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𝟎𝟎𝟓: 𝐀𝐥𝐠𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐢

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𝑺𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆𝒔 𝒎𝒆 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒂 𝒅𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏. 𝑺𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕, 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕, 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕 𝒚𝒐𝒖. 𝑴𝒂𝒌𝒆𝒔 𝒎𝒆 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒅𝒐 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝑰 𝒔𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅𝒏'𝒕. 𝑺𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕, 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕, 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏' '𝒃𝒐𝒖𝒕...
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Mal's POV:
Caminamos por el puente colgante en silencio, admirando el paisaje y oyendo a las aves que están volviendo a sus hogares en los árboles.

Unos pasos después de llegar al final del puente, Ben paró de caminar.

-Te tengo una sorpresa cuando lleguemos, así que quiero que dejes que te guíe hasta allá. ¿Confías en mí?

Me acerqué un poco a él y besé su mejilla.

-Siempre lo haré.

Él sonrió.

Tomó nuestras cosas y las cargó sobre su hombro. Pasó un brazo por mi cintura para sujetarme y con su mano libre tapó mis ojos.

Dejé que su voz me guiara para no tropezarme. Al pasar alrededor de cuatro minutos, nos detuvimos.

-¿Lista? - dijo cerca de mi oído.

Asentí, sintiendo un cosquilleo en mi estómago cuando sus dos brazos estuvieron alrededor de mí.

Abrí los ojos y sonreí al ver lo que había preparado.

La glorieta de piedra está decorada con delicadas luces colgando entre los pilares, varias mantas y cojines sobre el suelo y lo que parecen ser varios platos de comida.

-¿Te gusta?

Di la vuelta con cuidado y lo miré sonriendo.

-Esto es tan lindo. Gracias.

Lo abracé. Ben apoyó su cabeza sobre la mía y besó mi sien.
Tomó de nuevo mi mano y llegamos al lugar.

Pusimos nuestras cosas a un lado y nos sentamos en el medio del suelo, sobre una de las mantas.

-Ya veo que te tenía tan entretenido cuando te escribí para avisarte que estaba casi lista y no me contestabas.

Él se rió.

-No podía revelarte tu sorpresa.

Se estiró un poco y me extendió un ramo de flores. Tiene rosas y orquídeas.

-En varias ocasiones me has dicho que no hace falta que te de tantos regalos, que sabes que te amo sin importar lo material-ambos sonreímos- Pero eso no significa que no me guste consentirte.

Reí y agarré las flores. Las olí y sonreí.

-Gracias.

Nos quedamos mirando a los ojos por unos segundos y pude notar como las mejillas de ambos comenzaban a enrojecer.

-¿Qué trajiste de comer? - le pregunté, apartando un poco la mirada.

-Para la cena traje pizza, que sé que te gusta tanto como a mí-me guiñó un ojo y reí- Agua, ya que casi nunca tomas refresco. Y de postre, fresas con chocolate y crema.

Ben se rió por la expresión que puse cuando nombró lo último.

-Bueno, yo traje algo para ti-dije.

Abrí el bolso y saqué una bolsa llena de galletas.

-Son tus favoritas, con chispas de chocolate y nueces.

-Voy a suponer que esta vez no tienen ningún hechizo de amor, ¿verdad? - preguntó con diversión.

Solté una carcajada y le di un leve golpe en el hombro.

-Obvio que no-dije riéndome.

Comenzamos a comer, hablando sobre cosas de la escuela.

-¿Has pensado en que harás cuando nos graduemos? Porque nos falta poco más de un año- le pregunté.

-Bueno, claramente voy a seguir siendo el rey, así que supongo que principalmente eso. Y tendré a una gran reina a mi lado.

Sentí mis mejillas arder al tener su mirada sobre mí.

-¿Insinuas que algún día me propondrás que me case contigo, Florean? - pregunté medio en burla.

Aunque de verdad quiero saber su respuesta.

-No lo insinuó, lo estoy afirmando, Igna.

Sus cachetes estaban rosados al decir eso, pero los míos están más rojos que un tomate.

Tomé aire para no gritar. No creí que me fuera a responder tan directamente.

-¿No has considerado tomar algunas clases en la universidad?

Mordí el trozo de pizza en mi mano.

-Lo he hecho, pero dudo mucho que vaya a tener el tiempo. Además, desde pequeño he visto clases extra como esgrima, equitación y todo eso. No creo que sea necesario algo más.

Hizo una pausa y me miró.

