06. Imagination

▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

11 julio 2022
📍Austria

Omniscente

Cuando Jak entró en la habitación de Fiorella, no pudo contener su emoción al encontrar a sus dos mejores amigos durmiendo abrazados. Definitivamente, rogarle al chico de recepción por la llave del cuarto de su amiga italiana había valido la pena.

Con mucho sigilo, sacó su celular del bolsillo de su pantalón para tomarles una foto a Ollie y a Ella. Después de meditar unos segundos sobre cómo despertarlos, se quitó los tenis y comenzó a brincar en la cama sobre sus amigos.

—¡Despierten, tortolitos, el sol ya salió! —exclamó el estadounidense mientras seguía brincando y escuchaba los quejidos de ambos amigos. Sin embargo, la diversión de Jak terminó cuando una almohada impactó contra su cara, haciéndolo caer al suelo —¡¿Qué les sucede?! —protestó, levantándose muy indignado mientras escuchaba las risas de sus amigos.

Después de unos segundos, las risas se calmaron, pero Fiorella cayó en cuenta de algo.

—Jak, ¿Cómo entraste a mi habitación? —preguntó, mientras lo observaba con una ceja levantada y Oliver los miraba a ambos con diversión.

—Pues verás, no quería desayunar solo, así que fui a la habitación de Ollie para que me acompañara, pero no me abrió. Entonces decidí que no me pasaría lo mismo contigo y rogué al chico de recepción que me diera una copia de la llave de tu habitación. ¡Y vaya sorpresa me llevé al verlos a ustedes dos durmiendo juntitos! —dijo Jak, levantando y bajando las cejas con picardía mientras veía cómo sus amigos se sonrojaban.

Oliver se levantó de la cama, se estiró y se puso los tenis de inmediato.

—Te vemos en el restaurante del hotel, Ella —dijo el británico, tomando del brazo a Jak y arrastrándolo hacia la puerta de la habitación. Juntos, se dirigieron a la habitación de Ollie para que este pudiera arreglarse para el día.

Cuando el de rulos estuvo listo, bajó al restaurante del hotel junto a su mejor amigo, mientras que este no dejaba de molestarlo y de hacerle preguntas sobre la situación con Fiorella.

— ¿Entonces ya tienes planeado todo lo que harán hoy? — Oliver asintió mientras ambos pilotos buscaban una mesa libre para sentarse y esperar a su amiga.

— Sip, recuerdo que Ella mencionó hace algunos meses que le gustaría que alguien la llevara a tener citas como el video de "Night Changes",  entonces hoy iremos a patinar y más tarde la llevaré a cenar.

— ¿Y las otras tres citas? No te puedes olvidar de llevarla a una feria, ni de llevarla de paseo en tu carro, y mucho menos se te puede olvidar pasar una noche junto con ella jugando juegos de mesa.

— ¿Tu desde cuando sabes tanto de One Direction? — Ollie le preguntó sorprendido a su amigo, la verdad es que el no recordaba que Jak fuera fan de la banda.

— Creo que he pasado demasiado tiempo con Kimi y Fiorella — Oliver soltó una risa mientras asentía. La verdad es que ambos hermanos Antonelli eran demasiado fans de los 5 chicos, y algo se les había pegado a ambos. — De todas formas tienes que asegurarte de que todo salga bien, intenta no romperte el brazo e intenta que nadie te tire tu comida en la cabeza.

— ¿Por qué alguien haría algo así? — la confusión en el rostro del chico era evidente.

— No lo sé, pero así terminó la cita de Zayn en el video, y no quiero que pase lo mismo contigo. — Jak sonrió

— Lo tomaré en cuenta —respondió Oliver, rodando los ojos con una sonrisa mientras se sentaban en una mesa cerca de la ventana.

No pasó mucho tiempo antes de que Fiorella llegara al restaurante. Llevaba un vestido blanco ligero y unas sandalias cómodas, con el cabello recogido en un moño desordenado que Oliver no pudo evitar encontrar adorable. Jak, en cambio, no perdió tiempo y comenzó a bromear en cuanto la vio.

