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Capítulo 32

Jungkook esperaba algún mensaje de Hoseok, desde que se ha ido quedó con la duda de su comportamiento, decidió no sacar conclusiones al respecto, se sentía totalmente preocupado ya que había dejado de sonreír siendo más alejado de ellos.

Seokjin lo miró de reojo, notando que cada vez revisaba su celular y continuaba comiendo, tragó el bocado para después limpiar sus labios con la servilleta, colocó una mano sobre el hombro del menor que lo cual no elevó la mirada.

—No agobies de esa forma. — Soltó tranquilo con la intención de convencerlo. — En algún momento te diría, tal vez un problema familiar o algo que lo atormente.

—Hyung sé que fue grosero eso, realmente si preocupa demasiado. — Encendió su celular leyendo el mensaje de Taehyung avisándole que está por llegar. Seokjin logró ver, Jungkook hizo lo posible en que no nótese su sonrojo.

—Habrá un momento en que lo diga. — Logró alcanzar a leer el mensaje, soltó una dulce sonrisa, comprendiendo lo que Namjoon trató de decir. — Taehyung se volvió alguien cercano para ti. — Afirmó, el castaño ni quisiera volteó a verlo.

—Nuestro Jungkook ya no es un niño.

Jungkook miró extrañado a sus mayores.

—Namjoon me lo contó antes, no mucho pero. — Deja el celular del menor sobre la mesa. — Me alegra que hayas cambiado y que tu primera historia de amor esté por comenzar. Noté que gracias a él, superaste varias cosas.

—Recuerda la historia sobre Seokjin y yo. — El peligris limpió la comisura de sus labios con la servilleta, recargó un poco sus antebrazos por la mesa. — No tengas miedo que esa amistad se destruya, los actos es lo que cuenta, pueden llegar a ser confusos pero recuerda, no todo saldrá como uno esperaba, hasta incluso puede resultar mal. Eso está bien, puede pasar con cualquier otra persona.

Jungkook asintió, viendo como es la relación de sus mayores, se dio la idea de como sería con Taehyung. ¿Eso es lo que hacen aquellas mariposas que rondan por el estómago? ¿Cómo puede controlar aquellas ilusiones cada que lo ve, hasta su propio corazón?

—Cambiando del tema, tu amiga Jisoo mencionó aquellos planes, sabes que tienes nuestro apoyo así que tienes ese permiso.

—Jungkook. — Llamó Namjoon con la boca un poco llena, para después tragarse el bocado. — ¿Por qué no habías dicho que las galletas con chispas de chocolate y jugo de manzana te recuerda tanto a ella? — El castaño miró confundido a su mayor, la nostalgia ante ello es lo que venía, y más cuando las consumía, un detalle que amaba recibir en su niñez que jamás olvidará. — Siempre que te recogemos, Taehyung habla que traerá para animarte.

—Es verdad. — Continuó Seokjin. — Sabemos lo difícil que estuvo aquellos tiempos, y más tu solo sin ni un cariño que recibir.

Aquel detalle, las galletas con chispas de chocolate y jugo de manzana anhelan ese cariño, el cariño que le hace falta, aún no podía superar, es complicado, manteniendo aquellos a su lado apoyándolo, aunque despreció y rechazó pero jamás le dieron la espalda, Taehyung le tomó de las manos para demostrar lo que es la verdadera felicidad.

No todos corren con la suerte en tener una vida color de rosa, sino una vida teñida de azul y gris, ahogándose en sentimientos negativos, hasta que llega aquella chispa que ilumina alrededor, siempre habrá el momento de que esa persona haría ese acto, sonriendo todos los días, animando, buscando detalles perfectos para aparecer una felicidad perdida, Jungkook estuvo encerrado en demasiadas cosas, siendo condenado que si vida sería así.