-¿Y tú? ¿Has pensado que harás? Lo hemos hablado antes pero, no sé si has considerado más opciones.

Con eso sé que se refiere a la conversación que todos tuvimos con sus padres.

-Hasta que llegué aquí, jamás pensé que tendría la oportunidad de hacer algo como eso. Pero ahora que la tengo, me esforzaré todo lo que pueda para ganar alguna beca. Quiero estudiar arte, es algo en lo que puedo decir que soy buena y me encanta.

Él sonrió.

-Hagas lo que hagas, yo te apoyaré.

Imité su gesto.

-Y quién sabe, puede que lo que afirmaste hace rato se haga realidad-dije.

Pude notar como sus ojos adquirían un brillo muy tierno al oír lo que dije.

Seguimos comiendo en un silencio bastante cómodo. Oyendo la cascada que está cerca y a las aves a nuestro alrededor.

Dejamos los platos dentro de una cesta que está sobre uno de los cojines y comenzamos a comer las galletas y las fresas.

Me reí al verlo.

-¿Qué? ¿Qué tengo?

-Tienes una mancha de chocolate-dije, señalando su mejilla derecha.

-¿Aquí? - preguntó, tocando su cara.

Negué con la cabeza y volví a reír.

Tomé una servilleta y limpié su mejilla con cuidado. La acaricié al terminar y él me miró.

-¿Te había dicho lo hermosos que se ven tus ojos con el atardecer?

Solté una risita.

-Si sigues diciendo cosas como esa, pasaré todo la noche como tomate.

-Pues a mí no me importaría, ya que sigues luciendo igual de maravillosa que siempre.

-Basta-dije riendo.

Él simplemente sonrió.

Terminamos de comer y recogimos lo que faltaba. Ben apoyó su espalda contra uno de los pilares y yo apoyé la mía sobre su pecho.
Me abrazó y nos quedamos viendo el atardecer.

-Mal-me llamó.

-¿Sí?

-Hay dos regalos que aún no te he dado.

Levanté la mirada y lo observé.

-Sabes que no era necesario que me dieras nada. Con las flores y todo esto-dije, admirado nuestro alrededor-, me es más que suficiente.

Ben sonrió.

-Igualmente, me gustaría dartelos.

-De acuerdo.

Me soltó con cuidado y me aparté un poco para que pudiera levantarse.

Buscó algo en los bolsillos de su chaqueta. Al encontrarlo, lo puso detrás de su espalda y extendió su mano hacia mí.

Me ayudó a levantarme y quedamos uno frente al otro. Colocó un sobre en mi mano libre.

Pude deducir que es una carta.

-¿Podrías leermela? - le pedí.

-Claro-me dijo sonriendo.

Abrió el sobre, extendió la hoja y comenzó a leer.

"Mal,

Hoy hace exactamente seis meses, en este mismo lugar, te pedí que fueras mi novia.

Debo admitirlo, estaba muy nervioso por cual sería tu respuesta. El hechizo de amor acababa de romperse, pero no hizo falta un hechizo para que me enamorara de ti.

Y aunque sé que al principio no supiste que responderme, sentí como mi corazón se llenaba al ver tu sonrisa y el brillo en tus ojos cuando me dijiste que sí.

Tu pasado fue duro, pero fue lo que te hizo ser lo que eres ahora. Lo que te hizo ser la chica de la cual estoy perdidamente enamorado.

Sé que no siempre puedo darte la atención que te mereces por mis responsabilidades de ser rey, pero no pienso fallarte.

No pienso cambiarte. Lo único que yo quiero es que estemos juntos. Quiero hacerte feliz, valorarte día a día, y demostrarte cuanto te amo.

Eres lo mejor que me ha pasado. Y te prometo que eso nunca cambiará.

-Ben. "

Miré a Ben, con los ojos llorosos. Junté su frente con la mía y sonreí.

-Tú eres lo mejor que pudo haberme pasado a mí-le dije.

Nos besamos durante unos segundos y sonreímos al separarnos.

Sacó una cajita cuadrada de color negro y la abrió frente a mí. Dejándome ver un hermoso collar.

(me costó mucho editar la imagen para que el dije quedara de esa forma, así que espero que les guste el resultado).

-Ben...-dije asombrada.

-Para mí, ambas figuras tienen mucho significado.

Sonreí, suponiendo el por qué de ambas.

-Me encantaría que me digas cuales son sus significados.

Se rió.

