En un mundo donde la crueldad parece reinar, definitivamente no hay dónde esconderse, y por más que intentes huir y escapar, siempre habrá algo o quizás alguien detrás de ti que te lo impedirá de alguna u otra forma.

¿Existe tal cosa como el llamado “Karma”? Aquella que dicen que llegará cuando sea hora, aquella que dicen que tomará justicia por algo que hiciste o te hicieron, aquella que te dará lo que se supone mereces pasar y tener de acuerdo a las acciones y decisiones que hayas tomado a lo largo de tu vida.

Sin embargo, ¿qué pasa cuando esa justicia no es lo que esperabas? ¿Qué pasa cuando no ha llegado aún? Cuando deseas que ese alguien sufra mucho más porque sientes que lo merece, que lo que sufre aún no es suficiente o hasta quizás todavía no lo daña como debería.

Algunos piensan que la venganza no es buena, pero otros dicen que es dulce, como si aquello fuera algo que satisface hacer.

Aunque... También depende del contexto, ¿no lo creen? Depende de las razones por las cuáles estés tan sediento de querer lastimar tanto como te lastimaron a ti, las razones por las cuales quieres dañar.

Simpatizar con los demás en algún punto se vuelve cansado, en el sentido en el que tú los escuchas a ellos y los ayudas también, pero en cambio, ellos no a ti.

Tanto te jode que hagan ello que llegas al grado de ya ni siquiera sentir culpa por algo que hiciste, y no exactamente bueno. Hasta el grado de no sentir ni siquiera una pizca de empatía. Cuando llegas hasta ese punto, no estás bien en lo absoluto.

Y a pesar de que yo no hice nada, después de que dieran la noticia me cuestioné mucho si debí haber sentido algo de pena o lástima, pero la realidad era que ni siquiera eso me provocó. No me preocupé para nada.

Fue como si mis sentimientos hubieran sido desconectados, como si estos estuvieran tomando un largo pero largo descanso, como si hubieran sido bloqueados.

Aún así, la única pregunta que realmente quería que dejara de rondar por mi mente era esa, exactamente esa.

Esa pregunta que todos trataban de responder con prisa, nervios y miedo, hasta el punto en el que el miedo los invadió porque no obtenían respuesta alguna, pero eso sí, muchas más dudas.

Eso que todos murmuraban como si fuese un jodido tabú entre los pasillos de aquella prestigiada preparatoria.

Pero aún después de todo lo sucedido... Pff, no puedo evitar pensar en que tu miseria es sólo una hipocresía.

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[~06.04.2022~]