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Soobin sonrió al ver a Yeonjun bajar con su mochila, este tenía mala cara pero Soobin sabía perfectamente que solo estaba disimulando.

— ¿Nos vamos, cariño? — indagó ladeando un poco la cabeza y Yeonjun selló los labios evitando sonreír, Soobin lo notó y carcajeó levemente.

— Vamos...

— Tengan cuidado. — dijo la mujer y se acercó a dejar un beso en la frente de su hijo y luego en la de Soobin.

Yeonjun notó que Soobin se quedó estático ante la acción de su madre, sus ojos se aguaron levemente y luego sonrió para disimular, saliendo del shock. El mayor sonrió levemente y tomó la mano del menor para salir de la casa.

— ¿Iremos caminando? — preguntó y Soobin asintió.

Era de noche, estaban solos y el único ruido que podía escucharse era el de los grillos y las ranas. Esa sensación le gustó a ambos, tal vez si estaban solos individualmente estarían aterrados de la soledad en la noche, pero estaban juntos. La noche estaba perfecta, no tan caluroso pero tampoco frío, con un viento regular que te llenaba de vida.

— ¿De verdad te molesta la idea de dormir en mi casa? — preguntó el menor deteniéndose de repente, Yeonjun hizo lo mismo y le sonrió.

— No, de hecho no. — dijo acariciando la cabeza del menor, aunque este era más alto, Soobin rió mientras el mayor jugaba con su cabello. — Pero no quería que mi madre se de cuenta de que estaba ansioso.

— ¿Ansioso? — preguntó burlón.

— Sí, ansioso de estar contigo. — dijo y dejó un corto beso en los labios del menor para luego alejarse pero el menor quiso atraerlo nuevamente, Yeonjun se alejó. — ¡No! Debemos ir a la casa. Creo que va a llover. — dijo entre risas, Soobin intentaba atraparlo.

— No hay ni una nube en el cielo, ven aquí.

Yeonjun comenzó a correr, siendo perseguido por el menor hasta unas cuadras de la casa.

— ¡¿Qué yo no puedo besarte ahora?! — gritó el menor, Yeonjun estaba algo lejos.

— ¡No! Tú no paras.— Yeonjun aceleró el paso cuando Soobin corrió hacia él— Mierda, me cansé.  — Yeonjun se recostó contra un poste, buscando el aire en sus pulmones.

Soobin se acercó, también jadeante.

— Te atrapé. — dijo el menor colocando sus manos en su cintura.

— Lento. — Yeonjun se enderezó en el poste, apoyando su cabeza también, con la respiración agitada.

El menor tomó el rostro del mayor en su diestra y acercó su rostro al suyo para dejar un largo beso.

Sin embargo se vió interrumpido porque al instante estaban cubiertos de agua. Voltearon a los lados totalmente confundidos y Yeonjun explotó en risa. Un auto había pasado cerca y pisó un charco de agua, cubriéndolos por completo. A Soobin por otro lado no le divirtió tanto.

— ¡Hijo de puta! — soltó arrojándole algo al auto. 

El auto se detuvo cuando empezó a sonar una alarma luego del sonido del vidrio rompiéndose.

— Carajo, corre. — dijo el menor y cuando volteó hacia Yeonjun este ya se encontraba corriendo muy lejos. — ¡Espérame al menos!

Cuando finalmente Yeonjun llegó a la casa del menor, como no tenía las llaves se dejó caer en el césped, agotado completamente. Corrió tanto que podía sentir que el oscuro cielo daba vueltas.

Unos segundos después se acercó Soobin, sonrió al verlo en el césped y se dejó caer a su lado.

— Ahora estamos más sucios. — dijo el mayor moviendo los brazos y piernas como si estuviera haciendo un ángel de césped. Soobin rió e hizo lo mismo.

A veces pensaba que Yeonjun podía ser más infantil que él.

— Me gusta la noche, es linda. — confesó el menor viendo el cielo. 

— A mi igual, aunque es algo normal, ¿qué tiene de especial?

— No todas las noches son iguales. — dijo el menor y volteó el rostro hacia el mayor. — Además, me gusta disfrutar las cosas simples y grandes que un día ya no voy a poder disfrutar.  

— Vives la vida como si tuvieras 92 años. — soltó el mayor, volteando a ver al menor.

— Tal vez los tenga. — dijo, confundiendo al mayor. — Quiero decir, podemos morir en cualquier momento, como si tuvieras 92 años.

— Bueno, señor de 92 años, déjeme disfrutar de esta hermosa noche entonces. — soltó el mayor volviendo a ver el cielo.

— Déjeme disfrutar de esta noche con alguien hermoso como usted. — soltó el menor y Yeonjun sonrió sin verlo.

— Eres todo un romántico. — dijo burlón aún sin verle y Soobin rió.

— ¿Quieres entrar? Muero por ducharme.

— Yo igual, vámonos.

Ambos se levantaron y Yeonjun sacudió su ropa mientras Soobin abría la puerta.

— Guau, tu casa da miedo cuando es oscura y solitaria. — comentó el mayor entrando a la casa.

— Siempre es solitaria. — dijo el menor mientras se quitaba su abrigo.

Yeonjun se quitó sus zapatos, casi cayéndose en el intento si no fuera por Soobin.

— Torpe. — dijo el menor y Yeonjun simplemente le sacó la lengua empujándolo suavemente.

— ¿Quieres ducharte conmigo? — preguntó el menor y Yeonjun rió negando.

 — Olvídalo. Ve a ducharte, sucio, le avisaré a mi madre que ya estoy aquí. — Soobin asintió con una sonrisa mientras subía a su habitación.

•bd•

Cuando Yeonjun salió del baño; también duchado, caminó hacia la sala, Soobin estaba ahí viendo una película. Se acercó al sillón para sentarse junto al menor.

— ¿Dónde voy a dormir yo? — preguntó Yeonjun y Soobin volteó a verlo.

— Conmigo, en mi cama. — Yeonjun sonrió negando — Pienso aprovechar todo lo que pueda para estar contigo.

— Siempre estás conmigo, quiera o no.— comentó el mayor riendo un poco recordando las cosas que Soobin hizo para acercarse.

— Pero no a solas. No podía hacer esto. — Yeonjun se sobresaltó cuando el menor abrió sus piernas para meterse entre ellas y acostarse sobre él. Comenzó a acariciar las piernas desnudas del mayor, este llevaba un short y una camisa. — O esto.— dijo antes de devorar los labios del mayor, con ímpetu, con deseo. Yeonjun correspondió al instante, atrayendo más a Soobin posando su mano en su nuca y la  otra mano abrazando su espalda.

— Soobin... — jadeó cuando el menor comenzó a moverse contra él, el cuerpo del mayor reaccionaba de la misma forma, frotándose contra el menor en busca de más contacto.

— ¿Qué? No tienes nada de qué preocuparte, cariño. 

— ¿Seguro? — indagó, su respiración era agitada.

— Claro, solo déjame besarte hasta que dejes de dudar.

El mayor dejó ir un jadeo cuando Soobin alzó más sus piernas para que rodee su cuerpo y acercó nuevamente su boca a la ajena, con el mismo deseo, tal vez más ansioso que antes. Realmente ninguno quería esperar más pero Yeonjun sentía que necesitaba más privacidad.

Entre el beso Soobin comenzó poco a poco a desabotonar la camisa del mayor, este siquiera pudo notarlo, estaba demasiado perdido en la forma en la que el menor besaba, mordía y chupaba sus labios, besaba su cuello, sus clavículas, acariciaba cada detalle de su cuerpo haciéndolo sentir la persona más deseada del mundo, y eso lo excitaba más de lo que quisiera.

— Soobin...— murmuró suavemente cuando el menor comenzó a dejar un camino de besos desde sus labios a su abdomen.

— ¿Mmh? — soltó el menor sin detener su acción, la piel de Yeonjun se erizó ante el contacto de los labios del menor contra su abdomen.

— Hay que subir a tu habitación...— dijo y el menor alzó la mirada hacia él.

Yeonjun no tuvo que hacer nada más, Soobin inmediatamente lo cargó, aún en la misma posición y lo llevó hacia las escaleras, Yeonjun no perdió tiempo y dejó besos en el cuello, mandíbula y todo lo que podía del menor.

De pronto Soobin se detuvo, Yeonjun siguió con los besos húmedos, sin preguntarse por qué Soobin se había detenido. Se detuvo cuando vió la expresión del menor, quien no lo estaba viendo.

— ¿Qué? — preguntó y volteó el rostro tras él, hacia la dirección en la que Soobin estaba fijo y se soltó de los brazos del menor, dejando sus pies en el suelo.

Se cubrió el cuerpo con sus brazos, avergonzado, Soobin escondió al mayor atrás de él.

— ¿Qué hace a esta hora aquí? — preguntó el menor hacia la empleada, quien lo veía boquiabierta.

— Yo...estaba haciendo mi trabajo, ya estaba por irme. — la mujer vió al mayor y frunció el ceño, lo reconoció perfectamente como el joven que le había dado tutoría al menor. Le había tomado por sorpresa verlo de nuevo y con Soobin de esa forma.

Probablemente si el señor Choi se enterase de ello habría un caos.

— Bien. Sube, te espero ahí. — dijo el menor hacia Yeonjun y este hizo caso casi inmediatamente.

La mujer seguía con el sentimiento extraño ante la escena y cuando estuvo por irse, Soobin la detuvo.