—¡Mira quién viene toda radiante! ¿Acaso es por el desayuno o porque Ollie está aquí? —dijo Jak, ganándose una mirada fulminante de Fiorella.

—Es demasiado temprano para tus tonterías, Jak —respondió Ella mientras se sentaba junto a Oliver y abría el menú. Pero a pesar de su respuesta, el leve rubor en sus mejillas no pasó desapercibido para ninguno de los chicos.

—Oye, por cierto, ¿qué planean hacer hoy? —preguntó Jak con fingida inocencia, apoyando los codos en la mesa y mirando a ambos con una sonrisa traviesa.

Fiorella lo miró confundida, mientras Oliver intentaba actuar despreocupado.

—Oh, ya sabes, dar una vuelta por la ciudad, nada del otro mundo —respondió el británico con naturalidad, aunque sus manos jugueteaban nerviosamente con el borde de su taza de café.

Jak arqueó una ceja y asintió exageradamente.

—Claro, claro... "nada del otro mundo". Seguro patinar bajo las estrellas es súper casual.

Fiorella lo miró sorprendida.

—¿Patinar? —preguntó, volviendo su atención hacia Oliver, quien en ese momento deseó que el suelo lo tragara.

—Eh... sí, pensé que podría ser divertido. Recuerdo que mencionaste que querías hacerlo, así que... —el británico se interrumpió al darse cuenta de que Fiorella lo miraba con una mezcla de sorpresa y ternura.

—Eso suena increíble —dijo finalmente, y su sonrisa hizo que Oliver se relajara al instante.

—Bueno, no olvides tomar fotos, Ella. Estoy seguro de que esto será memorable —interrumpió Jak con una sonrisa burlona. Oliver le lanzó una servilleta mientras Fiorella reía suavemente.

Después del desayuno, Ollie y Ella salieron del hotel, dejando atrás a Jak, quien no pudo evitar sonreír al verlos alejarse.

—Estos dos van a terminar siendo una película romántica andante —murmuró para sí mismo mientras pedía un croissant extra.

☆。*。☆。

Cuando Fiorella terminó de atarse los patines y miró la pista frente a ellos, no pudo evitar morderse el labio.

—¿Estás nerviosa? —preguntó Oliver, inclinándose ligeramente para mirarla a los ojos.

—¿Nerviosa? Para nada. Solo estoy mentalizándome para no romperme una pierna. —Intentó sonar despreocupada, pero la forma en que apretaba las correas de sus patines decía otra cosa.

Ollie sonrió con ternura y le ofreció una mano.

—Prometo que no dejaré que te caigas... mucho. —La última palabra la añadió con una sonrisa traviesa, lo que provocó que Ella lo golpeara suavemente en el brazo antes de aceptar su mano.

—Más te vale, Ollie. No quiero terminar en urgencias en nuestra primera... —Se interrumpió a media frase, sus ojos se agrandaron y el rubor se apoderó de sus mejillas.

—¿Primera qué? —Oliver arqueó una ceja, con una sonrisa pícara en los labios.

—Nada. Olvídalo —dijo rápidamente, mirando hacia otro lado.

Comenzaron a patinar lentamente, Fio tambaleándose mientras Ollie la sostenía firmemente por la cintura.

—¿Sabes? Esto es un poco como estar en un videoclip —dijo ella, intentando desviar la atención de su torpeza.

—¿Un videoclip? —preguntó Oliver, intrigado.

—Sí, como en esas escenas donde el chico perfecto lleva a la chica a una cita mágica... —Su voz se desvaneció mientras miraba a Oliver, quien la estaba observando con una mezcla de diversión y ternura.

—¿Chico perfecto? —repitió él, alzando una ceja.

—¡No dije eso! —se apresuró a corregir Fiorella, su rostro encendiéndose como un semáforo.

—Lo dijiste. Lo escuché claramente. —el de rulos no podía contener su risa mientras ella lo fulminaba con la mirada.

—Solo cállate y no me sueltes, ¿quieres? —murmuró, aferrándose más a su brazo mientras daba un paso inseguro sobre los patines.

