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Al día siguiente estaba con Chucho en un concurso de miradas que no pensaba perder
—Señorita, me alegra que usted vuelva a la normalidad, pero sigo viendo esto innecesario.— dijo aferrándose a no cerrarlos
Habíamos hecho un trato; si yo ganaba me ayudaría con Beto, pero si él ganaba le cumpliría un deseo
—Tú aceptaste.— recordé sintiendo mis ojos arder
Después del incidente de Chucho, la producción de la película hizo que todos nos tomáramos unos días lejos del set mientras se calmaban las cosas, ahora estaba lleno de reporteros que querían saber lo que había pasado
—Pero no veo correcto que yo le ayude con el señor Beto, él no quiere relacionarse románticamente con usted por ahora.— sus ojos empezaban a verse rojos —Le puedo ayudar a resolver sus problemas para que él considere darle otra oportunidad.—
Me resigné y cerré mis ojos por un momento, él había ganado
—¿Cómo me vas a ayudar? ¿Me vas a conseguir terapia?.— cuestioné viendo como él también descansaba sus ojos un momento
—Técnicamente yo gané así que no tendría por qué ayudarle.— dijo y lo miré mal —Pero lo haré porque no me gusta ver como ustedes complican las cosas.—
—A ver, gran sabio Chucho, ¿qué crees que deba hacer para recuperar mis oportunidades con Roberto?.— pregunté
Mi asistente empezó a darme varias propuestas, me sentía aliviada de haberme deshecho de la idea de despedirlo. Sabía que no había hecho más que arruinar las cosas para él, pero con él todo era más fácil
—Tengo un plan que puede funcionar, pero tiene que hacerme caso y no discutir.— avisó y asentí —Además, usted dijo que si ganaba me cumpliría un deseo.—
—Ah sí, puedes pedirme lo que quieras.— sonreí, no era mala perdedora así que le cumpliría
—Usted ahora tiene contactos con productores y esas personas ¿no?.— preguntó y asentí, gracias a la película que estaba grabando había logrado conectar con varias personas —Cuando llegué a esta ciudad lo hice con un sueño; tener mi propia rutina en un programa de Stand Up.—
Lo miré intentando comprender lo que me estaba pidiendo, ¿quería que moviera las cosas para meterlo en uno de esos programas?. Él había venido con ese sueño y a lo máximo que llegó fue a cargador de escenografías, eso le había dado varios contactos, pero al parecer no tantos para cumplir su objetivo
—¿Por eso me aguantas tantas cosas?.— pregunté entre risas —¿Quieres que intente conseguirte esa oportunidad?.—
Asintió bastante apenado
—Solo si puede señorita, no es su obligación.— dijo nervioso
—Está bien Chuchín, yo me encargo de que tengas una oportunidad en un programa de Stand Up, espero que tengas una buena rutina preparada.— aseguré estirando mi mano para que él la tomara y así cerrar un trato
—Sabía que usted no era mala.— sonrió también mientras tomaba mi mano cerrando aquel acuerdo —Ahora si, le cuento mi plan.—
Lo miré atenta mientras me decía sus tácticas para recuperar a la persona que amaba. Sin duda Chucho parecía un experto en lo que hablaba así que debía tenerle confianza
(.....)
Una semana después ya tenía las cosas un poco más claras; realmente me había llevado a terapia y había vuelto al set, eso consumía la mayor parte de mi tiempo, pero a su vez me hacía sentir bien
Miré mi reloj, eran casi las 10 pm y yo estaba por salir del set, hoy había sido un día bastante pesado, pero aún tenía bastante energía
Tomé mi celular por primera vez en el día y miré que tenía una llamada perdida por parte de Roberto, eso me asombró bastante, era cierto que solíamos enviarnos mensajes, pero solo eran las típicas conversaciones que no pasaban del "cómo estás", recibir una llamada tan de repente era extraño
Lo llamé de regreso y después de unos segundos respondió
—¿Hola?.— cuestioné al ver que no respondía —¿Beto, estás bien?.—
De alguna manera el silencio era ensordecedor, por alguna razón sentí una ráfaga de frío recorrerme
—Si me llamaste para que deje de enviarte tus desayunos diarios no funcionará.— dije rápidamente —Y si te molesta que te haya llamado lo hice porque tenía una llamada perdida.—
—¿Estás en tu casa?.— cuestionó por fin, su voz se escuchaba extraña, como si estuviera a punto de quebrarse
—Ando en el set aún, estoy esperando que llegue mi chofer.— respondí —Otra vez te lo pregunto, ¿estás bien?.—
—No lo estoy.— confesó soltando un gran suspiro —Necesito hablar con alguien y siento que les estoy cargando mucho la mano a mis amigos, pensé en llamarte porque no tengo a donde más correr y...—
—Está bien.— dije para que no sintiera que tuviera que explicarme más, me sentía bien al notar que a pesar de todo aún confiaba en mí —Llegaré a mi casa en aproximadamente una hora, ¿estarás ahí?.—
—Te estaré esperando.— exclamó
Terminé la llamada y simplemente envié un mensaje a mi chofer, se tardaría un poco en llegar así que le pedí que no viniera. Si Roberto estaba mal debía llegar lo más rápido posible así que tomaría un Uber
Casi 40 minutos pasaron antes de que yo llegara a mi casa, cuando estuve ahí visualicé el auto de Roberto estacionado ahí así que me dirigí hasta ahí y di dos ligeros golpes en la ventana para llamar su atención, Roberto de inmediato salió del auto