-La corona es porque aunque no tengas un título, para mí eres una princesa. Y la otra figura, es porque te amo con todo mi corazón.

Reí, enternecida por eso.

-Dale la vuelta al dije.

Hice lo que me pidió y sonreí. Tiene grabadas nuestras iniciales.

-Es hermoso.

-No tanto como tú.

Lo miré a los ojos.

-¿Puedes ponermelo?

Él asintió. Me di la vuelta y levanté mi cabello.

Mi corazón comenzó a latir fuertemente por nuestra cercanía.
Su respiración cercana a mi cuello y sus manos rozando mi piel me pusieron más nerviosa aún.

Lo colocó y sentí como reposaba sobre mi pecho.

-Yo también tengo dos regalos para ti.

-¿En serio? - me preguntó.

-Ujum.

Di unos pasos y me agaché para buscar los dos objetos.
Primero le entregué el más grande.

Es un dibujo de los dos que hice con acuarelas y marcadores. Nuestras manos están entrelazadas y en mi dedo está su anillo. El fondo es un degradé de diferentes tonos de morado y azul.

-Eres extremadamente talentosa. Esto es hermoso, cariño.

Sonreí y le di el otro regalo.

-Al parecer, no soy el único que escribió una carta.

Reí.

Me extendió el sobre, indicando que quería que se la leyera como yo se lo pedí a él.

Agarré su mano y tomé aire, preparándome para lo que le diré.

"Ben,

Este día es muy importante, ya que hoy cumplimos seis meses estando juntos.

Jamás había sentido algo tan fuerte hasta que te conocí. Al verte a los ojos y estrechar tu mano por primera vez, instantáneamente te reconocí como el chico en mis sueños, y supe que serías mi perdición.

Nunca has perdido la esperanza en mí. Te has quedado a mi lado y me has demostrado que puedo ser algo más que la sombra de Maléfica. Me has demostrado que puedo ser feliz.

Quiero estar contigo, a pesar de las peleas, tristezas, risas, enojos, celos y berrinches que podamos tener. Pero estar siempre contigo.

Sí estás conmigo, yo te voy a dar lo mejor de mí. Voy a tratar de hacer todo lo posible por hacerte feliz.

Y es verdad, puede ser que muchas veces me equivoque en algunas cosas, que me enoje por cosas sin sentido, pero jamás sería capaz de lastimarte ni de hacerte daño.

He pasado mucho tiempo intentando encontrar el valor para decirte estas dos palabras. Y no porque no las sintiera, sino porque tenía miedo. Miedo a ser lastimada como ocurrió con mi madre y mi padre. Pero ya no tengo miedo.

Porque confío en ti, confío en que nuestro amor es más fuerte que cualquier cosa.

Así que, llegó el momento de que te lo diga....

-Mal. "

Tantos sus ojos como los míos están cristalizados. Acaricié los dedos de su mano entrelazada a la mía.

-Te amo, Ben. Y sé que te hice esperar mucho tiempo para que me oyeras que lo dijera. Pero te prometo que de hoy en adelante te lo diré cada día, porque es la verdad. Te amo con todo mi corazón.

-Mal-dijo en un susurro, algo impresionado por mi declaración.

Solté una risita.

Pasó una mano por mis mejillas y secó las lágrimas que habían en ellas. Juntamos nuestras frentes.

-Algo dentro de mí sabía que me amas, pero oírte decirlo es lo mejor de este universo.

Volví a reír.

-Te amo tanto, Mal.

-Y yo a ti, Ben.

Posó sus labios sobre los míos y no dudé en seguirle el beso. Pasé mis brazos alrededor de su cuello y él los suyos por mi cintura.

Al separarnos me levantó levemente del suelo y reí.

Oímos varios truenos a lo lejos.

Al volver a besarnos, sentí una descarga de electricidad recorrerme. Nuestros labios se mueven con desesperación contra los del otro. Jadee ligeramente cuando mordió mi labio inferior.

Nos quedamos mirando a los ojos hasta que el agua comenzó a caernos encima.

Ambos reímos.

-Creo que tus planes de que nos quedáramos aquí ya no siguen en pie.

Me dejó en el suelo con cuidado.

-Tomemos nuestras cosas y larguémonos de aquí antes de que la carretera esté peor.

Asentí.

Guardamos todo como pudimos y comenzamos a correr hacia la moto.

Solté una carcajada cuando me levantó de nuevo y comenzó a cargarme como princesa.