Oliver dejó escapar una risa suave y decidió cambiar de tema para no torturarla más.

—¿Sabes? Esto me recuerda una canción que escuché hace poco. —Su tono era casual, pero la chispa en sus ojos revelaba sus intenciones.

—¿Ah, sí? ¿Cuál? —preguntó Fiorella, curiosa.

Oliver tarareó una melodía familiar antes de cantar suavemente:
"In my dreams, you're with me... We'll be everything I want us to be..."

Fiorella se detuvo en seco, mirándolo incrédula.

—¡¿Imagination de Shawn Mendes?! ¿Me estás diciendo que esto es como tus sueños? —preguntó, con una mezcla de asombro y diversión.

Oliver se rascó la nuca, sonrojándose.

—Bueno, tal vez un poquito. Pero, ya sabes, sin el "solo en mi cabeza".

Fiorella parpadeó sorprendida, y luego comenzó a reír, su risa suave llenando el aire fresco de la noche.

—Eres un caso perdido, Ollie. —Pero a pesar de sus palabras, su sonrisa no desapareció ni un segundo mientras retomaban el ritmo.

A medida que avanzaba la noche, Fiorella empezó a sentirse más segura. Incluso intentó patinar sola, aunque Oliver la siguió de cerca como un guardián atento.

—¡Mira! ¡Lo estoy logrando! —exclamó ella mientras avanzaba unos metros sin ayuda.

—Sí, claro. Ahora intenta detenerte sin usarme como colchón —bromeó Oliver, cruzando los brazos mientras la veía perder el equilibrio lentamente.

—¡Oliver! ¡Ayúdame! —gritó ella entre risas mientras terminaba cayendo sobre él. Ambos aterrizaron en el suelo, riendo a carcajadas.

—Sabía que esto terminaría así. —Oliver sacudió la cabeza, aún tumbado en el suelo.

Fiorella apoyó sus manos en el pecho de él para incorporarse un poco, y sus ojos se encontraron.

—Bueno, técnicamente es tu culpa. Dijiste que no me dejarías caer... —murmuró ella, su tono más suave ahora.

—Técnicamente, no te dejé caer sola —respondió Oliver, sonriendo con esa calidez que hacía que Fiorella sintiera mariposas en el estómago.

El momento se alargó mientras ambos se miraban, la risa desvaneciéndose lentamente. Por un instante, parecía que el resto del mundo había desaparecido.

Desde un rincón de la pista, Jak observaba la escena con su celular en mano, murmurando para sí mismo:

— Esto es demasiado perfecto. Definitivamente, esto irá al álbum de "Momentos Icónicos de Ollie y Ella". — Tomó una foto y se dio la vuelta, satisfecho con su trabajo de "cupido no oficial".

Cuando Oliver y Fiorella finalmente se pusieron de pie, ambos estaban sonrojados pero sonrientes.

—¿Lista para otro intento? —preguntó él, ofreciéndole la mano nuevamente.

Fiorella la tomó sin dudar.

— La verdad es que no.

Oliver rió mientras la agarraba de la mano y juntos comenzaban a patinar otra vez.

Esa noche, bajo las luces colgantes del parque, ambos supieron que este momento quedaría grabado para siempre en sus recuerdos.

☆。*。☆。

Después de una tarde llena de risas y tropiezos en la pista de patinaje, Oliver y Fiorella regresaron al hotel para cambiarse y prepararse para la siguiente parte de la cita. Fiorella no tenía idea de lo que Oliver había planeado, pero notó que él parecía más nervioso de lo habitual cuando se encontraron en el lobby.

—¿Pasa algo? —preguntó, inclinando la cabeza con curiosidad.

—¿Yo? No, claro que no. —Oliver se rascó la nuca, desviando la mirada—. Es solo que... espero que te guste la próxima sorpresa.

Fiorella sonrió suavemente.

—Después de hoy, estoy segura de que me encantará.

Oliver le devolvió la sonrisa antes de guiarla hacia un pequeño restaurante cerca del hotel. Era un lugar acogedor, con luces cálidas y mesas decoradas con velas. Fiorella se quedó sin palabras al entrar.