— No va a decir nada, ¿verdad? — le susurró.

— Joven Choi, no diré nada. — Soobin asintió — Pero si el señor Choi pregunta algo sobre esto no me quedaré callada, si trabajo con ustedes hace más de siete años es por esa confianza con el señor.

— Sí, lo entiendo, puede irse ya.

Cuando Soobin oyó la puerta cerrarse con fuerza, subió hacia su habitación con mucha prisa. Abrió la puerta suavemente encontrándose con el mayor acostado en su cama y bajo las mantas.

— ¿Ya tienes sueño? — preguntó el menor con burla mientras levantaba las mantas para acostarse al lado del mayor también.

— No, pero tu empleada me bajó la calentura. — soltó el mayor sin voltear hacia Soobin.

— Cariño, no debes preocuparte por eso. — Soobin rodeó el cuerpo del mayor con sus brazos, Yeonjun se acomodó en la calidez del cuerpo del menor.

— ¿Cómo no? ¿Y si dice algo?

— Tranquilo, no lo hará.

— ¿Cómo estás tan seguro?

— Porque no dirá nada a no ser que mi padre le pregunte y eso nunca pasará porque mi padre no sabrá nada. — dijo dejando besos lentos y húmedos en el hombro y espalda del mayor, ya que este seguía sin remera.

Soobin ya harto volteó el cuerpo del mayor, quien estaba de lado, para colocarlo boca arriba y ver su rostro.

— No quiero que pienses en eso, mejor piensa en lo bien que voy a hacerte sentir, ¿mh?

Yeonjun no pudo decir nada en contra o favor, Soobin había dejado un beso en sus labios, el mayor lo continuó alargándolo más. Soobin sonrió ante el beso y volvió a colocarse entre las piernas del mayor.

— Parece que te gusta esta posición. — comentó burlón el mayor mientras acariciaba al menor con una pierna, con la intención de que Soobin la sostenga. Le gustaba ver como la mano de Soobin encajaba en su muslo.

— Sí, puedo verte gemir perfectamente y tocar lo que yo quiera. — dijo con una sonrisa mientras acariciaba la pierna de Yeonjun y con su mano libre bajaba un poco el short haciendo más contacto con el cuerpo de Yeonjun que con la prenda. Soobin también amaba observar como sus manos se deslizaban por el cuerpo del mayor.

El menor comenzó nuevamente el recorrido de besos, desde las clavículas del mayor hasta su abdomen. Yeonjun se sentía más relajado ahora y menos expuesto, por lo que estaba disfrutando cada pequeño roce. Soobin llegó a su pelvis y bajó sus shorts completamente junto la ropa interior, cosa que Yeonjun no esperaba de ninguna mantera.

Yeonjun cubrió rápidamente con sus manos su erección y Soobin rió.

— ¿Por qué te cubres? — preguntó como si no estuviesen a punto de tener sexo.

— Porque fue inesperado. — dijo entre dientes — Y además...estás muy cerca.

Soobin rió levemente mientras alejaba las manos de Yeonjun suavemente.

— Tú déjamelo a mi, amor. — soltó el menor mientras abría las piernas del mayor.

Yeonjun volvió a sentir ese nudo en su pecho al oír el apodo, ante la situación hizo que suelte un pequeño gemido que fue todo un impulso para Soobin. El mayor arqueó su espalda entreabriendo sus labios de un gemido cuando sintió la calidez rodear su miembro.

— Soobin...—lloriqueó abriendo un poco más sus piernas. El menor no se detuvo, aumentó el ritmo mientras acariciaba los pezones del mayor, quien comenzó a lagrimear por la estimulación. — ¡Ah! S-soy sensible ahí, Soob, espera.

El mayor enredó sus dedos en la cabellera del menor, moviendo sus caderas en busca de más contacto mientras liberaba suaves gemidos que estaban enloqueciendo al menor. Con la saliva acumulada Soobin comenzó a tantear la entrada del mayor, Yeonjun no podía sentirse más estimulado.

— Dios, Soobin... — gimió antes de morder su labio inferior con fuerza para evitar gemir más alto, Soobin había comenzado a ingresar sus dedos lentamente. — Voy a correrme si sigues. — advirtió.

— ¿Es ilegal venirse más de una vez en una noche? — preguntó burlón el menor antes de volver a al acto pero con más velocidad. Los gemidos del mayor se intensificaban cada vez más al igual que los movimientos de los dedos de Soobin, que ahora eran dos.

Soobin se colocó de rodillas, aún entre las piernas de Yeonjun pero dándole la completa atención a su entrada. Yeonjun gimió agudo antes de correrse en la mano del menor. El pelinegro mordió su labio inferior atento a la imagen bajo de él. Yeonjun con la respiración agitada, el sudor deslizándose por su cuello, desnudo y con el abdomen manchado de su propia esencia.

