𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟑

𝘛𝘪𝘤𝘬-𝘵𝘢𝘤𝘬, 𝘢𝘪𝘯'𝘵 𝘨𝘰𝘵 𝘯𝘰 𝘵𝘪𝘮𝘦
𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘱𝘰𝘪𝘯𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘢𝘵 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘤𝘩𝘪𝘯
𝘌𝘢𝘵 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘭𝘰𝘷𝘦, 𝘦𝘢𝘵 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘭𝘰𝘷𝘦

- Esto es una tonteria. No puedo creer que siquiera lo este considerando.

Elizabeth odiaba la sensación de sentirse como una tonta, tras su conversación con Elinor en casa de Lady Dambury no había logrado dejar de pensar en Anthony Bridgerton. Durante años su vida le había pertenecido a otros y ella solo pudo ser espectadora de las decisiones que otros tomaban a su nombre. Cuando su esposo murió sintió la más grande de las libertades y decidió que nunca más nadie volvería a tomar decisiones por ella.

Asi que tras pensarlo unos cuantos días, se dió cuenta de que lo que más temía en realidad era la de volver a dejar su vida en manos de otros. Elizabeth no odiaba realmente volver a casarse sino la idea de volver a vivir al infierno que otros la habían puesto.

Anthony Bridgerton tal vez representaba todo lo que había querido años atrás, libertad y calidez. Solo que.... este había llegado demasiado tarde, la ilusión de su juventud había muerto y solo intentaba aferrarse a vivir pacíficamente.
Incluso si existía algo lo suyo era imposible y sin embargo, deseaba volver a verle...

- Lady Melbourne ¿Cierto?

Elizabeth parpadeó con sorpresa cuando la voz de alguien conocido la sacó de sus pensamientos, cuando levantó la vista se encontró con Violet Bridgerton en persona.

- Sí, esa soy yo. Usted es la vizcondesa Bridgerton.

- Me sorprende encontrarla por este lugar, la mansión Melbourne se encuentra al otro lado de la ciudad. - Se maldijo internamente al recordar que se encontraba cerca de la casa Bridgerton ¿En que estaba pensando al ir hasta ahí solo para vivir una tonta fantasía? La vizconde sonrió amablemente - Por supuesto, no es asunto mío.

- No, en absoluto vizcondesa, yo solo quise dar un paseo largo cuando termine de hacer algunas compras. - Si Violet Bridgerton contaba a alguien que la había visto cerca de la casa Bridgerton y sin compañía estaba acabada - Ni siquiera note que llegué tan lejos.

- Debe estar agotada, por que no me acompaña a mi casa y le invito una taza de té. Insisto, señorita Melbourne.

- Esta bien.

Elizabeth recordaba una vez en la que casi caía por un acantilado en el campo, la sensación del corazón a punto de explotarle había sido insoportable en aquella ocasión y estar ahí sentada con Violet Bridgerton mientras tomaban una taza de te le recordaba a aquella ocasión, solo que ahora no había acantilido ni estaba en el campo.

- En la reunión de Lady Dambury no pude presentarme adecuadamente, mi hija Eloise está en su primer temporada y esta un poco inquieta al respecto.

- Comprendo, debe estar aterrada.

- Todas pasamos por eso alguna vez, aunque como le dije a mi hija que puede tomarse un tiempo para aclarar sus ideas. No tiene porque casarse de inmediato - Violet Bridgerton parecía ser una mujer sensata e inteligente, quizá su horrible madre podría aprender algo de ella - Recuerdo que tras un mes y medio de su debut su familia anunció su matrimonio con el duque, debió ser díficil de afrontar.

- Lo fue, demasiado.

- Con todo respeto ¿Lo amaste?

- ¿Amarlo? No, en absoluto.

- Eso es bueno, porque él era un idiota. - ¿Donde se encontraba la elegante y educada Violet Bridgerton? La mujer frente a ella debía estar siendo poseida porque Elizabeth no lograba salir de su sorpresa. - Tú en cambio, eres inteligente y sagaz.

