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Capítulo 2

Jungkook examinaba a cada alumno que pasaba en su punto de vista, llevaba semanas desde que recibió la primera carta y cada vez aumentaba en cada día (cosa que lo está cansando) quiere terminar con esa persona que pierde tiempo en escribir cursilerías disfrazadas de mentira.

Pero al ver que Jimin se acercaba, tomó sus cosas y empezó a caminar con algo de rapidez.

—Kook. — Podía oír la voz a sus espaldas y caminó un poco más rápido. — ¡Jungkook! — El castaño paró seco y puso los ojos en blanco antes de voltear.

—Como no te cansas seguirme. — Dijo sin ánimos.

—¿Por qué eres así con nosotros? — Jimin no se cansará hasta que Jungkook se deje que lo ayuden. — No te hemos hecho nada. Dime ¿Por qué luchas por no querer vernos?

—Jimin deja de insistir, dame un poco más de tiempo.

—¿¡Qué día vas a dejar de repetir lo mismo!? — Alzó un poco la voz fastidiado y algo de desesperación . — Tienes un año, un año que te alejas de nosotros cuando te brindamos nuestra ayuda.

—Estoy bien, hyung. — Dijo con molestia. — Así que déjame en paz y dile eso a los demás lo mismo. — Se da media vuelta para irse.

—Jungkook no nos hagas esto, eres nuestro amigo. — Su labio temblaba. Quería llorar.

—Era. — Respondió frío. — ¡Déjame en paz, no quiero volver a verte!

Sin más que decir Jimin dejó de seguirlo, veía como Jungkook se alejaba en cada paso desapareciendo cuando cruzó la puerta.

—Estaré esperando el día que me busques, soy capaz de ayudarte, estaré disponible. — Murmuró por sí mismo.

































































Jungkook caminó directo a su casillero, agregó la clave y lo abrió, entonces podía visualizar un sobre blanco, bufó y lo sacó de ahí; visualizaba la estructura pero decía: «Para JungKook», como siempre lo abrió preparándose algo nuevo y ridículo a lo que viene.

Me agradas aunque no hablemos y solo nos miremos. Ya que este sentimiento que tengo hacia ti va aumentando. Mis padres deberían estar orgullosos que no soy adicto a las drogas, sino a tu belleza Jungkook.

-Anónimo.

El castaño hizo una mueca y alzó la mirada para ver a su alrededor en busca de alguien, pero no hay nadie en el pasillo, miró de nuevo a la carta con la sensación de hacerlo bola y tirarlo a la basura o romperlo en pedazos. Ninguno de las dos opciones lo hizo. Guardó la carta entre su cuaderno y lo metió en la mochila.

Caminó directo a la salida ya que las clases finalizaron, rezaba en no encontrarse con uno de sus ex-amigos (por el momento). Los pasillos se encontraban desérticos, había pasado quince minutos desde que sonó la campana había dado señal de que las clases finalizaron.

Se quedó en el mismísimo lugar de siempre esperando a que vengan a recogerlo, veía a algunos alumnos irse o esperando a que vengan también por ellos.

Después de diez minutos, Jungkook revisó su celular y vio un mensaje de Seokjin avisándole que saldrá tarde del trabajo y que se demorará mucho en ir por el menor. No había de otra más que ir de pie a casa. Jungkook soltó un bufido y se levantó de la banqueta que el cual se había sentado, colocó sus audífonos y empezó a caminar, metió sus manos en el bolsillo de su sudadera ya que el aire frío puede ser una razón de morir de hipotermia.

Sentía la necesidad de deshacerse de su vida pero temía en hacerlo, no tiene las agallas y mucho menos el valor de dejar a su primo, todavía existe el dolor de amor de la familia en su corazón, es como si todo eso se ha esfumado por completo, ¿Qué más da? Haber visto la verdad de la persona que lo crió fue suficiente, a temprana edad perdió la confianza y la felicidad.

Bajó de la banqueta para cruzar al otro lado de la calle, el sonido de un claxon fue como un fuerte sonido de una batería. Desde ese entonces Jungkook sintió unos brazos rodear su cuerpo y un fuerte peso que poco a poco su cuerpo se encontraba en el sólido piso.

No quitaba la mirada a esa persona, está sorprendido al ver a ese chico peliazul de la sonrisa rectangular. Jungkook no dijo nada sólo no quitaba su vista sobre esos ojos ajenos de color avellana.

La respiración por parte del mayor era agitada debido a lo que acabó de ocurrir. Jungkook casi iba ser atropellado.

—¿Estás bien? — La voz de peliazul era grave, era perfecta. Jungkook no dijo nada solo miraba el rostro del desconocido, concentrado en sus detalles faciales, el rostro del contrario era de un ángel.