El timbre resonó, Jungkook supo que ya se encontraba allí, parado y esperando en que abra esa puerta. Teniendo al chico de las cartas y a Taehyung, llegó la conclusión que su opción es Taehyung, dejando en claro aquellos sentimientos. Hará nacer un nuevo amor, a sabiendas que el verdadero riesgo es el rechazo. Comenzar su primera historia de amor.

Se levantó de su asiento, fue directo a la puerta principal para abrirla, encontrando aquel chico que le ha salvado de la oscuridad, su sonrisa diminuta es perfecta, y ese brillo de ojos que amaba ver. Soltó una avergonzada sonrisa, se hizo de lado para dejarle pasar.

—¡Hey, Taehyung! — Saludó Seokjin desde su lugar. — Llegaste temprano, me alegra verte de nuevo.

—Hyung, trajiste las gomitas de gusano y las golosinas que nos gusta a los dos. — Dijo tomando un paquete de bombones. No supo como, pero había armado el valor de hacer una pijamada con su amigo.

—Bueno, muchachos. No vayan a comer demasiados dulces. — Anunció Namjoon. — Se ve que Taehyung había terminado de cenar.

—No se preocupen, no somos unos niños, sabemos comer adecuadamente los dulces.

Ambos fueron por los escalones para ir directo al cuarto del castaño, Taehyung le llamó la atención ese cajón abierto con sobres decorados dentro, sintió sus mejillas enrojecer e hizo lo posible en ocultar aquello, para fingir su curiosidad.

—Jungkook ¿Le escribes a tu madre? — El mencionado notó lo que se refería, negó con la cabeza y ni siquiera se preocupó en correr a ocultar, hizo un lado la tristeza.

—Son las cartas del señor anónimo, antes le escribía a mi madre, pero una vez dejé de hacerlo.

Guardaba aquellas cartas, no era de todos los días, pero con la esperanza de que cuando ella regresara las leyera, a pesar de que sea por años siempre las llevará con él, pero aquello había sido destrozado cuando su padre lo descubrió, había olvidado a la señora Jeon y seguir recordando después de su traición, no le pareció correcto que Jungkook escribiera a alguien que jamás va regresar. Deshizo ese pensamiento, llegando a la realidad, sentándose al lado de Taehyung, estaba reposando lo que había comido, viendo la serie que ambos veían fue lo que le agradó demasiado, ver la serie con la persona favorita.

No supo como, pero controlar sus emociones es algo nuevo, podría arruinar las cosas por una torpeza suya, le avergonzaba demasiado con tan solo mirarle directo a los ojos, a pesar que llevan mucho de conocerse.

—Hyung, dijiste que pronto va ser tu exposición de arte. Me gustaría ver un poco de su avance. — El peliazul no se limitó a verlo.

—Aún no comienzo hacerlo, te aviso. Quiero que asistas ese día.

—Le diré a Seokjin y Namjoon, ellos quieren ver un dibujo tuyo ¿A caso lo olvidaste? — Niega el mayor con una pequeña sonrisa en sus labios, como olvidarlo.

—Me encantaría verlos allí, ¿Estarás ayudando a Hoseok en la veterinaria?

—Ha estado mal últimamente, no lo sé. Muy distante de todos y bueno, tal vez con la compañía nuestra le anime, pasar el tiempo juntos.

—Recuerda que el fin de semana la pasaremos en la playa, simplemente a comer nada más y jugar con el agua. Sería un gran viaje después.

—Esta es una oportunidad, quiero verla.

—¿Y qué ocurrió con tu padre? Aparte del alejamiento, pudieron haberlo encarcelado.

—Es lo que pasó, él vivía solo, después que me fui, solo compraba botellas de alcohol y buscaba cosas que apostar, ganaba y perdía, hasta una vez la vida. Eso lo dijo el abogado Choi. — Soltó un suspiro. — Después de oír aquello, no me quise imaginar mi vida si vuelvo con él, no tuvo de otra y se le ocurrió apostarme, siendo su único hijo.

—Y si tu madre decide que vivas con ella ¿Te irías? Como viste creó su propia vida, dejando todo en el pasado, sin saber si ella te busca o te olvidó.

—Mi padre se salió con la suya en ese aspecto, tal vez ha sabido algo de ella y jamás me lo dijo.

Taehyung decidió abrazarlo, pudo notar esa cara entristecida, el señor Jeon ha sido un mal padre y anda pagando por lo que hizo, mientras tanto aquellos dos adultos separados preocupados en lo suyo, dejando en el olvido a su único hijo, puede Jungkook lo tenga ni un sueño, pero tiene la esperanza de que el único que tiene se cumplirá.

—Jungkook, ¿Seokjin no te regaña si te pintas en la piel?

—¿Trajiste marcadores? — Negó el mayor.

—Oh, los he olvidado realmente... — Interrumpe Jungkook.

—No te preocupes, tengo unos que se quitan con el agua.

El mayor asintió, el castaño fue a su escritorio para ir directo el sitio donde los había guardado, Taehyung sabía que ese chico lucha por lo que quiere, y lo está logrando, a pesar que son amigos y haber comenzado con el pie izquierdo, jamás se imaginó que terminaría bien.

Jungkook destapó su antebrazo y lo puso sobre su cama mientras se encontraba acostado boca bajo, Taehyung empezó a tomar un color, para empezar a trazar, mientras la imaginación de su cabeza volaba, dejando expresar su talento, agradeciendo que obtiene los colores necesarios, no se mezclaba con nada tal como había pensado antes, pero podía ver esa sonrisa que amaba ver, admite que se siente como si un niño se tratase, un sentimiento puro lleno de felicidad, las mariposas de sus estómagos aleteaban provocando un escándalo. Jungkook soltó una sonrisa al ver que su mayor le irá bien en su trabajo, es la primera vez que lo ve dibujar así, y se tomó el tiempo de demostrar aquel talento, un lindo atardecer con dos personas tomadas en la mano mientras jugaban en el campo.

—Hyung, me gusta demasiado. — Dijo después que el mayor terminara. — Tienes demasiado talento, puedes dibujar eso para tu exposición.

—¿Ves esos colores? — No fue descortés ignorar ese halago, le alegró demasiado haberlo escuchado. — Son los colores que verás en ahora en adelante, quitando los que demuestra la tristeza, porque una persona que lucha por lo que quiere, tiene su propio paisaje, a pesar si uno lo crea solo o al lado de alguien, pero esto somos tu y yo. — Ambos se miraron los ojos. — Quiero colorear el mundo contigo, Jungkook.

El castaño intentó analizar aquellas palabras, no podía debido de como palpitaba su corazón, pero no se podía ilusionarse así de fácil por ello y arruinar un momento como este, no, solo agradeció quedarse sin palabras para anhelar esta sensación. Nunca se imaginó estar enamorado, ¿Esto es lo que siente una persona enamorada?

Taehyung apareció aquel sonrojo que se dejó ver por los pómulos del menor, haciéndolo ver tierno y ganas de besarlo, tuvo que contener aquello para después continuar.

—Viviste las cosas solo, pero no importa los obstáculos que sea, siempre habrá el momento que tu propio mundo se pueda colorear y que jamás quede en azul y gris. ¿Entiendes lo que digo? Me encantaría llegar a ese sueño contigo. Aunque pretendías que no necesitabas ayuda de nadie, siempre habrá un momento en la que vas a necesitar, y lo haz permitido a través del tiempo, lograste con tu padre, y ahora lo que sigue. — Jungkook jamás imaginó de enamorarse de la persona correcta, aunque siempre veía la realidad y de como es una relación, tal vez dejarse permitir de esta forma, a pesar de que pueda salir lastimado, es lo que su corazón le ordena.

Las sombras del pasado lo perseguían una y otra vez, mientras intentaba escapar y luchar, más lo persiguen, mientras no dejó de desearlo, encontró aquel tesoro que vio por este camino. Caminar justo a su lado.

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