“Una mujer es capaz de muchas cosas, pero si es madre...podría enfrentar al mismo diablo solo por sus hijos”

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1991

—¡Harry!—se escucharon unos tacones resonar por el pasillo. Eva entro por la puerta de enfermería casi corriendo, detrás de ella Regulus y Blu. —Con permiso, gracias. —dijo empujándo a Dumbledore del caminó, acercándose a Harry.

—¿Señores...Black?—la confusión en la voz de Dumbledore era clara, sin embargo, tanto Eva como Regulus lo ignoraron, ambos colocándose a cada lado de Harry en la camilla.

—Cariño, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?—Eva tomo la mano de Harry entre las suyas. Blu no llegaba a la altura de la camilla, por lo que un segundo, apareció sobre la camilla, sentándose frente a Harry.

—Estoy bien, no me duele nada. —respondió en voz baja el niño. —No tenían porque venir, se meterán en problemas por culpa mía...—susurró aquello último.

—Cuando recibas una carta de la escuela a la que tú hijo asiste, diciéndote que esta en la enfermería por enfrentarse a un profesor malvado de dos caras, entenderás nuestra preocupación. —dijo Regulus.

—Lamento haberlos preocupado, pero teníamos que salvar la piedra, era importante y...¡Rigel! ¡Hermione y Ron! ¿Cómo están ellos? ¿Dónde están?

—Ellos están bien, Madame Pomfrey curó sus heridas. —Harry asintió aliviado. —Harry, cuando les dije que no se metieran en grandes problemas me refería a este tipo de problemas, por si no fui clara. —le reprochó Eva después de que Harry le contara su versión de los hechos.

—O cualquier tipo de problemas en el que puedan resultar heridos. —le apoyó Regulus.

—No queríamos asustarlos. Rigel dijo desde un inicio que debíamos decirles, después Hermione lo apoyó y yo los ignoré...¡Incluso Draco dijo que debía hacerlo!—dijo Harry haciendo una mueca. —Es solo que ahí estaba Quirrel y quería robar la piedra...y quería revivir a Voldemort...y queria matar gente...y hacer todo lo que ya había hecho.

—Voldemort...—Regulus susurró. —Está bien. —dijo rendido sentándose en la camilla de la enfermería. —Es solo que tienen que ser más cuidadosos...tu sobretodo. Unos segundos más...y no estarías aquí. —Harry asintió un poco con la cabeza.

—Lo se.

—Y no es que no creamos en ustedes. Sabemos que tiene la fuerza y fortaleza para enfrentarlo de nuevo. —un nudo se formó en la garganta de Eva. —Es solo que me preocupa que...vuelva a suceder...—Regulus tomo su mano, cuando la escucho decir eso último. —Voldemort conoce más hechizos y es bastante poderoso...tal vez no ahora, pero lo fue un día y nosotros necesitamos que estén conscientes de ello.

—Harry...—la voz de Regulus se volvió un poco más dura, haciéndolo voltear inmediatamente. Harry tragó en seco. —No quiero que vuelvas a hacer eso, no puedes estar por ahí metiéndote en problemas, no es tu deber salvar a los demás...—se escuchó un carraspeo detrás de ellos. Hasta se habían olvidado que Dumbledore seguía ahi. —¿Le importaría? ¡Gracias!—dijo con sarcasmo cuando el director se alejo en dirección a la salida. —Hijo, que hayas sobrevivido a la muerte de tus padres, no significa que tengas que seguir sobreviviendo cada que el mundo te lo pida, no es tu deber, por favor, prometemos que no vas a hacer algo como eso de nuevo.

—Cuando me enfrenté a Voldemort, dijo algo...dijo que no sería la última vez que lo vería y yo se que será así, por eso no puedo prometerles eso. —Eva soltó un suspiro tembloroso, Harry estaba cargando con el peso que el mundo mágico había puesto sobre él, y no sabía como cambiar eso.

Ahora había otro problema...

Dumbledore.

[...]

—Están tomando atribuciones que no les corresponden. —hablaba Dumbledore, observandolos bajo sus gafas de media luna.

Llevaban ahí alrededor de treinta minutos, que parecían ser ya dos horas. Eva rodaba los ojos, tratando de ignorar al mayor frente a ellos, sin embargo, no podía lograrlo, tronaban sus dedos en señal de desesperación, su pie Izquierdo golpeaba el suelo constantemente tratando de que se notará el que odiaba estar ahí en ese momento.