El mayor sonrió de repente y tomó al menor del rostro, atrayéndolo de golpe para colisionar sus labios con los ajenos. Soobin no tardó absolutamente nada en corresponder y atraer al mayor hacia él, tomándolo de los muslos. Soobin se separó del beso para deshacerse de su camisa. Yeonjun no dudó en ayudarlo con los pantalones.

Cuando Soobin terminó de retirar su prenda y Yeonjun ayudó a liberar su erección. Soobin volvió a unir sus labios de una vez, alzó una pierna del mayor lo suficiente para que fuera cómodo para ambos. Con su mano restante buscaba en su mesita de luz el condón.

Soobin se encontraba más que erecto y de la punta de su miembro se podía notar el líquido preseminal que ha estado molestándolo desde que Yeonjun comenzó a gemir. Yeonjun jadeó cuando el menor se alineó en su entrada ya con el condón puesto y comenzó a entrar. Yeonjun llora, derramando más lágrimas a medida que Soobin ingresa más. El mayor ya se siente lleno y por lo que ve no ha ingresado ni la mitad aún pero siente otro orgasmo a punto de golpearlo si Soobin se hunde más.

— Cariño, ¿te sientes bien? — Yeonjun mordió su labio inferior para no gemir la respuesta, en su lugar asintió frenéticamente.

Yeonjun relaja el cuerpo, aún está sobre estimulado, acaba de tener un orgasmo hace unos minutos y la polla dentro de él realmente lo está volviendo loco.

Soobin soltó un quejido cuando el mayor hundió sus uñas en cuando tocó fondo.

— ¡Bin! — gimió alto, sufriendo espasmos por la intromisión.

Soobin mantuvo un ritmo lento hasta que sintió al mayor ansioso, quien no tuvo que siquiera decirle que acelere sus movimientos porque Soobin lo hizo de una vez, embistiendo con fuerza, sacando un gemido de ambos. El menor por más tranquilo que lucía, estaba muriéndose por dentro. Ver a Yeonjun tan dispuesto a él finalmente y gimiendo su nombre, estaba volviéndolo loco.

Duro contra la próstata de Yeonjun, pero lo suficientemente lento para que cada ola de excitación viajara por todo su cuerpo antes de que llegara la siguiente ola. Una de las manos del mayor estaba sobre el cuello de Soobin y agarraba su cabello con fuerza, gimiendo sin parar.

El menor posó sus manos en los muslos del mayor, moviéndolos a su antojo para follarlo como quisiera.

— Bésame, bésame. — ordenó el mayor y Soobin hizo caso de inmediato. Yeonjun soltó un quejido cuando el menor mordió su labio inferior pero no le había disgustado para nada, siguió el beso con más fuerza mientras Soobin aumentaba la velocidad y fuerza de sus estocadas.

— Creo que quieres matarme. — soltó el mayor con la respiración agitada. Su cuerpo entero sobresaltándose en cada embestida.

Soobin sonrió sin detenerse en ningún momento.

— Sigue así, estoy cerca. — advirtió. Soobin comenzó a devorar los pezones del mayor mientras también con su mano restante estimulaba su miembro. Yeonjun volvió a sentir sus ojos aguarse por la estimulación, pegando un gemido alto y arqueando su espalda ante su segundo orgasmo.— Bin...— murmuró cuando Soobin bajó la velocidad de sus movimientos. Dio una última estocada para finalmente también llegar al orgasmo y se retiró lentamente, Yeonjun de repente se sintió muy vacío.

El menor desechó el condón y luego se acostó junto al mayor para abrazarlo.

— ¿Te sientes bien? — preguntó el menor hacia el peliazul y este asintió.

— Por ahora sí, no sé si mañana pueda caminar, fuiste muy bruto.

— Tú lo querías así, ¿o me equivoco? — Yeonjun no dijo nada, solo sonrió apenado, pues Soobin no estaba equivocado. Soobin dejó ir una pequeña risa ante el silencio del mayor y dejó un beso en la mejilla de este. — Sabes, quería preguntarte algo.

Yeonjun volteó la mirada hacia el menor, curioso.

— ¿Qué cosa?

Soobin observó fijamente sus ojos y pensó. Realmente después de todo no quería cagarla con Yeonjun.

—Nada, sí...¿quieres quedarte mañana? — Yeonjun soltó una risa y negó.

— Aún no me he ido.

— Pero ya te extraño — soltó el menor y Yeonjun le sonrió antes de dejar un beso corto en sus labios.

— Voy a quedarme, si quieres.

— Por mi ni te irías.

LISTO

Cpn permiso m estouy cagando de sueño buenas noches

Cap concluido el lunes 24 de julio del 2023 a las 3:05 avisen errores chau

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