- Vizcondesa, yo no entiendo... Me invitó una taza de té y....

- Madre, dijiste en tu nota que necesitabas verme.... - Elizabeth casi se atragantó con el té cuando Anthony atravesó el marco de la sala de estar, él tambien parecía muy sorprendido - Me enviaste una nota diciendo que necesitabas verme, no pensé que tendríamos visitas.

- Me encontre con Lady Melbourne mientras daba un paseo y debido a que su doncella se perdió pensé que podrías llevarla de regreso a su mansión, su familia deben estar preocupada.

- Un gusto haber platicado con usted, lady Melbourne. Espero volver a verla pronto.

- Y yo a usted, vizcondesa Bridgerton. - Aquello había sido muy extraño ¿Acaso la Vizcondesa sabía algo de lo que había pasado? No, no podía ser posible.

Elizabeth subió al carruaje acompañada de Anthony y durante unos minutos el silenció fue absoluto.

- Lamento si mi madre le hizo sentir incómoda, a veces suele ser un poco intensa.

- La vizcondesa fue amable.

- Bueno.

- Sí.

¿Qué se supone que debía decir? Aquella noche había sido maravillosa para ella pero durante la reunión de Lady Dambury se había encargado de huir de todos sus sentimientos y ahora estaba haciendo lo mismo. Como podía decir que lo deseaba pero no podría haber nada serio entre los dos, jamás.

- Elizabeth...yo no me arrepiento, de nada de esa noche.

La castaña miró al vizconde directamente a los ojos con enorme sorpresa ¿Enserio él no...? ¿Por que esa simple frase le alegraba tanto? No, no debía sentirse feliz... no debía... ¿Cierto?

- No pretendía incomodar en casa de Lady Dambury y se que lo que pasó no significa que...bueno yo solo quería que supieras que no me arrepiento.

- Yo...

- Excelencia, estamos por llegar a la mansión Melbourne.

- Dile a Leah que entre.

- Sí, señor.

¿Habían llegado tan rápido a la mansión? La puerta se abre y una doncella entra junto con ellos, seguramente para proteger su honra. El carruaje entra hasta la entrada de la casa donde la duquesa furiosa daba instrucciones para buscarla, debía inventar una buena excusa para su escape.

- Elizabeth, por el amor de dios ¿Se puede saber a dónde fuiste? ¿Y por qué el vizconde Briderton viene contigo?

- Madre, lo siento yo...

- Lady Melbourne fue invitada por mi madre a una tarde de té, debió confundirse el mensajero y no pudo entregar la invitación. Pero se le invitó a ella y a la hija del conde Asriel. - La duquesa pareció molesta pero con la excusa que Anthony había dado ni siquiera ella podría decir algo.- Cuando lady Melbourne me dijo que olvido traer compañía, me dispuse a traerla a su casa.

- ¿Y por qué Lady Asriel no vino con ustedes?

- Elinor tenía una comida con su familia poco después y no podía venir hasta aquí. El vizconde solo fue amable y tú no estas siendo buena anfitriona madre.

- Le pido disculpas vizconde Bridgerton, estaba preocupada por mi hija. Lamento que tuviera que posponer sus deberes para acompañarla hasta aquí.

- No fue una molestia en absoluto, lady Melbourne es una dama y mi deber era acompañarla. Bueno, se hace tarde duquesa, debo regresar y alistarme para el baile de esta noche.

- Nos veremos ahí entonces, mi hija y yo asistiremos también esta noche.

- Será agradable verles ahí.

- Eso espero tambien, señor Bridgerton.

- 𝙽𝙾 𝙾𝙻𝚅𝙸𝙳𝙴𝚂 𝚅𝙾𝚃𝙰𝚁 𝚈 𝙲𝙾𝙼𝙴𝙽𝚃𝙰𝚁-

-𝙽𝙾𝚂 𝚅𝙴𝙼𝙾𝚂 𝙴𝙽 𝙴𝙻 𝙿𝚁𝙾𝚇𝙸𝙼𝙾 𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾-