El ambiente estaba cargado de tensión mientras caminaban por el bosque, las sombras alargándose conforme el sol se ocultaba detrás de las nubes. Daryl avanzaba rápidamente, siempre con un ojo en Viktor, que se mantenía a una distancia prudente, pero lo suficientemente cerca como para que Daryl lo sintiera. Beth caminaba entre ambos, en silencio, con la vista fija en el suelo, claramente incómoda por la situación.

Daryl no podía dejar de sentir la presión constante de Viktor a su espalda. Cada paso del hombre parecía calculado, como si estuviera observando cada movimiento con detenimiento. La mirada de Viktor, fría e intrigante, nunca dejaba de ir hacia Beth, y eso lo ponía aún más nervioso.

— No confío en él, Beth. No te acerques demasiado. — dijo Daryl sin mirar a Viktor, hablando en voz baja.

Beth lo miró, sorprendida por la súbita tensión en la voz de Daryl.

— Daryl, te prometo que todo está bien. No está haciéndome nada. — respondio Beth con suavidad, tratando de calmarlo.

Pero Daryl no estaba convencido. La forma en que Viktor miraba a Beth, la suave pero calculada manera en que había hablado antes, no le daban paz. Algo en Viktor lo inquietaba profundamente, como si estuviera jugando un juego peligroso, y Daryl temía que, tarde o temprano, lo descubriera.

— Te estoy advirtiendo, no te acerques a ella. No confío en ti ni un poco. — dijo Daryl dándose vuelta bruscamente hacia Viktor.

Viktor lo miró con una calma perturbadora, su sonrisa apenas visible.

— Daryl, no sé qué crees que soy, pero te aseguro que no soy una amenaza para ella. Lo que sí sé es que si me sigues mirando con esa desconfianza, lo único que lograrás es alejarnos más de lo que necesitamos. Si ambos sobrevivimos a este caos, necesitarás más que tus celos para protegerla.

— No soy celoso, soy realista. Sé que no tienes buenas intenciones. Si algo le pasa a Beth, te aseguro que no dejaré que te salgas con la tuya. — dijo Daryl con voz fría y desafiante.

Viktor dio un paso hacia Daryl, pero de manera calculada, sin acercarse demasiado. Su mirada se volvió aún más penetrante, como si estuviera disfrutando del control de la situación.

— No me malinterpretes, Daryl. Si te ofrezco protección, es porque me interesa que ella esté bien. Pero si continúas con estas acusaciones, lo que ganarás será más guerra que la que ya tienes. — dijo Viktor con una sonrisa casi imperceptible.

Beth, al escuchar las palabras de Viktor, sintió un nudo en el estómago. Aunque Daryl la estaba defendiendo, la tensión entre los dos hombres era palpable. No podía evitar sentir que algo más estaba ocurriendo bajo la superficie. Viktor, con su calma inquietante, parecía tener una forma de manipular las situaciones a su favor, y era obvio que disfrutaba de la incomodidad que causaba.

— Daryl, por favor, no sigas peleando con él. Sé que te preocupa, pero si no vamos a confiar en nadie, nunca vamos a salir de aquí. — dijo Beth intentando calmar la situación.

Daryl la miró, su mirada suavizándose un poco, pero su desconfianza hacia Viktor seguía latente. Sabía que no podía simplemente ignorarlo.

— Lo sé, pero no puedo dejar que se acerque tanto a ti. Si algo no me gusta, no voy a quedarme callado.

Viktor observó en silencio, sabiendo que estaba ganando terreno, pero también consciente de que Daryl no bajaría la guardia tan fácilmente. La relación entre él y Daryl nunca sería sencilla, y eso lo excitaba más que cualquier otra cosa.

— Tienes razón, Daryl. No voy a hacer nada para que desconfíes de mí, pero también debes entender que no me interesan tus conflictos. Mi único interés aquí es sobrevivir, como todos ustedes.

El mensaje quedó en el aire, pero Daryl no estuvo convencido. La idea de tener a Viktor cerca de Beth, aún con su "promesa" de protección, lo mantenía alerta. Los pensamientos de Viktor continuaban en su mente, retorciéndose y manipulando cada escenario posible. La desconcertante calma del hombre lo desconcertaba más que nada. A lo lejos, la silueta de la prisión destruida seguía siendo un recordatorio del caos que había dejado atrás, pero para Daryl, la amenaza más inmediata era Viktor y su enigmática presencia.

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Daryl estaba sentado junto al fuego, afilando la punta de una de sus flechas con movimientos rápidos y tensos. Su mandíbula estaba apretada, sus ojos clavados en el arma como si fuera la única forma de mantener la compostura. A unos metros de él, Viktor permanecía apoyado contra un árbol, observándolo con una mirada calculadora, sus labios curvados en una ligera sonrisa que era imposible de interpretar como algo inocente.

Finalmente, Viktor rompió el silencio, dando un paso hacia él.

— ¿Sabes, Daryl? Algunos dirían que los lazos más fuertes se forjan en el dolor. Lo que pasó entre nosotros... todo eso no nos separa, nos une. — dijo Viktor con voz calmada y retorcida.

Daryl levantó la vista bruscamente, sus ojos azules llenos de odio.

— No me vengas con tus mierdas, Viktor. Nunca voy a perdonarte. Ni por Merle, ni por lo que hiciste.

Viktor avanzó otro paso, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta con una tranquilidad que contrastaba peligrosamente con la furia de Daryl.

— No espero tu perdón, Daryl. De hecho, no lo quiero. Pero ¿no lo ves? Todo esto, la rabia, el dolor, el odio... es un lazo. Uno más fuerte de lo que cualquiera podría imaginar. — dijo Viktor con una sonrisa torcida.

Daryl se levantó de golpe, arrojando la flecha al suelo y avanzando hacia Viktor con una amenaza en cada paso.

— El único lazo que tenemos es que algún día te mataré. Y créeme, voy a disfrutar cada segundo. — dijo Daryl gruñendo entre dientes.

Viktor no se inmutó, incluso cuando Daryl estaba a escasos centímetros de él. En cambio, inclinó ligeramente la cabeza, como si estuviera evaluando a una presa intrigante.

— ¿Sabes lo que creo? Que esa apuñalada que te di... no fue solo un ataque. Fue un símbolo, Daryl. Un recordatorio de que siempre estaré ahí, bajo tu piel. — dijo Viktor murmurando con un tono perverso.

Daryl lo empujó contra el árbol con fuerza, apretando su antebrazo contra el cuello de Viktor.

— ¡No eres más que un maldito psicópata! — gritó Daryl lleno de rabia.

Viktor no mostró ni un rastro de miedo. Al contrario, su sonrisa se ensanchó, sus ojos brillando con una intensidad inquietante.

— Quizás. Pero dime, Daryl... ¿cuánto tiempo más vas a dedicar a pensar en mí? Porque te aseguro que yo no dejaré de pensar en ti. — dijo Viktor en voz baja pero provocativa.

El cazador apretó los dientes, su brazo temblando por la contención. Parte de él quería acabar con Viktor ahí mismo, pero algo en la mirada del hombre, en la forma en que hablaba, lo mantenía inmóvil. Era como si Viktor estuviera jugando un juego que solo él entendía, y eso lo enfurecía aún más.

Finalmente, Daryl lo soltó con un empujón brusco, retrocediendo un par de pasos mientras lo miraba con desprecio.

— Mantente lejos de mí, Viktor. Lejos de todos. Porque la próxima vez que te acerques, será tu fin.

Viktor se llevó una mano al cuello, como si estuviera revisando el lugar donde lo había inmovilizado, pero la sonrisa nunca desapareció de su rostro.

— Lo espero con ansias, Daryl. — respondió Viktor en un tono suave, pero cargado de intención.

Mientras el cazador se alejaba, con los músculos tensos y el odio burbujeando bajo la superficie, Viktor permaneció en su lugar, mirando cómo se marchaba. En su mente, el juego apenas comenzaba, y cada movimiento de Daryl era otra pieza que encajaba perfectamente en su retorcido rompecabezas.