(...)

Caminamos por los pasillos del castillo sin hacer ruido. Intentando no mojar por donde pasábamos debido al agua que tenemos encima por la lluvia.

-¿Estás seguro de que no nos meteremos en problemas con tus padres si llegamos a encontrarnos con ellos? - le pregunté en voz baja.

-Descuida, ellos no volverán de su viaje hasta el domingo en la mañana. Mi mamá me lo aseguró cuando hablé con ella mientras que te esperaba.

-¿Y si la Señora Potts, Ding Dong, Lumière o alguien más nos ven?

-Nosotros y los guardias que están afuera somos los únicos aquí hasta que mis padres vuelvan, así que no hay ningún problema.

-Está bien-dije más calmada.

Llegamos a la puerta de su habitación. Ben la abrió y me dejó pasar primero.

Puse las cosas en el suelo y temblé ligeramente por el frío de las gotas de agua sobre mi ropa.

-Evie me matará si se entera de que la ropa se mojó.

Soltó una carcajada.

-Si quieres puedes darte una ducha. Yo me encargaré de limpiar lo que trajimos de la comida y de asegurarme que no hayamos dejado todo empapado mientras que veníamos.

-Ok.

Besó mi frente y salió del cuarto con la cesta en sus manos.

Cerré la puerta y me adentré más en la habitación.

Puse mi chaqueta, los guantes y las botas en un lugar donde puedan secarse. Eso si va a ser difícil que pase, pero son mis favoritas y espero que no se dañen.

Pasé mis manos por mis brazos, tratando de entrar en calor.

Saqué la pijama que traía en el bolso, ya que no sabía donde pasaríamos la noche, y las pocas cosas que necesitaré. Encendí la luz del baño, encontrándome con mi reflejo en el espejo.

No tengo ni la menor idea de como Ben no le importó verme así, ya que el poco maquillaje que tenía se corrió totalmente con el agua, dejando algunas manchas. Sin contar que mi cabello está totalmente empapado y despeinado.

Saqué los restos de maquillaje de mi rostro y extendí el vestido sobre uno de los muebles. No tengo idea de que dirá Evie cuando se entere de que mojé uno de sus diseños recientes, pero pensaré en eso después.

Abrí la llave de la regadera y entré a la ducha. El calor del agua me relajó. Pasamos casi una hora con la ropa mojada hasta que llegamos aquí, espero que ninguno de los dos se enferme.

Oí pasos en la habitación, supuse que era Ben. Me sequé con la toalla y me vestí. Desenredé mi cabello con el peine.

Abrí la puerta y me encontré a Ben mirando por la ventana. Me acerqué a él con cuidado y lo rodée con mis brazos.

Giró un poco la cabeza para mirarme.

-Deberías de bañarte también. No quiero que te enfermes.

-De acuerdo, pero no te quedes dormida aún. Quiero hablar un rato más contigo.

Reí y besé su mejilla.

-Ok.

Dejé de abrazarlo y tomó el mismo camino del que yo venía.

Busqué mi teléfono y me senté sobre la cama. Busqué la conversación con Evie, ya que tengo dos mensajes de ella. El primero era avisando que ella y Doug llegaron a casa de su familia y en el otro preguntaba donde estamos.

Le escribí que estuvimos en el lago y tuvimos que volver debido a la lluvia. Dejó de estar en línea luego de unos minutos escribiendo, así que puse el teléfono sobre la mesa de noche.

Cerré los ojos, pensando en la conversación que tuve con ella antes de irme del dormitorio. Debo decirle a Ben lo que siento, pero sé que no será fácil.

Es la primera vez que dormiremos en la misma cama. Las únicas veces que habíamos dormido juntos era porque estábamos viendo películas y nos quedábamos dormidos. Me da algo de nervios y a la vez me atrae la idea.

La puerta del baño se abrió, dejándome ver a mi novio. Está secando su cabello con una toalla. Solo tiene unos pantalones puestos, lo que hace que tenga una vista completa de su torso.

Intenté calmar los pensamientos que vinieron a mi mente.

-¿Disfrutando de la vista, princesa? - me preguntó con diversión.

Bajé la mirada, con mis pómulos totalmente rojos. Se rió.

Sentí como la cama se hundía. Su mano tomó la mía.

-Sabes que no debes de avergonzarte por eso, somos pareja y es normal. Además, no es la primera vez que me ves así.

Solté una risita y lo miré.

-Lo sé.