—Hola.— me saludó con una pequeña sonrisa
—Hola.— devolví el gesto —¿Quieres entrar a tomar un café? Así estaremos más cómodos.—
Lo pensó un poco y asintió. Caminamos un poco hasta llegar a la entrada, busqué mis llaves, abrí la puerta, ambos entramos y cerré
—Pensé que vendrías con Chucho.— dijo
—Está grabando un episodio para un show de comedia que le conseguí.— conté y me miró asombrado —No es la gran cosa, pero nuestro Chuchín está creciendo, solo espero que le esté yendo bien.—
—Creo que a él es al que mejor debe irle.— soltó y asentí estando de acuerdo
Hubo de nuevo un silencio, en este punto era incluso un poco incómodo
—¿Cómo te ha ido esta semana?.— preguntó como si quisiera sacar un tema
—Bien.— respondí mientras caminaba hasta la cocina, él me siguió —Empecé un proceso de terapia, me hicieron ver que tenía mucha dependencia hacia los que me rodeaban; primero la tuve con Manuel y después contigo, eso ya no era sano para mí, así que estoy trabajando para disminuir eso, aunque creo que será un proceso tardado.—
Saqué de mi mueble dos tazas y puse a trabajar la cafetera, así después las serviría
—¿Entonces te sientes bien?.— cuestionó ahora y asentí
—Creo que llevaba rato sin sentirme tranquila estando sola.— admití con una pequeña sonrisa
Claramente lo extrañaba y aún me dolía un poco recordar que podríamos seguir juntos si no fuera por mi culpa. Igual quería demostrarle que poco a poco estaba saliendo de mis problemas, ahora podía comprender por qué no podíamos estar juntos y estaba totalmente bien con eso
—Pero bueno.— reí un poco —Esto era para hablar sobre ti, te escuché mal en la llamada y me preocupé bastante.—
Me miró por unos segundos, por alguna razón sentí que eran de esas miradas de compasión, como si no quisiera arruinar mi alegría con lo que diría... tal vez solo fue mi percepción
—Estos días se me acumuló todo.— contó por fin —No lo sé, sé que tengo que mantenerme firme en todo lo que estoy haciendo, pero las cosas me están rebasando.—
—¿Qué cosas?.— cuestioné intentando que soltara un poco más de lo que lo mantenía así —¿Pasó algo con tus entrenamientos?.—
Negó rápidamente y tomó un poco de aire, yo solo lo miraba atenta
—Digamos que personas de mi familia tienen problemas de salud, ni siquiera puedo contarlo a detalle ahora sin sentirme mal.— intentó explicar —Los entrenamientos y la licenciatura también son factores que en este momento me dan en la madre, pero con eso puedo.—
Yo conocía perfectamente el sentimiento de "no poder contar las cosas", para eso tenía un método que desde pequeña me había funcionado
—Espérame aquí.— pedí y me miró confundido
Lo dejé ahí y corrí hasta el armario, busqué entre varios cajones hasta encontrar algunas hojas de color y unas plumas, cuando tuve todo regresé a donde estaba, Roberto ya había servido los cafés y se había sentado en la barra que tenía en la cocina
—¿Qué traes?.— cuestionó cuando me vio sentarme a su lado y poner las hojas sobre la barra
—Un día te dije que tenía un sistema para cuando no aguantaba.— recordé —Dije que te lo mostraría cuando lo necesitaras ¿no?, pues esto es lo que necesitamos.—
Movió un poco lejos su taza, le di una hoja y una pluma
—Lo primero que tienes que hacer es escribir todo lo que no puedas decir en esa hoja.— expliqué, él alzó una ceja
—¿Cuál es el propósito de esto?.— preguntó
—Solo hazme caso y te lo explicaré al último.— pedí provocando que riera un poco
Él se resignó mientras empezaba a escribir en aquella hoja, yo solo esperaba y tomaba sorbos de mi taza, prefería evitar ver lo que había escrito en su hoja, así le daría privacidad
—Ya está.— avisó y le quité su hoja
No la leí, solo empecé a doblarla, él me miraba atento. Pasé pocos minutos concentrada en lo que estaba haciendo y cuando estuvo listo simplemente se lo di
—¿Y esto?.— preguntó burlón notando que había doblado aquella hoja para darle la forma de un corazón
—Papá una vez me dijo que cuando sintiera que mi corazón no aguantaba los problemas debía dejar que otro corazón los guardara.— conté —Ahora tu problema está dentro de ese corazón, es una manera metafórica para que veas que puedas sentirte más ligero.—
Quizás era una ridiculez, después de todo esto no daba ninguna solución a los problemas, pero los mantenía de alguna manera lejos
Roberto nuevamente miró aquel corazón y simplemente sonrió, era una de sus típicas sonrisas sinceras que me volvían loca
—Creo que esto puede servir, al menos por unos días.— indicó confiado —¿Esto lo tengo que guardar?.—
—Yo los conservo algunos días y después los rompo, es una manera de sentirme liberada.— conté sonriendo también —Así también puedo decir que rompo corazones, es algo bastante divertido, aunque no suelo abusar de eso.—
—Cada día me convenzo más de que eres la reina de corazones rotos, en todos los aspectos.— dijo mientras guardaba aquel corazón y tomaba su taza para beber el café
En ese momento por fin sentí algo extraño, tal vez Roberto había tenido razón cuando dijo que podríamos ser solo amigos
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