfera impacto con mi. Lo último que escuche fueron los gritos de los demás y una oscuridad me envolvió.
━• • •━
Oscuridad.
Es lo único que podía ver a mi alrededor. No había ninguna luz o algo que me indicara a donde avanzar. Solo me quede parada mirando a los lados.
¿Estaré muerta? Es la pregunta que custodiaba mi mente.
No lo sé. Es lo único que podía responderle a mi mente. Pero me costaba creer que este muerta, yo no puedo morir. O no desde aquel dia.
"Vivirás por la eternidad, tus lagrimas derramadas sanaran y revivirán a cualquier ser, menos a la persona que juraste proteger y en tus manos su cuerpo sin vida yace.
Vivirás por la eternidad, sin poder llorar. Si lo haces, él sufrirá, y en tu conciencia quedará"
Por esa razón no puedo morir, tendré que vivir por toda la eternidad lamentando no poder salvar a mi pequeño.
Ezio.
Él no tenía la culpa de nada y lo mataron de la peor manera frente a mis ojos. Él fue lo único que me mantuvo de pie, el que alegraba mis días cuando yo lloraba.
Mi familia me hizo de lado cuando mi memoria perdí, siempre sabia que mis padres nunca me vieron como su hija, era diferente a todos ellos, mi cabello rojo era uno de las cosas. Mis hermanos eran el orgullo de ellos mientras que yo solo era la escoria.
Hace más tres mil años vivía entre soledad y tristeza, sin saber quien me marco de por vida. La cicatriz en mi ojo fue lo que volvió loca a mi madre. Ya que las Sirenas son los seres más hermoso de todos los clanes, el tener una herida eres repudiada de todos.
Por esa razón vive lejos de ellos, sola, sin nadie a mi lado hasta que me entere de mi embarazo. Eso me hizo feliz aunque no tenía recuerdo de quien haya sido el padre. Él se convirtió en mi mundo y en la persona que más ame, nadie sabia de su existencia ya que fue repudiada.
Lo vi crecer, su cabello era de un hermoso color plateado y su ojos eran azules como el mar, era empático y orgulloso de poseer una gran fuerza y poder pero en ocasiones su empatía lo hacia peligroso. Todo sucedio un dia cuando sus ojos cambiaron.
Uno era negro mientras una marca en su frente se formaba, sabia que eso significaba que era parte Demonio pero su ojo derecho era diferente, era color amarillo oro. Unas alas salieron de su espada, del lado izquierdo eran las de un Demonio y las de la derecha las de un Ángel.
No sabia con certeza lo que eso significaba pero no me importo, era mi hijo y siempre estaré con él en las buenas y en las malas. Mi mente siempre se cuestionaba el porque era parte Demonio y Ángel, ¿que significaba? Nunca lo entendí, solo me importaba que él estuviera sano y a salvo a mi lado.
Hasta que mi madre se entero de su existencia, no se como fue que paso pero paso. Llego a el lugar donde vivíamos, sin pedir una explicación ordeno su muerte inmediata, me opuse y luche pero el numero era superior. Ezio acabo con muchos, no era un niño, era un adolescente que luchaba por salvar a su madre que estaba a punto de morir.
Sin embargo un cobarde lo atacó por la espalda, lo siguiente que supe fue que llore siete días y siete noches con su cuerpo en mis brazos. De esa forma nació el manantial de lagrimas. Llore hasta que mis lagrimas se acabaron, tome mis armas y conspire contra mi clan. Los mate esa noche cuando toda el océano se tiño de carmesí. Mi madre antes de sucumbir a las graves heridas me lanzo una maldición.
Los caballeros de Liones me llevaron presa ya que ellos habían formado una alianza con los Siren. Mi vida no me importaba, había perdido la razón de vivir, lo que me fueran hacer conmigon ya me daba igual.
Sentí una luz cubrir mi cuerpo y el dolor que sentía se fue desvaneciendo. Como suponía yo jamás moriré al menos de que la maldición se rompa.
━• • •━
Abrí mis ojos y me encontraba acostada en unas flores, no tenía ni idea de porque hay flores. Me levante y logre ver a los pecados luchando contra Hendrickson, me percate de que todos sanaron sus heridas.
Me levante dispuesta a patearle el trasero a el estúpido de Hendrickson. Mire a los pecados golpear uno por uno a él humano que juega con ser demonio. Diane logro golpearlo con Gideon estamparlo contra una roca, este se reincorporó y voló directo atacar.
Use mi látigo ocasionando que se estrellarse contra la dura tierra. Los presentes miraron a mi direccion sorprendidos.
──Scarlett... ─Diane me mirada a punto de llorar.
──Estas viva. ─dijo King sin creerlo.
──Lady Scarlett... ─mire a Elizabeth, me sorprendí al mirar su ojo derecho. ──¿Cómo es que...?
──¿Cómo sigues viva? ─preguntó Hendrickson levantándose del suelo. ──Debiste morir como todos los demás.
──No me compares con los humanos. ─dije cruzando mis brazos liberando una gran cantidad de magia. ──No soy de las que mueren fácilmente.
──Esa posición...
──¡Escuchen todos! ¡Retrocedan! ─gritó el capitán.
La tierra a los lados míos comenzó a desprenderse del suelo.
──¡Maremoto en pico! ─extendí mis brazos a los costados.
La tierra se abrió y de esta una gran cantidad de agua surgió. Un maremoto masivo fue directo a él, cuando este quedo atrapado entre las aguas, picos filosos se formaron atravesando su cuerpo. Pero como supuse mis ataques solo le causaron daño mínimos, él ya se estaba reincorporado.
──¡Increíble! ¡Apenas y Scarlett logro hacerle daño mínimo! ─exclamó Diane.
──¡Carajo! Creí haber visto como su brazo fue arrancado. ─murmuro el zorro. ──Esa piel demonio es un problema.
──¡Aun tenemos oportunidad! ─miramos a el capitán. ──¡Gowther! ¡Haremos ese ataque! ¡Trasmíteselo a todo el mundo! ─le ordeno.
──Capitán, es que Gowther no... ─dijo King en cambio yo mire a el chico levantarse con su cabeza en manos.
──¿Dónde están mis anteojos?
──¡Está vivo! ─gritó asustado King abrazado de una asusta Diane.
──De acuerdo. ─hizo su típica pose con sus manos. ──Enterrado, capitán.
──¿Qué tipo de personas son tu y Scarlett? ─preguntó el hada confundido.
Sentí una luz clavarse en mi cabeza, ahora entendía lo que el capitán quería.
──¿Esa es nuestra estrategia? ─preguntó el zorro.
──Me encanta, así puedo desahogarme de aquella vez que el capitán me hizo de comer. ─dije mirando a el rubio.
──Capitán, ¿está seguro de eso? ─preguntó Diane.
──¡Bueno, atentos amigos! ¡Hay que hacerlo ya! ─dicho eso desactivó sus poderes.
──¿Desactivaste tus poderes? ¿Qué es lo que pretendes?
No contesto fue directo atacar a Hendrickson, nadie se movía así que comencé atacarlo. Cree dos manos de agua que aplastaron fuertemente a el capitán, escuche su grito sin embargo no me detuve.
──Tempestad. ─choque mis manos creando entre estas un tornado que deje ir directo a el.
Se hizo grande y comenzó hacerle daños muy graves a el capitán, el pequeño Gil lo combino con su "martillo del emperador". Los demás me siguieron y comenzaron atracar a ambos pero el capitán lo recibía todo.
──¡Protector!
Grité y al golpear el suelo el gran protector apareció dando grandes golpes consecutivos a los dos. Un chasquido de mis dedos y en un milisegundo él se desvaneció en agua.
Diane y King se unieron usando sus tesoros sagrados, Ban logro hacer un inmenso corte en el capitán. En cambio yo, bueno utilice mis látigos dando una gran paliza a el rubio.
──¿Con eso es suficiente, capitán? Porque sin sigue así el pescadito~ lo matara. ─le preguntó el zorro.
──Sí. ─dijo liberando todo el poder que reunió.
──¿Qué hace? ¿Y todo este poder mágico? ─murmuró Hendrickson.
──¡Contra Venganza! ─exclamó el capitán dejando salir su poder.
──Tras deshabilitar su propio poder mágico, el capitán almacena cada ataque que recibe y posteriormente lo libera al mismo tiempo. ─nos contó Giwther. ──Si pierde el control, podría provocar su autodestrucción. Es arma de doble filo, pero a la vez es un ataque supremo. ─termino con su típica poseo.
Nosotros cuatro lo miramos con los ojos entre cerrados.
──De acuerdo con mis cálculos. ─volvió a hablar. ──Su rango de supervivencia tras este ataque es de 0,2%. ¡Buena suerte! ─mostro sus pulgares.
Hendrickson quiso huir para no recibir el ataque hasta que una esfera lo detuvo impidiendo escapar. Mire a Griamore quien apareció entre todos. Suspire al ver como el capitán libero el ataque creando un gran destello para después escuchar una explosión.
Cree un tobogán de agua atrapando a el capitán quien se resbaló hasta llegar a mis brazos. Elizabeth corrió directo hacia él, los deje solos mientras me alejaba y me colocaba a un lado de los pecados.
Mi vista cayo en el capitán de la orden de las sobras, el recibió el mismo impacto que yo. Sin que nadie me viera hice aparecer un charco de lagrimas en mis manos y dárselo de beber. Escuche un carraspeo captando nuestra atención, era el Rey Barta quien venia acompañado de Merlín.
──¡Su majestad! ─escuche a Howzer hablar.
──¡Papá! ¿Cómo te sientes? Dime papá, ¿te sientes mejor? ─preguntó Elizabeth.
──Sí. ─afirmó.
──¡Qué bueno!
──Merlín, ¿terminaste con el tratamiento para Barta? ─preguntó el capitán llegando a un lado de la princesa.
──La técnica secreta del reino demoníaco que ansiaba probar, resultó un rotundo éxito. ─solté un leve suspiro al saber que ella es la única en hacer algo así.
──Solo ella tiene las agallas para usar a el rey como conejillos de indias. ─expreso el capitán.
──Pero todo salió bien. ¿Cierto, Majestad? Dígales, por favor. ─este solo se quedo en silencio mientras una gota de sudor bajaba por su frente.
──¡Majestad! ─miramos a todos los caballeros sacros arrodillarse. ──Por favor, señor. La orden de Caballero Sacros de su reino, solicita humildemente un castigo severo y ejemplar...
En pocas palabras le dijeron a el rey que aceptarían el castigo que el les pondrían. Sin embargo el rey no hizo tal cosa, al contrario les dio un dia libre en el futuro.
──¡Noble Caballeros de Liones, entréguense en almas a su reino y reconstruyan su nació! ─les ordenó.
──¡Así será! ─gritaron todos a la vez.
──Yo no soy el rey Barta. ─hable justo detrás de tres personas, ellos sudarón frio al escucharme. ──Yo si los castigaré.
──¡Lady Scarlett! ─gritaron a la vez. Les di un golpe en la cabeza a los tres.
──Después de diez años sin verlos me he dado cuenta... ─estos temblaron ante mi mirada. ──, de que se han convertido en grandes caballeros. ─sonreí acariciando a los tres. ──Me siento orgullosa de verlos avanzar, aunaue aun les falta entrenar y confío en que seran más fuertes.
──L-lady Scarlett... ─me sonrieron.
Camine a un lado de ellos llegando con mis compañeros, todos nos veíamos fatal después de tremenda pelea. El rey Barta nos miro.
──Meliodas, legendarios Pecados Capitales, ¡muy bien hecho! ─nosotros solo miramos. ──Defendieron a su reino pese a haber sido inculpados, fueron caballeros muy valientes y protegieron con su vida a mi hija. Como soberano y como padre de Elizabeth, les agradezco.
──No es necesaria tanta ceremonia, Barta. ─dijo el capitán.
