Increíble, tenía que dejar el equipo de basquetbol por culpa de mi lesión:

Hace dos días:
Estaba a punto de hacer una entrada, pero mi jugadora contraria me tomó del brazo bruscamente que se me safó el hombro y caí al piso. El dolor era insoportable, sentía que iba a morir.

Los médicos llegaron a mi muy rápido, no me podía mover, si hacía tan solo un movimiento, mi hombro se quejaba aún más, creo que nunca volveré a jugar basquet en mi vida. El tan solo hecho de pensarlo me entristece.

Creo que me desmayé, ya que me encontraba en el hospital, estaba acostada en una camilla, una de mis compañeras se encontraba conmigo haciendo compañia.

El doctor entra y me informa que tendrán mis resultados dentro de dos semanas, asi que debo estar en reposo, no podré estar jugando o haciendo actividad fuerte, por mi bien.

Actualidad
Ahora mismo me encuentro en el avión, viajo a Inglaterra con mi hermano, él accedió y casi rogó que me quedara con él y no en Alemania. Tenía ganas de pasarla con mis compañeras del Bayern Múnich, pero mi hermano puso la excusa de que nunca nos veíamos y me convenció de que me quedara con él.

Pensaba en cómo sería mi vida ahora, ¿podré vivir por dos semanas sin el basquet? Haré el intento.

El avión se detuvo, ya habia llegado a Inglaterra, probablemente mi hermano estaría esperandome, con su cara de ternura que me daba, lo quería mucho, él y yo eramos unidos hasta que él se fue a jugar en otro país, me partió el corazón, nunca más seríamos unidos. Pero todo cambió cuando me ofrecieron un lugar en el Bayern.

Estaba caminando por el aereopuerto, buscaba señales de vida de mi hermano, entre toda la gente me era imposible, pero una figura alta con unos ojos azules y un papel escrito mi nombre me llamaron la atención.

Corrí a abrazarlo como nunca antes, Olivier se sorprendió, y siguió mi abrazo. Nos separamos y tomó mi rostro con sus gigantes manos.

-¿Marissa?- pregunta su voz que tanto echaba de menos.

-¿Olivier?- pregunto en broma.

-Tu eres mi Marissa, mi hermana pequeña. A la que tanto amo- me dice.

-Y tu eres mi Olivier, mi hermano mayor. Al que tanto odio- reí y este me volvió a abrazar.

Recargaba su cabeza en la mia, se aprovechaba de mi altura, mido apenas 1.68 y él 1.92, maldito lo odio.

-Es mejor irnos peque- dice Olivier y al mismo tiempo me revuelve mi cabello.

-¡Oye! Mi cabello estaba en perfectas condiciones- me quejo.

-Haha, me encanta molestarte hermanita- dice Olivier y caminamos hasta su carro.

Conduce por las calles de Londres hasta llegar a su casa. Era muy grande, me encantaba su casa, moderna y elegante.

-Pasa peque- dice y entro a su casa. Abro mi boca al ver por dentro su casa. Es simplemente genial, incluso un poco mejor que la mia.

Me recuesto en su sillón y suspiro de cansancio, Olivier sube mis maletas a mi cuarto y baja a hacer compañía.

-Hermanita, me alegra tenerte aquí. ¿Cómo está Alemania? ¿Te la pasaste muy bien? ¿Tus compañeras son amables contigo? ¿Tienes novio?- la última pregunta frunce el ceño.

-Calma frère, responderé a tus preguntas- reí.

-Estoy esperando peque-.

-Alemania esta bien, muy callado. Me la paso muy bien. Mis amigas son super geniales conmigo. Y por ahora no tengo novio- rei.

-¿Asumes que antes tenías novio?- encerio era muy sobreprotector.

-Solo he tenido dos desde que te marchaste- conté.

-¿Y quiénes eran?- funce el ceño.

-Uno era Mats Hummels, un jugador del Bayern de Fútbol. Y el otro fue Raúl Jiménez, juega en el SL Benfica- expliqué.

-¿Y por qué los stupide terminaron contigo?- cuestiona.

-Yo los terminé. Aunque me sorprende que somos mejores como amigos que novios- recalco.

-Ok, te creo peque- dice Olivier no muy convencido y se levanta. -¿Quieres comer?-

-Claro, ¿aquí o en dónde?- pregunto.

-¿Te parece afuera? Para que conoscas mejor- dice y asiento.

Fuimos a un restaurante no muy lejos de su casa y conversamos, él me dijo que nunca se perdía mis partidos, si jugaba al mismo tiempo que él, los grababa y cuando regresaba a casa los veía. Siempre estaba al pendiente de mi.

-Siento no poder haber estado en el hospital- se disculpa Olivier.

-Oh Ollie, no hay nada que disculpar estabas ocupado con el Arsenal- explico.

-Pero aún asi, pude haberle dicho a Arsené que podía faltar por asuntos familiares. Él lo entendería- agacha la cabeza.

-¡Hey, Olivier!- llamo su atención -estoy bien, mejor ahora que estoy aquí con mi frère, nada puede estar mejor-

-Ok peque, me alegro que no te haya pasado algo peor- dice Olivier y comemos nuestra comida.

Caminamos por las tiendas de Londres, comprabamos ropa deportiva, ambos preferíamos ese tipo de ropa, era más cómoda, y cuando eran las 8pm Olivier decidió que nos fueramos a casa.

-Hermana, te mostraré tu habitación- dijo Olivier una vez en casa y caminamos hasta mi habitación. Era asombrosa.

-Gracias Olivier- agradecí.

-Lo que sea por mi hermanita fea- dijo Olivier.

-¡Ja! ¿Yo fea? ¿Qué no te has visto en un espejo?- me rió y antes de que Olivier me haga algo cierro la puerta de mi habitación.