Está sentado en medio de la cama. Me acerqué, quedando justo enfrente de él.

Nuestros rostros fueron acercándose poco a poco hasta que juntamos nuestros labios. Volví a sentir la misma corriente eléctrica que cuando estábamos en el lago.

Rodée su cuello y me dejé llevar por todas las sensaciones que me dan estando tan cerca de él. El beso empezó a tornarse más apasionado.

Me senté sobre su regazo, rodeando sus caderas con mis piernas. Mordió mi labio inferior y jadee al sentir su lengua en contacto con la mía. Sus manos están acariciando mi espalda y las mías su cabello.

Apoyé mi frente contra la suya, intentando recuperar el aire.

Ambos notamos la gran cercanía entre los dos, ya que tantos sus cachetes como los míos se pusieron rosados.

Pasaron unos segundos o tal vez hasta minutos, en los que los dos nos quedamos perdidos en la mirada del otro. Si no se lo digo ahora, no me animaré a hacerlo después.

-Ben, hay algo de lo que quiero hablar contigo-dije.

-¿Es sobre esto? Porque si me sobrepasé, de verdad lo lamento. No quería incomodarte y...

Intentó apartarse un poco pero no se lo permití.

-Hey, tranquilo. Es sobre esto, pero no es nada malo, créeme.

Volvió a mirarme, aún con las mejillas sonrojadas.

Tomé aire, dispuesta a al fin decirle lo que pienso.

-¿Recuerdas la conversación que tuvimos hace como un mes sobre nuestra...?

-Sobre nuestra primera vez.

Asentí, algo más roja de lo que ya estaba.

-Siento que estoy lista. Y sí, sé que hablamos de que pasara más adelante y no ahora, pero de verdad lo estoy.

Me sentí como una tonta al decirle todo eso al ver que Ben no decía nada, ni siquiera reaccionaba.

-Lo siento. Sabía que debía esperar más para decírtelo-dije en voz baja.

Bajé la mirada, con los ojos llorosos, y me aparté de él. Mi ánimo decayó. Creí que al menos me diría algo.

Sentí como una de sus manos tomaba mi mentón y lo levantaba con delicadeza.

-No tienes nada porqué disculparte, Mal.

Abrí los ojos.

-Lamento no responderte. Mi intención no era hacerte sentir mal. Es solo que no supe que decir. No esperaba que me dijeras algo sobre esto.

Acunó mi mejilla con su mano y eso logró que me calmara un poco.

-Yo también estoy listo, amor. Eres la única persona con la que quiero que eso pase -sonrió- Es solo que no quiero que te sientas presionada. Apenas hoy me dijiste que me amas, y sé que lo hacías desde hace mucho, pero no quiero sobrecargarte con nada. Quiero estar seguro de que verdad estás listas.

<<No quiero que algo salga mal y esto nos distancie. Más bien espero que nos conecte más aun en nuestra relación. Y si sientes que tal vez debamos esperar más tiempo para dar este paso, lo entenderé perfectamente.

Sonreí y besé cortamente sus labios.

-Confío en ti como no lo hago con nadie más, Ben. Sé que aunque no me lo estés diciendo, tienes miedo a dañarme y lo entiendo, porque tengo el mismo miedo. Pero sé que eso no pasará. Y te prometo que si siento que algo está mal, no dudaré en decírtelo.

Eso pareció convencerlo, ya que su sonrisa se veía más grande que hace un rato.

-¿Me lo prometes? - preguntó, quitando un mechón de pelo de mi cara.

-Te lo prometo.

Volví a sentarme sobre sus piernas, con los latidos de mi corazón más acelerados de lo normal.
Nuestras narices prácticamente se están rozando.

-Te amo.

Solté una risita y pasé mis brazos alrededor de su cuello, dejando reposar mis manos sobre su espalda.

-Yo también te amo-le dije.

Sus brazos me pegaron más a él por la cintura antes de que sus labios impactaran de nuevo contra los míos.

Al principio era extremadamente dulce y tranquilo, pero poco a poco comenzó a volverse más apasionado. Nuestras bocas juegan entre sí mientras que nuestras manos no se quedan quietas.

Al separarnos, ladeó un poco la cabeza, dándome acceso a su cuello. Sentí como la temperatura comenzaba a aumentar entre los dos.

Los besos no paraban. La ropa comenzó a estorbarnos, así que poco a poco nos fuimos deshaciendo de nuestras prendas. Quedé con mi cabeza sobre las almohadas. Seguimos quedándonos sin ropa.