—Esto... —susurró mientras miraba alrededor—. Esto parece sacado de una película.

Oliver tiró suavemente de la silla para que ella se sentara, y luego tomó asiento frente a ella.

—Pensé que te gustaría algo más tranquilo después de tanta acción.

Ella lo miró con una mezcla de ternura y admiración.

—¿De verdad planeaste todo esto?

Oliver asintió, sintiendo cómo sus mejillas se calentaban bajo su mirada.

—Quería que fuera especial.

Fiorella se acomodó en la silla, mirando la carta que el mesero les ofrecía, pero no pudo evitar mirarlo de reojo. Oliver estaba más nervioso de lo que había estado en toda la tarde, tamborileando con los dedos sobre la mesa.

—Ollie... —comenzó ella, apoyando los codos en la mesa y mirándolo directamente—. Esto es perfecto, ¿sabes? Todo el día lo ha sido. Así que relájate un poco.

Él rió suavemente y asintió.

—Es difícil no ponerme nervioso cuando tú... —se interrumpió, desviando la mirada hacia la mesa.

—¿Cuando yo qué? —preguntó ella, arqueando una ceja.

—Cuando tú haces que todo parezca sacado de una canción —dijo finalmente, mirándola con una intensidad que hizo que Fiorella sintiera un cosquilleo en el estómago.

Ella abrió la boca para responder, pero en ese momento llegó el mesero con sus bebidas, rompiendo el momento. Mientras cenaban, la conversación fluyó más naturalmente. Hablaron de todo: carreras, música, incluso sus momentos más vergonzosos.

—Así que déjame adivinar... —dijo Fiorella mientras tomaba un sorbo de su bebida—. ¿Jak te ayudó a planear todo esto?

Oliver se rio entre dientes.

—¿Jak? Claro que no. Si fuera por él, probablemente estaríamos jugando boliche con balones de fútbol.

—O en algún karaoke haciendo un dueto de Shawn Mendes —añadió ella, riendo.

—Ah, eso no suena tan mal, ¿eh? —bromeó Oliver, aunque la idea de cantar en público lo hacía estremecerse.

Mientras compartían un postre, Fiorella se quedó en silencio por un momento, mirando a Oliver.

—Gracias, Ollie. De verdad. Esto ha sido... increíble.

Oliver dejó la cuchara en el plato y la miró con suavidad.

—Me alegra que pienses eso. Quería que fuera un día que recordaras para siempre.

—Definitivamente lo será.

"Maybe this will be the night that we kiss for the first time..."

Ambos se miraron, el mundo alrededor pareciendo desvanecerse una vez más. Fiorella sintió que su corazón latía con fuerza, pero antes de que pudiera decir algo más, el mesero regresó con la cuenta, devolviéndolos a la realidad.

Mientras caminaban de regreso al hotel bajo el cielo estrellado, Fiorella se acercó un poco más a Oliver, rozando su brazo con el de él.

—Creo que hoy has elevado el estándar para cualquier otra cita que tenga en el futuro —dijo ella en tono de broma, pero sus palabras estaban cargadas de verdad.

Oliver sonrió, mirando hacia adelante.

—¿Quién dice que habrá otras citas?

Fiorella se detuvo un instante, mirándolo con una mezcla de sorpresa y timidez.

—¿Eso es una advertencia o una invitación?

Oliver la miró de reojo, con una sonrisa traviesa.

—Quizás las dos.

Fiorella se rió suavemente mientras seguían caminando. Dentro de ella, algo comenzaba a tomar forma, algo que ya no podía ignorar.

Y mientras Oliver la acompañaba hasta la puerta de su habitación, su corazón se llenó de una mezcla de expectativa y miedo.

—Buenas noches, Ella —dijo él, dándole una sonrisa suave.

—Buenas noches, Ollie —respondió ella, antes de cerrar la puerta y apoyarse contra ella, una sonrisa imborrable en su rostro.

Del otro lado, Oliver caminó hacia su habitación, con una sonrisa en su rostro imposible de borrar.