Regulus por otro lado, bueno...sentía la ira burbujear en su pecho. ¿Cómo era posible que el hombre que estaba frente a ellos pensara que Harry era el encargado de acabar con Voldemort? ¡Solo tenía 11 años! ¿Por qué Harry debería empezar a preocuparse por ello? No, su hijo no era nada de eso, era un niño que había pasado por una tragedia con solo un año, había perdido a sus padres. El no necesitaba preocuparse acerca de si se enfrentaría a Voldemort el próximo año o si seguiría con vida.

Las palabras del Director sonando una y otra vez en su cabeza.

Harry debía derrotar a Voldemort.

Eso marcaba su destino desde que nació.

—Escuchen, el que hayan raptado a Harry...

—¿Raptar dice?—lo interrumpió Eva enojada de golpe. —Jamás podría raptar a un menor, o cualquier otra persona. El hecho de que Harry se haya criado parte de su vida hasta ahora con nosotros es porque Lily y James me lo pidieron. Y aunque usted hubiera llegado esa noche, no hubiera dejado que llevara a Harry con usted.

—Escuche Señorita Black, ante el ministerio ustedes robaron a Harry. No comparten lazos sanguíneos con el. Rigel, bueno, es solo el sobrino de Regulus. Y créame, al igual que usted, hubiera hecho lo indispensable para proteger a Harry. Sabía que este día, en algún momento llegaría, quiero decir, Harry debía aparecer en cualquier momento ante el mundo mágico, y con ello, las personas con las que ha estado viviendo por diez años. Ustedes no estaban en mis planes, pero quiero que entiendan que Harry ya tiene su destino escrito, desde que nació prácticamente. Y no es que esté desconfiando de ustedes, claro que no, pero...con el regreso de Voldemort, no sabes que, pueda suceder...¿Cierto Señor Black?—Regulus alzó una ceja incrédulo, cuando tanto el como Eva, observaron que la mirada de Dumbledore se dirigió a su antebrazo.

—¿Insinúa que planeó entregar a Harry, mi hijo a Voldemort? He cuida de Rigel, Harry y Luna durante diez años, y no hay nada en el mundo que ame más que a esos niños, incluyendo a mi mujer sentada a mi lado. No soy, un cuidador o un sustituto de padre. ¿Sabe lo que significa? Significa, que tanto Eva como yo, somos sus padres. Lo criamos, y quiero que entienda, que ele entre en la cabeza de algodón que tiene, que Harry tiene solo once años, está descubriendo el mundo al que pertenece, está teniendo amigos, descubriendo cosas sobre James y Lily. Perdió a sus padres, y las personas lo único que hacen es felicitarlo por haber vivido ante la maldición asesina.

—Señor Black, no me malentienda por favor, lo que digo, es que no dudo que en cualquier momento, y por protección a su...familia, usted quiera arremeter contra Harry, buscando su propia protección y...

—¿Mi propia protección dice?—volvió a interrumpirlo con brusquedad. —Quiero que quede claro, en este mismo instante, que mi vida, no importa más que la de mis hijos o que la de Eva, porque sería con tal de asesinarme a mi mismo, y que ellos estuvieran bien.

—Escuche Dumbledore. Sabe que lo respeto, pero eso no le da el derecho de insinuar o juzgar a Regulus por cosas del pasado. —Eva tomó la mano de Regulus bajo la mesa buscando calmar el enojo que sentía por dentro. —MI hijo, Harry, no es el elegido, y no es el niño que vivió. Es solo un niño de once años que quiere vivir una vida tal y como cualquier otro. Así que, le voy a pedir una cosa, no se meta en nuestra vida, ¿De acuerdo? Quiero que deje de tratar a Harry como si fuera un trofeo que pronto va a sacrificar porque no va a ser así, no mientras yo esté viva. Legalmente soy su madre, en el mundo muggle y mágico, y usted no va a poner en peligro la vida de Harry. Y ni usted, ni nadie, tiene derecho a decirme lo contrario.

—Traten de entenderme por favor, no es que no quiera que Harry este con ustedes, es más, creo que son la mejor opción, pero lo más lógico en este caso, es que Harry viva con su tía materna, la hermana de Lily Evans. Es más lógico dado que comparten lazos sanguíneos...

—¿Lazos sanguíneos? Pues si ese es el problema déjeme decirle, querido Director, que yo también comparto lazo sanguíneo con Harry. —Dumbledore alzó una ceja en confusión e incredulidad. —Soy, por así decirlo, su tía paterna, y oficialmente, eso se comprobó cuando Harry recién cumplió cuatro años. Y eso mismo usted puede confírmalo con el ministro. Así que dígame, ¿Cuál es el problema ahora?—dejándose caer en el respaldo de la silla con una sonrisa.