Ambos reímos con nerviosismo, cayendo en cuenta de lo lejos que hemos llegado.

Nos di la vuelta, quedando arriba de él. Nos miramos a los ojos, él estaba sonriéndome. Imité su gesto. Tanto él como yo estamos ruborizados. A los minutos, mis mejillas se tornaron rojas de nuevo al tener sus ojos recorriéndome.

-Eres perfecta. Siento que tengo a un ángel frente a mí-dijo, dejando un beso sobre mi frente.

Reí, un poco más tranquila que antes. Ya que sé que está haciendo lo posible por demostrarme que no debo de tener vergüenza con él, ni él conmigo.

Lo tomé por la nuca para besarlo. Este beso es un poco más tranquilo que los anteriores, pero se siguen notando las intenciones de ambos de no querer parar lo que estamos haciendo.

Estiró uno de sus brazos hacia su mesa de noche y reí al ver lo que sacó.

-Creí que todo esto no estaba planeado-bromée, mirando la caja en sus manos.

-Realmente no lo estaba, pero Evie habló conmigo ayer mientras que esperaba a Doug y me dio esto. Dijo que no quiere ser tía aún.

Solté una carcajada.

-Sabía que ella estaba haciendo un complot para que esto ocurriera.

Los dos nos reímos por lo que dije.
Pasamos unos segundos mirándonos a los ojos. Entrelazó su mano con la mía y la dejó a un lado de nosotros.

-No dudes en apretarla con fuerza si sientes que te duele.

-Lo haré.

Juntamos nuestros labios con suavidad, dejándonos llevar por todas las emociones que estamos sintiendo en este momento. Una que otra lágrima rodó por mis mejillas debido al dolor. Apoyó su frente contra la mía.

-¿Te está doliendo mucho? - preguntó con preocupación.

-No es tanto. Pero sé que puedo acostumbrarme.

-¿Segura? - acomodó mi cabello para que no estuviera sobre mi rostro.

-Te aseguro que dentro de poco lo que sentiré será cualquier cosa menos dolor-le dije con picardía.

Él se rió.

Besó mis labios con suavidad y acarició mi mano entrelazada a la suya. De fondo se oyen los truenos y las gotas de lluvia impactando sobre las ventanas. 


Nos besamos hasta que el oxígeno comenzó a hacer falta. Dejó su cabeza sobre mi pecho, intentando recuperar el aire. Al igual que yo.

Levantó su vista hacia mi rostro y me sonrió.

-Te amo, Ben-dije, mirando sus ojos.

-Y yo a ti, Mal.

Rozó su nariz con la mía y nos quedamos abrazados por varios minutos.

Se recostó a mi lado y apoyé mi cabeza sobre su pecho. Puedo oír como su respiración y sus latidos siguen acelerados, al igual que los míos. Mis manos trazan figuras imaginarias sobre su pecho y las suyas juegan con mi cabello.

-Acabo de enamorarme aún más de ti, princesa-besó mi coronilla.

Reí con ternura por lo que acababa de decir.

-Yo también-dije, subiendo mis manos por su pecho.

-¿En serio? - preguntó coqueto.

-Ujum-contesté siguiéndole el juego- Algo en ti me hace sentirme tan diferente, tan especial. Eres el único que conoce absolutamente todo de mí.

Solté una risita cuando juntó nuestras bocas por unos segundos.

-Pues tú eres la única que conoce todo de mí, y quiero que sea así por siempre.

-Lo será-sonreí.

Bostecé y comencé a sentir pesados mis ojos.

-Creo que es hora de irnos a dormir.

Asentí con cansancio. Nos cubrió más con las sábanas y dejó sus brazos alrededor de mi cintura.

El sueño comenzó a apoderarse de mí lentamente.

-Descansa, amor. Gracias por haberme dado la mejor noche de mi vida-me dijo, besando con cariño mi cabeza.

Sonreí adormilada.

Sus brazos me permitieron dormir con tranquilidad y felicidad.

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*grita como Dizzy*

No saben cuanto me costó lograr que el capítulo tuviera estos resultados. Pero me gusta mucho como quedó.

La relación de Ben y Mal avanzó mucho en este capítulo, sin perder la esencia de lo cursis y tiernos que son.

Este es de los capítulos más largos que he escrito para esta historia.

Espero que lo hayan disfrutado💜💙

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 23/07/2020.

Editado el 10/04/2024.

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