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— NARRADOR OMNISCIENTE —

EL TIMBRE POR FIN SONABA, indicando que había comenzado el primer descanso del día. Adeline salió del aula junto a su amiga y comenzó a dirigirse hacia el patio de la secundaria, donde tal vez se encontraba una rubia de hermosos ojos azules, Taylor Swift.

Aunque, mientras Adeline apenas estaba en segundo año, Taylor ya estaba en quinto, por lo que ella era tres años mayor a Harris, pero eso parecía no importarles tanto.

Las dos tenían una linda relación, pero un tanto complicada. Las chicas estaban de acuerdo con mantener todo en secreto, ya que por su diferencia de edad y etapas serían excesivamente cuestionadas, por lo que casi no tenían demasiados acercamientos en la escuela.

Y por una parte estaba bien, pero por otra era ciertamente un obstáculo en el vínculo. La rubia era hermosa, inteligente, era una increíble persona y tenía muchos amigos, y ninguna de estas cosas era ningún secreto para nadie.

¿A qué viene todo esto? Pues que sus numerosas cualidades atraían a muchos, y más de uno se había atrevido a confesárselo, algunos sin siquiera haber tenido ningún acercamiento previo, solo así como así.

Todas las personas que tenía Taylor detrás algunas veces llegaban a incomodar a Adeline, y sonará estúpido para algunos, pero ella simplemente no podía evitar pensar "¿qué pasaría si algún día llega alguien mejor que yo?"

Afortunadamente, Alison supo como manejar la situación y alejó cualquier inseguridad de la mente de su chica. Aclaró que llegara quien llegara, ella nunca podría salir de ese espacio especial que tiene en su corazón, ni siquiera si se fuera por cuenta propia.

Adeline caminaba por los pasillos, buscando con la mirada a la susodicha por todas partes, hasta que sus ojos se posaron en unos de un color azul muy atrapante, definitivamente los de su novia.

Mientras sus amigas conversaban animadamente, ella estaba apoyada en los casilleros con los brazos cruzados, aparentemente tenía el mismo objetivo que la castaña tenía con ella, encontrarla.

Solo se sonrieron e hicieron contacto visual por unos segundos, el cual fue roto por Adeline, quien bajó la cabeza con sus mejillas sonrojadas.

— Oh, ¡pero mira quién es! —dijo Olivia, su mejor amiga—. Es tu esposa, Ads. ¿No la saludarás?

Harris se volteó y comenzó a hablar mientras caminaba de espaldas— Sabes que no puedo, Liv —negó con una sonrisa y volvió su vista al frente.

— Dios, un pequeño abrazo no les hará daño, ¡anda! —intentó empujarla.

— ¡Olivia! Ya te he dicho que no hagas esto.

— ¡Por favor! Ya llevan demasiado tiempo así, ¿en serio nunca se han abrazado en la escuela?

— Una que otra vez, pero preferimos no hacerlo en los pasillos, mucho menos en el descanso.

— ¿Entonces no quieres? —preguntó mientras pasaban frente al grupito de la rubia.

— Sí, claro, pero ya- —quiso terminar, pero fue interrumpida.

— ¡Entonces hazlo! —su amiga le jugó una mala pasada logrando empujarla hacia Taylor, quién rápidamente la detuvo de caerse.

Adeline sintió sus mejillas calentarse mientras le dedicaba una mala mirada a su amiga, quien solo sonrió con complicidad y se alejó de las chicas.

— Hola, Addy —saludó Swift.

— Hola, Tay... —se giró y la abrazó con cierta duda, la cual desapareció apenas Taylor correspondió el abrazo con fuerza.

— ¿Por qué esa chica te empujó? Pudiste haberte caído y lastimado, cariño —apartó un mechón de cabello de la cara de la contraria bajo la curiosa mirada de sus amigas.

— Olivia quería que te abrazara, y ella es... Persistente —le dedicó una sonrisa de vergüenza.

— Hm, me alegro, si no fuera por ella probablemente no hubiera podido abrazarte de nuevo en meses —pasó sus brazos por su cintura y la pegó a ella.

— Alison, ¿no nos presentarás con tu noviecita? —dijo una chica de cabello castaño oscuro. Taylor anteriormente le había comentado a la castaña el nombre de sus amigas y las había descrito físicamente, por lo que deducía que la chica se llamaba Selena.

— Ella ya las conoce —dijo con fastidio después de hundir su cabeza en el cuello de su novia.

— ¿Sí? Yo no recuerdo que nos hayas presentado formalmente.

— No me interesa.

Selena rodó los ojos y suspiró, para después sonreírle con amabilidad a la menor.

— ¡Hola! Como la idiota de la garrapata que tienes por novia no planea despegarse de tí, me tocará a mí misma presentarnos.

Harris soltó una ligera risa— A tí creo que ya te conozco, ¿eres Selena?

— Ah, ¡sí! Es un placer, Adeline. Ellas son Blake, Jelena, Alana, Este y Danielle —las señaló una por una. Todas la saludaron con una sonrisa o agitando la mano—. Somos las mejores amigas de esta tonta rubia. Es un placer por fin verlas cerca, a este punto creí que primero moriría antes de verlas en primer plano abrazándose en la escuela.

— Hm, sí... —Adeline asintió sin ánimos de responder a eso.

Taylor aún seguía aferrada a la menor como si su vida dependiera de ello, cosa que resultaba bastante tierna para esta, pero comenzaba a ser incómodo gracias a las indiscretas miradas de sus amigas y de todo el que pasaba cerca de ellas.

— Tay, en serio me gustaría estar siempre de esta manera contigo, pero siento que todas tus amigas nos están viendo como si esto fuera un fenómeno, es... incómodo. ¿Podrías soltarme? —le susurró.

— No.

— Por favor, Taylor.

— Dame un beso y te soltaré, ¿qué te parece?

Adeline suspiró con resignación e hizo un sonido de aprobación. Taylor quitó su cabeza de su cuello y la miró expectante.

Harris posó sus manos en las mejillas de la rubia y dejó un rápido beso en sus labios, esta solo la miró indignada pensando que haría algo mejor que eso.

— Eres tramposa, Adeline —negó con la cabeza.

— No especificaste como querías que fuera —levantó los hombros—. Ahora suéltame.

Taylor asintió, no sin antes juntar sus labios en un suave y lindo beso de manera imprevista, el cual fue instantáneamente aceptado por la contraria.

— Por Dios, chicas, búsquense un motel o algo pero no coman frente a los pobres —dijo Este, haciendo que las chicas se separaran con molestia.

— No es nuestra culpa que nadie te preste atención, Haim.

— ¡Taylor! —Harris le llamó la atención.

— Sí, como sea. ¿Ya te quieres ir, Addy?

— No, pero debo acompañar a Liv, sino me hará un show —rodó los ojos.

— Bueno. Nos vemos, preciosa —dejó un último beso en los labios de su pareja para después soltarla.

Adeline se despidió del grupo con una sonrisa y comenzó a caminar nuevamente, ahora en busca de su amiga.

El que la viera diría que su cuerpo estaba allí, pero que en su cabeza seguramente estaba volando en una praadera llena de pajaritos y tulipanes.

N/A ;

Tal vez haga segunda parte pero un poco más larga ;)

Si se preguntan porqué he estado escribiendo cosas tan cortas es porque mi promoción está cada vez más cerca y he tenido muchas cosas q hacer y comprar, entonces mi vida ahora mismo es una mierda —sin contar que me eligieron para decir el agradecimiento, y eso también es un puto dolor de cabeza porque no me terminan de aceptar el maldito discurso por más que lo modifico😜