002
La puerta se cerró en cuanto el chico de
cabello negro y labios delgados entró, lucía
cansado, había tenido un día difícil en la
academia, tuvo una reunión con los
profesores para saber el progreso de cada
clase, cada alumno, etc. Además, debía
siempre solucionar uno que otro problema
pequeño con ciertos alumnos o padres, en
días así Kim Taehyung. Deseaba llegar e ir directo a la cama, pero ya no se trataba sólo de él, hace mucho que su vida dejó de ser solitaria (y no por el hecho de estar casado) Caminó a la cocina al escuchar voces de allí, una sonrisa honesta apareció en sus labios,
Misuk, la pequeña de seis años sonrió emocionada al ver a su padre llegar, bajó de
la silla corriendo a él.
— ¡Appa!
— Mi princesa hermosa — la cargó besando
esas mejillas. Ambas niñas tenían ese
cabello oscuro como la noche, pero Misuk
era más pálida que su hermana, tenía unos
ojitos rasgado, cuando reía o sonreía estos
desaparecían y le gustaba eso porque ambos
compartían eso en común — ¿Todo bien en la escuela?
Sook se quejó estirando sus bracitos a
su padre, la bebé quería atención también,
balbuceaba llamando su atención. Su madre
en cambio comía calladamente revisando su
tablet, ella ni siquiera les ponía atención,
siempre era lo mismo cuando Taehyung llegaba. Mientras Misuk le contaba su grandioso día en la escuela, el chico la dejó en la silla cargando a la bebé limpiando su boquita algo sucia por el puré de papas, besó su frente acurrucándola tomando asiento también. Cuando pretendía levantarse para buscar su plato y sus palillos, Misuk fue directo a hacerlo causándole ternura a su padre.
Ya cuando ambas dormían, Taehyung salía de la ducha con su cabello mojado y su pijama
puesto, se dejó caer en la cama agotado
viendo como su esposa Hana se aplicaba algo de crema corporal en sus piernas.
— No me digas, tuviste un duro trabajo hoy —habló ella con un tono sarcástico e irónico.
— Mi trabajo es tan importante como el tuyo
y lo sabes.
— Claro, más importante que tus hijas.
Taehyung rodeó los ojos apagando su celular dejándolo en la mesa de noche.
— Estoy muy cansado para discutir.
— No me sorprende.
— Por favor, Hana, ¿Siempre tiene que ser la misma charla? — se quejó — ¿Cuándo
fue la última vez que dormimos como una
pareja lo haría? Ni siquiera recuerdo la última
vez que...
— Estábamos ebrios esa noche, Sook sólo llegó por accidente.
— Sook no fue un accidente, deja de decir eso sobre nuestra hija.
— ¿Por qué? — ésta lo miró — ¿Por qué es igual que tú? Con todo tu drama preferiría salir a buscar sexo por allí que estar contigo.
— ¿Entonces ya me engañaste? — Taehyung se levantó quedando sentado.
— Piensa lo que quieras — se levantó de la
cama caminando a la peinadora — Mañana
vendrá la nueva ama de llaves, tendrás que
recibirla, debo ir al trabajo temprano por la
mañana...
— ¿Tu trabajo es más importante? — levantó
una de sus cejas.
— Por supuesto, lo que hago es importante,
mucho más que esas absurdas clases que
dan tus profesores en esa academia.
Y eso era cada noche en la casa de la familia Kim.
— Tienes que intentarlo, ella me agrada — señaló Sunhee a su hermano mientras mordía su pollo usando sus palillos — Dijiste que Bora siempre te hacía las cosas más fáciles en tu
trabajo.
— Lo hace, ella realmente es buena como
secretaria — Jungkook bebió un trago de Soju — Cuando llegué a la oficina estaba tan perdido que ella fue la única en indicarme cómo funcionaba cada cosa.
Sunhee sonrió un poco sabiendo que esa chica estaba enamorada de su hermano, Bora
tenía su edad, veinte años, era una de las
secretarias del CEO y Jungkook se había vuelto en la mano derecha de éste con ayuda de la misma chica, Jeon Jungkook negaba sentir algo por ella, pero Sunhee insistía en que se diera una oportunidad.
Aunque pagaría por verlo.
— Le debes mucho — dejó los huesos en un
plato tomando otra pieza de pollo, Jungkook le
sirvió otro trago y luego así mismo — ¿Has
pensado en recompensarle su ayuda? ¿Y si
la invitas a comer mañana?
— Pensará que es una cita — negó con la
cabeza.
— Le dirás que no es una cita, sólo es un
agradecimiento — se encogió de hombros.
Jungkook la miro con una sonrisa burlona, el chico de cabello pelinegro despeino la melena castana de su hermana.
— Te falta mucho por madurar, soy un miserable y no tengo experiencia con las mujeres, pero no soy tan maldito para decirle eso.
— No estás diciendo nada malo — acomodó su cabello.
— Bora es muy sensible, se ilusiona facilmente, Sunhee — indicó — No quiero lastimarla, buscare otra forma de explicarle que no siento lo mismo, pero por ahora... — su rostro cambio a uno serio — Si pierdes ese trabajo te echo a la calle.
— Ya, ¿tenías que arruinarlo con ese tema? — rodeó los ojos.
— Hablo enserio, Sunhee, tienes que mantenerte fija en un lugar, busca estabilidad.
— Para tener estabilidad necesito dinero.
— Con más razón, el trabajo te da dinero, no lo arruines, mocosa — pellizcó su mejilla y esta se quejó.
— Estarás orgulloso de mi, te prometo brindar una buena comida en mi primer pago — sonrió — Mañana comenzare, ire temprano, creo que la señora Kim me presentara a sus hijas.
— ¿Y el esposo?
— Dijo que siempre trabajaba, él es director de una academia de danza y ella es modelo, esas niñas son afortunadas — masticó lentamente — Ya quisiera tener tanto dinero como ellos.
— A veces el dinero no lo es todo.
— ¿Estas loco? Con esa cantidad de dinero podria viajar por todo el mundo y comer cuanto quisiese.
Jungkook miró a su hermana sabiendo que esta debia aprender por si misma que algunas cosas no pueden ser compradas por dinero. Por algo dicen que no todo en la vida es color de rosa, seguramente esa familia tenía sus problemas personales, no por el dinero, quizás por otra cosa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro