017. subway and theater
CHAPTER SEVENTEEN
❝el metro y el cine❞
scream vi: maniac | act. two
—¿AL MENOS ES UN BUEN PLAN? —preguntó Ethan mientras bajaban las escaleras del metro.
—No vengas si no quieres —respondió Tara.
—¿Separarnos y que nos mate uno por uno? No, gracias.
—Todo estará bien, Ethan —dijo Tyler empujando la cabeza del contrario—. Deja de quejarte tanto.
—Solo hay que llegar al cine —interrumpió Sam—. Subamos.
—Sí, porque nos dará menos miedo en el cine del asesino en serie.
El grupo se abrió pasó entre la gente y subió al metro. Tyler escucho la voz de Mindy llamándolo apenas entró pero no alcanzo a ayudarla. Ethan y ella quedaron atrás.
—Mierda.
Llegaron entre empujones hasta el final del vagón y entre los cinco que quedaban hicieron un círculo.
—¿Y Mindy? —preguntó Sam.
—No pudo subir —explicó Chad—. Iba a esperarla pero Guapito me empujó.
—Había mucha gente, no alcanzó a entrar —dijo Tyler.
—Fue para no separarnos —dijo Danny.
—¿Separándonos? —preguntó Tara.
Las luces empezaron a fallar y Tyler observó el techo con el ceño fruncido.
—Todo está bien, está con Ethan —dijo Chad, viendo los mensajes—. Tomarán el siguiente.
«Este es un tren local uno con dirección a South Ferry. Siguiente parada: Calle 79.»
—Ay no.
Todos voltearon hacia donde Chad miraba y se encontraron con medio vagón disfrazado de Ghostface. Se sentía como si todos los estuvieran observando.
Como un cazador buscando a su presa.
—¿Cuántas estaciones son? —preguntó Tara.
—Diez.
Tyler dejo salir un suspiró tembloroso. Estaba empezando a sentirse claustrofóbico con toda la gente que había a su alrededor y que las luces no funcionaran no ayudaba en nada.
—Mindy no contesta —dijo Chad igual de nervioso.
—Oigan... —llamó Sam asustada.
Vieron a un Ghostface acercarse rápidamente y todos se tensaron. Danny se adelantó y se puso adelante de Sam, haciéndole frente al de disfraz que simplemente se desvió y salió del metro.
Cuando salieron del metro se encontraron que Kirby justo en la salida.
—Hablé con Bailey. Todo está preparado. ¿Dónde están Ethan y Mindy?
—Llegarán en cinco minutos —contestó Tara.
—Entremos todos.
—Tú no —le dijo Sam a Danny.
—¿Qué?
—"No confíes en nadie", ¿recuerdas? No te conocemos. No mucho.
—Tú me conoces —dijo.
—No eres de Woodsboro. Perdón.
Danny asintió y le dió un beso en la mejilla mientras le pedía por favor que se cuide. Apenas terminaron, el grupo comenzó a caminar hacia el cine otra vez.
—Revisé el lugar antes de que llegaran —dijo Kirby una vez abrió las puertas del lugar—. Esta es la única entrada y salida. Cuando cruce la primera puerta, ambas puertas se cerrarán automáticamente, encerrándolo. Se convierte en una jaula mortal.
—¿Armas? —preguntó Sam.
—Una pistola que solo yo usaré.
Tyler se rascó la nuca pero decidió no decir nada. No iba a dejar que se la quitaran.
—Soy la única que porta una placa y digo que así será. Aquí estamos a salvo.
—Bueno, toco golpearlos mientras ellos nos acuchillan. ¡Buen plan, amigos!
—Voy a comunicarme con Mindy, a ver si están cerca.
Los cinco se dispersaron. Tyler entró a un pasillo, buscando cualquier indicio de que hubiera alguien cuando el tono de llamada inundo el lugar completo.
«Probablemente: Amber Freeman.»
Su corazón se detuvo por un segundo. Saco la pistola y le quito el seguro antes de contestar con las manos temblorosas.
—Hola, Tyler —dijo la voz como si se estuviera divirtiendo—. ¿Cómo está Gale?
—¿Por que no te vas a la mierda? —contestó dando vueltas con el arma en alto.
—Debe ser difícil para ti estar aquí cuando tu madre agoniza en una habitación de hospital —se escucho una risa a través del teléfono—. Mírale el lado bueno, pronto se reunirá con Dewey. Será un honor asesinarte a ti también.
—¿Te puedo llamar después? —dijo antes de cortar la llamada.
Escucho un ruido en la puerta y soltó su teléfono que cayó con un ruido sordo sobre la madera vieja. Apunto con las dos manos y unos segundos después, Tara entró al lugar sobresaltandose al ver una pistola apuntándole a la cabeza.
—¡¿Que mierda, Tyler?! —preguntó con la mano en el pecho.
—¡Pensé que eras Ghostface! —Tyler le puso el seguro y la guardo en su cinturón—. Y antes de que preguntes, la tengo desde el año pasado.
—¿Es la que te dió Dewey? —preguntó y saltó para sentarse encima de una mesa llena de polvo.
—Te vas a ensuciar —sonrió y se apoyó en la misma mesa, mientras inclinaba la cabeza hacia arriba para verle la cara—. Mira, por fin creciste.
—Idiota.
—Solo un poco.
Tara sonrió, admirando los ojos verdes del contrario con tranquilidad.
—¿Hace cuanto crees que usaron este lugar por última vez?
—En la época de los dinosaurios —contestó con una sonrisa divertida.
Los dos mantuvieron viéndose a los ojos y Tyler no pudo evitar pensar que quizá moriría hoy. No iba a lamentarse más cosas si eso estaba en sus manos.
Se acercó a ella y con las manos en sus mejillas la besó.
Por un segundo pensó que ella no le correspondería el beso pero luego de unos segundos, Tara se inclinó hacia el y lo besó de vuelta.
Y se les olvidó por completo que había un asesino tratando de matarlos a los dos.
—Me demoré en hacer eso —susurró con los labios a centímetros de los de ella.
—Sí, debiste haber hecho antes —asintió—. Pero ahora podrías hacerlo muchas veces más.
Y cuando estaban al borde de besarse otra vez, un cuchillo llegó a las costillas de la chica.
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