──Tiene razón, yo ni siquiera quería pelear. Es más, incluso estaba pensando en mandar un Tsunami pero robaron a mi Toraidento y no puedo hacerlo. ─dije ganando una mirada mala de parte de mis compañeros. ──Pero fue divertido morir... ─el capitan me dio un golpe. ──, y salvar a el reino, eso fue lo más importante. ─mire a otro lado.
Mire a Ban caminar adonde se encontraba Hawk, deje de prestarme atención a la conversación de los demás. Camine llegando a un lado del zorro.
──Él estará bien. ─dije mirando el cuerpo negro del cerdito.
──Cómo si fuera cierto eso. ─miro a Hawk. ──Yo le dije cosas horribles sin sentido. Qué jamás fuimos amigos. Pero la verdad es que eras el mejor. Todos los que reciben mi afecto se van y me abandonan.
──Pero al final fue algo afortunado. ─este gruño mirando a Gowther. ──Si el capitán hubiese muerto entonces, la oportunidad de victoria hubiera disminuido ampliamente. Y la perdida tras la muerte del capitán de la orden de sobras equivaldría a cero.
──Ay, Gowther... ─susurre.
──Eso no nos afecto.
──¡Idiota...! ─abrace fuertemente a Ban antes de que lo golpeara.
──¡No hagas eso! ¡Cálmate, Ban! ─hable. ──Te prometo que el maestro estará bien.
──¡Quítate, Scarlett!
──Sabes que él no lo dijo con malas intenciones. Solo disculpalo.
──¿Por qué? ─susurro entre gruñidos. ──¿Por qué tu sigues viva y él no? ─se separo de mi bruscamente. ──Él debería de vivir no tú.
──Se que estas enojado y eso te hace decir estupideces. ─dije inexpresiva.
──¡No son estupideces, solo digo la verdad! Tú podrías hacer que vuelva pero eras una perra egoísta que solo piensa en si misma. ¡No te interesa nadie! ¡Dime algo! ¡¿Acaso hubo una persona a la que si te interesaba si vivia o moria?! ¡No, ¿cierto?! ¡Nadie te interesa solo tú!
──¡Ban! ¡Fue suficiente! ─dijo el capitán apareciendo junto a Merlín.
──¡Deberías de ser el pecado del egoísmo! ¡Por qué si fueras de la tristeza traerias de vuelta a Elaine y a el maestro!
No dije nada solo me quede en silencio, mirando a el zorro marcharse con dirección a Hawk. Si no me equivoco dentro de poco volverá a la vida, no con su verdadero tamaño pero volverá y con el tiempo crecerá.
──No le hagas caso, Scarlett. Sabes como es él cuando se enoja. ─dijo el capitán antes de ir con él.
A los segundos mire a un pequeño cerdito aparecer de las cenizas del cuerpo negro de antes.
──¿Hawk? ¿Pero cómo...? ─preguntó la princesa sorprendida.
──Hawk, estas vivo, ¿pero cómo? ─preguntó por igual el capitán.
──Sí, eso parece. Lo último que recuerdo fue haber bebido agua pero sabían salado como si fueran... ─no encontraba la palabra correcta.
──Lagrimas. ─termino de decir Merlín.
──¡Sí! Sabía a lagrimas. ─afirmó el cerdito.
──¿Lagrimas? ¿Significa qué...? ─di media vuelta sintiendo las miradas de todos.
──Scarlett... ─no me detuve. ──¿Tú tuviste algo que ver? ─preguntó el capitán.
──Soy una persona egoísta que solo piensa en si misma. ─dije. ──¿Porque utilizaría mis propias lagrimas que derrame cuando perdí a mi hijo, en un cerdo que habla la lengua humana? ─hice como si recordara. ──Ya me acorde... es porque mi hijo siempre quiso un cerdo que hablara y jamás pude conseguirle uno.
──Scarlett... ─Ban me llamó pero lo ignore.
──Si me necesitan estaré en la taberna comiendo. ─dicho eso desaparecí en un charco de agua.
Me fui a mi habitación lo primero que hice fue acostarme, el hambre se esfumó junto con mis ánimos. Solo quería dormir... y jamás despertar.
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