Desde unos segundos reaccionó y empujó al mayor para después levantarse, sacudió su ropa y lo miró de manera fría examinando aún más con la mirada al contrario de pies a cabeza, luego siguió con su camino sin dirigirle una palabra dándole la espalda.

El chico peliazul miraba como Jungkook se alejaba, una sonrisa se dibujó en sus labios y no quita su vista a ese rumbo.

«¿Por qué eres así? ¿Qué me haz hecho Jungkook?»































































Jungkook permaneció encerrado en su habitación, acostado boca bajo en su cama mientras pensaba en la persona de las cartas, quiere terminar todo y estar en paz pero ¿Si es una idea de esos bastardos?

—Ellos me escucharán. — Dijo con enojo y se levantó de golpe para después colocarse otros pantalones y luego una sudadera negra, tomó las llaves de su tocador y salió de su habitación.

Bajó por los escalones y se colocó sus tenis, escuchó pisadas sobre la madera llamándolo la atención.

—Al fin alguien salió de su cueva. — Seokjin lo dijo de buena intención. — Solo no llegues después de las once.

—Si, hyung.

Tomó la perilla de la puerta y salió de casa sin dirigirle una mirada al rubio. Jungkook no le agradaba la idea de salir de casa pero debe si es que esa broma sucia acabe de una vez, a él no le gusta esta clase de juegos, es como si alguien se está burlando de él por su cambio de personalidad o su forma de ser o... ¡Aaah! Eso lo hacía enfadarse demasiado.

Sin dudarlo, tomó camino directo a la casa de Jisoo ya que el recuerda, los días miércoles va a la casa de ella para que aquel grupo de amigos planean "Estudiar juntos" pero eso siempre termina en bromas, ver una película o una locura. Así que no tuvo problema ya que está a cinco cuadras de su casa.

Al llegar ahí, el enojo lo tenía cegado hasta que tocó con fuerza la puerta, a él no le importaba si se encontraba los padres de la muchacha pero para su suerte, Jisoo fue quien abrió la puerta, se sorprendió al verlo parado y quiso sonreír pero al notar la expresión de Jungkook decidió no hacerlo.

—Ustedes... — Él habló primero. — Son los que mandan cartas con cosas ridículas ¿Verdad?

Jisoo parpadeo varias veces confundida, ¿Cartas? ¿De qué cartas estará hablando?

—No entiendo. — Al fin habló. — No te mandamos cartas con cosas ridículas que tu dices, no te hemos mandado ninguna.

—No te hagas. — Quizo gritarle y obligar a que diga la verdad con tan solo decir sus verdades pero se contuvo, lo único que hizo fue apretar sus puños y calmar su enojo. — Si no eres tu, son ellos ¿no?

—Jungkook, literal no hemos mandado a ti una carta, nunca hemos hecho eso. — Estaba asustada ante la mirada de Jeon, pero para la mala suerte de Jisoo es que Lisa y Jugyeom se habían ido, Jimin no pudo ya que él tenía entreno de Taekwondo. Pero ¿Cómo poder lidiar con un Jeon Jungkook presentándose como el mismo diablo en persona? — Además ¿Ni siquiera haz comparado la letra con la nuestra?

Jungkook entró en razón, nunca lo había pensado por estar sospechando quien es, no dudo en ponerse nervioso y apenado por ir a la casa de Jisoo solo porque ellos mandaban las cartas, bajó la cabeza como acto de vergüenza. Se sintió estúpido.

Jisoo soltó un suspiro al ver lo que está sufriendo Jungkook, lo abrazó para demostrarle que todo está bien o es eso lo que significa para ella. El contrario nunca se atrevió a corresponderle pero quería un abrazo de alguien.

—Lo lamento, no debí venir sin haber investigado primero. — Su voz sonó entre cortada.

—No te preocupes. — Empezó acariciar esos cabellos castaños. — ¿Pensabas que éramos nosotros?

—Es que, empecé a recibir cartas desde hace un mes y... — Estaba enfadado y nervioso. — Siento que alguien quiere jugar conmigo.

—¿Necesitas... — Tragó saliva, ella tenía miedo en que Jungkook lo niegue de nuevo pero no dejará su palabra en la boca. — Necesitas nuestra ayuda?

El castaño se separó de ella de golpe, ¿Necesita ayuda ahora mismo? Empezó a negar con la cabeza varias veces con la expresión seria, realmente no necesita de su ayuda, ¿Por qué necesitarlo?

—No, esto lo descubriré yo. — Se señaló así mismo. — Lamento venir aquí y decir estupideces.

Se retiró antes que Jisoo diga algo, pero ella quería hablar, no pudo ya que Jungkook finalmente se ha ido.

Ahora Jungkook sabe que no es ninguno de sus "amigos". Pero no se dará por vencido en encontrar a esa chica o... Chico.

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